4. Dilema familiar
mayo de 1425
La primavera moscovita había llegado con inusitada fuerza y la vida y las esperanzas parecían crecer. Las campañas en el norte marchaban bien y la guerra civil se mantenía alejada de Moscú y el sur. Tras unas primeras semanas de tensión el frente se había estabilizado y la guerra parecía algo lejano y casi irreal; con pequeñas escaramuzas en vez de grandes batallas. En el palacio no paraban de resonar las risas del príncipe mientras correteaba con su gran mastín por todas partes y se dedicaba a gastar bromas a los guardias.
Escudo de armas de Ryazan, vasallo moscovita
Pero dos sombríos personajes llegaron para romper este momento de efímera tranquilidad. Eran Fëdor III de Ryazan e Ivan I de Tver. Los dos vasallos más importantes del príncipe venían a reunirse con este y sus consejeros. A una mesa se sentaron ambos príncipes, el mariscal Patrikeev, Sophia madre y regente del príncipe y el propio Vasili II. El cual tan sólo deseaba acabar pronto la reunión con esos dos hombres tan viejos y serios y volver a sus juegos. Tras una charla trivial que marcan las normas del decoro Ivan I pasó directo al tema que los había traído allí:
- Mi señor, nuestras fuentes nos confirman que cada día que pasa perdéis partidarios, si las cosas siguen así pronto vuestro tío podrá tomar Moscú sin ni siquiera tener que luchar.
- Si el malo del tío Yuri aparece Sven- el mastín- le morderá y tendrá que irse – refunfuña el príncipe.
- Cariño, porque no te vas a jugar con Sven- dice su madre. Una vez que un aliviado príncipe abandona la mesa se reanuda la conversación – Nuestros informes no son tan desfavorables, ¿en que os basáis caballeros?
- En lo que vos no queréis ver mi señora.- responde cortantemente Fëdor príncipe de Ryazan- El apoyo de vuestro padre será el principio del fin para vuestro hijo. La propaganda de Yuri está funcionando perfectamente, en el norte las historias sobre cristianos de Lituania gobernando a los eslavos están muy de moda.
El "tío Yuri" rodeado de seguidores
- Pero eso son tonterías y vos lo sabéis- replica una airada Sophia
- Da igual lo que yo sepa señora, lo importante es que esta teoría se ha hecho la predominante en gran parte del principado. Es necesario actuar rápido.
- Claro – interrumpe una balbuceante Sophia- podemos poner en marcha un aparato de propaganda similar y luego..
- Eso no bastará señora – ahora es Ivan de Tver quién toma la palabra- Tan sólo los hechos darán legitimidad a vuestro hijo ante la mayoría de boyardos y pequeños duques. Debemos declarar la guerra a Lituania
Durante una fracción de segundo se hace el silencio y tan sólo se escucha el chisporreteo de la madera en la chimenea.
- ¡Jamás! Cómo os atreveis a sugerir eso maldita bívora, mi padre ha hecho más por este principado que vosostros dos juntos y...
- ¡Sophia, ya basta! – interviene por primera vez el mariscal Patrikeev. Nada de señora o mi princesa o algún otro tratamiento más formal, simplemente Sophia. Y además la lituana se ha callado. Nada de esto pasa desapercibido para los dos príncipes que ven confirmadas sus sospechas sobre quién manda desde la muerte de Vasili I – Caballeros, ¿pensáis que una acción así triunfaría?
- Sin ninguna duda señor, una acción así quitaría toda legitimidad a Yuri y a sus feroces cachorros, hasta sus partidarios más fieles lo abandonarían para unirse a vos en la guerra contra los lituanos.
- Sin embargo Vytautas cuenta con un ejército muy numeroso y curtido en múltiples guerras. ¿Creéis que podemos vencerlo? – pregunta el mariscal. Él sabe la respuesta y la pregunta es casi retórica.
Polonia y Lituania se habían embarcado en otra guerra de conquista
- A largo plazo no, como vos bien sabéis. Sin embargo acaba de declararle la guerra a Moldavia, país montañoso y de difícil acceso. Sus tropas han empezado a marchar hacia el sur. Si atacamos pronto y con gran fuerza se verá forzado a ofrecernos algún tipo de paz. El objetivo no es una victoria absoluta, si no afianzar en el poder al príncipe Vasili.
- Ya veo. – dice el mariscal sin mucho convencimiento - ¿por qué no está aquí el príncipe de Pskov?
- Señor, como bien sabréis no siente gran afecto por vuestra persona ni por la del pequeño príncipe, y siempre ha tenido unas relaciones muy cordiales con el rebelde Yuri.
- El cual os considera a ambos dos unos patanes insensatos, lo cual es el motivo de que estéis aquí y no en Galich con él. – el mariscal juguetea distraídamente con sus dedos sobre la mesa mientras habla reflexivamente- Pero estas son las cartas que el destino nos ha dado, y en vez de cuestionarlas debemos jugarlas lo mejor que podamos. El príncipe atacará a su abuelo para ganar el afecto entre los nobles que su tío le ha robado, curiosa situación familiar. En fin, esto significa la guerra contra la mayor potencia de esta parte del mundo, que el señor nos ayude.
Tver, Ryazan y Moscú en guerra contra Lituania, Polonia y Masovia.
Como era de esperar el traicionero príncipe de Pskov no honra la alianza