ImperAARtor: Rome - Nihil Promitto

[nachinus]

La República disfruta de una situación de dominancia en el centro de la península itálica después de la segunda guerra samnita, pero está encerrada entre enemigos: samnitas al sur y etruscos y umbros al norte. La lucha por el dominio de la península está lejos de decidirse y estamos rodeados de naciones hostiles que esperan el mejor momento para abalanzarse sobre nosotros. No sucederá tal cosa, pues Roma ha de tomar la iniciativa y derrotar a sus oponentes afianzando su dominación sobre los pueblos itálicos.

Diplomáticamente, contamos con nuestros aliados feudatarios, que proveen de soldadesca de forma periódica y se unen a las guerras romanas enviando sus guerreros para combatir junto a las legiones. Son las tribus montañesas de los marsos y los pelignos en los Apeninos, y los frentanos y nucerios en las costas adriática y tirrena. El pacto feudatario obliga a las tribus a combatir en la guerras de la república y estar sometidos diplomáticamente a la misma, pero les libra del pago de tributo en moneda. Negarse a ello supondría la guerra con Roma, no pueden cancelar el pacto unilateralmente como si fueran tributarios por voluntad propia.

Más allá, no disponemos de otros aliados en Italia. Todas nuestras fronteras son hostiles, pero en el Senado se considera la posibilidad de aproximarnos a las tribus galas de este lado de los Alpes si acaso alguna fuera lo suficientemente fuerte para servir de ayuda en una eventual guerra con Etruria o Umbria.

Las Ideas Nacionales de nuestra raza romana no puede estar sino centradas en el valor y virilidad marcial, reforzando la moral, la disciplina y la recuperación de nuestras legiones. Pero una república aristocrática también debe contar con una Idea Nacional política, que en nuestro caso se basa en la superior administración militar, mejorando la lealtad de los legados militares, para la estabilidad en cualquier nación. OOC: Al inicio del juego solo hay 3 desbloqueadas por categoría, por lo que realmente, al menos en el caso de Roma, las opciones son bastante obvias. No compensa salirse de la norma de 2 militares y 1 oratoria marcada por la forma de gobierno y perder el bono de república aristocrática.

En cuanto al comercio, hemos asegurado el acceso a suficiente hierro en nuestra capital, para mejorar la disciplina de nuestra infantería pesada, pero también una ruta de comercio en Campania, de modo que también allí se pueda reclutar legionarios con panoplia pesada. El acceso al grano especialmente, pero también otros alimentos importados también es una prioridad, para mejorar el abastecimiento de nuestras ciudades y legiones. Por último logramos superávit de sal y la piedra en la capital, para reducir costes militares y de construcción.

El consulado lo ostentan actualmente Publius Sulpicius Saverrio y Publius Sempronius Sofus, ante un senado de ideas tradicionales republicanas y oligárquicas. Ambos se alinean con la facción llamada Optimates, representantes de la tradición aristocrática y defensores de los privilegios patricios, actualmente mayoritaria. Los Boni, defensores de la tradición republicana y legalista moderadamente abierta a los intereses de los ciudadanos plebeyos, son de cerca, la segunda facción con más influencia en el senado. Afortunadamente las ideas populistas que bullen en las cabezas de algunos tarados demócratas no tienen apenas predicamento en la clase gobernante romana, como debe de ser en una República Aristocrática de Gente de Orden de la de Toda la Vida.

Los optimates se preocupan de los temas que interesan a la gente que importa.

El objetivo de este consulado será el sometimiento de los pueblos menores independientes al norte que aún no se han alineado con etruscos ni umbros: los sabinos y los picenos. La sospecha de que los sabinos conspiran con los samnitas corre por el senado, y los beligerantes discursos de los mejores oradores claman por su definitiva conquista. La primera inversión ordenada por los cónsules es en mejorar la capacidad de los ingenieros de asedio, que pronto tendrán trabajo.

OOC: El primer árbol de misiones romano es la dominación de Italia, y existe la posibilidad de buscar una ‘Liga Italiana’ comenzando una serie de eventos diplomáticos que mejoran relaciones y pueden resultar en alianzas o pactos de tributo con naciones menores o bien la vía expansionista, que desencadena eventos que generan casus belli básicamente con todos mis vecinos. Eso de Liga Italiana suena a griego y decadente así que nos vamos a la guerra en 3,2,1…

 

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En el año 451 AVC, el Senado declara la guerra de conquista de los territorios de sabinos y picenos. Ambas tribus forman una Liga Defensiva desde hace tiempo, pero en Roma sorprende la noticia de que los sabinos han buscado recientemente la alianza con Etruria, probando de este modo las sospechas de que es un pueblo enemigo de Roma. Lo que inicialmente se suponía una guerra limitada en las montañas y la costa picena en el Adriático será una contienda a mayor escala en las llanuras y colinas etruscas contra un enemigo más formidable. Eso no ha de pararnos, el conflicto con Etruria era inevitable. Reforzaremos nuestros ejércitos en forma de dos legiones. La I con mayor presencia de infantería pesada, reforzada con vélites para ablandar al enemigo en escaramuza y caballería ligera para los flancos acompañada con un tren de suministros. Su papel, junto con los aliados, será llevar la guerra a los etruscos buscando una rápida victoria en una batalla decisiva que abra la desprotegida Etrutria al saqueo. La II legión, más ligera y de menor tamaño, se encargará de saquear las ciudades etruscas más próximas y desguarnecidas antes de dirigirse a los Apeninos para arrancar a los sabinos de sus oppida de montaña.

La flor y nata de Roma se reúne de nuevo en el campo de Marte, las puertas del templo de Jano se abren de nuevo, el Pontifex Maximus dirige los oficios y el Auspex realiza sus augurios…

WTF?! Bah! Que sabrán los Dioses!!! Roma Invicta!! Las legiones marchan sobre Etruria!

Algo no funciona bien entre nuestra clase sacerdotal, porque…

Pero el Pontifex Maximus es de la familia, un patricio Cornelio de toda la vida, así que seguro que tiene sus razones, estará agobiado el hombre. ¡No como el Auspex, ese viejo Postumius de ridículas ideas democráticas! ¡A ese habrá que mandarle a su casa lo antes posible y que se dé por afortunado si no es juzgado por corrupción o traición o algo que se nos ocurra!.

Mientras tanto, en Tarquinia, al sur de Etruria, la I Legión y nuestros aliados se enfrentan a los etruscos y sabinos poniéndolos en desbandada y abriendo el camino al saqueo de toda la fértil provincia de Tuscia y la próspera ciudad de Cosae. Tras unos meses de campaña, dominamos el mediodía etrusco aunque las regiones más protegidas del norte todavía queden defendidas por sus fortalezas. El cónsul P. Sempronio, ahora Cornelio pues ha sido adoptado por esta familia, al frente de las legiones ordena marchar hacia las montañas sabinas para apoderarnos del estratégico paso de los Apeninos que custodian. A medio camino sin embargo, la I Legión tiene que cambiar de planes pues los etruscos, junto con sabinos y picenos se han reorganizado y debe proteger el flanco de la II Legión para que pueda proseguir hacia las montañas.

Al mismo tiempo, muchos senadores, liderados por el Augur L. Postumus usan su belicosa oratoria para encender de nuevo las llamas de la hostilidad romano-samnita, pero los mejores de entre los patricios prefieren la prudencia hasta que la frontera norte esté asegurada. El Cónsul P. Cornelio le recuerda al Augur su fiasco en la colina Capitolina y que estaría mejor con su boquita cerrada. Posteriormente, cónsul y augur se volverán rivales.

Los ejércitos enemigos se mueven con facilidad en el difícil terreno de la Italia central, mientras que nuestras legiones, además de su mayor peso, no pueden superar los pasos controlados por el enemigo hasta que los arranquemos de sus oppida. La victoria definitiva se nos escapa de las manos tras varias escaramuzas, alejando a la I Legión de su hermana cuando… ¡nos llega noticia de que los umbros se han unido a la contienda, aliados con los picenos!. Un ejército de 12000 hombres baja por la costa adriática y los pasos de montaña y soprende a la II Legión que no tiene tiempo de replegarse desde sus posiciones de asedio, poniéndola en fuga.

Las consecuencias de esta derrota son terribles, pues ante el ejército umbro se abre la entrada al Latium y la misma Roma. No tardan en llegar noticias del saqueo de Tibur, y la fortaleza en Veii, a las puertas de Roma, es puesta bajo asedio por los umbros. ¡En Roma hay rechinar de dientes y rasgar de vestiduras! Unos piden la cabeza de los cónsules por ignorar los augurios y otros la del Auspex por enfadar a los Dioses. El Pontifex Máximus trata de salvar el prestigio sacerdotal haciendo ofrendas a Marte y obteniendo propicios presagios que ayuden a nuestros guerreros. Gracias a tal intercesión, la I Legión y los aliados al mando del cónsul P. Cornelio llegan a tiempo de derrotar a los umbros y salvar la ciudad inmortal.

La II legión es reorganizada y reforzada con más infantería pesada y un tren de suministros que hemos visto será necesario en esta larga campaña, convirtiéndose en una unidad de combate más respetable. Se renombra como III Legión para olvidar su triste derrota y vuelve a las montañas a sacar de una vez por todas a los sabinos de sus riscos, cosa que consigue al año siguiente para gran regocijo de nuestros generales, que ven abierta la mejor ruta a través de los Apeninos hacia el Piceno y Umbria.

 

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CAPÍTULO ESPECIAL DIADA - EL AS QUE EL INSTITUT NOVA HISTORIA SE GUARDA EN LA MANGA

Con la expansión hacia el norte, los comerciantes galos que hacen negocios en nuestras ciudades vienen de cada vez más lejos allende los Alpes, y nos llega la posibilidad de un acuerdo comercial con un pueblo anteriormente desconocido para nosotros: la tribu belga de los Catalaunos. Llevaremos caballos de Aternum a su capital en Durocatalaunum a cambio de una buena suma de dinero.

Nos llegan informaciones asombrosas sobre esta tribu de gran prestigio. Su origen se remonta a la noche de los tiempos, cuando Puxdemontaunos, el padre mitológico de los catalaunos, cual Eneas tuvo que huir de la opresión y la injusticia para salvar su vida y la de los suyos, estableciéndose entre los belgas. Rápidamente se ganaron el respeto entre ellos por sus grandes virtudes y se alzaron como una de las tribus más importantes de la región. El paralelismo con el origen del pueblo romano es evidente y a partir de este día consideraremos a los catalaunos como un pueblo a la altura del romano en nobilitas y dignitas. Ellos mismos creen que Eneas pudo ser de hecho catalauno, porque se consideran parientes “dels grecs de l'Empordà”, cuyos ancestros habrían participado en la guerra de Troya. Su grandeza no tiene límites y tienen colonias en Hispania y en una isla a la que llaman Britania.

LOL las ideas nacionales.
Also, nótese en la infografía como ya se apunta el uso de tractores tirados por caballos.



PD: Lo que el contubernio españolista internacional no quiere que sepáis:

Los galos catalauni son los catalanes, según Fabien Régnier y Jean-Pierre Drouin

Moneda catalauni (s. I dC) Los franceses Fabien Régnier y Jean-Pierre Drouin expertos en historia de ls pueblos celtas, en su libro ...

historiausurpada.blogspot.com

 

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En primavera del año 466 AVC, en el consulado de Cornelius Barbatus y Decius Mus, Roma declara la guerra a Genuatia con el objetivo de adueñarse del prodigio enviado por Júpiter. Es voluntad divina y todo el pueblo y senado de Roma apoya la guerra con entusiasmo. Esto nos llevará a la guerra con Ilvatia e Ingaunia, dos pequeñas naciones ligures coaligadas con Genua y con las tribus galas de los Senones y los Boyos, cuya capacidad militar estimamos respetable. Afortunadamente nuestros nuevos aliados galos en Insubria y Lingonia honran su palabra y se unen a la guerra enviando sus huestes desde el norte y el este respectivamente. Se invoca a Marte para obtener sus obligados presagios que refuercen la moral de nuestros hombres y se organizan los ejércitos en 3 legiones: La I Legión más veterana y fuerte se unirá a la más liviana III par hacer campaña en Liguria mientras que la nueva II Legión bien equipada con infantería pesada, vélites y caballería ligera de reciente formación, hará la guerra a los senones en la costa adriática.

La campaña resulta dura y larga a causa de los prolongados asedios a los oppida galos, pero gracias a nuestros nuevos aliados que combaten desde el norte, para el final de año nuestras legiones han capturado toda Senonia y la costa ligur incluyendo el bien defendido puerto de Genua. Queda sin embargo derrotar a los ejércitos senones y boyos que han logrado rechazar a nuestros aliados y para el final del invierno han tomado la iniciativa en el Norte invadiendo Insubria.

Para ello es necesario ofrecer un Triunfo Fabius Rullianus, general de la I Legión y conquistador de Genua para apaciguarlo y traerlo de vuelta a Roma, pues una vez conquistados sus objetivos, se negaba a derramar sangre romana para ayudar a los aliados galos que en su opinión poco nos deberían importar. Nos tememos sin embargo que sus razones eran menos estratégicas: más bien no quería ofrecer a su rival, el Co-Cónsul Mus, una victoria tan gloriosa en su mandato. Tras el cambio de mando se hace forzoso un repliege de las legiones I y III al llegar noticia de que un gran ejército galo se aproxima al paso de Rubra desde las tierras de los boyos tras poner en fuga a nuestros aliados insubros y lingones. A la II legión se le ordena marchar por el norte para seguir al ejército galo y asistir al ejército del Adriático que intentará frenar al enemigo antes de que entren en tierras de Roma.

Felizmente las legiones logran contenerlos pocas millas al sur de la salida del paso, casi a las puertas de la ciudad de Pisae, dando tiempo para que la II Legión les corte la retirada y los refuerzos. La victoria decisiva en esta batalla inclina la balanza definitivamente de nuestro lado y tan solo queda llegar a un acuerdo satisfactorio para alcanzar la paz. Roma exige la anexión de toda la provincia de Liguria, las tierras de los senones y un pequeño territorio para nuestros aliados insubros. El acuerdo debe alcanzarse con celeridad porque…

 

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Tras la victoria en el Norte, Roma es clemente con las élites de Genua y Senonia y sus vidas fueron perdonadas. Las familias gobernantes son encarceladas, pero muchos de ellos pronto fueron liberados bajo solemne juramento de lealtad a la república. Otros son vendidos como esclavos y el general galo Duratios gana su libertad con honra en la arena gladiatorial. Por último, se funda una colonia romana en Ariminium, en la costa adriática senona.

OOC: Insértese aquí meme con Chad Galo vs Virgin Ligur. Esto es una de las posibles interacciones de personajes que puedes hacer con los cautivos.

En Roma, gracias al botín logrado en la guerra, se comienza una nueva campaña de construcciones, incluyendo la ampliación del Campo de Marte necesaria ante el aumento del tamaño de los ejércitos de la república. Por el mismo motivo, se introducen otros avances en la burocracia militar dirigidos a reducir los costes de mantener un ejército permanente. Pese a la amenaza púnica, el ambiente en Roma es de despreocupación y confianza.

El Latium en efecto parecía fuera del alcance de los ejércitos púnicos, pero no así las tierras de nuestro aliada Syracusa. En Octubre de 469 AVC un ejército de 12000 hombres desembarca en sus costas y comienza el asedio de sus plazas tras derrotar al ejército siciliota. Estaba apoyado por una flota de 33 barcos de guerra, muy superior a cualquier fuerza naval que Roma pueda desplegar en estos momentos. La respuesta de los cónsules es mandar a la III legión al Norte de la isla desde Neapolis en un viaje lo más rápido posible confiando en la superior velocidad de nuestras ligeras naves. Nuestra flota es muy pequeña y en un primer viaje solo pueden transportar a 5000 de nuestros hombres a la isla. Con la ayuda del resto del ejército siracusano su papel será saquear y asediar la Sicilia púnica mientras su ejército está ocupado en el sitio de las formidables defensas de Siracusa.

La campaña en Sicilia llega a un punto muerto cuando logramos enviar al resto de la II legión igualando fuerzas con los púnicos. Ninguno de los dos generales se arriesga a una batalla campal. La guerra parece estancada cuando al año siguiente Cartago desembarca un formidable ejército en las costas ligures de Intimilia y desde allí invade la Liguria romana tendiendo asedio al puerto fortificado de Albumigaunum, a pocas millas de Genua.

Es en tales desafortunadas circunstancias que los comitia centuriata tienen a bien elegir al populista Mus como Cónsul de Roma. Lejos de preocuparse por la amenaza púnica, su primera decisión sin consultar con su colega consular es combatir la piratería en Portus Veneris. Afortunadamente el leal Sertor Pomponius ya había sido puesto al mando de la Legión I reforzada junto a los aliados insubros y marchaba hacia Genua.

El cónsul Mus no tarda en demostrar su desprecio a los valores romanos y al orden establecido cuando decide dar alas a un esclavo demagogo que en la ciudad de Dodecapolis ha alcanzado una absurda popularidad como orador y vierte sus mentiras populistas sobre los oídos de las masas ignorantes para desasosiego de la gente de bien, temerosa de una revuelta de esclavos. En lugar de encarcelarlo y dar un ejemplo, decide adoptarlo y contentar a sus seguidores con elogiosas palabras. El espanto y la incredulidad cunde entre la Gente de Orden de la de Toda la Vida cuando no contento con esto, usa a otro de sus jóvenes seguidores para llevar al senado una nueva ley que limita el poder de los pontífices y contenta a los demagogos. Colateralmente, esto hace la religión estatal romana más cercana a las clases populares y favorecerá su adopción entre los nuevos súbditos, ¡pero eso no importa!. Muh traditions!

Mientras Claudius Mus está entretenido con sus políticas domésticas, el resto de Roma está en guerra con Cartago. El juego del gato y el ratón continua en Sicilia durante todo un año cuando en un viaje para llevar refuerzos a la isla, nuestra flota tiene que huir perseguida por la cada vez más potente flota púnica y buscar refugio en Neapolis dejando aislados a los legionarios en Sicilia. Una razón de más para no arriesgarnos a la batalla contra el ejército púnico, bien pertrechado y numeroso, hasta que consigamos una clara superioridad. La pericia de los generales siracusanos y romanos logra mantener la mayor parte de Sicilia en nuestras manos.

Afortunadamente, para entonces Sertor Pomponius logra la vitoria total sobre el gran ejército púnico en Liguria apresando a su general. La moral cartaginesa cae en picado y nos llegan noticias de que el Reino de Mauritania ha invadido la provincia púnica de Tingitania y marcha hacia las Columnas de Hércules. Los más belicosos entre los senadores exhortan a los cónsules a que lleven la guerra a Cartago y logren una victoria definitiva, pero la mayoría del senado opina que hasta que la flota romana no pueda hacer frente a la superioridad naval púnica, una aventura en África o siquiera Córcega es un riesgo demasiado alto. Logramos una paz ventajosa con la anexión de la colonia púnica en Sicilia, estratégico punto para cualquier futura campaña militar en el Mare Nostrum.

 

[nachinus]

Al año siguiente tras la paz con Cartago de nuevo un populista es elegido Cónsul: el homo novus Papirius Cursor con Salverrio como su pareja consular. Sus primeras medidas políticas son la adopción de las figuras de Propraetores y Proconsules que facilitarán el gobierno provincial así como la aprobación de la Lex Porcia, demandada entre la soldadesca y las clases bajas. Son cuestiones relevantes ante el aumento de nuestros territorios y legiones en armas de forma permanente.

El tercer objetivo de los cónsules es compartido por los optimates: la guerra con los samnitas, que requiere el refuerzo y despliegue de las legiones en el sur. El comienzo de la guerra debe retrasarse por la petición de ayuda de Agatocles II de Syracusa, que a tras la muerte de su padre se ha visto envuelto en una guerra sucesoria contra otro pretendiente. Papirius garantiza a Agatocles la ayuda romana, sellando así la amistad entre ambos. La Legion III Sabina es enviada a ayudar a nuestro aliado en una campaña que se alargará más de lo esperado.

No hay tiempo para esperar la vuelta de la legión enviada a Sicilia, pues nos llegan noticias de que los samnitas están ocupados combatiendo junto a sus aliados de Lucania contra una revuelta local y los cónsules deciden que hay que aprovechar la circunstancia para inicial la guerra. Es una maniobra arriesgada que a punto está de terminar en desastre, pues la fuerza combinada de los samnitas con sus aliados lucanios, apulios, brutios y mesapios es mayor de lo esperado. Tras aplastar la revuelta de manera fulminante, un gran ejército de casi 30,000 guerreros se reúne para hacer frente a las tres legiones romanas frente a las murallas de Bovianum. Los presagios alentadores de Marte y la ventaja de nuestra infantería pesada frente a sus peor equipados guerreros hace irrelevante la superioridad de la caballería samnita y se logra una importante victoria aún a costa de numerosas bajas.

La guerra sin embargo está lejos de estar decidida, pues el Samnio está salpicado de ciudades fortificadas tras las que los ejércitos de la Liga Samnita pueden refugiarse y reorganizarse. La penosa tarea de conquistar estas plazas para poder derrotar definitivamente al enemigo durará muchos años, y tanto los samnitas como sus aliados pelearán bravamente y hasta en cuatro ocasiones plantarán batalla a las legiones con formidables ejércitos que sin embargo compartirán la misma suerte que su primer intento. Una vez tras otra, cada vez más al sur, las legiones romanas demuestran su superioridad. Solo en el mar logra la Liga Samnita una victoria decisiva sobre Roma hundiendo o capturando prácticamente todas nuestras naves en una desastrosa batalla frente a Croton, evidenciando la necesidad de reformar nuestra flota.

La demostrada vulnerabilidad de Genua a una posible incursión púnica alarma a los devotos que custodian la Roca Jupiterina, ahora tallada en un enorme ídolo. Preocupados por la posibilidad de que Cartago, ya victoriosa en la guerra contra Mauritania, aproveche la actual situación de guerra en el Sur de Italia para lanzar otro ataque sobre Liguria, sus portavoces convencen al senado para que destine los formidables medios necesarios para llevar la gigantesca estatua divina a Roma.

OOC: Si no lo hago pierdo el importante bonus de la piedra, y dado que prácticamente tengo la guerra ganada lo voy a trasladar. Pierdo un tercio de mi reserva de soldadesca, pero creo poder encajarlo. Además el bonus a estabilidad es tremendo.

La campaña es larga por la gran cantidad de plazas fortificadas en el Samnio y Lucania, y durante la misma se adoptan innovaciones sobre el suministro marítimo y fluvial a los campamentos y la maquinaria de asedio de nuestras legiones. Pero la innovación más importante viene de manos del cónsul Luicius Volumnius Violens, un homo novus populista hecho a sí mismo, veterano de varias guerras y con ideas revolucionarias sobre el reclutamiento y suministro de las legiones. Su pareja consular, el boni Appius Claudius Caecus es más conservador y sospecha que Volumnius quiere hacer del ejército una herramienta para los populares. El último está dispuesto a hacer algunas concesiones en su plan, pero la última palabra la tendrá el juego de influencias en el senado.

Finalmente los populistas no consiguen salirse con la suya y las reformas de Volumnio se quedan en una serie de medidas menores que sólo logra aprobar realizando concesiones a la facción más devota entre los senadores.

La injerencia de Claudius Caecus le granjea un gran odio entre los populares, y a las pocas semanas de la derrota en el senado de la facción de Volumnius, éste inventa una serie de increíbles acusaciones de corrupción sobre su rival Claudio e intenta que el senado ordene su arresto. Esto es por supuesto ridículo y los Claudios usan toda su influencia para humillar a los populares e impedir que esta locura siguiera adelante.

Pese a las rivalidades intestinas y al fiasco naval, la campaña culmina con la victoria romana y la anexión de prácticamente todos los pueblos de la península. Tan sólo unas pocas polis griegas permanecerán independientes así como los de mesapios de Tarento que se librarán por el momento de nuestra ira por apoyar a nuestros enemigos. Las polis de Rhegium y Locri han permanecido neutrales y son tributarias de Siracusa, por lo que también quedan fuera de nuestra tutela. Roma se convierte en una gran potencia indiscutible en el mediterráneo, sólo Cartago puede hacernos sombra ahora... por ahora.

OOC: Mirad la cantidad de fortalezas, ha sido un dolor.

 

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En el año 490 AUC, bajo el consulado de Publius Aelius, Roma declara la guerra a Messapia para completar la conquista de Italia. Los mesapios se han aliado con las polis griegas de Thuria y Sipontium y todos están bajo la protección del rey Pirro de Épiro, de modo que nos llevará a la guerra con los griegos. El senado está dispuesto a dar una lección a Pirro y todos los líderes griegos acerca de la soberanía de Roma y planean una campaña a ambos lados del mar.

Tres legiones reforzadas son transportadas a Épiro mientras otras dos, apoyadas por los socii y aliados de Roma darán cuenta de mesapios e italiotas en el sur de la península.

Pronto se hace evidente que el ejército del famoso Pirro no es tan temible como esperábamos. Claramente la fama de este aventurero había sido grandemente exagerada y su reino no era más que una pobre esquina del mundo griego.

Sin embargo, su pequeño ejército de infantería y caballería ligeras y hostigadores, bajo su brillante liderazgo demostró ser tremendamente correoso. Una y otra vez fue derrotado y una y otra vez se replegó en las montañas tras sus fortalezas siempre causando más bajas entre nuestras filas que las sufridas en las suyas. Durante todo el año hasta el invierno hubo que perseguirlo y dar sitio a sus baluartes con las tres legiones hasta conseguir la victoria final.

OOC: Ojo 14 en Marcial.

OOC: En las montañas epirotas se pasea como Pirro por su casa.

En comparación la campaña contra los italiotas y messapios es como un paseo por el Campo de Marte y antes del siguiente idus de enero la guerra acaba con la anexión de todos los territorios enemigos, incluido Épiro, poniendo así el primer pie romano en las tierras de los griegos. Era ya hora de darles su propia medicina. El rey Pirro es tratado con clemencia y se le permite vivir en Roma con derechos de ciudadano. El cónsul Aelius no repara en gastos y halagos para ganarse la amistad del célebre general, de carácter célebremente quisquilloso. El moloso no lo pone nada fácil, quejándose de cada minucia en las atenciones que recibe y vertiendo desafortunados comentarios sobre Roma y su cultura allá donde va. En una ocasión, acompañado por el ferviente patriota romano @Lucius Sulla , el insufrible @pirro llegó a irritarlo hasta tal punto con sus comentarios despectivos sobre la ciudad que estuvo a punto de ser arrojado del cisium en el que viajaban. Finalmente, tentado por una vida muelle en la última etapa de su vida, el viejo Pirro acepta humilde su nueva situación y disfruta de numerosos años de tranquilidad y comodidad en el papel de asesor de la república en asuntos militares, dando grandes avances en ingeniería militar y mejoras a nuestras tácticas y prácticas marciales.

De entre los líderes italotas, los thurianos son en su mayoría pasados por la espada o vendidos como esclavos. Ellos fueron los más arrogantes en su negativa a prestar tributo a Roma. El resto, junto con los mesapios, son tratados de acuerdo con su disposición a aceptar a sus nuevos amos.

Pronto descubrimos que en el territorio epirota de Dodona hay una suculenta mina de metales preciosos. Al punto se decreta el envío de esclavos de todas las esquinas de Épiro para trabajar en las minas y explotar sus riquezas.

OOC: en pocos años se convierte en el agujero más infernal del mundo clásico… pero da casi tantos dineros entre comercio e impuestos como las mejores y más pobladas ciudades itálicas.

Aprovechando el jovial clima de victoria, el joven sátiro Claudio Gurges, ahora al mando de la II Legión y buscando su rehabilitación entre sus pares y el pueblo, ofrece una generosa donación para la construcción de un templo de Dis en Paestum, donde su familia tiene propiedades. Los conservadores le dejan hacer, al fin y al cabo es un acto de devoción.

 

[nachinus]

Roma es al fin soberana sobre la península itálica. Apenas algunos asentamientos griegos quedan fuera de la égida romana. Gobernamos sobre una variedad de distintos pueblos itálicos que comparten algunos derechos civiles, tienen derecho a la propiedad y son considerados hombres libres, pero con excepción de algunas familias privilegiadas de la élite a las que se les concedió en su momento la ciudadanía romana, están apartados de las altas magistraturas y la política. Paulatinas reformas en las leyes durante las últimas décadas han ido permitiendo a todos los cives latini matrimonio con ciudadanos romanos, así como derechos de contrato en el caso de los sabelios. Los nuevos pueblos itálicos sometidos como los ligures reciben el derecho de matrimonio con ciudadanos romanos, una reforma que es un golpe a la estabilidad social por los recelos que produce entre muchos cives romani, pero que tendrá efectos positivos sin ningún coste para el estado a largo plazo. Los mesapios de origen ilirio, recientemente conquistados, los orgullosos italiotas de cultura griega y los traicioneros púnicos habitantes de las antiguas colonias cartaginesas de Sicilia son los grupos más renuentes a aceptar su sometimiento a Roma. Estos últimos son especialmente peligrosos y causan problemas en la provincia siciliana. Afortunadamente son pocos en número pero algunas voces en el Senado piden que se les retire el derecho a la propiedad convirtiéndoles en proletarii o esclavos. La idea es tentadora...

Una serie de colonias romanas en las tierras de los diferentes pueblos concentran el poder civil en manos de romanos y esperamos que ayuden a la asimilación cultural así como a la estabilidad y rendimiento del territorio. Las colonias serán centros de comercio que favorecerán los intercambios y la rentabilidad de las rutas comerciales con puertos y mercados dentro y fuera de nuestros dominios.

OOC: Completé el árbol de misiones de la conquista itálica eligiendo como opción final la hegemonía romana vs la ciudadanía itálica. Me da +10 a la lealtad de los personajes y durante 25 años un bonus a la felicidad de pops integradas y malus a las no integradas. Escojo como siguiente árbol ‘The First Provincia’, que persigue el dominio sobre las islas mediterráneas.

En el senado ya se habla del siguiente paso natural para el engrandecimiento de Roma y el dominio sobre sus rivales. Es obvio que debemos continuar arrebatando el control del mediterráneo a griegos y especialmente púnicos, para lo cual debemos extender nuestra influencia a las grandes islas asegurando puertos para nuestros comerciantes y nuestras flotas. Los sículos nativos que todavía conservan su cultura itálica y su independencia en el centro de la isla aceptan lo inevitable y se convierten en feudatarios de Roma. La retórica belicosa en la curia no se esconde y es de dominio público, y pronto llega a oídos de los griegos en Sicilia, y resentidas por aumento de la influencia romana en la isla, las traicioneras polis buscan aproximarse a Cartago pidiendo protección.

Siracusa lleva años aprovechándose de Roma por la protección de nuestra alianza, mientras que nunca ha ofrecido ayuda de flotas ni ejércitos en ninguna de nuestras guerras. La república no obtiene nada de este acuerdo y el senado acuerda forzarles a convertirse en tributarios y hacerles pagar por nuestra protección. Su negativa no puede sino ser debida a sus planes de aliarse con Cartago, por lo que no nos queda otra opción que adelantarnos y subyugar por la fuerza a Siracusa y su liga de polis siciliotas. En Marzo del año 496 AUC tres legiones son enviadas a la isla para la campaña, y tras una primera victoria en las colinas centrales, las legiones marchan hacia la costa sur donde tienen que enfrentarse a un ejército de mercenarios contratados por Tyndaria, polis siciliota antiguamente rival de Siracusa, aliada ahora por su compartido odio a los romanos. La superioridad de nuestras legiones aplasta toda oposición en la isla y en pocos meses todas las plazas fuertes han caído en nuestras manos con excepción de las formidables fortificaciones de Siracusa. Es necesario todo una año de sitio y bloqueo naval para lograr capturar el último reducto siciliota. Durante el bloqueo se produce el enfrentamiento de nuestra flota contra la siracusana liderada por su famoso Mega-polirremo. La victoria está e nuestra parte, pero desgraciadamente nuestros marineros no pudieron capturar la nave insignia que sucumbió pasto de las llamas.

Tras la guerra, toda Sicilia es romana o de nuestros socii. Se establecen colonias romanas en Catana y por fin se someten a clientela romana los antiguos tributarios de Siracusa en la punta de la bota italiana: Rhegium y Locri.

Las legiones deben ser enviadas a toda velocidad al norte de la península pues nos llegan noticias de otra nueva invasión bárbara a través de los Alpes que los galos no han sido capaces o no han querido impedir. La tribu de Osisimia es derrotada después de haber saqueado Forum Novum, pero sabemos de otras tribus que todavía merodean la Galia Transalpina tanteando los pasos alpinos, así como el paso marítimo por Venetia, de modo que debemos mantener una fuerte guarnición para proteger nuestras ciudades norteñas.

Mientras, un nuevo conflicto social se está gestando en Roma. Los plebeyos de clase acomodada, comerciantes que han prosperado con las nuevas oportunidades, astutos inversores o incluso patricios venidos a menos forman un grupo social cada vez más nutrido y buscan su lugar en la sociedad romana entre la aristocracia política y el cuerpo principal de hombres libres. Los privilegios de esta nueva clase producen la reacción de los hombres libres que se sienten alienados y recibe la oposición de los senadores populistas, que exigen una reforma completa de la estructura social de la que el resto del senado no quiere oír ni hablar. Miles de hombres libres liderados por notables populistas ocupan la colina de Janiculum en protesta y exigen contraprestaciones. Los cónsules prefieren evitar una masacre y la previsible respuesta de los populares cuyas consecuencias podrían ser peligrosas y buscan satisfacer parcialmente a los manifestantes.

La siguiente etapa en la dominación del mediterráneo es la isla de Córcega, donde todavía sobreviven varias colonias etruscas en la costa orientales, mientras el resto de la isla está salpicada de asentamientos de los bárbaros corsos locales. Las Legiones II y III desembarcan al Norte y al Sur de la costa etrusca y rápidamente derrotan a los últimos de su pueblo en vivir libres del dominio romano. En los años siguientes se sigue una política de colonización intensiva de la isla para dominar a los bárbaros locales. El esfuerzo progresa satisfactoriamente no sin algunos obstáculos y retrasos.

El último objetivo será la isla de Sardinia, firmemente en manos de Cartago…

 

[nachinus]

Llegó la hora de la confrontación directa con Cartago por el control del Mare Nostrum. Las colonias púnicas en Sardinia, frente a nuestras propias costas, son un peligro constante y un punto estratégico para el control del mar. Nuestras naves han estado costeando la isla espiando los puertos y asentamientos enemigos y parece que en gran medida la población sarda es todavía mayoritariamente nativa y la presencia de ciudades y tropas púnicas no es muy grande. Confiando en superar rápidamente a las guarniciones, en el verano del año 503 AVC, bajo el consulado de Claudio Centho y Opiter Cornelius, el senado y pueblo de Roma declara la guerra a Cartago y las legiones invaden Sardinia desde el Norte dividiéndose en dos columnas para tomar rápidamente los puertos de ambas costas. La estrategia demuestra ser un error y nuestras informaciones sobre la fuerza púnica en la isla desastrosamente equivocadas, pues en apenas dos semanas un ejército de más de 10.000 cartagineses y tributarios libios con elefantes e infantería pesada contraatacan por la costa oriental. La III Legión Sabina, la más ligera de las columnas, es derrotada rápidamente y pierde casi la mitad de sus efectivos pese a combatir en terreno favorable. La Legión IV tiene que retroceder desde la costa occidental para cubrir la retirada de nuestros hombres y permitir su reorganización.

Nuestra flota ya había traído otra legión a la isla y su papel debía ser obstaculizar los refuerzos púnicos, pero fracasa en tal cometido tras una escaramuza con la más pesada flota de Cartago, que cuenta con 100 naves de diferente tamaño contra nuestras 80 en su mayoría ligeras. Con pocas pérdidas, pero con muchas naves seriamente dañadas, debe refugiarse en el puerto de Ostia.

OOC: He perdido dos naves, pero capturado 1 tetrere. ¡¡¡Luego he salido por patas!!!!

Una única nave púnica fue capturada por nuestros bravos legionarios a bordo de la flota. Al llegar a puerto, nuestros carpinteros de ribera se llevan una sorpresa al estudiar su diseño.

En Sardinia, las legiones reunidas y reorganizadas logran poner en fuga al ejército cartaginés y retoman la iniciativa saqueando los puertos de la costa oriental de la isla. Sin embargo el enemigo no descansa y lleva la guerra a nuestras tierras desembarcando un ejército de 22.000 hombres en Italia liderado por el excepcional general Hanno Gisgo. Los cónsules ya habían previsto un contraataque púnico y contaban con una notable reserva de tres legiones en las inmediaciones de Roma que inmediatamente marcharon al encuentro del enemigo poniéndolo en fuga con numerosas bajas. Hanno intenta escapar hacia el norte y reunirse con un segundo ejército púnico que había desembarcado en Genua, pero nuestras legiones logran darle alcance masacrando a sus tropas y capturando al general.

Las tres legiones en Italia continúan la marcha hacia el Norte hasta lograr echar al mar a todos los invasores libio-fenicios, pero en Sardinia la flota púnica trae otro ejército de refuerzo que nos obliga a replegarnos hasta Córcega, a la espera de que las triunfantes legiones de Italia puedan llegar en su auxilio. No es hasta el verano siguiente que nuestros generales pueden volver a retomar la iniciativa en la isla tomando la fortaleza de Hydata con el formidable despliegue de cuatro legiones que totalizan 39,000 hombres.

Con la emergencia en Italia resuelta, la política en la Curia vuelve a ebullir con el enfrentamiento de los partidarios de los dos cónsules, con motivo del proyecto de obras civiles de Claudio Centho en Ariminium.

OOC: Opiter es uno de mis mejores generales y si no lo doramos la píldora perderá mucha lealtad y lo tendría que sustituir para mantener el control de su legión. Al final todo sale bien. Con dinero, chufletes.

La facción claudiana logra su objetivo, pero a cambio al año siguiente Opiter Cornelius, con Volero Cornelius en el consulado, logra aprobar una ambiciosa reforma militar del gusto de los populistas, que según ellos mejorará el desempeño de nuestras legiones adaptando el reclutamiento a la nueva realidad social. La Gente de Orden de la de Toda la Vida no aprueba sin embargo estos cambios sobre la tradicional estructura militar, especialmente porque proporcionará armas de calidad a soldados de extracción humilde… ¡¿y quién sabe contra quien volverán sus espadas esos andrajosos?!.

OOC: Los Cornelios han diluido su sangre patricia adoptando a gente de las provincias y esto es lo que pasa.

 

[nachinus]

La victoria contra Cartago nos trae el dominio sobre nuevos territorios y nuevos pueblos. Algunos de los líderes capturados son vendidos como esclavos al comprobarse que Cartago no está dispuesto a negociar la liberación del legado naval Aelius Phillipus. Creamos una colonia romana en Sardinia y enviamos a los mejores gobernadores a las islas para lidiar con una población hostil. Los asentamientos púnicos en las Islas Baleares son especialmente complicados de gobernar, de modo que destacamos una legión de guarnición allí y otra en Sardinia bajo el mando de los gobernadores para mantener la paz.

No pasan muchos años antes de que las puertas del templo de Jano vuelvan a abrirse. La facción de Volero Cornelio presiona para que declaremos la guerra a Macedonia para afianzar nuestra presencia en Grecia, donde la provincia de Épiro es muy vulnerable. Los optimates creen que el momento es oportuno pues el rey Nicómaco está envuelto en una guerra contra Aristarco Antigónida y sus aliados, que ya han conquistado Argos y buena parte de Arcadia. La guerra está siendo larga y cruenta como todas en el inestable mundo helénico, donde los sucesores de Alejandro llevan décadas extendiendo el caos con sus interminables conflictos y traiciones. Los senadores pro-bellum amenazan con bloquear la Curia si no se atiende a su petición, de modo que la república declara la guerra a Macedonia en primavera de 519 AUC.

Inoportunamente, una nueva oleada de tribus bárbaras llega desde Pannonia, y una vez más atraviesa incólume el Véneto y llega a la Galia Cisalpina camino de Ravenna. Las legiones que estaban embarcadas para ser enviadas a Grecia deben cambiar de dirección y llevadas al Norte para derrotar a los bárbaros.

OOC: Los vénetos se la están buscando dejando pasar a los bárbaros hacia Italia una y otra vez.

Las dos legiones ya estacionadas en Épiro no aguardan, pues la iniciativa es importante. Atraviesan los pasos montañosos hacia el corazón de Macedonia, pero deben retroceder hostigadas por un ejército de casi 25,000 hombres formado por los aliados y tributarios del rey Nicómaco. Finalmente deben esperar a los refuerzos antes de volver al ataque, en un juego de marcha y contramarcha contra el ejército enemigo en el laberinto montañoso de la alta Macedonia retrocediendo lentamente hacia la costa. Cuando finalmente llegan las legiones de Italia logramos una decisiva victoria abriendo el paso de las montañas hacia Pella. La capital de Nicómaco es saqueada salvajemente por la II Legión al mando del brillante general Opiter Cornelius, del que se dice que se ha quedado para sí buena parte del botín.

Un segundo ejército macedonio es derrotado en Arnisa cuando intenta recuperar su capital. La campaña durará en total tres años pero los enemigos son perseguidos y aniquilados y sus ciudades una tras otra se abren a nuestras legiones.

Macedonia tiene demasiados frentes abiertos y nuestro ataque ha sido demoledor. Al año siguiente podemos permitirnos el lujo de dividir nuestras fuerzas y enviar 3 legiones hacia la península griega para saquear las posesiones macedónicas. El consulado se ha marcado como objetivo dominar la vertiente occidental de la costa griega bien directamente o a través de aliados y tributarios, así que se invierte un gran esfuerzo y dinero en la capacidad diplomática romana para buscar contactos con la Liga Etolia, enclavada entre las posesiones macedonias que aspiramos a dominar, y cualquier otro estado griego dispuesto a someterse a la protección de Roma.

Pronto nuestras legiones entran en la mítica Olimpia y controlan buena parte de la Acaya macedónica. Los Antipátridas han perdido el control de prácticamente todas sus posesiones en la península griega a nuestras manos o las de los antigónidas y el reino está a punto de desmoronarse, por lo que se ven forzados a aceptar la paz con Roma cediéndonos toda la costa ilírica hasta Dalmacia y todas sus posesiones en Etolia y Acaya: regiones ricas y populosas cuyas antes orgullosas ciudades griegas ahora deben mirar a Roma como su hegemón.

Los antigónidas se ven envueltos en una guerra civil contra Magas Deiócida, pretendiente rival de Aristarco y esto salvará a Macedonia de la completa destrucción, aunque la guerra entre ambas dinastías sucesoras seguirá durante muchos años todavía.

En el frente doméstico nos encontramos con el descontento de nuestros socii, en particular los sículos, contrariados por el aumento propietarios romanos en sus tierras y la pérdida de privilegios. Piden una compensación económica astronómica que el senado obviamente no va a conceder, así que devolvemos a sus emisarios con las manos vacías.

 

[nachinus]

La paz política en Roma se tambalea cuando de nuevo sufrimos el infortunio de tener un cónsul populista con los mayores votos en los comitia centuriata. Tullius Aelius Sophus, gobernará con Manius Cornelius Scipio, de quien se espera que modere las ínfulas del primero. Pero el mismo día de su estreno en la Curia Hostilia ya demuestra que eso no va a ser posible y la riña política será la tónica. Sophus pretende sacar adelante una propuesta para recompensar a los veteranos de las legiones de forma tan generosa que es evidente que busca la lealtad de la soldadesca hacia su facción. La superior influencia de los conservadores logra forzar la mano del populista y sus seguidores y deben conformarse con una versión recortada de su proyecto.

Una vez solucionada esta crisis, la atención de los cónsules se vuelve a la mejora de la seguridad del comercio, aumentando las rutas que llegan a Roma a través de Ostia y asegurando el suministro de utensilios de cristal, el nuevo capricho de la nobilitas romana.

La política exterior se centra en contener la expansión púnica, y se redoblan los esfuerzos por aumentar nuestra influencia en Hispania. Se envían embajadas con regalos a varias tribus de la península buscando atraérnoslas y alejarlas de la esfera cartaginesa, pero la racanería del senado con los obsequios hace que su misión no obtenga mucho éxito.

No logramos que ninguna tribu leal a Cartago cambie de bando, pero sí que mejoramos las relaciones con varias tribus importantes hasta ahora neutrales. Logramos la alianza de los poderosos turdetanos, que controlan una gran extensión de territorio al noroeste de los dominios púnicos en Hispania. De este modo tenemos prácticamente rodeados a los cartagineses por aliados y tributarios nuestros. Pensamos que hemos logrado contener la creciente influencia enemiga en la península sin tener que enviar ni una sola legión a Hispania.

OOC: tras estas astutas maniobras diplomáticas, Turdetania será aliada mía y Mastia tributaria al igual que Sagunto. Tartessia es aliada de Cartago y Contestania permanece neutral.

Es afortunado el poder evitar otra guerra con Cartago al menos durante este consulado pues de nuevo otra crisis política más sangrienta que la anterior sacude Roma. Volerio Claudius Pulcher, un nuevo Claudio díscolo de ideas populistas, es asesinado en su propia casa. Defensor de las minorías y propulsor de una ridícula iniciativa para extender la ciudadanía romana a todos los hombres libres, no le faltaban enemigos. En la Curia Hostilia, donde reina una holgada mayoría conservadora, se lamenta su muerte, pero muchos celebran que su movimiento desaparezca con él. La noticia de la desaparición de Pulcher y el descarte de su proyecto causan consternación entre muchos provinciales pero los gobernadores sabrán que hacer con ellos.

Por último, los cónsules ordenan el comienzo de un ambicioso plan de ampliación de las calzadas en Italia, que unirán las grandes ciudades de las dos costas. Los legionarios novatos estacionados en el Latium serán los encargados de comenzar las obras continuando la calzada que va desde Ostia y Roma hasta Capua llevándola a Neapolis, Nuceria, y más al sur. Este nuevo tramo de calzada será conocido como la Via Aelia.

 

[nachinus]

En el año 536 AUC, bajo el consulado de Octavius Aelius y Claudius Russus, se decide que es primordial para la defensa de la república el asegurar la Galia cisalpina para defender la península de los constantes ataques bárbaros. No podemos arriesgarnos a que en mitad de una encarnizada guerra con Cartago o Macedonia, una nueva serie de invasiones bárbaras pongan en peligro nuestras ciudades norteñas. La estrategia pasa por conquistar las tierras de los boyos y los cenómanos, que controlan la salida al sur de los principales pasos alpinos y a través de cuyas tierras han pasado ya en dos ocasiones columnas bárbaras hacia nuestro territorio. Paralelamente hemos de afianzar nuestra influencia sobre las tribus aliadas de Lingonia e Insubria y convertirlas en clientes.

En morado y rojo: Boi y Cenomannia. A su derecha nuestros aliados lingones y a la izquierda los insubros.

Al tiempo que comienza la campaña militar, los cónsules deben lidiar con una serie de disturbios y agitaciones en Sardinia, con ataques a ciudadanos romanos y robo de grano. La isla está administrativamente dentro de la provincia itálica y por lo tanto bajo el gobierno consular, de modo que el propio cónsul Octavio Aellius Bruttus se hace cargo del asunto y se envía a la Legión VI bajo su mando provincial para mantener la paz. Asimismo, permite a las ciudades de la isla una gran autonomía, algo que complace grandemente a la población de todas las clases. En pocos meses los disturbios irán remitiendo y no supondrán ningún obstáculo para la guerra.

La primera batalla contra los boyos se produce en Cremona cuando las legiones I y II junto con nuestros aliados insubros se enfrentan al ejército enemigo antes de poder ser asistido por los cenómanos. La victoria abre la Galia cisalpina central para nuestra conquista y antes del final del verano, el cónsul Aelius Brutus, ya liberado de su misión en Sardinia, captura la oppida gala de Bononia, principal punto fuerte de las tierras boyas. El asalto causa gran devastación y el cónsul da rienda suelta al saqueo para deleite de los hombres de la Legión IV. Para final del año, ambas tribus han sido sometidas y los pasos centrales de los Alpes estarán protegidos por legionarios y fortalezas romanas. El gobernador de la nueva provincia centrará sus esfuerzos durante los siguientes años en la civilización y sometimiento de las tribus para convertir aquellas tierras en una próspera y segura provincia romana. Las legiones continuarán también sus esfuerzos en la construcción de calzadas para vertebrar la península y acercar el norte a Roma, tanto para las legiones como para el comercio.

Mientras tanto Cartago no ha estado de manos cruzadas. Limitadas sus fronteras por nuestros aliados y tributarios en Hispania, no ha renunciado a su influencia en la región y ha encontrado nuevos apoyos en la antigua tribu de los ilercavones, convertida ahora en una próspera república que gracias a la ayuda de Cartago, actualmente domina la esquina nororiental de Hispania. Eso pone a nuestros socii hispanos en una posición terriblemente vulnerable. De nuevo nos vemos abocados a un conflicto para poner coto a las ambiciones púnicas.

Verde y tonos de verde: Cartago, tributarios y clientes. En azul sus aliados. Todas las tribus y estados que rodean las posesiones cartaginesas en Hispania son aliados o tributarios míos.

 

[nachinus]

Antes de lanzarnos a la guerra con Cartago, a petición del influyente excónsul Aelius Bruttus el senado debe enviar nuevas tropas a Sicilia para ponerlas bajo el mando de su gobernador, pues en Sicania hay un fuerte descontento y sentimiento antiromano promovido sin duda por las traicioneras familias de origen púnico que allí viven y amplificado por la insólita mezcla de culturas y religiones de las grandes ciudades de la isla. Bruttus tiene grandes concesiones y propiedades en la isla y por lo tanto está especialmente interesado en que se mantenga la paz.

Finalmente, en primavera del año 542 AUC el senado y pueblo de Roma declara la guerra a Cartago con el objetivo de expulsarlos por completo de Hispania. Contamos con las fuerzas de nuestros aliados en la península y en verano, tras una primera derrota de la Legión II, cosechamos una importante victoria en Tagili, al sur de la cordillera Baetica, sobre un ejército cartaginés superior en número pero no en disciplina. Se ha salvado la situación gracias a la determinación de la Legión IV y su general, el excónsul Aelius Bruttus. El senado ha hecho bien en proteger las posesiones sicilianas de este modelo de virtud romana.

Legión II y aliados retirándose, Legión IV llega justo a tiempo para lograr una victoria marginal pero importante sobre las numerosas pero agotadas huestes cartaginesas.

La victoria nos da un respiro, pues tenemos noticia de un segundo ejército púnico llegando a la península. Replegamos a nuestros hombres hacia la costa buscando acampar en una región segura, con fácil reabastecimiento y acceso a refuerzos. Durante el resto del año no logramos hacer más progresos en Hispania, debemos esperar refuerzos y la ayuda de los turdetanos.

Con la llegada de la primavera y los refuerzos romanos y aliados de nuevo tomamos la iniciativa y las legiones logran una importante victoria en Longuntica cuando los ejércitos púnicos intentaban aproximarse a nuestros puertos tributarios. Creyendo que la derrota de este ejército abría las puertas de la costa sur, las legiones se dividieron pues los turdetanos necesitaban auxilio en sus fronteras. Pronto descubrió Bruttus su error cuando tuvo que forzar la marcha para llegar a tiempo de auxiliar a la II Legión que de nuevo se veía en peligro de ser sorprendida por un contraataque encerrada entre las montañas y el mar. De nuevo el excónsul llegó a tiempo de evitar el desastre, puso en fuga a los cartagineses y sus aliados y los generales aprendieron la lección, no volviendo a separar las legiones en lo restante de campaña. Cartago parece capaz de desplegar ejércitos de mercenarios con gran velocidad para cubrir sus puntos débiles y no podemos confiarnos en ningún momento.

La campaña continúa sin decidirse durante un año más, con ataques y contraataques, marchas y repliegues hasta que en un momento en el que Cartago tiene la iniciativa, marcha con un ejército combinado de casi 40,000 hombres a dar sitio al puerto fortificado de Thiar en nuestra tributaria Mastia. Nuestras legiones confluyen para auxiliar a los mastienos y su puerto, vital para nuestras operaciones. La batalla que se produce será un punto de inflexión en la campaña, cuando la infatigable infantería romana se impone a la caballería y elefantes cartagineses en una confusa batalla en la que la llegada de diferentes columnas de diferentes direcciones crea una caótica línea de batalla donde no hay flancos ni centro donde la caballería pueda sacar partido de su maniobrabilidad, abocando al fracaso la táctica de envolvimiento desplegada por el general cartaginés. Será la disciplina y la resistencia lo que finalmente dará la victoria a Roma y sus aliados.

Con el enemigo en fuga, las legiones marchan en persecución en busca de la victoria definitiva. Batalla tras batalla, llegan hasta las columnas de Hércules, destruyendo los restos de los ejércitos derrotados y aplastando todos los intentos de refuerzo por parte de sus aliados hispanos. Alcanzada Qarta junto a las columnas de Hércules, Aelius Bruttus descubre descorazonado que la victoria no está ni por asomo al alcance de su mano, pues le esperan las formidables fortalezas de Mergablum y Agadir junto a la costa y los fortificados oppida tartésicos guardando los cruces del caudaloso río Baetis tras el que sus ejércitos pueden refugiarse. Todo ello bajo el permanente riesgo de desembarco de más tropas púnicas desde África, tan cercana que se puede vislumbrar en días despejados.

Mientras tanto, maniobras orquestales en la oscuridad:

 

[nachinus]

La victoria sobre Cartago abrió un período de intenso esfuerzo diplomático principalmente en Hispania. Durante el consulado de Cornelius Scipio y Aelius Philippos, elegidos en el año 553 AUC, fueron enviadas numerosas embajadas a visitar a los líderes de tribus, polis y estados para lograr su adhesión a la república. La política exterior romana pasó de agresivamente expansionista a la consolidación de nuestro dominio, por lo que las relaciones con vecinos y especialmente aliados y socii mejoraron considerablemente. Mastia fue rápidamente integrada en la provincia romana de Contestania, pocos años después le seguiría la colonia griega Hemeroskopeion. Ancona, la última polis griega cliente de Roma que queda en Italia, comparte el mismo destino. La Liga Etolia, nuestro estado cliente en la Hélade, se integró también en la provincia romana de Grecia. En la Galia cisalpina, concluye al fin el esfuerzo de nuestros embajadores en las tribus aliadas consiguiendo que los lingones se declaren vasallos de Roma. Los orgullosos insubros se resisten a abandonar su independencia, pero siguen siendo fieles aliados. Sin embargo, el mayor triunfo es lograr que Massaesylia se convierta primero en tributario, luego en vasallo tribal y posteriormente en estado cliente, transformado en monarquía gracias a la influencia civilizadora de Roma y el apoyo del senado al rey Zeteres. Tener un aliado fiel, fuerte y estable en la Mauritania es una jugada maestra y una permanente espina en el costado de Cartago.

Con respecto a los pueblos conquistados y sus líderes, fueron tratados con dura justicia. Varios líderes libio-fenicios se pudrieron en las mazmorras o murieron en la arena. Los nobles hispanos que aceptaron el sometimiento a roma fueron puestos en libertad, mientras que otros extranjeros de difícil acomodo fueron vendidos como esclavos.

OOC: ¿Que es un juego en la antigüedad si no puedes esclavizar hebreos?. Además este se merece la esclavitud por venderse a los fenicios y abandonar la religión de sus antepasados.

La victoria es dulce, el dinero fluye gracias al comercio por todo el mediterráneo y las arcas y los graneros empiezan a volver a llenarse cuando un suceso extranjero crea una importante crisis en el comercio y el abastecimiento de nuestras ciudades. Egipto, el reino más estable de todos los diádocos, que había sobrevivido con éxito a las interminables guerras con los seléucidas y los antigónidas, manteniendo el linaje de los lágidas de forma ininterrumpida y creando una riqueza comercial sin parangón en su región, se sume en el inevitable mal de las monarquías: la guerra civil.

La reina Antígona, del linaje de los lágidas, es prácticamente una diosa para sus súbditos. Rodeada de misterio y leyendas, vigorosa y determinada de joven, sabia y hábil en su madurez. Ha gobernado durante muchos años, manteniendo su autoridad incluso cuando la enfermedad le hizo perder la vista. Para unos, tiene poderes místicos y divinos que le otorgan una percepción de la realidad y del corazón de los hombres superior a la vulgar vista de los humanos. Para sus detractores, es una bruja ciega y pérfida que engaña a todo el mundo con sus trucos. En los últimos años ha envejecido rápidamente y está perdiendo el control de su corte, haciéndola débil e inadecuada para reinar según sus enemigos.

El dispar conjunto de detractores de la reina, hasta ahora impotente y falto de determinación para el funesto paso final de la traición, finalmente se ha amalgamado alrededor de otra insólita figura: el rico, corrupto e influyente cortesano Bikon Herakid. No es el más popular ni el más brillante de los conspiradores, pero reúne varias cualidades que convierten a un hombre en peligroso: tiene dinero, es cruel, ególatra, valiente y sobre todo… está loco.

Sus rasgos: energético, estrecho de miras, cruel, prominente y lunático. El perfecto rey helénico.

Además cuenta entre sus aliados al mejor general de Egipto: Derekid Siasqqipid ‘el árabe’*, con un nutrido ejército infantería africana, jinetes y arqueros. Buena parte del imperio de los lágidas fuera de la región de Alejandría y el delta del Nilo ha quedado en manos de Bikon, pero las ciudades más ricas y el núcleo de las tropas helénicas y todas sus falanges pesadas son fieles a la reina Antígona.

*OOC: El apodo ‘the arabian’ no se lo he puesto yo, los genera el juego. Si un personaje no tiene cognomen familiar puede adquirirlo dinámicamente por victorias militares, o se lo puede poner el jugador con el botón ‘add regional cognomen’ en caso de gobernadores. Este general supongo que habrá ganado alguna batalla gorda en Arabia.

Con el estallido de la guerra, el comercio prácticamente ha parado con completo y las rutas comerciales que llevaban una enorme cantidad de grano así como dátiles, especias, tintes y diversos artículos que para los que los ciudadanos romanos forman parte de su vida diaria. La caída de los notables beneficios monetarios del comercio con Egipto también se nota en las arcas de la república y en los bolsillos de los ricos comerciantes. Esta guerra perjudica a Roma y el senado toma la decisión de intervenir en defensa de la reina Antígona.

OOC: Como Major Power tengo disponible la acción diplomática de Intervenir en Guerra: sin necesidad de ser aliados con ninguna parte puedo autoinvitarme y meter las narices en cualquier conflicto. Ahora soy la policía del Mediterráneo.

Tres legiones reforzadas con auxiliares son enviadas a Alejandría en el invierno del año 559 AUC para ayudar a los lágidas y acabar con la guerra lo antes posible. Antes debemos relevar al mando de la Legion III a Aelius Sophus, que siendo un enconado rival del cónsul Cornelius Scipio, mostraba señales de falta de obediencia a las instrucciones consulares. El relevo se suaviza con un adecuado soborno para evitar un posible conflicto.

Las tres legiones son rápidamente enviadas a oriente, para tomar la formidable fortaleza de Pilousion, enclave estratégico que domina el paso entre Egipto y Siria, en manos de los rebeldes. El asedio es largo y penoso por las difíciles condiciones del terreno y el clima. Pilousion se encuentra en el límite entre las fértiles tierras del Delta y el desierto sirio, lo que pone al límite la capacidad de suministro de las legiones durante todo un año de asedio cuando el gran ejército de Derekid Siasqqipid ‘el árabe’ llega a auxiliar a los sitiados tras poner en fuga a un ejército de la reina y sus aliados.

OOC: Fuerte Nivel 7!!!!!

Las legiones aguantan el ataque de los africanos con su infranqueable disciplina y ‘el árabe’ retrocede hacia Siria para reagruparse durante el siguiente año hasta que la fortaleza finalmente se rinde y el camino hacia oriente queda abierto. No es hasta la primavera del año 562 AUC que damos por fin caza al ejército enemigo y las legiones, junto con el ejército de la reina Antígona lo derrotan en la batalla de Bethar, dándole caza hasta aniquilarlo por completo y capturar a su líder.

En pocos meses el orden es restaurado en el reino y el comercio vuelve a fluir desde los puertos egipcios. La guerra ha causado estragos en ciudades y provincias y pasará bastante tiempo hasta que la producción de algunos bienes vuelva a la normalidad anterior. Especialmente las exportaciones de grano serán más escasas, lo que dificultará llenar los graneros de nuestras grandes ciudades, y en mayor medida los de Roma, que ha crecido hasta convertirse en una verdadera metrópolis.

OOC: Antes de la guerra egipcia la barra de reservas de comida siempre estaba a tope. El convertirla en metrópolis y aumentar su capacidad de población no va a mejorar el abastecimiento precisamente.

 

[nachinus]

En primavera del año 568 AUC el senado y república de Roma, bajo el consulado de Cornelius Statius y Fabius Proculus, envía sus legiones a conquistar a los veneti y sus tribus aliadas. Manius Cornelius, al mando de tres legiones reforzadas con auxiliares y las columnas de nuestros aliados insubros penetran en territorio véneto y enseguida tienden asedio a las plazas fuertes tras poner en fuga a los ejércitos enemigos. La rápida llegada de sus aliados carnutos e istrios no es suficiente para detener nuestro avance.

El objetivo inicial de la campaña era la conquista del véneto para impedir el paso de los bárbaros a través de esta región, pero la victoria sobre los carnutos e istros azuza la ambición de los cónsules y del victorioso general Manius Cornelius y llevan la guerra hasta las tierras de éstas tribus. La campaña se prolonga durante un año más hasta la toma de las plazas fuertes de la península de Histria, y en septiembre del año 569 AUC la campaña se da por concluida con la anexión de los territorios del Véneto e Histria y el sometimiento de los carnutos a la autoridad romana.

Pronto se demuestra lo acertado de nuestra estrategia cuando ese mismo otoño una horda de bárbaros pannonios intenta atravesar el paso de Carnia hacia el véneto, siendo fácilmente expulsados con grandes pérdidas por la legión allí destacada reforzada por los aliados carnutos.

El principal objetivo del gobernador de la provincia además de la defensa militar será civilizar y estabilizar a las tribus, asentando la ley romana en el territorio. Con el tiempo esperamos que la influencia civilizadora asiente a la población no solo de nuestros dominios sino también en las regiones limítrofes y los pannonios dejen de ser una fuente de hordas saqueadoras.

Con la satisfacción del deber cumplido, el general Manius Cornelius vuelve a Roma triunfante y aprovechando su capital político moviliza a su facción para poner en marcha una iniciativa legislativa que satisface a los optimates y a los nobiles. Esta ley derogará a la Lex Hortensia, más del agrado de los populares y que tenía una gran aceptación entre las clases bajas.

En este mismo período se le concedió derechos de ciudad romana al populoso asentamiento portuario de Genua esperando que crezca y florezca gracias a su envidiable localización. También se cuenta como logro importante el paso de Massaesylia y Sagunto al estatus de clientes de Roma en lugar de simples tributarios, así como la alianza con los griegos de Massilia; todo ello de importancia estratégica para la inminente nueva guerra con Cartago.

 

[nachinus]

En primavera del año 575 AUC, bajo el consulado de Opiter Cornelius y Aelius Corvinus Roma vuelve a estar en guerra con Cartago. El objetivo es conquistar sus nuevas posesiones en Liguria, destruir a sus aliados en Hispania borrando su influencia en la península para siempre y quebrar definitivamente su capacidad expansionista.

Desde Genua parte una legión reforzada con auxiliares para tomar las fortalezas costeras cartaginesas. En las últimas décadas nuestros legionarios se han hecho expertos en el asedio y captura de fortalezas, y la pericia y el arrojo a la hora de asaltar las murallas enemigas forma ahora parte de nuestra tradición militar.

La mayor dificultad de la guerra se encuentra en Hispania, donde Cartago ha logrado que los contestanos se pongan de su lado y ha desplegado con sorprendente velocidad un ejército de clientes libios e íberos que derrota a las legiones II y IV en Elotana. El valiente general Manius Aelius tiene que lanzar una contracarga para dar a sus hombres tiempo para retirarse. Su acción a punto está de costarle la vida, pero a ella se debe la supervivencia de la legión y sus bagajes.

Aún con la llegada de la Legion VI y el refuerzo y reorganización de las dos legiones derrotadas en Elotana, durante el siguiente año la situación de la guerra en Hispania no deja de empeorar. Además del ejército hispano-libio, Cartago ha enviado otro ejército de mercenarios que ha derrotado a nuestros aliados turdetanos y saqueando buena parte de sus tierras. Nuestros cónsules y generales han subestimado terriblemente la capacidad de los púnicos para hacer la guerra en la península y la campaña está resultando un desastre.

OOC: A mis aliados turdetanos les han llovido hoxtiax por todas partes y ahora me toca recibir a mí.

Tertius Fabius, el joven y excelente comandante de la Legion VI, muere en combate en Ipolcobulcola haciendo frente a los mecrenarios cartagineses que nos sorprenden con nuestras fuerzas divididas. Unas semanas después se sucede una nueva derrota en el mismo escenario con gran pérdida de vidas entre las legiones II y IV, esta vez con los mercenarios enemigos reforzados por soldados libio-fenicios y aliados íberos. En Roma la triste noticia causa gran conmoción y el Pontifex Máximus organiza un sacrificio extraordinario a los dioses de la guerra con la esperanza de cambiar el curso de la campaña.

Marte es generoso y premia la fidelidad y devoción romana. Finalmente, en otoño las veteranas legiones I Invicta, llegada de Liguria tras rendir todas las plazas enemigas y la III Sabina, enviada desde Italia, logran derrotar al potente ejército púnico, desgastado después de librar tres duras batallas en apenas tres meses.

Esta batalla marca el punto de inflexión de la guerra. Aún serán necesarios dos años de campaña para lograr revertir la situación y barrer a los púnicos y sus aliados de Hispania, pero desde este momento la iniciativa está en manos romanas y es solo cuestión de tiempo que nuestras legiones marchen sobre suelo africano para infringir la mayor derrota que Cartago haya sufrido en su historia.

 

[nachinus]

Ya durante el último año de la cuarta guerra púnica, las legiones liberadas en Hispania reforzaron a las derrotadas en Dalmacia para realizar un contraataque contra los ejércitos bárbaros. Éstos, ocupados en el pillaje de la región que se abría ante ellos tras la captura de la fortaleza de Dioclea, fueron sorprendidos y superados en la batalla de Scodra.

Los ejércitos dálmatas se retiraron más allá de sus fortalezas mientras que sus aliados panonios de las tribus Scordiscia y Cotinia atravesaron el paso de montaña de Leusinium para volver a sus tierras. Nuestra flota transportó desde África a la Legión II desembarcándola en el corazón de la costa dálmata en un astuto movimiento que permitió cortar la retirada del ejército enemigo, que fue masacrado sin piedad. El ataque a traición aprovechando la momentánea debilidad de nuestra guarnición merece un castigo ejemplar, de modo que el senado apoya continuar la guerra hasta la completa subyugación de todos los que alzaron sus armas contra Roma. La conquista del territorio interior será costosa, pues tras los difíciles contornos de las montañas dálmatas todavía espera un vasto territorio bárbaro preñado de densos bosques y caudalosos ríos.

Tras un año de guerra capturando todas las ciudades dálmatas del interior, prendiendo fuego a los oppida de los bárbaros panonios y poniendo en fuga a todas sus huestes finalmente aceptan someterse a la autoridad romana. Todo el territorio de Dalmacia se incorporará a la provincia romana de Iliria, mientras que escordicios y cotinios juran lealtad a Roma y nos rendirán tributo en forma de hombres para la guerra. Las nuevas conquistas serán un escudo ante las invasiones bárbaras de los bárbaros galos orientales y las tribus de las montañas.

Los gobernadores de las provincias de Venetia y Dalmacia reciben instrucciones de centrar sus esfuerzos en expandir la civilización romana, asentando tribus y atrayendo población migrante a las ciudades y aldeas. Con el tiempo esperamos que las peligrosas tribus montañesas abandonen sus belicosas costumbres y se sumen a la paz romana.

OOC: Esta política no solo aumenta la civilización en tu provincia sino también en las cercanas, incluyendo enclaves bárbaros. Subir la civilización de los bárbaros es la manera de que dejen de formarse hordas errantes.

Mientras tanto, en Hispania la influencia romana se hacía más fuerte con los nuevos gobernadores y el comienzo de integración del reino de Saguntinia, que bajo la égida romana había prosperado desde una tribu ignorante a un sofisticado estado cliente. En Sicilia se descubren minas de sulfuro, un mineral cuyo valor comercial ha visto un gran incremento en todo el Mediterráneo. Un gran número de esclavos escordicios capturados en la última guerra son enviados a trabajar en las minas de Tyndaris.

En cuanto a la política doméstica, son funestos tiempos para los romanos de orden. En el año 586 AUC, son elegidos dos cónsules de locas ideas populistas: S. Aelius Philippus y G. Cornelius Paullus. Los Aelius, familia de origen plebeyo engrandecida gracias a las oportunidades de la expansión romana, han sido siempre fuente de malas hierbas, pero en esta ocasión han conseguido un aliado entre los Cornelios de más baja alcurnia. Entre ambos suman un número decente de clientes e influencia y no dudan en aprovechar la inmejorable posición de su consulado para sacar adelante políticas escandalosas en contra de los intereses de intachables nobiles, propietarios y gobernadores romanos al grito de ‘¡expropiese!’ o ‘proletarii del mundo, uníos!.

Por si fuera poco lidiar con los enemigos intestinos de Roma, al poco tiempo nos llegan penosas noticias de Hispania y la frontera ligur:

OOC: La Hidra inasequible al desaliento!!!!!! Obviamente tenían que llegar a Aragón. El magnetismo gravitacional de los cabezones se atrae.

 

[nachinus]

En el año 598 AUC, bajo el consulado de G. Cornelius Paullus y D. Cornelius Scipio, el senado y pueblo romano comienza una nueva guerra contra Cartago, el más pertinaz de los enemigos, que para entonces ya había absorbido las tierras de sus tributarios consoranios en el sur de la Galia y todavía contaba con sus aliados ilercavones y en el noroeste de Hispania.

La campaña comienza en la costa sur de la Galia con la conquista de Antipolis, una antigua colonia masilota ahora en manos de los púnicos. Tras su captura, la ayuda de Indiketia permitirá continuar la incursión hacia el oeste contra la Galia cartaginesa y el norte de Hispania. Pronto nuestras legiones conquistan la importante fortaleza en la ciudad gala de Tolosa, en el corazón de la provincia enemiga.

Pero el escenario más cruel de esta guerra será en África, donde para nuestra sorpresa los púnicos todavía pueden desplegar potentes ejércitos de soldados libio-fenicios con elefantes y caballería pesada. El primer choque entre los ejércitos romano-númidas y los púnicos se salda a favor de los segundos, y el enemigo penetra en el territorio de Massaesilia al tiempo que toma la fortaleza romana de Tipasa, enclavada en la frontera entre la costa del reino númida y la cartaginesa. No es hasta dos años de guerra a la defensiva y retiradas estratégicas que el cónsul Cornelius Paullus llega a África al mando de las legiones victoriosas en la Galia para socorrer a las magulladas legiones y los desmoralizados ejércitos númidas. Estos refuerzos cambian el signo de la campaña y el avance cartaginés es detenido en la batalla de Portus Divinus. Paullus logra poner en fuga al enemigo y aplastar completamente una de las columnas de aliados libios. Antes de terminar el año, ha recuperado los puertos más importantes y reconquistado prácticamente todas las fortalezas perdidas, ganándose el sobrenombre ‘Victor’.

Aún será necesario otro año más de campaña y la llegada de nuevos refuerzos comandados por Opiter Cornelius Africanus, el cónsul del año 601 AUC junto con G. Cornelius Proculus, para lograr abrirnos paso hacia la costa púnica defendida por formidables fortalezas. Qishi, la mayor de ellas, requerirá dos años completos, el bloqueo del puerto por parte de nuestra flota y tres de las legiones más potentes para de ser rendida.

Pese a los contraataques de los cartagineses y sus aliados que logran una pequeña victoria frente a la III Legion en Tbessa, la marcha de nuestras legiones es imparable y los sufetes de nuevo se ven obligados a aceptar la paz con condiciones humillantes, que esperamos acaben definitivamente con la potencia militar cartaginesa y arruinen su hegemonía sobre África. Todos sus nuevos dominios o los de sus aliados en Hispania o la Galia pasarán a manos romanas o de Indiketia. El mismo destino corre toda la costa númida desde los puertos de Massaesylia hasta Hippo Regius, incluyendo todas las fortalezas costeras en la región. La propia Cartago y su ciudad tributaria Atiq serán las únicas ciudades fortificadas en toda la costa norte que no estén en nuestras manos o de nuestros clientes númidas. Por último, Cartago renunciará a todas las tierras interiores de Nuimidia, poniendo los últimos territorios que quedaban en sus manos bajo el gobierno de las antiguas tribus de Massylia, que agradecidas aceptarán la amistad y luego soberanía de Roma.

En Rosa, las tierras Massylias que quedan liberadas.

 

[nachinus]

Con las nuevas conquistas se hace necesario asegurar las tierras entre Liguria y la nueva Galia romana en la costa sur, por lo que el senado envía regalos y embajadores a los oligarcas de Indiketia con objeto de persuadirles para convertir su joven república en un cliente de Roma. El éxito de los diplomáticos nos abre una importante ruta que une Italia con Hispania y un paso más en la absoluta dominación del Mare Nostrum.

Para completar dicho dominio, en el verano del año 610 AUC la república se lanza a la guerra contra los ilercavones en el noreste de Hispania, que están aliados con los reinos celtíberos más importantes del norte peninsular. El conflicto comienza con malos augurios, pues al poco de empezar la campaña el mismísimo Augur A. Cornelius Scipio es acusado con pruebas irrefutables de corrupción y malversación en el ejercicio de su cargo. El cónsul Drusus Cornelius es el encargado de la penosa tarea de condenar a un miembro de su propia gens y apartarle de su cargo entre humillación y deshonra. Un joven Aelius Brutus, de la facción boni moderada, ocupará su lugar.

Marte, sin duda azorado por la impiedad de los romanos, no tuvo a bien otorgar la rápida victoria que nuestros generales buscaban, y el primer año de guerra se saldó con pequeñas victorias y el saqueo de los asentamientos ilercavones más próximos a nuestra frontera. La victoria contra los aguerridos celtíberos requeriría un mayor esfuerzo que quedaría en manos de los siguientes cónsules. Volero Claudius Pulcher y Titus Aelius, ambos excelentes patriotas y militares romanos, son elegidos para el consulado en el 611 AUC. Para finales del año, el general de la legión XIV, Gaius Claudius Pulcher, hijo del cónsul, ha logrado derrotar al grueso de los ilercavones y a sus aliados celtíberos a lo largo del río Iberus hasta llegar prácticamente a la costa cántabra. Es una victoria rápida y brillante que le valdrá el honroso título ‘Victor’.

El principal aliado de los ilercavones era el viejo rey cántabro Tureno de Tamaricia, que reinaba sobre un extenso territorio que abarcaba prácticamente toda la meseta norte de Hispania, gobernando sobre un gran número tribus celtibéricas antaño independientes. Sus generales comandaban numerosos ejércitos y se alzaba como la potencia nativa más importante de la península, algo que disgustaba y preocupaba a los gobernadores romanos de las provincias hispánicas. Esta guerra debía servir para destruir su poder y afianzar aún más el de Roma.

Por ello, la guerra se alargó todavía dos años más, desviando a las legiones para penetrar en el territorio de la Celtiberia para aplastar por completo toda la resistencia tamaricia antes de acabar la guerra con los ilercavones y el resto de sus aliados. En el año 613 AUC el rey Tureno se vio obligado a firmar una paz separada que a todos los efectos le volvía a convertir en un jefe tribal más, liberando a numerosas tribus celtíberas a las que había sometido. A su grandioso reino solo le quedaría el nombre.

Quebrado así el mayor reino opuesto a Roma, solo queda terminar la guerra anexionando todas las posesiones de los ilercavones en Hispania y convirtiendo en clientes al resto de la tribu en la Galia, así como a sus aliados de la tribu de los autrigones.

OOC: Ahora somos Great Power y ya no podemos tener aliados, solo súbditos y estados garantizados. El poder policial queda ampliado con la opción de forzar la paz.

En verde provincias romanas, en turquesa clientes, tributarios y tribus vasallas.

 

[nachinus]

Los gobernadores y las legiones africanas estaban listas para la negativa de Cartago, y pocas semanas después de su respuesta las tres legiones acampadas en la costa africana estaban asediando la última de las formidables fortalezas que los púnicos poseían en Tunicia.

Otro grupo de legiones navega desde Hispania e Italia y desembarcan al sur de Cartago, donde tendrán que rechazar el contraataque de un ejército de 25.000 hombres comandado por uno los bárcidas. Una vez despejado el camino, se dirigen a la capital púnica, la cual tras 120 días de asedio se rinde a las legiones y es sometida a cruel saqueo.

En las siguientes semanas los ejércitos romanos continúan su marcha por la costa saqueando todas y cada una de las ciudades cartaginesas. No hay ni una sola de ellas que no pague el precio de la guerra en forma de botín y esclavos. Hay que hacer sangrar a Cartago, infringirle la mayor de las derrotas y forzarla a las más exigentes condiciones de sometimiento. Esta es una guerra justa, la culminación de un conflicto de siglos, y no hay casus belli más importante que la constante iniquidad de las élites púnicas.

OOC: Voy a por todas las bonificaciones posibles para sacar lo máximo del warscore. La actitud diplomática expansionista me da otro -10% y tengo tres Inventions que dan -5% cada uno.

Finalmente Cartago es derrotada de una vez por todas. La ciudad es saqueada y desposeída de sus más preciados monumentos. Nobles y plebeyos sin distinción sufren el juicio de la espada por doquier. El asedio, saqueo y posterior expolio causan la pérdida de casi la mitad de la población entre muertos, esclavos y huidos. Los bárcidas son purgados y el Gran Consejo es forzado a poner a un sufete sumiso al frente de la república. Bomílcar Hannid tendrá la sombría tarea de articular la conversión de su república en un cliente de roma sin poder alguno. La misma ciudad de Cartago y sus territorios pasarán a formar parte de la provincia romana de Africa. Buena parte de sus posesiones en Mauritania son cedidas a nuestro cliente el rey Syphax de Massaesylia. Bomílcar y los nuevos sufetes apenas tendrán el control sobre la mayormente desértica costa occidental de Mauritania y Tingitania, y el pedazo de costa entre la Cartago romana y Tripolitania, siempre bajo la supervisión del senado de Roma.

OOC: Esto pone fin al árbol de misiones Punic Rivals.

Pax Romana.