Hum..... Karloman obtiene todos sus triunfos merced a la fuerza de las armas. ¿Han fenecido los gloriosos tiempos en que se lograban gracias al tálamo y el cuchillo?
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Con la mítica 1.04a, que ya que empecé con esa pues con esa intentaré acabar. No me apetece mucho un cambio de versión a estas alturas, la vrdad.Jacme said:¡Dios mío! Si levantara la cabeza Constantino...
El efecto puzzle que tanto odia Lucius es brutal... ¿con qué versión juegas?
¿Por cierto, el Papado tiene muchos territorios al este del Sacro Imperio?
Y el Papado tiene un par de provincias en Polonia, merced a su título de Arzobispo de Wielpolska o algo asín, además de su diginidad papal, claro...
Nop, están de vacaciones, como el restoCondottiere said:
La verdad es que es dif´cil encontrar una novia con futuro a estas alturas de partida, pero no cejo en el empeño. ¿O es que el relato se está haciendo un coñazo? :wacko:
No, no es que sea un coñazo. Resulta muy interesante, pero ha entrado en una nueva fase. Ahora no se trata de alcanzar el poder, sino de aumentarlo. Los Hohenstaufen originales sí que se metieron en guerras para lograrlo, aunque al final su resultado fue la desintegración del Imperio. Los Habsburgo, por el contrario, siguieron confiando durante mucho tiempo en las alianzas matrimoniales.
Pero tú decides el rumbo que debe tomar la historia .
Pero tú decides el rumbo que debe tomar la historia
.
uep, ya me he puesto al dia. Enhorabuena rex ... y ... enga palpatine, te quiero ver llegar hasta Sicilia
Por cierto, muy chulo el atlas mundial
... y ... enga palpatine, te quiero ver llegar hasta Sicilia Por cierto, muy chulo el atlas mundial
Un duque, siendo pequeño en poder, debe recurrir a la daga que es menor que la espada, reservando esta para escasas y cointadas ocasiones. Un REY, siendo mayor en poder, debe recurir a la espada, reservando la daga, que es menor y menguada, para escasas y contadas ocasiones.
Capítulo XXV. Parte I
Capítulo XXV: La Primera Cruzada Catalana
Una vez asentado su trasero firmemente en el trono alemán, Karloman II convocó un frío día de enero del año del Señor de 1200 a su fiel consejero, que no era otro que el inefable Extranjero, con la intención de planear el futuro inmediato de su reino. Un nuevo siglo (sí, ya sé que realemnte no empieza hasta 1201 pero esto es el medievo amigos) acababa de iniciarse, un siglo en el que el linaje Hohenstaufen debía convertirse en la familia más importante e influyente no sólo de los pueblos germánicos, sino de todo el Occidente católico. Sus antepasados habían colocado sucesivamente las piedras necesarias en el camino hacia el trono alemán; ahora era turno de Karloman II de comenzar a construir uno nuevo.
-¿Qué debo hacer Extranjero? ¿Enfrentarme ya a Bruno de Italia, o de nuevo a Otto de Borgoña?-, le preguntó indeciso el monarca alemán al misterioso compañero de viaje de su ilustre familia.
-Lo cierto, Majestad, es que en estos momentos apenas podéis enfrentaros a otro señor cristiano sin provocar una absoluta hecatombe en vuestra ya ajada reputación. Primero deberíais, como ya habéis hecho, ir reclamando poco a poco los títulos que descansan en manos del Von Franken 'italiano', compensando dichas reivindicaciones con la investidura de nuevos súbditos. Es todo cuestión de equilibrio-, le contestó el enigmático consejero.
-Si sigo concediendo títulos con semejante prodigalidad, acabaré fundiendo mi patrimonio en menos que ruge un león (los gallos, para los francos). Y eso no me lo puedo permitir-, protestó el joven rey.
-Precisamente por eso debéis haceros con nuevos títulos que no requieran de vuestra reputación para depsués repartirlos entre vuestra familia y cortesanos, mi Rey-, respondió con suavidad el Extranjero tras guiñar un ojo a su señor.
-¿Acaso proponéis recurrir a la daga? ¿Resucitar las viejas costumbres de mi familia?-, preguntó entusiasmado Karloman II.
-Parafraseando a un sabio cristiano que reside en el Califat Independent de Benimaclet diré que 'un duque, siendo pequeño en poder, debe recurrir a la daga que es menor que la espada, reservando ésta para escasas y contadas ocasiones. Un REY, siendo mayor en poder, debe recurir a la espada, reservando la daga, que es menor y menguada, para escasas y contadas ocasiones'. Y como en estos momentos no existe enlace alguno provechoso para vuestra familia, dado que vuestros hijos son todavía menores de edad, os aconsejo que toméis la Cruz y mostréis al resto del mundo la piedad que tiñe vuestro carácter-, señaló el Extranjero, ya con un tono marcado por la impaciencia.
-Bueno, siempre existe la posibilidad de que mi querida esposa sufra un desgraciado accidente y...-, señaló Karloman II con un ligero brillo de emoción en los ojos.
-No, mi señor-, le interrumpió el Extranjero. -Ha llegado el momento de que gritéis ¡Deus vult!
Tras apartar de su mente la posibilidad de deshacerse de su cónyuge, Karloman II centró toda su atención en la Cruzada que iba a iniciar con el único objetivo de limpiar su imagen... lo que le permitiría más adelante endiñarle una buena dentellada al legado Von Franken. Tras convocar a su mariscal y repasar los mapas y cartas de la corte, el monarca Hohenstaufen pronto decidió cuál sería su objetivo: el Reino beréber Hammadida. A pesar de que el poder de los Hammadidas, o Banu Hammad en honor a su fundador Hammad bin Buluggin, estaba localizado en el Magreb central, hacía ya varias décadas que habían extendido sus conquistas hasta los mismos Pirineos. De hecho, habían sido los grandes artíficies de la desaparición del Ducado de Cataluña tras la conquista de las ricas y muy cristianas y catalanas provincias de Barcelona, Rosellón y Ampurias. Además, los Hammadidas conformaban un reino más bien pequeño sin llegar al tremendo poder de Fatimíes o de los turcos Silyuqíes (Seljuks). Incluso habían instalado su capital en Barcelona, lo que daba muestra de la pobreza de sus provincias de origen africanas.
Sin embargo, la primera etapa de la que sería conocida por siempre como 'der erste katalanische Kreuzzug' (la Primera Cruzada Catalana), incluía la necesidad de un pronta conquista de la pequeña isla del archipiélago balear de Menorca, dominada en esos momentos por un emir incauto independiente. La toma de Menorca pondría en bandeja a Karloman II un 'puente' entre los puertos germano/italianos del norte transalpino desde donde partirían los cruzados, y las tierras oprimidas por el infiel del noreste peninsular, donde la comunidad católica y la cultura catalana seguían siendo mayoría. Y su liberación le haría más que popular...
Así pues, el vigésimo quinto día del mes de enero del año del Señor de 1201, partían desde el bullicioso puerto italiano de Parma cerca de 4.000 soldados suabos con destino a Menorca, con el Rey Karloman II al frente de sus tropas, y como ellas, luciendo un gran cruz roja en el pecho. Tras un atronador ¡Deus vult! y las bendiciones del Obispo de la Diócesis germana, un Hohenstaufen partía, en este caso zarapaba, a enfrentarse por primera vez al infiel, pero al de verdad, no a los pobres paganos del norte a los que con vestir a sus dioses o diosas con ropas de santos cristianos les era más que suficiente para convertirse a la verdadera Fe. No, esta vez la guerra sería contra el musulmán, el Infiel con mayúsculas.
Tras cerca de dos meses de travesía por el Mediterráneo Occidental, el décimo día del mes de marzo de 1201 arribaban los cruzados a las costas de Menorca, desembarcando con rapidez para enfrentarse al enemigo en el ventoso campo de batalla menorquín, no por la flatulencia de sus habitantes, sino por el intenso viento que caracterizaba, junto a sus deliciosos quesos, a la pequeña isla balear. 'Der erste katalanische Kreuzzug' acababa de comenzar.
Tras un mes de intensos combates, los cruzados germanos se habían hecho ya con el control de la mayoría de la isla. Tan sólo la Medinat Yazira, que más tarde sería conocida como Mahón o Maó, se mantenía fuera del alcance de Karloman II y sus tropas. Pronto, sin embargo, el poderío de Karloman II lograría derrotar la resistencia musulmana tras peder tan sólo 300 almas del contigente inicial de suabos. La isla de Menorca, mayoritariamente árabe y musulmana, caía en poder de los alemanes el undécimo día del mes de mayo del año del Señor de 1211. Y el mundo cristiano empezaba a mirar con otros ojos a Karloman II.
Una vez finalizada la primera fase de la Cruzada, y asegurada Menorca como base de operaciones para el asalto de las tierras catalanas de la Iberia musulmana, los Hammadidas serían los siguientes en sufrir la cólera religiosa, y sobre todo la urgente necesidad de mejorar su imagen, de Karloman II. Sin embargo, como hombre previsor vale por dos, o al menos eso se decía, el monarca germano optó por esperar a recibir refuerzos de parte de sus vasallos desde Alemania e Italia para el asalto definitivo a los Hammadidas y la protección de la nueva isla conquistada, por si las tropas Hammadidas del Magreb decidiían hacer un alto en su camino hacia Cataluña. Cerca de 6.000 espadas se unirían al ejército de Karloman II, mientras que 5.000 hombres más viajarían poco después a Menorca para encargarse de su defensa y protección, que sería reforzada medinte la inmediata construcción de un pequeño castillo cuya finaciación saldría, como no, de las arcas regias.
Por fin, el primer día de marzo del mes de marzo del año del Señor de 1202, Karloman II declaraba la guerra a los infieles Hammadidas, zarpando ese mismo día del puerto de la todavía Medinat Yazira en dirección a la gloria eterna... o a una muerte no menos gloriosa.
Sin embargo, Karloman II no lucharía solo, puesto que tanto el Ducado de Poitou como la República de Génova unieron sus esfuerzos cruzados a los de Karloman II. 'Der erste katalanische Kreuzzug' seguía su sagrado curso.
(continúa)
Capítulo XXV: La Primera Cruzada Catalana
Karloman II Barbagrís, vistiendo la Cruz [Friedrich I Barbarossa].
Una vez asentado su trasero firmemente en el trono alemán, Karloman II convocó un frío día de enero del año del Señor de 1200 a su fiel consejero, que no era otro que el inefable Extranjero, con la intención de planear el futuro inmediato de su reino. Un nuevo siglo (sí, ya sé que realemnte no empieza hasta 1201 pero esto es el medievo amigos) acababa de iniciarse, un siglo en el que el linaje Hohenstaufen debía convertirse en la familia más importante e influyente no sólo de los pueblos germánicos, sino de todo el Occidente católico. Sus antepasados habían colocado sucesivamente las piedras necesarias en el camino hacia el trono alemán; ahora era turno de Karloman II de comenzar a construir uno nuevo.
-¿Qué debo hacer Extranjero? ¿Enfrentarme ya a Bruno de Italia, o de nuevo a Otto de Borgoña?-, le preguntó indeciso el monarca alemán al misterioso compañero de viaje de su ilustre familia.
-Lo cierto, Majestad, es que en estos momentos apenas podéis enfrentaros a otro señor cristiano sin provocar una absoluta hecatombe en vuestra ya ajada reputación. Primero deberíais, como ya habéis hecho, ir reclamando poco a poco los títulos que descansan en manos del Von Franken 'italiano', compensando dichas reivindicaciones con la investidura de nuevos súbditos. Es todo cuestión de equilibrio-, le contestó el enigmático consejero.
-Si sigo concediendo títulos con semejante prodigalidad, acabaré fundiendo mi patrimonio en menos que ruge un león (los gallos, para los francos). Y eso no me lo puedo permitir-, protestó el joven rey.
-Precisamente por eso debéis haceros con nuevos títulos que no requieran de vuestra reputación para depsués repartirlos entre vuestra familia y cortesanos, mi Rey-, respondió con suavidad el Extranjero tras guiñar un ojo a su señor.
-¿Acaso proponéis recurrir a la daga? ¿Resucitar las viejas costumbres de mi familia?-, preguntó entusiasmado Karloman II.
-Parafraseando a un sabio cristiano que reside en el Califat Independent de Benimaclet diré que 'un duque, siendo pequeño en poder, debe recurrir a la daga que es menor que la espada, reservando ésta para escasas y contadas ocasiones. Un REY, siendo mayor en poder, debe recurir a la espada, reservando la daga, que es menor y menguada, para escasas y contadas ocasiones'. Y como en estos momentos no existe enlace alguno provechoso para vuestra familia, dado que vuestros hijos son todavía menores de edad, os aconsejo que toméis la Cruz y mostréis al resto del mundo la piedad que tiñe vuestro carácter-, señaló el Extranjero, ya con un tono marcado por la impaciencia.
-Bueno, siempre existe la posibilidad de que mi querida esposa sufra un desgraciado accidente y...-, señaló Karloman II con un ligero brillo de emoción en los ojos.
-No, mi señor-, le interrumpió el Extranjero. -Ha llegado el momento de que gritéis ¡Deus vult!
Tras apartar de su mente la posibilidad de deshacerse de su cónyuge, Karloman II centró toda su atención en la Cruzada que iba a iniciar con el único objetivo de limpiar su imagen... lo que le permitiría más adelante endiñarle una buena dentellada al legado Von Franken. Tras convocar a su mariscal y repasar los mapas y cartas de la corte, el monarca Hohenstaufen pronto decidió cuál sería su objetivo: el Reino beréber Hammadida. A pesar de que el poder de los Hammadidas, o Banu Hammad en honor a su fundador Hammad bin Buluggin, estaba localizado en el Magreb central, hacía ya varias décadas que habían extendido sus conquistas hasta los mismos Pirineos. De hecho, habían sido los grandes artíficies de la desaparición del Ducado de Cataluña tras la conquista de las ricas y muy cristianas y catalanas provincias de Barcelona, Rosellón y Ampurias. Además, los Hammadidas conformaban un reino más bien pequeño sin llegar al tremendo poder de Fatimíes o de los turcos Silyuqíes (Seljuks). Incluso habían instalado su capital en Barcelona, lo que daba muestra de la pobreza de sus provincias de origen africanas.
Sin embargo, la primera etapa de la que sería conocida por siempre como 'der erste katalanische Kreuzzug' (la Primera Cruzada Catalana), incluía la necesidad de un pronta conquista de la pequeña isla del archipiélago balear de Menorca, dominada en esos momentos por un emir incauto independiente. La toma de Menorca pondría en bandeja a Karloman II un 'puente' entre los puertos germano/italianos del norte transalpino desde donde partirían los cruzados, y las tierras oprimidas por el infiel del noreste peninsular, donde la comunidad católica y la cultura catalana seguían siendo mayoría. Y su liberación le haría más que popular...
Así pues, el vigésimo quinto día del mes de enero del año del Señor de 1201, partían desde el bullicioso puerto italiano de Parma cerca de 4.000 soldados suabos con destino a Menorca, con el Rey Karloman II al frente de sus tropas, y como ellas, luciendo un gran cruz roja en el pecho. Tras un atronador ¡Deus vult! y las bendiciones del Obispo de la Diócesis germana, un Hohenstaufen partía, en este caso zarapaba, a enfrentarse por primera vez al infiel, pero al de verdad, no a los pobres paganos del norte a los que con vestir a sus dioses o diosas con ropas de santos cristianos les era más que suficiente para convertirse a la verdadera Fe. No, esta vez la guerra sería contra el musulmán, el Infiel con mayúsculas.
Tras cerca de dos meses de travesía por el Mediterráneo Occidental, el décimo día del mes de marzo de 1201 arribaban los cruzados a las costas de Menorca, desembarcando con rapidez para enfrentarse al enemigo en el ventoso campo de batalla menorquín, no por la flatulencia de sus habitantes, sino por el intenso viento que caracterizaba, junto a sus deliciosos quesos, a la pequeña isla balear. 'Der erste katalanische Kreuzzug' acababa de comenzar.
Huestes cruzadas de Karloman II.
Tras un mes de intensos combates, los cruzados germanos se habían hecho ya con el control de la mayoría de la isla. Tan sólo la Medinat Yazira, que más tarde sería conocida como Mahón o Maó, se mantenía fuera del alcance de Karloman II y sus tropas. Pronto, sin embargo, el poderío de Karloman II lograría derrotar la resistencia musulmana tras peder tan sólo 300 almas del contigente inicial de suabos. La isla de Menorca, mayoritariamente árabe y musulmana, caía en poder de los alemanes el undécimo día del mes de mayo del año del Señor de 1211. Y el mundo cristiano empezaba a mirar con otros ojos a Karloman II.
Una vez finalizada la primera fase de la Cruzada, y asegurada Menorca como base de operaciones para el asalto de las tierras catalanas de la Iberia musulmana, los Hammadidas serían los siguientes en sufrir la cólera religiosa, y sobre todo la urgente necesidad de mejorar su imagen, de Karloman II. Sin embargo, como hombre previsor vale por dos, o al menos eso se decía, el monarca germano optó por esperar a recibir refuerzos de parte de sus vasallos desde Alemania e Italia para el asalto definitivo a los Hammadidas y la protección de la nueva isla conquistada, por si las tropas Hammadidas del Magreb decidiían hacer un alto en su camino hacia Cataluña. Cerca de 6.000 espadas se unirían al ejército de Karloman II, mientras que 5.000 hombres más viajarían poco después a Menorca para encargarse de su defensa y protección, que sería reforzada medinte la inmediata construcción de un pequeño castillo cuya finaciación saldría, como no, de las arcas regias.
Por fin, el primer día de marzo del mes de marzo del año del Señor de 1202, Karloman II declaraba la guerra a los infieles Hammadidas, zarpando ese mismo día del puerto de la todavía Medinat Yazira en dirección a la gloria eterna... o a una muerte no menos gloriosa.
Sin embargo, Karloman II no lucharía solo, puesto que tanto el Ducado de Poitou como la República de Génova unieron sus esfuerzos cruzados a los de Karloman II. 'Der erste katalanische Kreuzzug' seguía su sagrado curso.
(continúa)
Last edited:
Ya estamos de vueltaaaa!
De todas maneras, pronto volveré por mis fueros pq es sencillamente más divertido.
Y a ver si acabo el atlas que me quedan un par de mapas por hacer.
Un pequeño homenaje que espero te guste
Bueno, me alegra saber que no os entra la super modorra al leer el AAR. Lo cierto es que para mí era más divertido jugar y escribir la parte anterior a convertirme en rey. Ahora poco menos que podría hacer lo que me diese la gana, y eso es muuuuuuy aburrido. bueno, a ver qué pasa con el Mongol...Condottiere said:No, no es que sea un coñazo. Resulta muy interesante, pero ha entrado en una nueva fase. Ahora no se trata de alcanzar el poder, sino de aumentarlo. Los Hohenstaufen originales sí que se metieron en guerras para lograrlo, aunque al final su resultado fue la desintegración del Imperio. Los Habsburgo, por el contrario, siguieron confiando durante mucho tiempo en las alianzas matrimoniales.
Pero tú decides el rumbo que debe tomar la historia
De todas maneras, pronto volveré por mis fueros pq es sencillamente más divertido.
Gràcies, reiCorleone said:uep, ya me he puesto al dia. Enhorabuena rex
Por cierto, muy chulo el atlas mundial
Y a ver si acabo el atlas que me quedan un par de mapas por hacer.
Me ha gustado tanto esta frase que no he tenido más remedio que usarla en el AAR. Tiene un tono muy 'Extranjeril'bolondro2 said:
Un pequeño homenaje que espero te guste 
¡Gracias por continuar, Obelixeke! Llevaba ya muchos días esperando impaciente.
Por cierto, MUY buena la frase, Bolondro, me ha encantado.
Por cierto, MUY buena la frase, Bolondro, me ha encantado.
Nop, gracias a tí por esperarGlaurung2 said:
Y, como ya he dicho, la frase de Bolondro es que quedaba que ni pintada en el AAR. ¿Será el hermano perdido del Extranjero?
Tendrías que haber ido a Mallorca primero, que es como una segunda patria para los alemanes.
Por cierto me ha encantado que vengas a "liberarnos" primero a nosotros
Por cierto me ha encantado que vengas a "liberarnos" primero a nosotros
Dímelo a mí, que no sólo soy de allí sino que además tuve que currarme varios reportajes sobre las actividades alcohólico-vandálicas de los supuestamente modernos y cívicos germanos, que a Mallorca van en plan horda de godos, ostrogodos o godos a secasDBM said:
Pero como Mallorca pertenece al Reino de Túnez he preferido empezar por Menorca que era un dominio independiente.Jejejeje, es que estábais a huevo!!!DBM said:Por cierto me ha encantado que vengas a "liberarnos" primero a nosotros
Además, por la división que puedes apreciar en el mapa de Iberia del atlas mundial era el primer paso a dar para conseguir una cabeza de puente en la península, para después zamparme, si puedo, toda la península 
Me uno a los que te agradecen la continuación. Pensaba que cuando volviese de la vacaciones estaría más avanzada pero me alegro de no tener que leer demasiados capítulos seguidos.
A mi también me ha gustado mucho el "aforismo" de Bolondro.
Por cierto, a este paso para 1250 tendrás el imperio y la peninsula, ¿después que harás, lo dejarás por haber cumplido objetivos o continuarás? Es que cuando llego a los objetivos que me marco suelo buscarme algún otro, pero en cuanto consigo ese suelo ser la superpotencia, me aburro y lo dejo.
A mi también me ha gustado mucho el "aforismo" de Bolondro.
Por cierto, a este paso para 1250 tendrás el imperio y la peninsula, ¿después que harás, lo dejarás por haber cumplido objetivos o continuarás? Es que cuando llego a los objetivos que me marco suelo buscarme algún otro, pero en cuanto consigo ese suelo ser la superpotencia, me aburro y lo dejo.
Sip, a mí me pasa más o menos lo mismo: cuando ya soy muy grande se me quitan las ganas de seguir. Esperemos que no me pase en esta partida y encuentre algo que hacer tras alcanzar mis objetivos (que aparecen en el primer o segundo post del hilo). Todavía me quedan varios por alcanzar así que por el momento no hay temor al mega-aburrimientoGauna said:
Obelixeke said:Sip, a mí me pasa más o menos lo mismo: cuando ya soy muy grande se me quitan las ganas de seguir. Esperemos que no me pase en esta partida y encuentre algo que hacer tras alcanzar mis objetivos (que aparecen en el primer o segundo post del hilo). Todavía me quedan varios por alcanzar así que por el momento no hay temor al mega-aburrimiento
En ese caso, siempre puedes empezar otra vez de cero. Conviertes el Imperio en electivo, te las arreglas para que tu heredero sea un completo inepto, Alemania se desintegra, y debes comenzar la Reconquista otra vez
Además, aún te queda la visita de los Mongoles y la Peste, que suelen venir cargados de regalitos.
Y ahora las Cruzadas?? Pues anda que no vas a tener que matar infieles para limpiar el nombre de los Hohenstauffen!!! :rofl:
Pero bueno no esta nada mal la idea, no...
Y de todas maneras, en Italia no hay infieles? Asi matarias dos pajaros de un tiro..
Pero bueno no esta nada mal la idea, no...
Y de todas maneras, en Italia no hay infieles? Asi matarias dos pajaros de un tiro..
DBM said:Tendrías que haber ido a Mallorca primero, que es como una segunda patria para los alemanes.
Por cierto me ha encantado que vengas a "liberarnos" primero a nosotros
Crónicas del Rey Hohenstaufen o de cómo los alemanes conquistaron las Baleares para no abandonarlas jamás
¡¡VIVA POR FIN LAS CRUZADAS DE VERDAD!! :rofl: :rofl: :rofl:
Venga, venga, que ya es hora de que limpies la imagen de los Hohenstaufen ante los ojos del mismisimo Dios,... que seguro que no soy la niña de sus ojos precisamente :rofl:
Un saludo.
Venga, venga, que ya es hora de que limpies la imagen de los Hohenstaufen ante los ojos del mismisimo Dios,... que seguro que no soy la niña de sus ojos precisamente
:rofl: Un saludo.
Psst... psst... Obelixeke...
espero que con tus tropas te hayas traído a un suizo llamado Gamper, muy simpático él, para ayudarte con la conquista de Catalunya :rofl:
espero que con tus tropas te hayas traído a un suizo llamado Gamper, muy simpático él, para ayudarte con la conquista de Catalunya :rofl:
Obelixeke said:Me ha gustado tanto esta frase que no he tenido más remedio que usarla en el AAR. Tiene un tono muy 'Extranjeril'
Glaurung2 said:
Gaunas said:
Me siento halagado caballeros....
Obelixete said:
Aqui ya me sonrojo y todo....
Last edited:
Capítulo XXV. Parte II
(continuación)
El segundo día de mayo del año del Señor de 1202 la armada germano-italiana que transportaba a los cruzados alemanes desde Menorca divisó la ciudad de Barcelona. Pensando que la población autóctona se uniría a la santa causa cruzada, Karloman II se encontró pronto con una inesperada y nada esperanzadora situación: la gran mayoría de los habitantes catalanes de la provincia barcelonesa se habían convertido a la execrable religión de Alá y su profeta Mahoma. Si es que estos catalanes con tal de fotre..., pensaba amargado Karloman II, quien no sólo tendría que luchar ahora contra los invasores africanos, sino también contra las reticencias de la propia población a la que, supuestamente, iba a liberar del yugo mahometano. Y lidiar con los catalanes nunca había sido fácil, ni habría tampoco de serlo en un futuro... para nadie.
Así que sin apoyo local de ningún tipo, Karloman II se enfrentaba dos días después del desmbarco a una pequeña fuerza defensiva de apenas 400 espadas (en este caso cimitarras, claro), a la que derrotaría fácilmente a la afueras de Barcelona. Un avez más, Karloman II había demostrado su astucia al declarar la guerra al reino Hammadida una vez conquistada Menorca y no antes, lo que había impedido a los infieles unir sus huestes catalanas en un solo cuerpo de combate, además de retrasar la posible llegada de refuerzos desde el norte de África. Varios pequeños focos de resistencia siempre eran más fáciles de superar que un gran y armado obstáculo.
Así que tras aniquilar las débiles defensas barcelonesas, Karloman II decidió dejar apenas un millar de sus aguerridos cruzados asediando la capital Hammadida para por su parte dirigirse hacia el norte, hacia la conquista de las provincias de Ampurias y el Rosellón. Y presto tuvo que hacerlo puesto que las tropas de su aliado el Duque de Poitou descendían a toda prisa desde las tierras francas. Karloman II, que no tenía ninguna intención de compartir su botín peninsular con nadie, y mucho menos con los francos, tomó una decisión: en lugar de detenerse en cada provincia hasta su toma definitiva, el rey germano optó por enfrentarse primero a los ejércitos defensores de cada provincia para después poder centrarse en los asedios, empezando por Rosellón para después ir en dirección sur y evitar así que Poitou se apropiase de tierra alguna. Como mucho, los francos participarían en los asedios pero no en el reparto de las riquezas. Cruzado sí, pero no incauto, le repetía el Extranjero.
Y sería precisamente durante el asedio del Rosellón donde Karloman II se enfrentaría cara a cara con su aliado Richard Leofricson, a la sazón Duque de Poitou. En lo que sería conocido como el 'Compromiso del Rosellón', Richard y Karloman II acordaron tras duras negociaciones no exentas de tensión, la repartición del reino Hammadida entre ambos gobernantes. El monarca germano se quedaría, una vez conquistadas, las tierras del noreste peninsular, mientras que Poitou podría extender su poder por el Magreb anexionando las provincias que todavía descansaban en manos de los Hammadidas sin interferencia alguna por parte de los germanos.
Repartidas por tanto las zonas de influencia con su aliado, Karloman II pudo entonces volver a centrar su atención en la liberación de las tierras de extinto Ducado de Cataluña. Sin apenas tropas que defendiesen su territorio, las ciudades catalanas fueron rindiéndose una tras otra al poderío alemán. Así, el vigésimo sexto día del mes de agosto del año del Señor de 1202 capitulaba Rosellón, y cinco meses después lo haría Ampurias. En ambos casos Karloman II sería recibido con vítores y flores a su entrada a las localidades liberadas, puesto que en el Rosellón y en Ampurias la población seguía siendo mayoritariamente católica. Y catalana, aixó sempre!.
Ahora tan sólo restaba ya hacerse con el control de Barcelona para erradicar la presencia de los Hammadida en la Península Ibérica, cosa que sucedería el vigésimo tercer día del mes de febrero del año del Señor de 1203. 'Der erste katalanische Kreuzzug' acababa de finalizar con gran éxito para los alemanes, tras tomar los territorios de los Hammadidas en Cataluña y registrar apenas 3.000 bajas en toda la contienda. Alemania tenía ahora las puertas de la Península dominada por el infiel abiertas de par en par. ¿Sería el momento de atravesar el umbral?
Las noticias sobre la proeza de Karloman II pronto llegaron a todos los rincones de la Europa cristiana, pero también a los del mundo musulmán, que había encontrado en Karloman II a un más que digno antagonista. No en vano, el linaje Hohenstaufen se convertiría en pesadilla del infiel durante los siguientes años. Por tanto, el prestigio y la reputación de Karloman II mejoraron ostensiblemente, y más cuando a principios del año del Señor de 1204, el monarca germano reclamaba para sí en una ceremonia oficial los títulos de los ducados de Artois, Saboya y del recientemente reconquistado señorío catalán. Los Hohenstaufen pues, seguían con su segundo deporte favorito: amasar títulos. El primero todos sabían cuál era...
(continúa)
(continuación)
El segundo día de mayo del año del Señor de 1202 la armada germano-italiana que transportaba a los cruzados alemanes desde Menorca divisó la ciudad de Barcelona. Pensando que la población autóctona se uniría a la santa causa cruzada, Karloman II se encontró pronto con una inesperada y nada esperanzadora situación: la gran mayoría de los habitantes catalanes de la provincia barcelonesa se habían convertido a la execrable religión de Alá y su profeta Mahoma. Si es que estos catalanes con tal de fotre..., pensaba amargado Karloman II, quien no sólo tendría que luchar ahora contra los invasores africanos, sino también contra las reticencias de la propia población a la que, supuestamente, iba a liberar del yugo mahometano. Y lidiar con los catalanes nunca había sido fácil, ni habría tampoco de serlo en un futuro... para nadie.
Así que sin apoyo local de ningún tipo, Karloman II se enfrentaba dos días después del desmbarco a una pequeña fuerza defensiva de apenas 400 espadas (en este caso cimitarras, claro), a la que derrotaría fácilmente a la afueras de Barcelona. Un avez más, Karloman II había demostrado su astucia al declarar la guerra al reino Hammadida una vez conquistada Menorca y no antes, lo que había impedido a los infieles unir sus huestes catalanas en un solo cuerpo de combate, además de retrasar la posible llegada de refuerzos desde el norte de África. Varios pequeños focos de resistencia siempre eran más fáciles de superar que un gran y armado obstáculo.
Así que tras aniquilar las débiles defensas barcelonesas, Karloman II decidió dejar apenas un millar de sus aguerridos cruzados asediando la capital Hammadida para por su parte dirigirse hacia el norte, hacia la conquista de las provincias de Ampurias y el Rosellón. Y presto tuvo que hacerlo puesto que las tropas de su aliado el Duque de Poitou descendían a toda prisa desde las tierras francas. Karloman II, que no tenía ninguna intención de compartir su botín peninsular con nadie, y mucho menos con los francos, tomó una decisión: en lugar de detenerse en cada provincia hasta su toma definitiva, el rey germano optó por enfrentarse primero a los ejércitos defensores de cada provincia para después poder centrarse en los asedios, empezando por Rosellón para después ir en dirección sur y evitar así que Poitou se apropiase de tierra alguna. Como mucho, los francos participarían en los asedios pero no en el reparto de las riquezas. Cruzado sí, pero no incauto, le repetía el Extranjero.
Y sería precisamente durante el asedio del Rosellón donde Karloman II se enfrentaría cara a cara con su aliado Richard Leofricson, a la sazón Duque de Poitou. En lo que sería conocido como el 'Compromiso del Rosellón', Richard y Karloman II acordaron tras duras negociaciones no exentas de tensión, la repartición del reino Hammadida entre ambos gobernantes. El monarca germano se quedaría, una vez conquistadas, las tierras del noreste peninsular, mientras que Poitou podría extender su poder por el Magreb anexionando las provincias que todavía descansaban en manos de los Hammadidas sin interferencia alguna por parte de los germanos.
Repartidas por tanto las zonas de influencia con su aliado, Karloman II pudo entonces volver a centrar su atención en la liberación de las tierras de extinto Ducado de Cataluña. Sin apenas tropas que defendiesen su territorio, las ciudades catalanas fueron rindiéndose una tras otra al poderío alemán. Así, el vigésimo sexto día del mes de agosto del año del Señor de 1202 capitulaba Rosellón, y cinco meses después lo haría Ampurias. En ambos casos Karloman II sería recibido con vítores y flores a su entrada a las localidades liberadas, puesto que en el Rosellón y en Ampurias la población seguía siendo mayoritariamente católica. Y catalana, aixó sempre!.
Vigésimo sexto día de agosto del año del Señor de 1202
Décimo cuarto día de diciembre del año del Señor de 1202.
Ahora tan sólo restaba ya hacerse con el control de Barcelona para erradicar la presencia de los Hammadida en la Península Ibérica, cosa que sucedería el vigésimo tercer día del mes de febrero del año del Señor de 1203. 'Der erste katalanische Kreuzzug' acababa de finalizar con gran éxito para los alemanes, tras tomar los territorios de los Hammadidas en Cataluña y registrar apenas 3.000 bajas en toda la contienda. Alemania tenía ahora las puertas de la Península dominada por el infiel abiertas de par en par. ¿Sería el momento de atravesar el umbral?
Las noticias sobre la proeza de Karloman II pronto llegaron a todos los rincones de la Europa cristiana, pero también a los del mundo musulmán, que había encontrado en Karloman II a un más que digno antagonista. No en vano, el linaje Hohenstaufen se convertiría en pesadilla del infiel durante los siguientes años. Por tanto, el prestigio y la reputación de Karloman II mejoraron ostensiblemente, y más cuando a principios del año del Señor de 1204, el monarca germano reclamaba para sí en una ceremonia oficial los títulos de los ducados de Artois, Saboya y del recientemente reconquistado señorío catalán. Los Hohenstaufen pues, seguían con su segundo deporte favorito: amasar títulos. El primero todos sabían cuál era...
(continúa)
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