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Brandemburgo 1550 - 1600
Los años oscuros
La segunda mitad del siglo fue un periodo negro para Brandemburgo, marcado por la injerencia portuguesa y otomana en Alemania. El problema alemán era la convivencia entre las dos grandes potencias alemanas, Austria y Brandemburgo. Los intentos del rey de llegar a un acuerdo definitivo de buena vecindad entre ambas naciones no fructificaron sin que se supiera en ese momento el motivo, lamentablemente muchos países estaban interesados en que no se llegara a ningún acuerdo y estaban maniobrando para impedirlo.
Tras la falta de acuerdo el Reino de Brandemburgo accedió a las peticiones de auxilio venecianas y firmo con este país un pacto de defensa que protegiera Italia de los austriacos. El día en que se firmo dicho pacto será recordado como una fecha aciaga para nuestra nación ya que de Venecia solo se obtuvo una de las mayores traiciones de la historia moderna que quedo grabada en la memoria del Reino.
El tratado con Venecia, inspirado según se cree por el Sultán otomano complicó las negociaciones de buena vecindad con Austria. Al parecer era eso precisamente lo que se pretendía, cuando Brandemburgo empezó a ver que una mano invisible guiaba la política alemana intento llegar a un acuerdo con Austria ofreciéndole generosas condiciones pero Austria se había convertido en una marioneta otomana y de otro país cuyo animadversión hacia Brandemburgo era desconocida.
Este país era Portugal. Unos años antes había surgido un conquistador en Alemania y el Reino estuvo dispuesto a darle algunos medios para realizar una expedición a África, al pobre reino de Benín. Para poder llegar hasta allí se pidió derechos de paso a diversos países y al final fue Francia la que lo otorgo a cambio del compromiso de cancelarlo en caso de guerra entre ambos países. La escasa capacidad de la marina alemana y la distancia recorrida provoco la pérdida de demasiados hombres en el camino y al llegar a África el número de tropas era totalmente insuficiente para la misión, se necesitaban más envíos. En ese momento el rey de Portugal protesto airado por la presencia alemana en la zona ante la sorpresa de Berlín, se pidió una cantidad de dinero en virtud al tratado de Tordesillas que el gobierno luterano de Brandemburgo lógicamente no reconocía. Sin embargo no tenía sentido enemistarse con Portugal por dicho territorio y la invasión fue paralizada hasta llegar a un acuerdo con Portugal, el acuerdo fue imposible y el conquistador falleció de unas fiebres en África lo que suponía el fin del intento colonial. Todo debió quedar en eso pero Portugal decidió usar este pequeño incidente para golpear con dureza a Brandemburgo y demostrar al mundo quien mandaba y desde luego que lo demostró.
Portugal decidió embargar a Brandemburgo por la presencia de unos ocho mil soldados en África que se encontraban allí ante la incapacidad de la marina de sacarlos del lugar. Tras recibir garantías de su retirada Portugal acabó quitando el embargo pero en Berlín la sorpresa por esta actitud portuguesa era notable, máxime con un país que siempre se había considerado amigo y al que no se le había hecho nada.
Pero eso no era ni mucho menos lo peor, unos pocos meses después Portugal puso en marcha su alianza, una alianza formada por el propio Portugal, España, Venecia, Austria, Imperio Otomano y Dinamarca y la lanzó contra Brandemburgo aunque el ataque lo realizaron los tres últimos financiados con dinero portugués. Posteriormente se supo que si algún país de los pocos que quedaban externos a la alianza hubiera ayudado el Reino más miembros de dicha alianza hubieran entrado en la guerra.
Mención especial tiene la traición Veneciana cometida por un gobernante al que se consideraba muy honorable en Berlín y que llevo a cabo la mayor traición que nunca sufriera Alemania cancelando el tratado defensivo existente entre ambos países un poco antes de la guerra poniendo como excusa todas las mentiras que se le ocurrieron. Venecia demostró ser un simple lacayo otomano que había apoyado decisivamente la expansión de este imperio convirtiéndose en su sirviente para poder sostener su imperio colonial en Asia.
La guerra en sí no tuvo ninguna historia. La enorme alianza pidió la entrega de las regiones de Bohemia, sudeten, Moravia y Baden a Austria, además de todas las posesiones de Polonia si sus peticiones no eran aceptadas de inmediato se forzaría una caída de gobierno y el país seria virtualmente eliminado. Ante esta situación y con la imposibilidad de ganar la guerra Brandemburgo accedió a sus peticiones. Más tarde se informo a Berlín que Portugal deseaba un tratado de paz incluso más duro, nunca se supo de donde venía tanto odio portugués, de una desmedida soberbia o de un desmedido miedo.
Tras la guerra se construyeron cinco armerías en un costoso proceso que provocó una elevación de la inflación y la solicitud de créditos a Rusia y Portugal, los créditos rusos fueron generosos pero los portugueses llegaron al extremo de la usura, poniendo un interés igual al de los bancos.
Pero las desgracias de este siglo no terminan aquí. Tras la bancarrota española Francia e Inglaterra declaran la guerra a Portugal y España. El gobierno portugués pide ayuda a Brandemburgo y a pesar de lo que el reino hispano había hecho al pueblo alemán el Rey estaba dispuesto a apoyarlo, solo se pidieron dos cosas: dinero para financiar la guerra y que Austria no aprovechara para atacar. A la primera petición los portugueses respondieron raudos, estaban dispuestos a financiar la guerra pero al ser preguntados sobre la segunda cuestión el soberano portugués que teóricamente estaba agobiado por la guerra y necesitaba ayuda imperiosamente dio largas y dejo de responder a los mensajes de Berlín. Todos en Brandemburgo se temían lo peor y así fue, una vez más Austria y el Imperio Otomano atacaron. Esta vez se decidió luchar pero no se podía hacer nada ante la aplastante superioridad del enemigo, se firmó un humillante tratado de paz: la región de Erz con su armería pasaba a Austria y el reino de Brandemburgo se convertía en vasallo austriaco durante un período mínimo de 25 años y máximo de 50 y además de comprometerse a defender Austria durante un mínimo de 50 años. Era el tratado más duro visto en la historia, unas décadas después surgirían en diversos países especialmente en Portugal y el Imperio Otomano corrientes filosóficas que abogaban por tratados justos que no superaran ciertos limites, desgraciada o curiosamente en esta época no surgió nada parecido.
A pesar de todo Brandemburgo consiguió algo con este tratado de paz, en principio en vez del tratado conseguido se debería haber cedido unas seis provincias a Austria con sus correspondientes fábricas. Se sabía que el Imperio Otomano iba a traicionar al Emperador austriaco con lo que sería relativamente sencillo recuperarlas pero eso significaba seguir haciendo el juego a las grandes potencias y Brandemburgo optó por cambiar la estrategia del enfrentamiento por otra de colaboración entre las naciones alemanas y vengarse de la injerencia otomana en Alemania.
Los años oscuros
La segunda mitad del siglo fue un periodo negro para Brandemburgo, marcado por la injerencia portuguesa y otomana en Alemania. El problema alemán era la convivencia entre las dos grandes potencias alemanas, Austria y Brandemburgo. Los intentos del rey de llegar a un acuerdo definitivo de buena vecindad entre ambas naciones no fructificaron sin que se supiera en ese momento el motivo, lamentablemente muchos países estaban interesados en que no se llegara a ningún acuerdo y estaban maniobrando para impedirlo.
Tras la falta de acuerdo el Reino de Brandemburgo accedió a las peticiones de auxilio venecianas y firmo con este país un pacto de defensa que protegiera Italia de los austriacos. El día en que se firmo dicho pacto será recordado como una fecha aciaga para nuestra nación ya que de Venecia solo se obtuvo una de las mayores traiciones de la historia moderna que quedo grabada en la memoria del Reino.
El tratado con Venecia, inspirado según se cree por el Sultán otomano complicó las negociaciones de buena vecindad con Austria. Al parecer era eso precisamente lo que se pretendía, cuando Brandemburgo empezó a ver que una mano invisible guiaba la política alemana intento llegar a un acuerdo con Austria ofreciéndole generosas condiciones pero Austria se había convertido en una marioneta otomana y de otro país cuyo animadversión hacia Brandemburgo era desconocida.
Este país era Portugal. Unos años antes había surgido un conquistador en Alemania y el Reino estuvo dispuesto a darle algunos medios para realizar una expedición a África, al pobre reino de Benín. Para poder llegar hasta allí se pidió derechos de paso a diversos países y al final fue Francia la que lo otorgo a cambio del compromiso de cancelarlo en caso de guerra entre ambos países. La escasa capacidad de la marina alemana y la distancia recorrida provoco la pérdida de demasiados hombres en el camino y al llegar a África el número de tropas era totalmente insuficiente para la misión, se necesitaban más envíos. En ese momento el rey de Portugal protesto airado por la presencia alemana en la zona ante la sorpresa de Berlín, se pidió una cantidad de dinero en virtud al tratado de Tordesillas que el gobierno luterano de Brandemburgo lógicamente no reconocía. Sin embargo no tenía sentido enemistarse con Portugal por dicho territorio y la invasión fue paralizada hasta llegar a un acuerdo con Portugal, el acuerdo fue imposible y el conquistador falleció de unas fiebres en África lo que suponía el fin del intento colonial. Todo debió quedar en eso pero Portugal decidió usar este pequeño incidente para golpear con dureza a Brandemburgo y demostrar al mundo quien mandaba y desde luego que lo demostró.
Portugal decidió embargar a Brandemburgo por la presencia de unos ocho mil soldados en África que se encontraban allí ante la incapacidad de la marina de sacarlos del lugar. Tras recibir garantías de su retirada Portugal acabó quitando el embargo pero en Berlín la sorpresa por esta actitud portuguesa era notable, máxime con un país que siempre se había considerado amigo y al que no se le había hecho nada.
Pero eso no era ni mucho menos lo peor, unos pocos meses después Portugal puso en marcha su alianza, una alianza formada por el propio Portugal, España, Venecia, Austria, Imperio Otomano y Dinamarca y la lanzó contra Brandemburgo aunque el ataque lo realizaron los tres últimos financiados con dinero portugués. Posteriormente se supo que si algún país de los pocos que quedaban externos a la alianza hubiera ayudado el Reino más miembros de dicha alianza hubieran entrado en la guerra.
Mención especial tiene la traición Veneciana cometida por un gobernante al que se consideraba muy honorable en Berlín y que llevo a cabo la mayor traición que nunca sufriera Alemania cancelando el tratado defensivo existente entre ambos países un poco antes de la guerra poniendo como excusa todas las mentiras que se le ocurrieron. Venecia demostró ser un simple lacayo otomano que había apoyado decisivamente la expansión de este imperio convirtiéndose en su sirviente para poder sostener su imperio colonial en Asia.
La guerra en sí no tuvo ninguna historia. La enorme alianza pidió la entrega de las regiones de Bohemia, sudeten, Moravia y Baden a Austria, además de todas las posesiones de Polonia si sus peticiones no eran aceptadas de inmediato se forzaría una caída de gobierno y el país seria virtualmente eliminado. Ante esta situación y con la imposibilidad de ganar la guerra Brandemburgo accedió a sus peticiones. Más tarde se informo a Berlín que Portugal deseaba un tratado de paz incluso más duro, nunca se supo de donde venía tanto odio portugués, de una desmedida soberbia o de un desmedido miedo.
Tras la guerra se construyeron cinco armerías en un costoso proceso que provocó una elevación de la inflación y la solicitud de créditos a Rusia y Portugal, los créditos rusos fueron generosos pero los portugueses llegaron al extremo de la usura, poniendo un interés igual al de los bancos.
Pero las desgracias de este siglo no terminan aquí. Tras la bancarrota española Francia e Inglaterra declaran la guerra a Portugal y España. El gobierno portugués pide ayuda a Brandemburgo y a pesar de lo que el reino hispano había hecho al pueblo alemán el Rey estaba dispuesto a apoyarlo, solo se pidieron dos cosas: dinero para financiar la guerra y que Austria no aprovechara para atacar. A la primera petición los portugueses respondieron raudos, estaban dispuestos a financiar la guerra pero al ser preguntados sobre la segunda cuestión el soberano portugués que teóricamente estaba agobiado por la guerra y necesitaba ayuda imperiosamente dio largas y dejo de responder a los mensajes de Berlín. Todos en Brandemburgo se temían lo peor y así fue, una vez más Austria y el Imperio Otomano atacaron. Esta vez se decidió luchar pero no se podía hacer nada ante la aplastante superioridad del enemigo, se firmó un humillante tratado de paz: la región de Erz con su armería pasaba a Austria y el reino de Brandemburgo se convertía en vasallo austriaco durante un período mínimo de 25 años y máximo de 50 y además de comprometerse a defender Austria durante un mínimo de 50 años. Era el tratado más duro visto en la historia, unas décadas después surgirían en diversos países especialmente en Portugal y el Imperio Otomano corrientes filosóficas que abogaban por tratados justos que no superaran ciertos limites, desgraciada o curiosamente en esta época no surgió nada parecido.
A pesar de todo Brandemburgo consiguió algo con este tratado de paz, en principio en vez del tratado conseguido se debería haber cedido unas seis provincias a Austria con sus correspondientes fábricas. Se sabía que el Imperio Otomano iba a traicionar al Emperador austriaco con lo que sería relativamente sencillo recuperarlas pero eso significaba seguir haciendo el juego a las grandes potencias y Brandemburgo optó por cambiar la estrategia del enfrentamiento por otra de colaboración entre las naciones alemanas y vengarse de la injerencia otomana en Alemania.
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Brandemburgo 1600 - 1643
La venganza y el fin
La primera mitad del siglo XVII fue la época de la venganza de Brandemburgo. El desarrollo del país en lo económico fue considerable, a los 25 años se rompió el vasallaje con Austria, el comercio floreció, la tecnología civil superaba a la de todos sus vecinos y solo Portugal iba un peldaño por delante.
Pero la revolución se dio en el campo militar donde el mediocre ejército de Brandemburgo se convirtió en el poderoso ejército de élite prusiano, colocándose entre los mejores del mundo. Todo estaba listo para la guerra contra el Imperio Otomano.
Finalmente el Sultán atacó Austria y Brandemburgo acudió en su ayuda ante la sorpresa de muchos. Se mandó a tierras austriacas todo el ejército prusiano pero aún así no se evita que en la primera y durísima envestida turca cayera incluso Viena, pero los esfuerzos combinados de los pueblos alemanes permitieron estabilizar el frente e incluso lanzar una contraofensiva que recuperó la capital austriaca. Con el tiempo los turcos empezaron a flaquear y fue posible recuperar parte del territorio austriaco en manos del Sultán, incluso adentrarse en regiones fronterizas otomanas. Todo se encontraba en un punto muerto cuando la diplomacia del Emperador austriaco consiguió la intervención de Francia, Inglaterra y Portugal en contra del Imperio Otomano.
A partir de ese momento todo se precipitó, Brandemburgo pudo incluso ahorrar dinero, mientras el Sultán liberaba al pueblo Serbio y otros pueblos de los Balcanes en un intento de detener la ofensiva austriaca. El Emperador era partidario de no ir más allá pero el ejército prusiano no estaba dispuesto a detenerse, por medio de la persuasión de la fuerza las tropas prusianas fueron autorizadas a atravesar Serbia y se introdujeron en el corazón del Imperio Turco, las tropas austriacas fueron detrás. Los ejércitos combinados alemanes fueron empujando a los infieles hasta Constantinopla y se procedió al asalto de la ciudad, cuando esta se encontraba a punto de caer un ejército otomano rompió el asedio pero luego tuvo que retroceder hasta Anatolia y los alemanes reanudaron el asedio de la capital cuya caída era cuestión de días.
El Imperio Otomano estaba al borde del colapso, los alemanes campaban a sus anchas por los Balcanes y estaban a punto de tomar la capital, las oleadas de tropas enviadas por Francia a Egipto estaban finalmente haciendo retroceder a los turcos allí y los ingleses ataban por el Indico.
Llegados a este punto el Sultán pidió la paz. No se sabe muy bien lo que sucedió con este tratado. Von Oscariano había resultado herido de gravedad en el asedio de Constantinopla y dejó las negociaciones en manos del Emperador, Brandemburgo tenía claro que no quería nada del Imperio Otomano pero si algunas posesiones en Alemania, el Emperador aseguró al Rey de Brandemburgo que se llegaría a un acuerdo y Von Oscariano no se preocupó más del asunto confiando en la palabra del Emperador.
En la firma de este tratado surgieron las corrientes filosóficas en Portugal, Turquía y otros países que abogaban por tratados justos. Lástima que estas corrientes no dijeran nada cuando Brandemburgo sufrió seguidos dos tratados de paz más duros que el que se impondría al Sultán.
El acuerdo para llegar a la paz fue costoso y bastante extraño. A pesar de su total derrota el Sultán no dudó en imponer su paz, esta circunstancia tan extraña en principio se fue aclarando al comprobarse que tanto portugueses como austriacos se realineaban con el Turco volviendo a alianzas ya formuladas en el pasado. Francia a la que el Emperador había suplicado su intervención una y otra vez fue ahora acusada por ese mismo Emperador de carroñera al igual que Inglaterra. Esta forma de tratar a los que le habían salvado del Emperador no preocupó a Brandemburgo que seguía confiando en la palabra de Austria. Al final Austria recibió cuatro provincias turcas y Francia algunas migajas del Imperio Otomano.
En Berlín la tristeza se extendió por la corte cuando se supo que Von Oscariano se estaba muriendo, el último miembro de una dinastía que había gobernado Brandemburgo en la sombra desde hacía más de dos siglos se marchitaba. El mayor éxito de esta dinastía había sido mantener a Francia dentro de unos límites razonables sin necesidad de usar la fuerza, desgraciadamente este éxito se volvió siempre en contra del propio Brandemburgo. Su mayor fracaso fue no conseguir poner fin a las luchas fratricidas en Alemania. Parece que finalmente este objetivo se había cumplido con la última ayuda al Emperador pero Von Oscariano vivió los días suficientes para saber que también en esto había vuelto a fallar, el Emperador traiciono a Brandemburgo exigiendo además la anexión de Polonia, vasallo de Berlín.
Embriagado en su tristeza y sin ganas de vivir Von Oscariano abandonaba este mundo convencido que dejaba un mundo gobernado por Portugal, justo vencedor del escenario internacional en la época del Apogeo de Europa.
La venganza y el fin
La primera mitad del siglo XVII fue la época de la venganza de Brandemburgo. El desarrollo del país en lo económico fue considerable, a los 25 años se rompió el vasallaje con Austria, el comercio floreció, la tecnología civil superaba a la de todos sus vecinos y solo Portugal iba un peldaño por delante.
Pero la revolución se dio en el campo militar donde el mediocre ejército de Brandemburgo se convirtió en el poderoso ejército de élite prusiano, colocándose entre los mejores del mundo. Todo estaba listo para la guerra contra el Imperio Otomano.
Finalmente el Sultán atacó Austria y Brandemburgo acudió en su ayuda ante la sorpresa de muchos. Se mandó a tierras austriacas todo el ejército prusiano pero aún así no se evita que en la primera y durísima envestida turca cayera incluso Viena, pero los esfuerzos combinados de los pueblos alemanes permitieron estabilizar el frente e incluso lanzar una contraofensiva que recuperó la capital austriaca. Con el tiempo los turcos empezaron a flaquear y fue posible recuperar parte del territorio austriaco en manos del Sultán, incluso adentrarse en regiones fronterizas otomanas. Todo se encontraba en un punto muerto cuando la diplomacia del Emperador austriaco consiguió la intervención de Francia, Inglaterra y Portugal en contra del Imperio Otomano.
A partir de ese momento todo se precipitó, Brandemburgo pudo incluso ahorrar dinero, mientras el Sultán liberaba al pueblo Serbio y otros pueblos de los Balcanes en un intento de detener la ofensiva austriaca. El Emperador era partidario de no ir más allá pero el ejército prusiano no estaba dispuesto a detenerse, por medio de la persuasión de la fuerza las tropas prusianas fueron autorizadas a atravesar Serbia y se introdujeron en el corazón del Imperio Turco, las tropas austriacas fueron detrás. Los ejércitos combinados alemanes fueron empujando a los infieles hasta Constantinopla y se procedió al asalto de la ciudad, cuando esta se encontraba a punto de caer un ejército otomano rompió el asedio pero luego tuvo que retroceder hasta Anatolia y los alemanes reanudaron el asedio de la capital cuya caída era cuestión de días.
El Imperio Otomano estaba al borde del colapso, los alemanes campaban a sus anchas por los Balcanes y estaban a punto de tomar la capital, las oleadas de tropas enviadas por Francia a Egipto estaban finalmente haciendo retroceder a los turcos allí y los ingleses ataban por el Indico.
Llegados a este punto el Sultán pidió la paz. No se sabe muy bien lo que sucedió con este tratado. Von Oscariano había resultado herido de gravedad en el asedio de Constantinopla y dejó las negociaciones en manos del Emperador, Brandemburgo tenía claro que no quería nada del Imperio Otomano pero si algunas posesiones en Alemania, el Emperador aseguró al Rey de Brandemburgo que se llegaría a un acuerdo y Von Oscariano no se preocupó más del asunto confiando en la palabra del Emperador.
En la firma de este tratado surgieron las corrientes filosóficas en Portugal, Turquía y otros países que abogaban por tratados justos. Lástima que estas corrientes no dijeran nada cuando Brandemburgo sufrió seguidos dos tratados de paz más duros que el que se impondría al Sultán.
El acuerdo para llegar a la paz fue costoso y bastante extraño. A pesar de su total derrota el Sultán no dudó en imponer su paz, esta circunstancia tan extraña en principio se fue aclarando al comprobarse que tanto portugueses como austriacos se realineaban con el Turco volviendo a alianzas ya formuladas en el pasado. Francia a la que el Emperador había suplicado su intervención una y otra vez fue ahora acusada por ese mismo Emperador de carroñera al igual que Inglaterra. Esta forma de tratar a los que le habían salvado del Emperador no preocupó a Brandemburgo que seguía confiando en la palabra de Austria. Al final Austria recibió cuatro provincias turcas y Francia algunas migajas del Imperio Otomano.
En Berlín la tristeza se extendió por la corte cuando se supo que Von Oscariano se estaba muriendo, el último miembro de una dinastía que había gobernado Brandemburgo en la sombra desde hacía más de dos siglos se marchitaba. El mayor éxito de esta dinastía había sido mantener a Francia dentro de unos límites razonables sin necesidad de usar la fuerza, desgraciadamente este éxito se volvió siempre en contra del propio Brandemburgo. Su mayor fracaso fue no conseguir poner fin a las luchas fratricidas en Alemania. Parece que finalmente este objetivo se había cumplido con la última ayuda al Emperador pero Von Oscariano vivió los días suficientes para saber que también en esto había vuelto a fallar, el Emperador traiciono a Brandemburgo exigiendo además la anexión de Polonia, vasallo de Berlín.
Embriagado en su tristeza y sin ganas de vivir Von Oscariano abandonaba este mundo convencido que dejaba un mundo gobernado por Portugal, justo vencedor del escenario internacional en la época del Apogeo de Europa.
Estadísticas y situación politica en 1643
El mapa de 1643 que tengo no es significativo ya que es justo antes de firmar la paz con el Imperio Otomano. Dentro de un par de semanas cuando alguien me lo mande lo pondré.
El mapa de 1643 que tengo no es significativo ya que es justo antes de firmar la paz con el Imperio Otomano. Dentro de un par de semanas cuando alguien me lo mande lo pondré.
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