El Gran Juego es la acepción con la que los británicos denominaron la rivalidad estratégica que mantuvieron con los rusos en Asia Central durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Dicha rivalidad, a la que los rusos, por su parte, denominaron "El Torneo de las Sombras", nunca propició un enfrentamiento directo entre las fuerzas armadas de ambos países.
Sólo cuando todo el mundo muera acabará el Gran Juego.
Rudyard Kipling
Origen
A comienzos del siglo XIX nada hacía presagiar un enfrentamiento entre el Imperio Británico y el Imperio Ruso, en tanto que sus respectivos territorios y zonas de influencia no entraban en conflicto. Sin embargo, la consolidación de la presencia británica en el subcontinente indio, así como la expansión rusa hacia el sur en Asia Central, propiciaron el encuentro, cuyo epicentro fue Afganistán.
Desarrollo
Desde la perspectiva británica, el avance ruso en Asia Central amenazaba con tomar la "Joya de la Corona" del Imperio Británico, la India. Las sucesivas conquistas rusas de los khanatos centroasiáticos hicieron pensar a los británicos que los rusos se proponían conquistar la India utilizando Afganistán como base. Para evitarlo, en 1838 declararon la que sería la primera guerra anglo-afgana, para colocar un gobierno títere en Afganistán. Dicho régimen resultó frágil, e insostenible sin el apoyo militar británico. Hacia 1842, las fuerzas británicas desplazadas a Afganistán tuvieron que retirarse debido al continuo hostigamiento al que los sometía la población civil afgana.Durante la retirada, toda la fuerza expedicionaria fue aniquilada, salvo el Dr. William Brydon, al que se le permitió regresar a la India, precisamente para comunicar la noticia de la completa destrucción de la fuerza expedicionaria británica en Afganistán.
Debido a esta humillación, los británicos tuvieron que contener sus apetencias respecto a Afganistán, limitándose a considerarlo como un estado-tapón. Mientras tanto, los rusos continuaban su expansión, y para 1868 ya llegaban a la margen septentrional del río Amu Darya. En 1878 enviaron una misión diplomática a Kabul, lo que provocó que los británicos forzasen a Sher Ali, gobernante de Afganistán, a recibir a otra misión diplomática británica, que fue rechazada, hecho que provocó la Segunda Guerra Anglo-Afgana.
Esta segunda guerra resultó casi igual de desastrosa que la primera para los británicos, que fueron expulsados de Kabul en 1881, dejando a Abdur Rahman Khan en el trono, el cual se las arregló para controlar las revueltas.
La expansión rusa provocó otra crisis - El incidente de Panjdeh - cuando las tropas rusas tomaron bajo control el Oasis de Merv en 1884, lo que provocó su enfrentamiento con las tropas afganas. Cuando el choque entre rusos y británicos parecía inevitable, éstos últimos decidieron ceder el oasis a los rusos por ser su apropiación un hecho consumado. Dicho trato se produjo sin intervención afgana de ningún tipo, y en el se preveía que los rusos devolverían los territorios más lejanos que habían conquistado, pero se quedarían con Panjdeh. También se acordó el establecimiento de una frontera afgana a lo largo del río Amu Darya, que suponía la pérdida de mucho territorio, especialmente alrededor de Panjdeh. Ello no evitó a Reino Unido conflictos en la zona durante todo el siglo XIX.