Pretendiendo usar mis palabras como arma arrojadiza para intentar hacerme parecer imbécil, no haces más que destacar tu persistente estulticia.
Por supuesto que si me atacan no voy a exigir que me extiendan un cheque para empezar a defenderme, a mí o a los míos. Ni yo, ni nadie... creo.
No me refería a esa clase de combate, sino a las guerras que emprenden algunos de tus fetiches... como G.W. Bush, por ejemplo.
La última guerra de Irak pone de relieve aquello a lo que me refería: una guerra que empieza llamando "defensa preventiva" a lo que desde siempre se llamó "ataque" o agresión"; alegando vínculos no demostrados entre Hussein y Al-Qaeda, así como la "demostración documental" de que ese dictador tenía un arsenal de armas de destrucción masiva de todo tipo con las que amenazaba al Mundo.
Y, para convencer a la aborregada y genuflexa opinión pública, no dudan en invocar valores supremos con oratoria grandilocuente: Libertad, Democracia, Justicia, ¡¡PAZ!!
... e incluso a argumentos infantiloides que parecen sacados de una película de George Lucas: la lucha entre el Bien y el Mal, cuando no recurren a la evocación de Imperios del Mal y la necesidad de destruirlos.
Los norteamericanos emplearon y vienen empleando en Irak y Afganistan los servicios de empresas de mercenarios como Blackwater (actualmente Xe) y otras 176 empresas de "seguridad".
Se trata de especialistas cuya tarifa no baja de los 2000 U$D diarios.
Pero el Pentágono no solo contrata mercenarios caros: también contrata mercenarios low-cost.
Se trata de miles de sudacas y espaldas mojadas que están viviendo en EE.UU. en situación irregular, y el gobierno norteamericano les ofrece la oportunidad de obtener la "cédula verde" de residencia si se alistan en el ejército como tropa de infantería y sirven durante 2 años en Irak o Afghanistan. Aparte de eso, les pagan poco menos de 2000 U$D... mensuales. Si alguno muriera antes de terminar el servicio y estuviera casado, a su viuda y sus hijos le pagan la parte de salario no abonado correspondiente al período completo a modo de indemnización, y acto seguido son expulsados de EE.UU., con el dinero de su indemnización después de impuestos.
Por tanto y
por lo que a mí respecta, ante la disyuntiva de tener que arriesgar el pellejo en una guerra que evidentemente va de intereses económicos y no acerca de lo que declara el gobierno mintiendo descaradamente, prefiero hacerlo por algo que, en caso de sobrevivir, me permita forrarme; y no solo por obtener un carnet que luego me permita acceder a un trabajo con jornadas de 12 horas por un salario de mierda.
Ah... que no tengo las habilidades de los mercenarios de Blakwater para aspirar a tanto.
Puede ser... pero en un contexto de "economía de mercado", me considero jurídicamente capaz y habilitado para ser yo quien ponga el precio a mi propio pellejo. Y si resulta que no hay acuerdo entre oferta demanda para ir a jugármelo en un lugar donde ni a mí ni a los míos se nos perdió nada, simplemente el negocio no se hace.
Si se trata de pelear por aquellos valores supremos (Libertad, Justicia, Democracia, dioses, patrias y demás) y defenderlos/difundirlos mediante el recurso de la guerra, sería ejemplarizante que aquellos que desde el poder político promueven y apoyan tal clase de guerras instaran a sus hijos a acudir al "llamado de las armas".
Michel Moore filmó documentalmente la reticencia de senadores y representantes (incluso los republicanos más entusiastas de Bush) a que sus hijos participaran en esa guerra, siquiera como reservistas en territorio norteamericano.
Así que, si alguien quiere ser tan ingenuo como para creerse el discurso político y ofrecerse a inmolarse gratis o por un precio módico, por mí que lo haga.
Hecha esta aclaración, que consideraba necesaria, sigo pasando de tus comentarios como de desayunar cebollas.