Llibre III – Nàpols (1442-1457)
Libro III – Nápoles (1442-1457)
Nápoles, algún soleado día de marzo del año 1442 de Nuestro Señor Jesucristo
El buen Rey Alfons iba a pocos metros por delante mío, con su caballo blanco inmaculado, regalo de un grupo de nobles napolitanos como ejemplo de sumisión. Su Majestad lejos de parecer alegre llevaba varios días con pose serio. Supongo que al conseguir su gran objetivo de anexión del reino de Nápoles ahora su cabeza de nuevo no se podía dirigir a ninguna parte.
Tan preocupado me encontraba que decidí en un acto de valentía preguntarle sobre el caso. Aunque mi decisión era firme, y mi voluntad incorruptible, no había encontrado aún el momento idóneo para hacerle tan crucial pregunta. Quizá este instante de tranquilidad en este largo viaje hacía la ciudad de Nápoles era un buen momento.
-Mi Señor, que pesa sobre vos que os transporta a ese estado?
-Oh mi buen siervo… ahora que nos hemos anexionado este rico reino que otros objetivos podemos marcarnos?
-A que tipo de objetivos os referís?
-Militares, claro está, los nobles catalanes están resentidos con Nos, no les es bastante que garantice la paz en la mediterránea, que proteja sus embarcaciones comerciales, que done ducados y más ducados para construir fuentes en Barcelona y Valencia, sino que aún quieren más! No es suficiente?
-El mundo jamás es suficiente Señor.
-Mi reino es el mayor productor de vino del mundo, superamos incluso a los francos, no tienen suficiente con eso? Todas las ciudades tienen las más grandes murallas que se pueden encontrar por Europa. Que más pretenden Ximo, que más?
-Quizá no sea que quieren, sino lo que ya tienen.
-Hablar llano cronista!
-Me refiero mi Señor, a que los catalanes no demuestran su afección real hacía vos por esos rumores y planes vuestros respecto al cambio de capital…
-Por la Santa Cruz! Que se han creído esos desagradecidos!
-Por favor mi Señor, no alcéis vuestras armas!
-El pesar se ahonda en mi corazón mi fiel Ximo!
-Lo único que tenéis que hacer es mantener la capital en Barcelona, y volver a ella, de esa forma conseguiréis calmar los ánimos, además de…
-Decid!
-Seguramente los nobles y comerciantes que en sus villas habitan querrán haceros regalos para ganarse vuestra gracia y agradecer vuestra vuelta…
A las pocas semanas Su Majestad, y con él todo su sequito volvimos a Barcelona, donde mantuvo su capital hasta el resto de sus días. Pero no lo hizo por estima a los catalanes, ya que no los entendió jamás, y jamás hizo por querer entenderlos, sino que por otras causas más oscuras e importantes. Poco después de su vuelta decidió invitar al rey de Navarra, nuestro vasallo, a tomar un baño en la terma de Barcelona. Los aragoneses se escandalizaron al ver que nuestro rey firmaba una alianza militar con Navarra mientras que dejaba fuera a castellanos y portugueses, pero poco le importaba a Alfons los aragoneses, más bien le importaba la Iglesia, con la cual llevaba años guerreando diplomáticamente.
Fue entonces, en el año 1446 cuando se me encargó una misión de máxima importancia. Mi Señor me envió como representante de su persona a Roma para parlamentar sobre un posible tratado y así acabar con el cisma que representaban los antipapas en Europa, y a los cuales Su Majestad apoyaba por su antaño interés en Italia.
-Veo que esta vez si que vamos a llegar a un acuerdo
-Ciertamente embajador catalán…
-Me sorprende hablar con vos y no con el Sumo Pontífice…
-Cierto, será que está vez queremos acabar de verdad. Decidme pues, que intereses tenéis en Italia?
-Los intereses catalanes en principio no van más lejos de los conseguidos en Italia.
-Y que me hace pensar que eso sea cierto?
-La alianza que mantenéis con la Toscana y Siena.
-Ja Ja Ja, os sorprendió tal alianza?
-Ni mucho menos, pero ha sido la excusa perfecta para conseguir que Su Majestad pare su expansión por la península Italiana…
-Su Señoría está dispuesto a hacer una oferta…
-Y bien?
-Aragón no superarà las fronteras Napolitanas y dejarà en paz a todo estado de cultura italiana… además por supuesto, declarará fidelidad a Su Santidad y entregará a ese parlanchín y hereje…
-Y que ganamos nosotros?
-Uhmmm, que tiempo hace en la Navarra?
Una vez un monje me explicó que en la lejana antigüedad los griegos se divertían haciendo un tal deporte. Mientras para los griegos consistía en saltar o correr, para los que habitamos en esta época incierta de la historia lo es quemar a herejes en la plaza San Pablo de Roma…
Con todo esto poco a poco fueron mejorando las relaciones con la iglesia, de igual forma que mejoraron las del rey con los catalanes. Llegó esto a tal punto que incluso lograron soportarse unos a otros. El rey dedicaba sus largas tardes a jugar al ajedrez o analizar mapas venidos de lejanas tierras.
-Os noto nervioso últimamente Mi Señor, sucede algo?
-Oh mi buen cronista y consejero, me conocéis mejor que Nos mismo!
-Eso intento Mi Señor…
-No os puedo ocultar tal cosa pues!
-De que se trata esta vez Mi Señor?
-Os acordáis quizá de aquella reunión secreta que tuve con…
Alguien entró en la sala, era un buzón. Entre suspiros de cansancio dijo:
-El rey de Navarra ha muerto Mi Señor! En su testamento os cede todo su reino y posesiones!!!!
Mi cara tubo que ser un mapa, pues Su Majestad me miró y sonrió, ahora lo entendía todo… esas reuniones secretas con mercenarios, esas dudas “legales” sobre como redactar testamentos…
Todo el reino comenzó a ruborizarse después de estos acontecimientos. Las dos ligas del Consell de Cent de Barcelona fueron las primeras en gritar y quejarse a Su Majestad, dos meses después de la anexión de la Navarra la Busca y la Piga organizaron revueltas en los antiguos condados de Empurias, Besalú y el Rosselló.
-Pero estos nobles quien los trajo al mundo?
-Supongo que sus madres Mi señor…
-Porque la Piga organiza una revuelta en el Rosselló y la Busca en Besalú?
-Jamás lo sabremos, supongo que será el descontento Mi Señor
-Ahora aprenderán estas defecaciones de lo que somos capaces!
Y efectivamente, jamás el reino conoció tal brutalidad a la hora de reprimir alzamientos… Los pormenores de tales capítulos sangrantes de nuestra historia son eso, historia que es mejor no volver a sacarla del pozo del tiempo…
Pasó el tiempo y en el año 1456 Su Majestad logró culminar sus proyectos de fortificación de ciudades. Un trabajo muy ambicioso, y de mucha valía, y sobretodo costoso. Aún esto, nuestros comerciantes navegaban por todo el mediterráneo con finas sedas y colores. Los condados y territorios de Mi Señor vivieron en relativa paz y armonía durante algunos años. Pero como toda paz, tiene su fin, y esta llegó en este año. Los recién anexionados vascones en un acto brillante consiguieron derribar las torres de la ciudad de Béarn con piedras, troncos y una bravura jamás vista, y por último consiguieron hacerse con la ciudad.
Poco pudo hacer nuestro buen rey delante de esto. Envió, no obstante, las leales tropas que estaban apostadas en la frontera franca. Estas no encontraron gran resistencia, ya que todos los vascones se habían reunido dentro de las murallas de la ciudad, y desde ellas lanzaban sus violentas piedras y troncos hacía nuestras torres de sitio. Así que Su Majestad decidió nomás que dejar que se rindieran por ellos mismo, hizo traerme una bañera de mármol des de Valencia, que plantó una en un río cercano a la zona de asedio y allí tomó sus baños hasta bien entrado el mes de octubre, cuando cayó la ciudad por propia voltuntad.