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1.2.- La Revolución Liberal
La agresiva campaña electoral de la Confederación no pretendía pasar desapercibida, y así fue. Los Estados Garantes, que en los últimos años no habían tenido que preocuparse en absoluto en defender sus fronteras con la neutral Cracovia, por primera vez desde hacía años habían tenido que apostar ejércitos alrededor de la ciudad. Rusia fue la primera en guardar sus fronteras, seguida de cerca por Austria, manteniéndose los prusianos al margen de la maniobra por el momento (el König no vio ningún riesgo latente para su sociedad en las ideas de la Confederación).
Pese a que no había un ejército regular mobilizado en Cracovia, los habitantes de la ciudad habían realizado servicio militar obligatorio, pudiendo mobilizarse una fuerza de reservistas en caso de necesidades defensivas. Además, existían 3.000 soldados profesionales como guarnición permanente en la ciudad, más una fuerza simbólica que efectiva, y un millar de oficiales, antiguos generales de las guerras napoleónicas. Eran estos últimos los más preocupados por la situación de la ciudad, razón por la cual comenzaron una campaña propagandística militar por la ciudad, presentando las teorias militares del suizo Jomini, el cual visitó la polis en persona.
Sin embargo, la reacción de los radicales no tardó en llegar. Pocos días después, Malinowski, uno de los principales líderes de la Confederación, gran orador y gran demagogo, realizó una exhaustiva campaña propagandística por todos los pueblos colindantes a la ciudad.
Ello aumentó aún más la preocupación de los oficiales, los cuales veían que las estravagantes ideas de la confederación estaban cuajando demasiado, incluso entre sus propios hombres. Existía quien incluso había aprovechado las aportaciones militares de Jomini relacionándolas con las tesis filosófico-políticas de los socialistas.
Así pues, las transformaciones ideológicas de la ciudad eran cada vez más evidentes. Aun así, no todo era guerra dialéctiva ni oposición, pues en el apartado económico los conservadores y los radicales coincidieron en los altos aranceles para el proteccionismo económico en la ciudad como principal sustento económico. Sin embargo, sus razones para preferir el proteccionismo eran muy opuestas en ambas coaliciones, pero aun así, en el debate sobre la política económica la opción liberal quedó marginada, cuestión que molestaba al clero de la ciudad, de ideología liberal.
Así pues, llegado el esperado mes de octubre, todos los votantes que pagaron el derecho al voto estaban listos para dirigirse a las urnas, pero las elecciones aguardaban una inesperadísima sorpresa
El clero, que suponía la mayor parte de la población con capacidad de financiar el derecho a voto, realizó una votación masiva a favor del partido liberal. Pese a que tradicionalmente el clero polaco había sido profundamente católico y conservador, en el caso de Cracovia el clero consideraba más importante que se juzgara la ciudadanía de la población a partir del hecho de ser cristiano, no del hecho de ser polaco (creían en la ciudadanía plena), topando así con los conservadores, y a la vez, apoyaban el militarismo manifiesto (pro militares), topando así con la Confederación. Así pues, una tercera vía que no gozaba de simpatías en ningun otro estrato social ganó las elecciones.
Así, Mateus Kosciusko, el candidato liberal, se convertía en el nuevo gobernador de Cracovia. Un líder que apoyaban tan sólo 1.000 habitantes de las cerca de 96.000 almas de la ciudad (es decir, poco más del 1% de la población). Ello provocó un profundo descontento entre la población polaca, y acabó enemistando a la República también con los prusianos, único apoyo que aún les quedaba entre la tutela de los garantes.
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Pese a la escasez de apoyos cuando llegó al gobierno, Mateus Kościuszko fue un buen gobernante. La primera medida que implantó fue la supresión de los reservistas, teniendo la intención de crear un ejército profesional que exhimiera a los ciudadanos de Cracovia de tener que morir en el frente defendiendo su patria. Aunque este hecho chocaba frontalmente con la fundamental tesis liberal de que una nación debe ser defendida por un ejército de levas nacionales (es decir, el ejército debe ser la nación en armas), Kościuszko era hijo de un gran militar y revolucionario liberal polaco, Tadeusz Kościuszko, por lo que era un firme convencido de la gran labor que ejerce para la libertad el ejército profesional.
Andrzej Tadeusz Bonawentura Kościuszko
Así pues, el gobernador tenía como único elemento de prestigio para su pueblo a su ascendencia sanguínea. Su padre había participado en la independencia de los USA, y había luchado contra la ocupación de los Estados Garantes en suelo polaco. La presidencia de Kościuszko había dado prestigio a la ciudad, y no esperó mucho tiempo para hacer realidad el programa electoral del partido liberal, bajando drásticamente los impuestos y los aranceles.
Tras el fuerte rechazo inicial, el enfado de la población iba descendiendo progresivamente con el nuevo gobierno. Sin embargo, la eliminación del presupuesto de la lucha contra la corrupción de la anterior legislatura, combinado con el drástico recorte de aranceles e impuestos, subió en exceso el poder de las clases altas. Ello provocó que aristocracia e iglesia, accionistas y propietarios del comercio de cracovia, realizaran una política de acuerdos y cárteles con capitalistas extranjeros, pactando precios de mercado, áreas de influencia, y demás beneficios. No había duda de que la situación económica de la ciudad, lejos de ser un justo mercado liberal, se convertía en una oligarquía dirigida.
Aun así, la universidad Jagiellonia había logrado sus objetivos con superávit de presupuesto. El 3 de enero de 1837 fue inaugurada oficialmente la Bolsa de Cracovia, que al momento se llenó de inversores y beneficiarios, dispuestos a cooperar en diversos proyectos. Cracovia se estaba convirtiendo en un auténtico paraíso fiscal para capitalistas, siendo entonces el proyecto de caras al siguiente año para la Jagiellonia el estudio de nuevas maneras de emisión de papel-moneda.
Así pues, el generalato, que encarnaba ahora la principal oposición al gobierno junto con la Confederación, intentó llevar adelante una campaña militarista que generara apoyos hacia los oficiales. Sin embargo, sonoras carcajadas estallaron cuando los oficiales presentaron nuevas tesis navales (hubo quienes incluso lanzaron pequeñas maquetas de barcos de guerra en el Vístula como burla), y a los generales les fue imposible rebajar la popularidad del nuevo gobernador, que levantó la censura sobre la prensa y derogó la Ley de Partidos, la cual permitía al gobierno impedir la candidatura de algún partido de la oposición siempre que se considerara conveniente.
Aun así, las únicas agrupaciones sindicales que seguían siendo legales eran aquellas no-ideológicas, que preservaban los derechos de los trabajadores de la mina del carbón. Ello impedía materializarse como fuerza sindical a la Confederación, maniobra que les hubiera permitido ganar muchos más adeptos entre la ciudadanía de cracovia.
Así, con un generalato humillado y una confederación socialista desorganizada, el año de 1837 transcurrió pacíficamente con el gobierno liberal, que se ganaba poco a poco prestigio a los ojos del mundo. Incluso pudo comenzar a emitirse el nuevo Zloty cracoviano antes de lo previsto, en diciembre del mismo año, y una vez más, la Universidad gozaba de superávit. La investigación del siguiente año, ahora que la fiscalidad de la ciudad era de las más avanzadas de Europa, iba a centrarse en la mecanización de los complejos mineros, única exportación importante en Cracovia, y base de su economía productiva.
La oposición al gobierno de la República ya no era tan sólo externa, sino también interna. Las voces de la ciudad pedían un cambio, pero este cambio cada día se veía más claramente que, mientras el sufragio de la ciudad fuera restringido, no podría llegar jamás por la manera pacífica...
continuará...