III.EL NACIMIENTO DE LA REPÚBLICA Y LA COALICIÓN DESARROLLISTA-NACIONALISTA
En medio de esta situación aparentemente calmada, en 1851, apenas unos meses antes de las elecciones locales, se formaba Salvación Nacional, un partido del que eran parte numerosos comandantes que se quejaban de los sueldos de los soldados, de la poca fuerza de Navarra como nación, y de las revueltas del 49. El 27 de febrero los nacionalistas adquirieron la alcaldía de Vitoria, mientras que la Unión Constitucionalista sólo conservó Logroño. El resultado de las elecciones generales de ese mismo año dibujó un panorama complicado: mientras que Imatz y los suyos descendieron con grandiosidad hasta los 47 diputados, el Partido Desarrollista ganó con 122 diputados, lejos de la mayoría absoluta. Salvación Nacional, con sus 84 escaños, sería determinante. Efectivamente, el gobierno se conformó con una coalición:
La primera muestra de influencia de Salvación Nacional en el gobierno fue el aumento de cuerpos policiales en el país y el aumento del sueldo a los soldados, medida que contó con el apoyo de los liberales. Oyarzábal por su parte aprovechó el empuje económico para bajar los impuestos per cápita y eliminar varios impuestos al consumo. En una situación de estabilidad, Navarra apareció en la Lista Internacional de Desarrollo como el octavo país del mundo con mejor nivel de vida. El 30 de octubre de 1852 se inauguró en Pamplona la primera central eléctrica mundial, cuando ya la población de Navarra superaba el millón 45 mil habitantes. Y en febrero de 1855 el músico Kauldi Zelaya compuso el himno nacional.
Inauguración de la iluminación de farolas con electricidad
La cuestión más complicada que tuvo que tratar el gobierno de coalición fue el de la reforma constitucional centrada en abolir la monarquía. Efectivamente, el Rey Cristóbal apenas tenía influencia en el gobierno y en el país, y no solía aparecer en los Consejos de Ministros, por lo que todos los grupos parlamentarios decidieron que Navarra tenía “alma republicana”, como resaltó el famoso filósofo pamplonés Jon Segurola . Incluso el propio Rey no se resistía a tal reforma. El 5 de marzo de 1855 se aprobó por la mayoría de la Cámara de Diputados la reforma constitucional: Navarra se convirtió así en una República Parlamentaria.
El abdicado Cristóbal de Olazábal hizo su renuncia en la Constitución el 23 de marzo de 1855 en el Parlamento de Navarra y juró frente a la Biblia y el texto cumplirla y hacerla cumplir, delante de todos los miembros de la Cámara, de los Ministros, de nobles y el obispo de navarra. El ex monarca moriría en 1862 a la edad de 67 años y enterrado en la Catedral de Santa María de la Asunción en Pamplona.
La Constitución del 55, prometida por todo el Parlamento, conservaba los párrafos referencias al vasco y castellano como idiomas oficiales, la religión católica como oficial, un parlamento electo por los propietarios nacionales, y el nombramiento de los generales del ejército profesional esta vez por parte del poder ejecutivo. La fecha fue declarada día nacional, el Día de la República Navarra.
Renuncia al trono y juramento ante la Constitución del Rey Cristóbal, 1855
Miguel Oyarzábal consideró a su Ministro de Gracia y Justicia Endika de Ubisztongo como Presidente eventual del Gobierno hasta las siguientes elecciones generales, que fue aprobado por la mayoría de la Cámara. Por su parte, el expresidente Cristóbal Imatz de la Unión Constitucionalista y Ardaitz Sánchez del Partido Liberal decidió fundar Alianza Republicana, uniendo ambos programas electorales fundados en el desarrollo del libre comercio y el fortalecimiento de la nueva Constitución.
El 2 de abril, en las elecciones locales, la recién fundada Alianza Republicana conseguía la alcaldía de la capital, mientras que los desarrollistas y Salvación Nacional conseguían dos cada uno. A pesar de la novedad de los republicanos, estos sólo consiguieron 51 diputados en las elecciones generales del 25 de julio, que volvieron a darle la victoria al Partido Desarrollista, aunque tuvieron que seguir contando con el apoyo de Salvación Nacional, cuyuo programa electoral se acercaba cada vez mas al centrismo. Endika de Ubisztongo, que partía esta vez como cabeza de lista, se convertía en el primer presidente republicano electo, jurando su cargo sobre la Biblia y sobre la Constitución.
El Gobierno volvió a bajar los impuestos en noviembre de ese mismo año, aprovechando el buen desarrollo de las cuentas nacionales, que sumaban más de un millón en beneficios. El censo constató que los obreros seguían siendo el mayor motor de la nación, un 39,4% en total, seguidos de comerciantes, oficinistas y operadores de máquinas: los terratenientes abandonaron de cumplir el papel más importante en la sociedad. En 1856, con la población activa, el aumento de las industrias, el ferrocarril progresando, la electricidad como primer exportador del mundo, y otros factores urbanos, se pudo constatar que Navarra se había convertido en sólo veinte años en una sociedad industrializada. En 1857 se alzó con el número uno en países con mayor nivel de vida, alcanzando a Francia y dejando atrás a países como España y Gran Bretaña, más centrados en la colonización.
El Gobierno desarrollista se esforzó durante la legislatura en invertir en la educación del país, que siendo religiosa, sólo contaba con el 1,37% de clérigos profesores y un 44,2% de alfabetización. El 9 de noviembre de 1856 se produjo además la reforma constitucional del sufragio censitario, que permitió a la parte ilustrada de la población no terrateniente ni clériga participar en las elecciones democráticas. Otro gran avance fue la construcción de un alcantarillado moderno, que se realizó en todas las ciudades de Navarra.
El mayor embrollo político provino de la inclusión en la Constitución de la tributación proporcional, un avance enorme en cuanto a la entonces real tributación per cápita. Los terratenientes, ahora minoritarios en el protagonismo en Navarra pero aun así propietarios, y ciertos estratos medios, se opusieron a la reforma. Muchos de ellos eran miembros del Parlamento, incluso del propio partido gobernante. No fue hasta cinco años después, en 1861, cuando por fin vio la luz la tan ansiada reforma de Endika de Ubisztongo.
En las elecciones locales de 1859 el Partido Desarrollista arrasó consiguiendo la alcaldía de las cuatro principales ciudades de Navarra. En las generales de julio Endika de Ubisztongo, que presentó en las mismas listas a la ya absorbida Salvación Nacional, obtuvo una holgada mayoría absoluta (gracias en parte al aprobado sufragio censitario) con el 69,3% de los votos y 209 diputados. Alianza Republicana se conformaba con 74 diputados, y Unión Constitucionalista, que había vuelto a ser fundada tras su pérdida de influencia con Aitor de Lardizábal en cabeza, consiguió 17 escaños.
Endika de Ubisztongo conformó el gobierno más amplio hasta el momento: Asteri de Guevara vicepresidente, Untzalu Ramos Ministro de Gobernación, Jon Puch Ministro del Ejército, Iñigo Suárez Ministro de Armada, Gontzal Echagüe Ministro de Administración, Harizt Gamboa Ministro de Desarrollo, Dunixi de Espeche Ministro de Infraestructuras, Argider de Mendoza Ministro de Comercio, Asteri Uriarte Ministro de Gracia y Justicia, y Artur Viteri Ministro de Diplomacia.
El 17 de enero de 1860 se produjo una desgracia en Pamplona: un incendio mortal en una fábrica de ropa acabó con la vida de 109 personas, entre ellos niños, debido a que las salidas de emergencia estaban bloqueadas. El escándalo recayó sobre Aitor de Lardizábal, líder de la Unión Constitucionalista y propietario de la fábrica. El gobierno posiblemente su detencion, lo que emocione entre los votantes del partido, la mayor parte de ellos terratenientes. Unión Constitucionalista se disolvió, tras haber sido el partido gobernante durante las tres primeras legislaturas.