5 de enero de 1936 - LOS PLANES SE ADELANTAN –
Historias de valor y de muerte. Armas preparadas para cumplir su macabro fin. Rostros tensos por la espera. Madres que lloran e hijos que intentan no hacerlo. Padres orgullosos y otros que se preguntan por que. Yo también lo hago y dudo si hago lo correcto, no lo se, lo único cierto es que yo no voy a morir al frente, otros lo hacen por mi y eso duele mas de lo que preveía. Lloro en silencio por cada uno de los que no volverán, una lágrima por sus madres y esposas y, otra por mí y todo el dolor que estoy a punto de causar. Solo espero no equivocarme y que el sacrificio sirva para algo. En caso contrario……..que dios me perdone ya que la historia no lo hará.
Hoy se empieza a decidir nuestro futuro, en unos minutos daré la orden de ataque y nuestros jóvenes partirán hacia tierras extrañas. Las defensas en Albania son inexistentes, la victoria es segura, pero será amarga. Italia no perdonara este ataque y sufriremos su ira. Solo espero que podamos resistir el avance de su ejército. El baile empieza….
Albania cae sin oponer apenas resistencia, pero antes de que lleguemos Italia ya se ha levantado contra nosotros. Una división de montaña y dos de infantería les esperan en Rijeka. Nuestra artillería las acompaña junto a la flota aérea compuesta por un caza y un bombardero. Otras tres divisiones están apostadas en Ljubljana. Las defensas antiaéreas no están terminadas, quizás verdaderamente nos precipitamos, pero no podíamos esperar, la moral del pueblo y del ejército era demasiado baja. La victoria sobre Albania la ha subido, aunque la disensión también se ha disparado hasta el 21%. Tiempos de penuria se avecinan.
Italia comienza a bombardear nuestras posiciones en Rijeka, nuestra exigua flota sale a interceptarla y aunque una y otra vez somos derrotados impedimos que consigan su objetivo. Nuestro caza despega sin descanso y cuando vuelve todos son vítores y pulgares en alto. La moral es alta y esperamos la llegada de 9 divisiones que ya marchan contra nosotros.
Hoy no hay vítores, los pulgares al igual que los rostros están caídos, nuestro caza ha sido derribado y nuestro bombardero no ha vuelto de su misión. La moral se resiente y a partir de ahora nuestra infantería antiaérea será nuestra única defensa. Un día tras otro somos literalmente machacados por sus bombarderos que nos atacan sin descanso. Buitres negros que nos sobrevuelan dejando la muerte tras su paso. Maldito baile de muertos que prolonga nuestra agonía. Maldito el día que decidí morir junto a quien mando, malditos remordimientos que me hicieron buscar esta tumba y malditos sean todos los regimenes fascistas y comunistas que nos han llevado a esta situación.
La batalla ha comenzado y aunque nos superan en número y la moral es inexistente, contra todo pronóstico resistimos. Las bajas son grandes y no podemos reforzarnos. Luchamos en cada palmo de montaña, nos aferramos a cada piedra a cada puñado de arena que sentimos que es nuestro. No podemos permitir que botas extranjeras mancillen nuestra gloriosa patria y eso nos hace más fuertes y más rápidos. Golpeamos y nos retiramos, no hay descanso, no hay sueño, pero misteriosamente ahora si hay esperanza.
Hoy estoy en primera línea junto a mis tropas de montaña, apenas queda una cuarta parte de la división, sucios y cansados esperamos la llegada del enemigo. Debería de decirles algo, pero en su mirado noto que no soy uno de ellos, solo un extraño con el poder de decidir donde tienen que ir. Un joven de apenas 20 años clava sus ojos en mí y no soy capaz de resistirle la mirada, me desafía con ella y claudico. Me siento cansado muy cansado…..
El ejército italiano llega en tromba, han decidido que este será su ataque definitivo y se lanza contra nosotros. Nuestra infantería acude para reforzar las posiciones y mi estado mayor decide que es mejor retirarse a un lugar mas seguro. El ruido es ensordecedor y por la cara de mis generales veo que no hay muchas posibilidades de resistir. Un disparo suena cerca y veo caer al soldado que clavo sus ojos en mí. Algo se revuelve, la sangre empieza a hervir, sin quererlo me transformo. Ya no soy el burócrata que decide el destino del país, soy un poco de cado uno de ellos, de los que caen, de los que luchan y pasan hambre. No se, no soy yo el que recoge un fusil del suelo, no soy yo el que avanza gritando, el que se dirige hacia una muerte segura.
Balas y explosiones alrededor, sonidos lejanos que retumban como el eco del valle donde nací. Avanzo como un ciego en la oscuridad, no se hacia donde solo que grito y disparo y vuelvo a disparar. Un fuerte dolor en el hombro, crujir de algún hueso que salta astillado, la cabeza estalla y caigo contra el suelo. Manos fuertes que me levantan y alrededor mío figuras sin nombre que también gritan y corren hacia un lugar determinado. Levanto la vista y veo la bandera de mi país, alguien me la cede y la hondeo con mi brazo astillado, dolor mucho dolor, pero no importa. Me sobrepasan gritando y cargan contra el enemigo. El cazador cazado y la victoria es nuestra. Los italianos se retiran. Vuelven los vítores y esta vez es a mi a quien van dirigidos.
Busco al soldado que cayo ante mí, todavía esta con vida, le abrazo y lloro como nunca me creí capaz de hacerlo. Tras unos segundos noto todas las miradas clavadas en mí. Levanto la vista y ahora si les miro fijamente, orgulloso, no se si me consideran uno de ellos, pero estoy seguro que nunca volvere a bajar la mirada ante nadie. Y si, creo que hoy he ganado un sitio en sus corazones.
Aprovechando la victoria ofrecemos la paz a Italia y esta la acepta. No creo que hubiéramos podido resistir otro ataque y damos las gracias que todavía no tenga ningún aliado. Ahora toca reconstruir el país, avanzar en la investigación de la doctrina de maniobras de artillería e intentar bajar la disensión. Tarea difícil ya que toda la ci esta comprometida en las mejoras y aunque bajemos los suministros y usemos la reserva, nuestras investigaciones no avanzan mas que al 90%. Será un año difícil, pero ahora el pueblo me ve de otra forma y quizás este dispuesto a asumir los sacrificios que tendremos que hacer.
Que dios nos de fuerza para hacer lo que debemos de hacer
1 de marzo de 1936