En mi reciente hilo sobre la batalla de Cuerno Verde, Garius hizo el siguiente comentario:
Contamos entre nosotros con historiadores (con título) de demostrados conocimientos, y de aficionados con entusiasmo. Desgraciadamente no contamos con suficientes participantes con otros puntos de vista, tales como nacionales de otras naciones colonizadoras (Portugal, Francia, Holanda, Inglaterra y los Estados Unidos fundamentalmente), o de naciones colonizadas, especialmente si descienden de nativos. Por ello os ruego encarecidamente un fuerte ejercicio de autocrítica y neutralidad, dado que habremos de suplirles. Vería muy bien que alguno tomara esos papeles incluso si no le corresponden.
A la manera del antiguo programa "La Clave", de tan buen recuerdo, y tomando el papel de su moderador, José Luis Balbín, os voy a presentar un pequeño documental donde se analizan en paralelo dos conflictos que tuvieron lugar en el mismo subcontinente, Norteamérica, y en una epoca no muy distinta. Se trata del conflicto de Acoma y las represalias efectuadas por Juan de Oñate en 1599, y de la guerra Pequot y las acciones de John Mason en 1637. Puesto que ambas resultaron en gran mortandad de indios, y para evitar que la elección de palabras refleje parcialidades que deseo evitar, las denominaremos la masacre de Acoma de 1599 y la masacre Pequot de 1637. En él habrá las siguientes partes:
1. Las bases del conflicto
2. La provocación
3. La guerra
4. El castigo
5. Juicio de los hechos por los contemporáneos
6. La convivencia posterior
7. El efecto a largo plazo
8. La revisión histórica
9. El indigenismo actual
10. Últimas consideraciones
Partimos de la base de que toda conquista supone un acto de violencia, mediante el cual una nación impone su voluntad sobre otra por la fuerza. No hay conquista benévola, puesto que todos los pueblos ejercen resistencia a ser conquistados. En la época en que nos ocupa, las naciones "civilizadas" creían tener el derecho legal a conquistar a los pueblos "salvajes", fundamentalmente definidos por su retraso tecnológico y su ausencia de religión monoteista. Puesto que los conquistadores eran individuos, y presentaban notables variaciones en sus características personales, siendo algunos extraordinariamente crueles, y otros fundamentalmente humanitarios dentro de su violencia organizada, lo que nos interesa es sobre todo la actitud del Estado que sostiene su agresión, con respecto a sus actos para con sus nuevos súbditos.
Ello me llevó a pensar en una discusión histórica (a lo mejor incluso en el sentido de que haga historia ) sobre si existe o no una base real para afirmar que la conquista Española fue especialmente cruel, sobre si existe todavía una leyenda negra sobre la conquista Española, y sobre si el indigenismo revisionista afecta por igual a todas las conquistas, o se ceba especialmente en la Española.Garius said:ciertamente sigo pensando que nuestra actitud con los indígenas fue al cabo mucho más respetuosa que la que han tenido siempre en el mundo anglosajón: a la vista está que sigue perviviendo su lengua y sus costumbres, y en al retomar Santa Fe ya hemos visto cómo se acabó respetando sus costumbres y no se forzó finalmente la conversión.
Contamos entre nosotros con historiadores (con título) de demostrados conocimientos, y de aficionados con entusiasmo. Desgraciadamente no contamos con suficientes participantes con otros puntos de vista, tales como nacionales de otras naciones colonizadoras (Portugal, Francia, Holanda, Inglaterra y los Estados Unidos fundamentalmente), o de naciones colonizadas, especialmente si descienden de nativos. Por ello os ruego encarecidamente un fuerte ejercicio de autocrítica y neutralidad, dado que habremos de suplirles. Vería muy bien que alguno tomara esos papeles incluso si no le corresponden.
A la manera del antiguo programa "La Clave", de tan buen recuerdo, y tomando el papel de su moderador, José Luis Balbín, os voy a presentar un pequeño documental donde se analizan en paralelo dos conflictos que tuvieron lugar en el mismo subcontinente, Norteamérica, y en una epoca no muy distinta. Se trata del conflicto de Acoma y las represalias efectuadas por Juan de Oñate en 1599, y de la guerra Pequot y las acciones de John Mason en 1637. Puesto que ambas resultaron en gran mortandad de indios, y para evitar que la elección de palabras refleje parcialidades que deseo evitar, las denominaremos la masacre de Acoma de 1599 y la masacre Pequot de 1637. En él habrá las siguientes partes:
1. Las bases del conflicto
2. La provocación
3. La guerra
4. El castigo
5. Juicio de los hechos por los contemporáneos
6. La convivencia posterior
7. El efecto a largo plazo
8. La revisión histórica
9. El indigenismo actual
10. Últimas consideraciones
Partimos de la base de que toda conquista supone un acto de violencia, mediante el cual una nación impone su voluntad sobre otra por la fuerza. No hay conquista benévola, puesto que todos los pueblos ejercen resistencia a ser conquistados. En la época en que nos ocupa, las naciones "civilizadas" creían tener el derecho legal a conquistar a los pueblos "salvajes", fundamentalmente definidos por su retraso tecnológico y su ausencia de religión monoteista. Puesto que los conquistadores eran individuos, y presentaban notables variaciones en sus características personales, siendo algunos extraordinariamente crueles, y otros fundamentalmente humanitarios dentro de su violencia organizada, lo que nos interesa es sobre todo la actitud del Estado que sostiene su agresión, con respecto a sus actos para con sus nuevos súbditos.
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