En Varsovia
Esta lloviendo a mares......19 de marzo de 1941, comunicado del Alto Mando con una nueva orden de traslado. Eso supondrá interrumpir los entrenamientos durante muchos días y sé que a mis hombres les sentará mal, aquí estamos todos muy a gusto....No parece que estemos en guerra....
-Pero, mi General, otra orden de traslado?.
Sí, teniente, a mi tampoco me gusta pero, son ordenes. Lo peor, es que ni yo mismo se a dónde nos dirigimos, pero si me han comunicado que pasaremos por Varsovia, y aquello es un caos.
En cuanto llegamos a la estación reinaba el caos más absoluto, ya no llovía, pero estaba todo embarrado....para colmo de males había llegado una nueva columna de panzers de refuerzo para el ejército de Manstein....con lo que el colapso era total.
Por fin nos pusimos en marcha, y a mi me dio por emular a Alejandro Magno en lo de compartir penalidades con mis hombres y decidí compartir vagón con los soldados, sí, vagón destartalado y dedicado al transporte de ganado....eso es lo somos para nuestros jerarcas, bueno hace tiempo que lo sabíamos.
Después de días de penoso viaje, con continuas paradas, llegamos a Varsovia. Pensé que nosotros, que mi ejército, con la toma de Varsovia eramos culpables de esto....rápidamente me mentí a mi mismo diciéndome que habíamos acortado la agonía del bravo pueblo polaco. El aire olía a fanatismo y por ende a muerte. No hacia falta que me adentrase por la ciudad, sabía lo que iba a ver, si lo hacia. En el viaje hablamos mucho del establecimiento del Ghetto de Varsovia, pero tampoco sabíamos ninguno lo que realmente suponía eso....
Decidimos estirar las piernas, di orden a mis hombres de que no salieran de la estación hasta nueva orden.
Cuando nos intentábamos relajar vimos como una columna de hombres, todos varones de mediana edad, eran conducidos a base de culatazos en vagones, incluso peor que el nuestro. El peor un Obersturmführer con su uniforme reluciente, por Dios!, si seguro, se había echado hasta colonia. Me dio asco ese tipejo, si hubiese estado en mi división haría tiempo tendría una bala alemana en la espalda. Creo que no sentí una especial pena por esos hombres-cadáveres, pero odiaba esa brutalidad gratuita, esos hijos de perra disfrutaban....Por supuesto, todos miramos a otra parte....
Al fin, conseguimos abandonar esa ciudad maldita.....Gracias a nosotros, al ejercito, al ciudadano de a pie que apoya al partido.........y sí......hasta mi hijo reparte panfletos......Siento que mi muerte se aproxima......
-