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COMUNICADO DEL ESTADO MAYOR DEL EJERCITO ITALIANO
Hemos luchado hasta el ultimo hombre.
Incomprensiblemente, la ultima batalla en Bolonia resultó en un desastre, un par de meses atrás con fuerzas parecidas, habiamos logrado repeler a una fuerza que nos triplicaba en numero, sin embargo esta vez, una fuerza compuesta por un número similar de divisiones, nos destrozaba y rebasaba en todas nuestras lineas.
El alto mando sospecha de una posible filtración de información al enemigo, un soldado llamado Efialtes de Milano, de padres griegos, desapareció de su posición dias antes de iniciarse el combate. Con él creemos que llevó consigo los planos y mapas de las posiciones y composición de las tropas que defendía el ultimo paso hacia Roma.
Corrió la sangre, la sangre italiana. Las tropas se retiraron totalmente diezmadas, literalmente, alguna división fue aniquilada al completa y el resto con tan solo un 15% de efectivos divisionales.
El repliegue sobre Roma fue inútil, la ciudad prácticamente quedó abierta y tan solo algunas divisiones incompletas acudieron a la defensa.
De las 92 divisiones que componían el Ejercito italiano en Junio de 1944, en Agosto, tras el armisticio, tan solo quedaban 48 en pie a un 50% de efectivos.
Ni un solo reservista se quedó sin aportar su granito de arena a la lucha.
Estado de los defensores italianos en Nápoles justo antes de la batalla de Bolonia….
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ULTIMOS GOLPES DE MANO DEL EJERCITO ITALIANO
Demostrando su espíritu de combatividad hasta el final, el alto mando italiano diseño dos operaciones anfibias ante las mismísimas narices de las fuerzas anglo-canadienses.
La primera destinada a la eliminación de la fuerza aerea inglesa en Messina y la segunda, instigada por el propio Ducce, a la toma de la isla de Creta con la intención de formar allí una ultima bolsa de resistencia.
La operación
Pisadilly Planes fue encargada a un grupo de valientes al mando del general Guzzoni, que embarcado en una bizarra agrupación de navios y al mando de unos 500 hombres, se lanzó a la aventurada empresa. El plan consistía en embarcar de rondón en la costa adrática y dirigirse al golfo de Leon para escapar de la vigilancia aerea aliada. Allí esperaron pacientemente a que el asalto desde Messina a Consenza en el istmo que separa Sicilia de Italia diera comienzo. El plan se desarrollo inicialmente sin contratiempos, sin embargo, la presencia de un comboy británico en la zona, obligó a los destructores italianos a intervenir desvelando la ubicación de la pírrica flotilla. Tras el hundimiento de varios transportes ingleses, arrumbaron a toda máquina con los lentos transportes al unico punto que creian les pondría a salvo, las costas de Tunez antes las narices británicas. La huida se emprendío casi al mismo tiempo que se inició el asalto inglés, quizá aun había tiempo de realizar la operación. Con ligeras pérdidas debidas a los bombarderos navales ingleses, la flota alcanzo las playas de Messina, con sus playas desiertas y los aeródromos llenos de aviones. Guzzoni ordenó el desembarco, 4 angustiosos días en los que la flota observaba con estupor el brillo amenzante de los aviones aliados que sobrevolaban su posición en aras de localizarlos sin saber que tan cerca los tenían.
Por fin, el alrededor del 12 de julio, los soldados italianos lograron desembarcar en las playas machacando las debiles defensas inglesas y capturando para su destrucción a 4 escuadrones de cazas de elite británicos y 6 escuadrones de bombarderos tácticos. La operación había sido perfecta, las tropas inglesas del asalto a Cosenza ya regresaban, pero su lento retroceso al tener que utilizar lanchas de desembarco, propició la llegada de los que ahora en Italia llamaban… LOS 500 DE MESSINA.
Urgentemente y ante la sorpresa británica, reembarcan urgentemente, y sin pérdidas regresaron al puerto desde el cual habían partido, BARI.
La segunda y última operación (La operación Minotauro) fue encargada por el propio Ducce, se inició a resultas de lo que se aparecía ya como derrota decisiva de nuestras tropas en la defensa de Bolonia. El Ducce claramente observó que la resistencia solo podría darse fuera de Italia y posiblemente se podría alargar el en tiempo la defensa con la toma de Creta y el reforzamiento con los restos del ejercito italiano de la misma.
De nuevo, los resto de la marina italiana fueron empleados en este empeño, nuevamente embarcamos desde Bari los restos de las guarniciones italianas en el sur de la bota con direccion de nuevo a la desprotegida Creta y ante las narices británicas.
Mientras los restos del ejercito de Bolonia se retiraban en dirección sur, las tropas embarcadas lograban tomar Creta, y formar allí una sólida estructura de defensa, por otro lado, a las 5 divisiones iniciales se fueron sumando hasta 9 debido al rápido transporte de nuevas divisiones embarcadas en Italia y la recuperación de un quinto buque de transporte que se hallaba en reparación.
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Los hechos se precipitaban, los panzers alemanes, imparables desde los altos de Bolonia, accedían a Roma desde Florencia y desde aquella hasta Nápoles. Las últimas unidades hábiles italianas trataban de detener el avance germano como fuese, sacrificándose hasta el ultimo hombre y sin entregar las insignias de sus unidades. A su sacrificio se sumó una última mala noticia, frente a Taranto, al fin, la flotilla italiana fue localizada por las fuerzas navales inglesas muy superiores en calibre de fuego y con apoyo aereo. Los barcos huyeron a puerto con intención de proseguir el traslado de tropas cuando saltó la noticia…
EL DUCCE HABIA PACTADO CON LA UNION SOVIÉTICA UN ALTO EL FUEGO Y MINUTOS DESPUES, SE SOMETÍA A LAS DIRECTRICES DEL MANDATARIO SOVIÉTICO.
Los términos del acuerdo imponían un cese el fuego, pero la recuperación completa del imperio italiano a su legítimo propietario, el pueblo italiano. A cambio, sumarse a la guerra en el bando del cominntern y la entrega de materias primas.
El Ducce no lo dudó, firmó el acuerdo y libró a su pueblo de la desaparición, en las negociaciones en las que intermedió el Vaticano, este deslizó a sus contrapartes que la invasión de Creta resultaría prácticamente imposible y que Italia podría resistir allí indefinidamente.
La operación Minotauro surtió su efecto y cuando los enemigos ya tan solo observaban la toma de Taranto para la aniquilación del ejército italiano y la anexión del pais, Creta se asmaba como un nuevo y ultimo gran escollo que no estaban dispuestos a abordar.
El genio del Ducce obró el milagro.
ITALIA AUN VIVE Y OBTIENE SU NECESARIO ESPACIO VITAL EN EL MUNDO.