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zeltiko2018b

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Jul 23, 2023
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Ahmad de la casa Qajar esperaba sentado en su trono de mármol blanco en el palacio de Golestan. Era un lugar destacado para ceremonias especiales, y aquella ocasión era así. Hacia más de veinte años desde que las guerras contra el enemigo occidental otomano habían acabado, hacia más de cuarenta que había perdido los territorios ricos en minerales del sur del país a manos de potencias extranjeras, más exactamente de Rusia y la república de Británica. Muchas cosas habían cambiado. El imperio otomano había desaparecido y se había convertido en una república autócrata.
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Ahmad Qajar, shah de Persia
Ahmad se enfrentaba a un dilema. Era querido por el pueblo, pero el gobierno compuesto por el Partido Agrario de Mohamed Hendayat y la Sociedad por el Progreso del general Abbas, liberal, era proclive a aumentar las reformas democráticas y conceder el sufragio a las clases trabajadoras del país. En contra del gobierno, en la dura oposición destacó el ruidoso partido Conservador, ruidoso por la algarabía que montaba a pesar de su escaso peso, y el partido ultra liberal del general Karim Shafaei, dueño de grandes corporaciones económicas como la Sociedad Textil de Irak y el conglomerado Mineral de Tabriz. Este último, se oponía duramente a las reformas y más que monárquico era un hombre a favor de un régimen oligárquico.
Abbas había decidido recuperar las tierras del sur con el fin de atraerse al ejército. Sin embargo, el gobierno reculó. Solo tenía el apoyo de Británica, y los rusos agredidos, el de los EE.UU. y Austria.
De todas maneras las reformas siguieron su camino. Abbas decidió iniciar una gira que atrajo el apoyo de Turquía y Britania. El shah sabía que aquello precipitaba su inutilidad y por ello se reunió a su gobierno en Golesan.
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Consejo ministros de Ahmad Qajar

-Hendayat, viejo amigo -se dirigió al líder agrario-. ¿Qué ocurre con tu antiguo apoyo a la dinastía Qajar?
-No ocurre nada, majestad. El pueblo ha cambiado. Quiere que la gente participe más en el gobierno. Eso es compatible con su estancia en el trono.
-Gran Shah -continuo el general Abbas-, nuestro partido quiere reformas democráticas única y exclusivamente.
Abbas y Hendayat estaban frente al shah; En ese momento entró Karim Shafaei con su ostentoso traje militar de gala y repleto de medallas.
-Eso es falso. Ustedes lo que quieren es echar al shah del país, y eso es algo, que yo, como persa no voy a permitir. Está en riesgo la integridad del país. Ya perdimos muchas regiones en el pasado.
-Integridad!!! -exclamó Abbas-. Lo que perdimos lo hicimos por el padre de Abbas, Mohamed. Solo para sostener su monarquía y sus ínfulas de poder apoyadas por los militares.
-Mientes!! -dijo Shafaei-. ¿Son ustedes los que perdieron el sur del país a cambio de reformas, o no os acordáis de la guerra británica con la que se abolió la esclavitud?
-Seriamos unos parias en el mundo si aún tuviéramos esclavos en nuestro país. Todas las personas tienen derecho a la libertad, la igualdad y al respeto a la propiedad. Usted, señor Shafaei, debía respetar eso. Sin esas ideas, sus industrias no prosperarán -apunto el general Abbas.
-No consentiremos que esas ideas rojas cundan en el país. El sha está por encima de todo ello -agrego Shafaei.
-Nosotros los agrarios solo queremos medidas sufragistas. Ya sabemos que el sacrosanto Shah está por encima de todo eso -dijo Hendayat.
-Si no rompéis con los liberales de Abbas, no dudaremos en acabar con todos, incluidos vosotros -amenazo Shafaei.
Con un gesto nervioso, y sujetando con mano firme su sable salió de la estancia marmórea. El shah se esperaba lo peor. El camino hacia una guerra civil.
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Noticia rebelión en Persia
Al día siguiente, todas las regiones militares del país se rebelaron excepto algunas de la capital y Oriente Próximo. Eran una fuerza extraordinaria las del general Shafaei. El gobierno liberal-agrario estaba perdido. Sin embargo, recordemos que Abbas había viajado por tierras inglesas y turcas y recibió pronto su apoyo. Los ingleses, a cambio de Jordania, atacaron por el Sur. Los turcos por occidente. En cosa de meses todo cambió. La rebelión del general Shafaei terminó en derrota. Se aprobó el sufragio, y aprovechando la debilidad de las fuerzas de la oposición el 10 de enero de 1920 el shah huyó del país y se aprobó la a Republica. Shafaei tenía razón. Los liberales acabaron con la monarquía de los Qajar para siempre. Hendayat fue elegido canciller y Abbas primer ministro. Era un invierno frío pero lleno de esperanzas.
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