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Yo me ofrezco voluntario para llevar germania :p
 
Capítulo treinta: Cambio en el mando.

La guerra en África resultó ser toda una sorpresa. Después de que los sudafricanos enviaran tropas para proteger Walvis Bay, un enclave británico en el África Sudoccidental, el general Botha marcharon hacia el norte desde el río Orange para ocupar Lüderitz y Keetmanshoop, que cayeron en sus manos para octubre de 1914, sin encontrar resistencia de ningún tipo. Las montañas Karas fueron pronto aseguradas y Botha se encontró en campaña pero sin enemigo. Quizás esperaba encontrar a los alemanes atrincherados a lo largo de río Swakop, pero ese no fue el caso. Cuando Windhoek y Grootfontein fueron capturados a comienzos de enero de 1915, la conquista de la colonia fue completada. Botha aseguró que el domínio del hombre blanco en la zona continuaba con el paso de la administración de manos alemanas a sudafricanas, con las escuelas y hospitales alemanes funcionando con normalidad, con numerosos Afrikaaners emigrando hacia el norte y Botha regresó a Pretoria. Solucionado este problema de manera tan sencilla, Botha pudo enviar una Fuerza Expedicionaria sudafricana a Francia. Su primer cuerpo, al mando del tte. gen. Jan Smuts, llegó a Francia en noviembre de 1915, seguido por un segundo cuerpo (tte. gen. A. J. Brink) en enero de 1916.

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Togo era la colonia alemana más pequeña de África pero una de las más importantes. Kamina poseía la mayor estación de radio de todo el continente, que enlazaba Berlín con el resto de Africa. Sin embargo, tampoco contaba con defensas. El gobernador de la colonia, von Doerling, organizó algunas incursiones contra los británicos al este del Volta, en la Costa de Oro, con las escasas unidades paramilitares y de policía nativa que no fueron enviadas a Europa. Pero estas fuerzas fueron pronto aplastadas y von Doerling tuvo que recurrir a la recluta masiva de nativos. Pero era demasiado tarde: los aliados disponía del regimiento de Costa de Oro, más el de Nigeria, junto con una fuerza procedente de Costa de Marfil, dispuestos para avanzar. A esto se sumó un regimiento sudafricano que, en ruta hacia Francia, fue desviado para participar en esta lucha. Con la caída de Kamina el 5 de febrero terminó la campaña, marcada por los problemas causados por la selva africana.

Camerún, colonia alemana desde 1884, estaba también condenada, ya que sus Schütztruppen nativas -doce compañías- habían sido enviadas a Francia (1). Por ello, su gobernador, Karl Ebermaier, tenía pocas opciones a su disposición. Así, cuando varias columnas francesas comenzaron a penetrar en el sur de la colonia y los ingleses avanzaron desde el norte, se quedó sin alternativas. Ebermaier se rindió y, para finales de marzo de 1915, la campaña llegó a su final.

En Africa Oriental, la escasa defensa fue proporcionada por algunas unidades reclutadas por los terratenientes locales. Para los ingleses la colonia era la base del crucero ligero Königsberg, un potente barco que podía destrozar las líneas mercantes aliadas en la zona. Por eso se debía tomar su base, Dar Es Salaam. Las tropas imperiales no encontraron nada. Al parecer, tanto el crucero como la mayoría de su guarnición, junto con su comandante, Paul von Lettow-Vorbeck, había partido hacia Alemania antes de que comenzaran las hostilidades. Sólo unas pocas Schütztruppen permanecieron por si estallaba una rebelion -los recuerdos de la revuelta de los Maji-Maji en 1905-7 todavía estaban recientes en la memoria del gobernador, Heinrich von Schnee. La administración fue rapidamente transferida de manos alemanas a británicas y la guerra en África llegó a su final.

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Askaris alemanes, antes de partir hacia Europa.

Mientras. en casa, tocaba cambiar de comandante. El teniente general Sir William Robertson, el nuevo jefe del estado mayor imperial, visitó al rey para discutir el reemplazo del general French. Sus fracasos en el frente y que pocos de sus oficiales le soportaban le habían condenado hacían que fuera obvio que tocaba reemplazarlos. Lord Stamfordham, secretario privado del rey Jorge V, informó al rey de la situación, que visitó el frente para comprobar la situación por si mismo. Tras entrevistarse con el comandante del Primer Ejército, general Haig, y dos jefes de cuerpo de ejército, teniente generales Haking y Fergusson, el rey llegó a la conclusión de que tocaba deshacerse de French de inmediato.

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Generales Kitchener and Robertson

El primer ministro, Asquith, estuvo de acuerdo con el rey y con Kitchener, por lo que French fue informado de la situación. French se tomó las malas noticias con dignidad, pero esta no duró mucho e intentó chantajear al gobierno: si él dimitía, antes debía hacerlo Kitchener. Asquith informó al general de que no tenía más alternativa que dimitir. O eso o ser apartado del mando. French, por supuesto, optó por irse por su propio pie, y el 5 de diciembre de 1915 Asquith recibió su carta de dimisión. Recomendó a Robertson como su sucesor, pero sólo por su odio hacia al único candidato aceptable como su sustituto, el general Sir Douglas Haig, que tan pronto como French partió para Inglaterra, comenzó a prepararse para la tarea de llevar a la BEF a la victoria.

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Douglas Haig (izquierda) con el rey Jorge V y la princesa María en Aldershot, mayo de 1913

Pronto, una cínica plegaria recorrió el frente: "Dios mío, por favor, danos una victoria, pero no en nuestro sector".

Sin embargo, la siguiente ofensiva debería esperar al año nuevo, 1916.


(1) Imagínese el lector el descojone que tuve al ver a tropas africanas desplegadas en Flandes, luchando hombro con hombro con nuestro austríaco favorito...
 
Last edited:
¿Acabaremos viendo a Hitler en brazos de una negra? :p
 
O en los de un negro....

Con una dedicatoria tal que asi:

" Para mi Dianita querida. Siempre tuyo, Kurt!" :D
 
1916


Para enero de 1916 el optimismo había muerto en la mayoría de las naciones en guerra y la triste realidad se iba imponiendo en toda Europa: la guerra no iba a terminar pronto. La lucha sería larga y sangrienta. Los aliados seguían divididos. Francia y Gran Bretaña temían que Rusia llegara a una paz por separado con Alemania. Para acabar con estas dudas, los representantes militares de Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Serbia se reunieron en Chantilly en diciembre de 1915, donde se acabó con dichos temores y se acordó una política común que dotaría de coherencia al esfuerzo bélico aliado.

Se atacaría en todos los frentes tan pronto como las condiciones de cada nación lo permitieran. Además, "todos los esfuerzos de la Coalición deberían dirigirse a preparar y ejecutar esta acción decisiva, que sólo tendrá completo efectivo si las ofensivas son coordinadas". Además, se propuso la ejecución de ofensivas secundarias que debían fijar las defensas enemigas antes de que se lanzara el gran ataque. Además, si un miembro de la Entente era atacado, se deberían llevar a cabo ofensivas inmediatas para aliviar la presión sufrida por este miembro.

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El sector británico del frente occidental.

Londres dudaba, pues el gobierno era consciente de la falta de experiencia y equipo de la BEF. Por eso, Gran Bretaña no era muy partidaria de enviar a sus tropas a participar en el mismo tipo de asaltos fallidos que había tenido lugar en 1915. el nuevo comandante en jefe, el general Sir Douglas Haig, estaba de acuerdo. Hizo saber a Joffre que no pensaba formar parte en ninguna ofensiva apresurada contra los alemanes. Sobre todo, Haig quería fortalecer las fuerzas de la BEF de cara a la gran ofensiva de 1916, completamente consciente de los problemas sufridos durante los combates de 1915 y el papel que la escasez de armas y suministros habían tenido parte en ello.

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Haig y Joffre saliendo de un edificio en Chantilly, Francia, en diciembre de 1915.
Haig se encontraba en una posición envidiable. A comienzos de enero de 1916 estaba al mando del ejército más grande jamás puesto en campaña por el Reino Unido en toda su historia. Apenas había pasado un mes desde que asumió el mando, se encontró al frente de tres ejércitos, con más de 1.000.000 de soldados en sus filas. Sin embargo, ahora estaría limitado a contactar con sus comandantes de alto rango, y perder el contacto directo con el frente. Sus comandantes de ejércitos eran le general sir Henry Horne (Primer Ejército); el general Herbert Plumer (Segundo Ejército) y el general sir Henry Rawlinson (Tercer Ejército).

Horne había luchado con la caballería de sir John French durante la segunda Guerra Boer. Em 1905 ascendió a teniente coronel y pasó a servir, al mando del general sir Douglas Haig, en la Real Artillería a Caballo. Había luchad con distinción con la BEF a lo largo de todo 1914, pasando a mandar una división, luego un cuerpo de ejército y finalmente, el Primer Ejército cuando Haig fue ascendido y éste le escogió por su competencia en elc ampo de batalla. Sir Henry Rawlinson, un veterano de las campañas de la India, Birmania, Egipto, el Sudán y Sudáfrica, había recibido el mando de su ejército en diciembre de 1915, para sorpresa de muchos, ya que su tendencia a discutir las tácticas de sus mandos superiores le habían hecho, en teoría, carne de traslado a un olvidado lugar, bien lejos de la primera línea de batalla. Por su parte, Herbert Plumer era otro veterano, en este caso de la guerra del Mahdi, la segunda Guerra Matabele y la Segunda Guerra Boer. Era considerado como el mejor de los comandantes de ejército en Francia y estaba fama iba a ser puesta a prueba, ya que dentro de su mando se incluía el infame saliente de Ypres.

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El sector francés del frente.

Haig había sido reforzado por la llegada de dos profesionales y esforzados cuerpos de ejército, el ANZAC, mandado por el teniente general sir William Birdwood, y, tras el final de las campañas africanas, la Fuerza Expedicionaria Sudafricana, liderada opr el teniente general Jan Christiaan Smuts, antiguo ministro de la guerra sudafricano.

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Mientras, en Scapa Flow, la Grand Fleet esperaba tener otra oportunidad para enfrentarse con la marina alemana. Incluso sin sus barcos más poderosos, los de la clase Queen Elizabeth, todavía en construcción (1), la Grand Fleet era un enemigo poderoso para la flota alemana. Mientras, poco había que hacer, salvo patrullas el mar del Norte en busca de un enemigo que, o bien estaba en sus puertos o bien esquivaba el combate directo con la marina enemiga el alta mar. Por lo tanto, Jellicoe y Beatty sólo podían prepararse y esperar a que llegara el momento para el combate decisivo.

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El Queen Elizabeth al ser botado el 16 de octubre de 1913


(1) La situación en 1915, 1916 y parte de 1917 es la siguiente "o tienes IC para producir infantería o para producir barcos... ¿aviones? ¿tanques? hombre, ahora que preguntas...". En fin, que todo ha tenido que esperar hasta 1917 para poder hacer algo.
 
¿Todo 1916 en un único post? FAIL :p
 
¿Todo 1916 en un único post? FAIL :p

Es el resumen de situación a comienzos de año. Ya lo hice así con 1915.
 
coñe, si, pero la nota al final es lo que me ha liado. Puff, que memoria
 
¿Serbia no había sido aplastada a estas alturas?
 
¿Serbia no había sido aplastada a estas alturas?

Sí, pero históricamente su ejército se escapó a través de Albania y mantenían representación en el mando aliado.
 
Capítulo treinta y uno: Preparando el Gran Empujón


Desde la reorganización del gobierno y el gabinete de guerra, Winston Churchill había agonizado como canciller del ducado de Lancaster. Para un hombre acostumbrado a la acción y a participar en las grandes decisiones del conflicto, esto era peor que estar muerto en vida. Por ello, tomó una decisión arriesgada: escribió una carta de dimisión a Asquith y se alistó en su antiguo regimiento de caballería, los Oxfordshire Hussars, con el rango de comandante. Llegó a Francia el 18 de noviembre de 1915. Una vez allí y deseoso de cumplir con su deber –tanto como de recibir un mando de alto rango-, comenzó a visitar al comandante en jefe de la BEF, Sir John French. Churchill casi lo había persuadido de que le diera el mando de una brigada cuando French fue reemplazado en el mando por el general Haig, con el que que se llevó de manera correcta pero no tan amistosamente como con su antecesor. Por ello el antiguo Primer Lord del Almirantazgo optó por buscar nuevas influencias, y comenzó a visitar a Sir Max Aitken, representante del gobierno canadiense, y a varios generales franceses.

El 1 de enero de 1916, Churchill recibió su propio batallón, el 6º de Royal Scots Fusiliers, una unidad que había sufrido graves bajas en los últimos combates y pertenecía a la 9ª División (Escocesa) del 2º Ejército del general Plumer. Estaba destinada en la retaguardia, reorganizándose tras haber servido en primera línea cuando llegó Churchill, listo y ansioso por trabajar. Como segundo al mando tenía al mayor Archibald Sinclair, con quien pronto entabló amistad. Se lanzó de cabeza a asegurarse de que su unidad era una fuera disciplinada y capaz de combatir, y para ello comenzó a entrar a sus hombres día y noche y a levantarles la moral mediante competiciones deportivas y concursos de canto (1). Pronto tuvo la oportunidad de demostrar la validez de sus métodos, pues su unidad fue des tinada al saliente de Ypres. Fue afortunado, pues llegó al Saliente, normalmente bajo constante bombardeo de ambos bandos, en un periodo de calma. Pero la calma no le hizo ni pizca de gracia, y pronto comenzó a organizar incursiones en la tierra de nadie, para mantener la iniciativa, liderando algunas, mostrando el atrevido coraje y la temeridad que ya le habían caracterizado en el pasado. Mientras, seguía atento a lo que sucedía e Westminster.

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-¡Winston, sonríe! ¡Di patata!
-¿ Que c*****s estás diciendo, pedazo de m****a?
¡Estoy sonriendo que te c***s, m*****t m*****n!
¿A que te estrangulo con tus p***s falditas, so g****o?
-J***rrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Fue durante una de estas incursiones cuando rescató a un joven piloto y casi fue acribillado a balazos por una ametralladora alemana al transportar al herido aviador de vuelta a las líneas alemanas. El piloto, un tal Oswald Mosley, antiguo oficial del 16º de Lanceros de la Reina, había sido transferido por petición propia al Real Cuerpo Aéreo - Royal Flying Corps, RFC- y había sido derribado al realizar un vuelo de reconocimiento. Cuando Churchill y su grupo regresaba de una “visita” a las líneas enemigas, se encontraron con el herido y lo transportaban de vuelta cuando un centinela alemán, sospechoso de ver tanto movimiento, dio la alarma, ocasionando que una ametralladora Spandau abriera fuego. Incluso en tales circunstancias Churchill tuvo suerte, pues fue salvado de una muerte segura por el cuerpo de Mosley, que fue acribillado por las balas. Aún vivía cuando llegaron a las líneas británicas. Regresó, más o menos entero, a Gran Bretaña. Los doctores quedaron impresionados por la voluntad de vivir de Mosley. No murió, y logró recomponerse, más o menos. Después de dos años de cuidados médicos, abandonó por fin el hospital y regresó a la vida, paralizado de cintura para abajo para el resto de sus días. (2).

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General Erich von Falkenhayn, otro hombre conocido por sus enormes sonrisas.

Mientras, el alto mando alemán estaba dividido en su misma base, ya que su nuevo comandante en jefe, von Falkenhayn, propuso lanzar una gran ofensiva contra Francia, “la mejor espada de Inglaterra”, que destruiría su ejército, mientras Gran Bretaña era obligada a rendirse por una campaña submarina sin restricciones. Esta estrategia, lógica y sensata, fue derrotada por el simple hecho de que Prusia seguía en manos rusas. El káiser Guillermo no quería escuchar nada que no asegurara la expulsión inmediata de los ejércitos zaristas de suelo alemán. Falkenhayn tuvo que ceder y olvidarse de su ansiada ofensiva. Pero la segunda parte de sus planes, la guerra submarina total, fue apoyada vigorosamente por la marina. Von Tirpitz la apoyó con entusiasmo. Con mejores submarinos, dijo, los mercantes británicos serían hundidos a tal velocidad que Gran Bretaña tendría que pedir la paz en seis meses o morirse de hambre. El canciller von Bethmann-Hollweg advirtió que esto causaría la entrada de EEUU en la guerra del bando aliado, pero la marina respondió que Washington no haría nada si Gran Bretaña estaba derrotada y que, en el caso de que llegaran a declarar la guerra a Alemania, no podía enviar tropas antes de que Gran Bretaña hubiera sido derrotada. Sabedor de que el destino del Reich estaba en sus manos, el káiser Guillermo dio la orden de lanzar a los submarinos a cazar en los océanos por segunda vez en toda la guerra.

Sin embargo, Falkenhayn fue autorizado para llevar a cabo una versión reducida de su ofensiva contra Francia. Para ello rechazó los ruegos del comandante austríaco, Conrad, para aplastar a Italia para poder reunir fuerzas suficientes contra Rusia y Francia a la vez. Para atacar escogió como lugar la vieja puerta de las invasiones de las tribus germánicas: Verdún. También tenía una vaga idea sobre como lograr conseguir el efecto deseado.

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Obuses pesados alemanes listos para dar un duro despertar a los soldados galos



(1) No, Churchill no inventó OT. Repito: NO.
(2) Bueno, Oswald y Winston no se encontraron en los campos de batalla –a menos que me haya perdido algo, que no creo-. Pero era algo que no podía saltarme. Mosley –que por entonces era observador en el RFC- estaba chuleando con su avión a la vista de su madre y su hermana, cuando se estampó de morros contra el suelo, lo que le dejó una cojera permanente, lo que motivó que le enviaran de vuelta a Inglaterra –tras la batalla de Loos- para el resto de la guerra. Por tanto, esto me lo he sacado de la manga para poder deshacerme del bueno de Mosley para futuros desarrollos AARtistico, si Dios quiere. Podría, por supuesto, haberlo matado, pero entonces no podría tenerlo suelto para torturarlo si me place.
 
Que Mosley esté en silla de ruedas no cambia nada. Mira a Roosevelt.
 
Que Mosley esté en silla de ruedas no cambia nada. Mira a Roosevelt.

Pero desfilar por el East End detrás de un inválido, por muy vestido de negro que vaya, no es lo mismo. Y FDR ocultó todo lo que pudo su condición. Por algo sería...
 
Pero desfilar por el East End detrás de un inválido, por muy vestido de negro que vaya, no es lo mismo. Y FDR ocultó todo lo que pudo su condición. Por algo sería...

No hace falta desfilar, se queda como político laborista normal. De hecho, perder las piernas por la patria es de un heroico que tira pa' atrás. :p
 
Kurt, de que pelicula es el video?
 
No hace falta desfilar, se queda como político laborista normal. De hecho, perder las piernas por la patria es de un heroico que tira pa' atrás. :p

Ah, pues nada, que siga con los laboristas y agarrando rabietas cuando le tumben sus propuestas :D

Kurt, de que pelicula es el video?

Oh, What a Lovely War, inspirada en la obra de teatro del mismo nombre.
 
Puff, un musical... Ya aprovecho, alguna película potable de la PGM? Que no sea ni Jhonny cogió su fusil, ni senderos de gloria ni ninguna de esas, sino una con austro-húngaros( voladores)