Digamos que el tema es incluso más visceral. En realidad todos estos proyectos ibéricos parten más de una ampliación de la cruzada que había sido la Reconquista. Por ejemplo, en el caso portugués, el objetivo último del rey no era llegar a la India, sino una cruzada total. Querían conquistar el norte de Africa, liberar Jerusalén, encontrar el reino del Preste Juan, hacerse con el oro de los reyes africanos,... Lo de hacerse con el comercio de especias y demás es mucho más circunstancial, se va haciéndo sobre la marcha. Vasco de Gama sabía de la existencia de la India, pero lo de plantarse allí y quedarse con el mercado (menospreciaban a la competencia árabe y pensaban algún día acabar con toda ella) va después. En realidad no saben qué se van a encontrar, lo que por cierto, es uno de los factores que lastran su Imperio: no hay planificación de ningún tipo, no saben qué hacer con lo que tienen, carecen de especialistas,...
En el caso castellano se quiso hacer lo mismo. Surge en gran parte por la rivalidad con Portugal. La conquista de Granada se había demorado por casi dos siglos, no porque nadie se lo hubiese planteado, sino a causa de las guerras internas constantes. En realidad, a finales del XV, Castilla está en muy mala situación económica. Pero la ideología construída en torno a la Reconquista exige que Granada esté en manos cristianas y que se expulse a los musulmanes. La cruzada tiene que seguir y además es lucrativa. Por eso cuando Colón les propone el proyecto aceptan, encaja muy bien dentro de esa visión. Y, nuevamente, cuando se descubre América, se tarda en reaccionar. Qué en Tordesillas (1494) le tocase a Portugal Brasil es pura casualidad, porque cuando se firma esa parte no está explorada (no se descubre hasta 1500 por puro accidente) y no se sabe que puede haber allí. Era una lotería.
Básicamente, ambos tenían esa mentalidad que ahora tienen los estadounidenses, a causa del desino manifiesto, de llevar la "democracia" y la "libertad" a todos los rincones de la Tierra. Solo que con la cristiandad. Cuando los turcos toman Constantinopla la gente no se amedranta únicamente por la caida de la ciudad, sino porque se están convirtiendo en una amenaza muy seria. Cuando todo esto ocurre ya han llegado hasta Serbia y amenazan con extenderse aún más. Las circunstancias de la época instaban también a ello.