AAR Victoria Revolutions: L’Union Fait La Force (Haití)

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¡Actualiza! :p

Estoy usando los ratos sueltos para jugar la partida. Que digo yo que tendré que jugar antes de escribir. :D Este fin de semana sin falta habrá uno o dos capítulos. :)
 
Sorry, he estado todo el fin de semana enmarronado con curro. En teoría, lo peor habrá pasado mañana. :)
 
baknor is back :D

y todavía no me había suscrito a este AAR... y es imperdonable, como miembro del triumvirato que nos ha asignado el gran yankee Paco :cool:

yo, efectivamente, he estado de exámenes hasta hoy, que voy a volver a incordiar por los foros... aunque vamos a ver por donde voy actualizando, porque tengo ganas por igual de contar peripecias de dixies y de polacos :D

y sobre haití, un día empecé una partida y la dejé... jeje efectivamente me pasaba el problema de que no venían inmigrantes ni a patadas, pero tu sistema es muy ingenioso...

Yo, cargarme a los aristócratas, sólo tuve que hacerlo en dos partidas (una de ellas con España), y mi método fue más rudimentario (ergo, dejar que se levantaran en armas y pulírmelos con el ejército :p). Curiosmanete en la partida con España... ¡acababan emigrando a América! :eek: se me quedó una cara de tonto cuando veía a los aristócratas montando sus parcelas en el viejo oeste...
 
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Capítulo 4: La industrialización de Haití (I)

Con la creación de una nueva clase dominante, Faustin Soulouque sólo había perseguido un objetivo: asentar su poder y erosionar el de aquellos que podían apartarle del gobierno de Haití. Sus ideas, ciertamente, eran más modernas y aperturistas que las de sus antecesores, pero ni siquiera él podía imaginar las consecuencias de su decisión.

Entre las nuevas familias privilegiadas de Haití estaban los Ollagnier, terratenientes en Hinche, una ciudad de mediano tamaño en el interior de la parte francesa de la isla. Los Ollagnier, como casi todos los potentados haitianos, debían su dinero a las plantaciones de tabaco[1]. La mayor parte de sus tierras se concentraban alrededor de Hinche, pero también poseían plantaciones en Rincón (en la parte española de la isla); Thiotte, cerca de la costa sur, y en las cercanías de Gonaïves.

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Haitianos trabajando en una plantación de azúcar. La foto es relativamente reciente… pero el sistema sigue siendo tan rudimentario como hace 150 años.

Los Ollagnier, como todos aquellos afectos al faustinismo, acabaron por instalarse en Puerto Príncipe. Desde allí, además, podían controlar una parte fundamental del negocio: el embarque y envío de su tabaco hacía el exterior. La economía haitiana, como buena ex colonia que era, seguía ligada al monocultivo y a la exportación. Francia, a pesar de las desavenencias, seguía siendo el principal mercado.

Y también como la mayoría de los potentados haitianos, los Ollagnier enviaban a sus vástagos a estudiar al extranjero. A la Vieja Europa. Casi siempre, y poco sorprendentemente, a Francia, la metrópoli. Pero los Ollagnier no: Jean Jaques Ollagnier, nacido en 1813, fue enviado por su padre, convencido revolucionario y gran opositor a la presencia francesa en suelo haitiano a Reino Unido. Primero, a la prestigiosa Universidad de Edimburgo. Y una vez terminados sus estudios, en 1837, entró como aprendiz en The Royal Bank of Scotland, muy implicado en el desarrollo industrial de Escocia. A su vuelta a Puerto Príncipe, en 1843, Jean Jaques Ollagnier se había convertido en un auténtico revolucionario… de la economía.

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Dundas House, la sede histórica del Royal Bank of Scotland en Edimburgo, construida en 1774 y adquirida por el banco en 1821.

Hasta entonces, cada una de las fincas de los Ollagnier tenía su propio secadero de tabaco, en los que los mismos empleados que sembraban y recogían las plantas secaban y fabricaban los cigarros. Jean Jaques comprendió la escasa eficiencia económica del proceso. En 1845 puso en marcha la que puede considerarse la primera “fábrica” de Haití: en una casona de Pétionville, a las afueras de Puerto Príncipe, pasaron a fabricarse todos los cigarros del emporio Ollagnier. Menos empleados y más especializados, y además la posibilidad de instalar “tecnología” (todavía muy rudimentaria) para acelerar el proceso de fabricación.

La nueva estrategia empresarial de Ollagnier fue todo un éxito, y la productividad de su “fábrica” en Pétionville hizo que, en poco tiempo, la producción de sus fincas fuera insuficiente. Ollagnier empezó a comprar hoja de tabaco a otros plantadores haitianos. Y así se encontró con el siguiente problema: el transporte. Haití era un país pequeño, pero montañoso. Sin ninguna infraestructura viaria y cuyos caminos seguían infestados de grupos de bandidos, herencia de los 30 años de luchas por la independencia y el poder. Jean Jaques Ollagnier necesitaba un medio de transporte rápido, eficaz y que evitara accidentes y asaltos. Y en sus años en Reino Unido lo hacía conocido: el ferrocarril.

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Un convoy típico de los primeros años de funcionamiento del Kilmarnock & Troon Railway, la primera línea férrea de Escocia. En los primeros tiempos, la tracción era animal.

Sólo había un “pequeño” problema, la absoluta incapacidad del estado, enfrascado en el pago de la deuda a Francia, para aportar el más mínimo capital para tamaña empresa. Si de verdad querían sacar adelante su proyecto ferroviario, los Ollagnier tendrían que apoyarse en la iniciativa privada. Y no sólo la haitiana: ni siquiera uniendo a todas las familias pudientes serían capaces de reunir el dinero necesario.

La Compagnie du Chemin de Fer de Haití nació en septiembre de 1848, fruto de los esfuerzos de la familia Ollagnier… y de The Royal Bank of Scotland, que tomó una participación en el proyecto y se encargó de buscar inversores británicos para el proyecto. El ritmo de las obras, además, fue frenético: en 1851, la línea entre Puerto Príncipe y Santo Domingo, más de 200 kilómetros de vías, ya estaba en marcha. Y en los años siguientes todas las principales ciudades de la isla estaban conectadas entre sí. [2]

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[1] Pura realidad alternativa. El sistema de plantaciones típico del Haití colonial desapareció con la revolución. Desde entonces la agricultura en Haití es puramente de subsistencia.

[2] Todo lo explicado en este capítulo, como podréis imaginar, tiene que ver con la realidad como un huevo con una castaña. A septiembre de 2010, en Haití hay en la actualidad la pasmosa y asombrosa cantidad de cero kilómetros de ferrocarril en funcionamiento, con el lastre que eso supone para el desarrollo de la economía de cualquier país… y más si ese país es agrícola. Ha habido varias propuestas para aprovechar el esfuerzo internacional tras el terremoto para poner en marcha una red viaria en condiciones, pero de momento no parece que vayan a tener éxito. La República Dominicana, incluso, intenta impulsar una conexión internacional en el norte del país.
 
Ya os dije que esto sería lento, y el que avisa no es traidor. :D Hasta dentro de tres meses, o asín. :p
 
que ej esto? :D
 
Con Papa Doc esto no pasaba :(

Pillo sitio para la actualizacion de nochebuena :p
 
¿Qué planes tienes en un futuro cercano?
 
¿Qué planes tienes en un futuro cercano?

Bueno, si me he puesto a actualizar es porque ya tengo la partida jugada hasta 1900. :D Así que prefiero no adelantar demasiado, porque ya sé lo que va a pasar. :p Pero sí os diré que no queda demasiado para que haya yoyas.