Siguiendo las anticlericales instrucciones de los miembros del Cónclave, el Duque de Medinaceli sigue a los mandos del país, junto con los Intelectuales, intentando llevar a Españita a la modernidad:
Mientras, en las Cortes continúa la tramitación de la "Ley de Separación de Iglesia y Estado" y en las calles, los curas andan con trabucos y navajas, como en 1808:
A pesar de las protestas, en diciembre de 1866, la ley pasa a votación en pleno:
Y en verano de 1867, la ley es aprobada:
Los efectos inmediatos de la ley son la salida de los miembros del clero de la Administración de Justicia, pasando a ser gestionados los Registros Civiles por funcionarios; su salida de las universidades públicas, donde se han abolido carreras como Teología y Derecho Canónico; y la expropiación de todos los templos católicos, siendo supervisado su empleo por la Dirección General de Asuntos Religiosos:
El descenso del número de religiosos es significativo:
Más de 200.000 religiosos han perdido su empleo
Continuando la política anticlerical, el siguiente objetivo es sacar a los curas de las escuelas y por ello se lleva al Consejo de Ministros la "Ley de Escuelas Primarias", donde el estado se compromete a mandar maestros para sustituir a los sacerdotes y eliminar el proselitismo religioso, siendo reemplazado por una formación en valores cívicos:
Los curas no tardan ni un instante en organizarse y convencer a los incultos campesinos de que se va a enseñar satanismo en las escuelas, levantando un movimiento extraordinariamente fuerte en contra de la ley:
Ante esta situación, el gobierno da marcha atrás, esta guerra no se puede ganar de momento:
Tras varias reuniones del Gabinete, se ha llegado a la conclusión de que gran parte de los disturbios que llevan produciéndose durante las últimas décadas se deben a la pobreza y la mayor exigencia de bienestar de las clases bajas, algo que sólo es aliviado por las organizaciones caritativas de la Iglesia. Por ello, el Estado debe sustituir esa función para ganarse el favor de los desafortunados al mismo tiempo que se continúa con el proyecto de desarrollo económico. Así que los industriales llevan al Consejo la "Ley de Beneficencia":
La ley, que en esencia promueve la creación y gestión pública de comedores sociales, orfanatos y asilos, es enviada en abril de 1868 a las Cortes para ser enmendada:
En las discusiones parlamentarias se hace un gran halago a la capacidad de la administración, que es interpretada por la opinión pública como un refuerzo de la autoridad gubernamental:
Y un diputado por Vizcaya, de la Unión Patriótica, lleva a las comisiones la ley francesa sobre el tema, que resuelve todas las discusiones, llevando este texto al Pleno para su votación:
Ya en el primer pleno del otoño de 1869, la "Ley de Beneficencia" es aprobada:
Una sopita caliente aguada y unos harapos repartidos por el gobierno
Guiados por el optimismo, se vuelve a realizar un intento de lanzar la "Ley de Escuelas Primarias". Sin embargo, para la Navidad de 1869, se ve que el horno no está para bollos:
Aún así, aunque la radicalidad del moviemiento es alta, el gobierno cree que se puede lidiar con el tema. Mientras se produce la reorganización en víspera de las elecciones de 1870. Las Fuerzas Armadas forman la Unión Patriótica, abandonando el Partido Moderado, la decadente Aristocracia se une a los Campesinos en el Partido Agrario y la Pequeña Burguesía vuelve a cambiar su chaqueta del Partido Moderado al Partido Progresista:
Y las encestas pronostican estos resultados:
La realidad es que la radicalidad de la Iglesia sube 30 puntos en un mes y la ley educativa debe volver a ser retirada en abril de 1870:
Y en septiembre tenemos este resultado electoral:
Lo que supone la continuación del gobierno de "Los Quemacuras" aunque con la incorporación de la Burguesía chaquetera, que nos baja la legitimidad:
Las continuas rebeliones clericales han cabreado también a los industrialistas y se han unido en el fin noble de despojar del poder educativo a la Iglesia, poniendo como condición que la financiación de las escuelas no salga del presupuesto público, sino del de los padres. Los intelectuales son conscientes de que eso será un paso atrás en el alcance de la educación para las clases pobres, pero consideran que laminar el poder eclesiástico es más importante. Por ello, se lleva al Consejo la "Ley de Instituciones Educativas Privadas" con la esperanza de conseguir aprobarla antes de que se produzca un estallido bélico:
Y a principio de 1871, la revuelta vuelve:
En mitad de todo el caos, aparece el diputado catalán del Partido Progresista Pi i Margall, reclamando la república presidencialista:
Y el diputado agrario Arsenio Fernández no se queda atrás y pide la ciudadanía para los cubanos de raza negra, los antiguos esclavos:
Después de muchas idas y venidas, a finales de 1871, la situación está de nuevo a punto de la Guerra Civil y el gobierno retira el proyecto de "Ley de Instituciones Educativas Privadas". La iglesia continúa manteniendo su cuota de poder.
Sin una agenda clara, el diputado Arsenio Hernández presenta su reforma de la "Ley de Ciudadanía" al gobierno para dar derechos políticos plenos a los antiguos esclavos cubanos.
Ante la indignación que manifiesta el general Primo de Rivera, líder de Partido Moderado, el Gobierno hace suya la ley y la pone en marcha:
Aunque las altas jerarquías de la Iglesia están en contra de la ley, no consiguen atraer al grueso de la población:
Mientras que se discute la ley en el Consejo de Ministros, el Duque de Medinaceli, primer ministro y líder del Partido Comercial, decide retirarse de la política a finales de 1872 y volver a sus negocios. Los rumores dicen que para mantener la calma durante los últimos años ha tenido que recurrir a fumar opio y eso ha afectado gravemente a su salud:
Y es sustituido por el doctor Celestino Yagüe, médico soriano con intereses en la industria castellana, tanto en el Partido Comercial, como en el puesto de Primer Ministro:
Su primera medida de carácter ejecutivo es mandar un busto de Isabel II que iba a ser colocado en el Arsenal de Carraca a los almacenes, provocando el enfado de las Fuerzas Armadas:
El desarrollo de la industria tiene como consecuencia que la organización de los Sindicatos alcancen un punto suficiente para ser influyentes en política:
Y que quieran demostrar su poder de la manera más efectiva posible: una huelga:
Ya a mediados de 1873, la reforma de la "Ley de Ciudadanía", es enviada a las Cortes, donde algunos diputados llegan a la conclusión de que esta reforma no sólo dará la ciudadanía a los cubanos de raza negra, sino que permitirá otorgar la ciudadanía a cualquier ciudadano que cumpla alguna de las siguientes condiciones: ser ibérico, hablar español o tener ascendencia europea:
Esto implica que cualquier europeo que emigre a España podrá obtener los mismos derechos políticos que un nativo. Los empresarios ya se están frotando las manos con las hordas de desfavorecidos europeos que llegarán buscando trabajo en sus minas y fábricas.
Mapa de nivel de vida en las diferentes regiones europeas
En marzo de 1874, se vuelven a barajar las cartas, y la Veleta Burguesía, vuelve a cambiar de partido. De nuevo al Partido Moderado. Por otro lado, los Sindicatos, de manera increíble y guiados por un líder muy militarista, Jorge Vela, se incorporan a la Unión Patriótica, junto a los militares:
¿Tendremos una asamblea de obreros y soldados? Porque la estrellita es que son socialistas...
Y tras la realineación de intereses, se envía la ley al pleno del Congreso para que se vote:
Se realizan las primeras encuestas electorales entre los votantes:
Y tras la votación del de septiembre, este es el resultado: