Capítulo cincuenta y ocho: agitación en las trincheras
“El silencio era extraño, muchos soldados parecían ausentes, ignorantes de lo que
sucedía a su alrededor. Entonces llegó el sargento Hicks y me dirigió esa odiosa
mirada. Oh mierda, pensé. Vamos a atacar. ”.
Memorias del cabo Frederick Mannig (Museo Imperial de la Guerra)
Los cañones tronaron en el frente occidental el 2 de abril de 1917, el día en el que comenzó la ofensiva Nivelle. Su comienzo estuvo marcado por el ataque de las divisiones británicas, de los Dominios, belgas y portuguesas contra el saliente de Ypres y el sector Lens-Douai. Tras los acuerdos de Calais, la BEF quedó bajo el mando del general Nivelle mientras durara la ofensiva, aunque Haig retuvo el control operativo de su ejército. En su deseo de ganar toda la gloria para Francia, Nivelle no tuvo en cuanto el desgaste sufrido por el ejército galo en Verdún. Pronto su plan creció desmesuradamente. Si en origen se pensaba atacar el gran saliente alemán de La Fère-Reims, primero en los flancos al norte del Somme y al sur del Oise, pronto se salió de toda proporción. Primero Nivelle hizo que los británicos se ocuparan de la defensa al sur del Somme para liberar a más tropas francesas para el ataque en la Champaña. Por esto la operación se tuvo que posponer durante un mes.
Nivelle enfatizó a Haig la naturaleza secundaria de las ofensivas que llevaría a cabo la BEF para apoyar el ataque galo contra el Chemin des Dames. Cinco días antes del ataque, tres ejércitos atacarían las líneas alemanas para fijar las reservas enemigas. El 2º Ejército del general Plumer y el Grupo de Ejércitos de Flandes, al mando del rey Alberto de Bélgica, atacarían el saliente de Ypres, mientras más al sur, el 5º Ejército (Gough), el 4º (Rawlinson) y el 3º (Lomax) asaltarían las líneas alemanas. Lomax debía ocupar Cambrai, lo que amenazaría la retaguardia alemana del Chemin des Dames y atraería reservas lejos de allí; Rawlinson atacaría Cambrai a través del canal du Nord mientras Gough hacía lo propio cruzando el río Oise y el canal de la Sambre. Haig dudaba de las posibilidades de este ataque, por la complicada geografría de la zona, dominada por canales y marismas, pero no consiguió persuadir a Nivelle.
Un modelo de armadura personal introducido por el ejército francés durante la Gran Guerra. (1)
“ El ruido de las granadas de artillería parecían completamente fuera de lugar
ante la calma que sigue al atardecer. Entonces escuché una voz que decía en
mi interior “Vas a sobrevivir” y me aferré a ella mientras me movía por la trinchera.”.
Memorias del soldado Jonathan Maze (Museo Imperial de la Guerra)
Antes de que se pudiera poner en práctica estos planes, los alemanes los arruinaron. Como consecuencia de la batalla del Somme, el mariscal Paul von Hindenburg y el general Erich Ludendorff ordenaron que se construyera un nuevo sistema defensiva en la zona de Lens-Rheims. Anticipando la ofensiva aliada, aceleraron la finalización de las obras en esta nueva línea y ordenaron que se devastara todo el terreno situado entre el frente y las nuevas fortificaciones. La línea Hindenburg fue construida en un saliente del frente alemán y, con esta retirada, se acordó el frente en 50 kilómetros y se pudieron retirar a 13 divisione del frente y destinarlas a la reserva. Esta retirada comenzó en la noche del 12 de marzo. Fue bautizada como la operación Alberich, el nombre del enano perverso de la saga de los Nibelungos. Fue realizada de manera metódica, por etapas hasta las nuevas posiciones, llamadas por los alemanes “Siegfried” (2) y "Hindenburg" por los aliados. De repente, Nivelle se había quedado sin frente al que atacar.
Una línea de trincheras y de refugios alemanes situados en el sector del Somme antes de que comenzara la batalla. La fortaleza y la calidad de estas defensas impresionaron profundamente a los británicos, que no tenían nada comparable en sus defensas. La línea Hindenburg sobrepasaba este nivel.
“
Repaseé a conciencia a los hombres. Todos parecían en trance. Sus ojos
eran opacos y sus rostros estaban lívidos. Pero por la manera de hablar
me inspiraron confianza. Uno o dos se daban la mano; un viejo soldado,
tumbado en el suelo, se incorporó para besar en la mejilla a un compañero.
Mi ordenanza me dio una palmada en el hombro. Parecía muy excitado. Me
dijo algo que no entendí por el tronar del bombardeo. Yo estaba sediento y
mantenía mis ojos fijos en el reloj. Era divertido vivir pendiente del reloj como
si fuera a coger un tren. ”.
Memorias del capitán William Grant (Museo Imperial de la Guerra)
El 2 de abril, pues, comenzaron los ataques secundarios. De madrugada, el cuerpo canadiense del teniente general Sir Julian Byng atacaron la fuerte posición defensiva alemana de la sierra de Vimy, cuya toma permitía dominar toda la zona circundante. El bombardeo preeliminar, que duró toda una semana, empleó a 418 cañones de 18 libras, 138 obuses de 4.5 pulgadas, 90 morteros de 2 pulgadas, 24 de 9.45 pulgadas y, además, otros 245 cañones pesados, que dispararon más de un millón y medio de granadas. La tormenta de acero arrasó la posición enemiga, que estaba dotada de un intrincado sistema de trincheras, alambre de espino y nidos de ametralladoras. Los canadienses, que se habían entrenado muy duro para este ataque, llegan a practicar en una réplica de las posiciones enemigas, contaron con una barrera de fuego de apoyo adecuada que les permitió avanzar en 3.700 metros y capturar la cresta de la sierra. Agotados por el esfuerzo, sin embargo, los canadienses no lograron explotar de inmediato este éxito. De todos modos, se concedieron cuatro cruces Victoria por esta acción (Soldado William J. Milne; sargento Ellis W. Sifton, Soldado John G. Pattison y capitán Thain W. MacDowell). Pese a todo, fue una victoria considerable.
El asalto canadiense contra Vimy.
Durante el ataque contra el Scarpe, el VI (tte. gral. Haking) y el XIV Cuerpos (tte. gral. Maude) se encontraron con un desierto tras la retirada alemana. La persecución fue lenta y esto motivó un retraso en los preparativos para el ataque. De todos modos, los dos cuerpos atacaron el 14 de abril, tras un bombardeo preparatorio de 48 horas, para mantener el efecto sorpresa, ya que el Scarpe no estaba tan bien defendido como Vimy. El ataque resultó decisivo y sorprendió a los defensores alemanas de Devil's Wood, Tilloy-lès-Mofflaines y el Bois des Boeufs. El objetivo final era la Monchyriegel, una trinchera que corría entre Wancourt y Feuchy, parte vital de las defensas alemanas. La mayoría de estos objetivos estaban en manos inglesas para la tarde del 18 de abril, aunque los germanos todavía dominaban gran parte de las trincheras situadas entre Wancourt y Feuchy, sobre todo en la fortificada zona de Neuville-Vitass.
Tropas franceses avanzando hacia el frente, donde les esperan las ametralladoras alemanas..
El 9 de abril atacó el ejército galo. Además de los problemas causados por la retirada germana, Luddendorf había colocado numerosas reservas detrás del Chemin des Dames y la zona estaba protegida por una sistema de defensas en profundidad que no tenía al grueso de las fuerzas defensoras en primera línea. Así, la prometido victoria de Nivelle, que iba a tener lugar en 48 horas, no llegó. Los soldados franceses marcharon bajo lluvia y granizo, pero perdieron la protección de la barrera artillera y la resistencia enemiga, cada vez más dura, les detuvo. Apenas avanzaron un kilómetro el primer día. Pronto la ofensiva se convirtió en un desastre y para el quinto día de combates, las bajas sumaban 97.000 (21.000 de ellas mortales) -2- lo que hizo que Nivelle suspendiera el ataque, después de haber avanzado cuatro kilómetros en un frente de 16. Por este fracaso fue sustituido en el mando el 29 de abril por el general Philippe Pétain.
“
‘Redmain’ preguntó el sargento, y nadie contestó. Se repitió otra vez. ‘¿Alguien ha visto a Redmain’? ‘Si, señor’, contestó Pike, con oscura ira en su voz. ‘El pobre bastardo está muerto, señor’. ‘¿Está seguro d eso, Pike?' ’ preguntó capitán Malet, interesado sólo en los hechos. ‘Si, señor. Eramos amigos, señor, y lo vi volar en pedazos’. Entonces, con el recuento finalizado, los soldados regresaron a su campamento.”.
Memorias del sargento Andrew Abercromby (Museo Imperial de la Guerra)
Las grandes esperanzas creadas por la ofensiva ocasionaron una enorme respuestas, ya que las tropas estaban hartas de ser lanzadas contra el alambre de espino y las ametralladoras. Así, en todo el ejército francés estallaron una serie de motines que se extendieron por 16 cuerpos y 57 divisiones. La llama prendió en un regimiento de la 2ª División Colonial el 3 de mayo de 1917 al grito de “Defenderemos nuestras posiciones, pero no atacaremos”. Las deserciones aumentaron de 509 en 1914 a 27.000 en 1917. Petain fue el que salvó la situación. Tan pronto reemplazó a Nivelle, viajó por todo el frente, visitando a 90 divisiones y hablando tanto con los oficiales como con los soldados para escuchar sus quejas. De inmediato introdujo mejoras en las raciones, en los permisos y en los servicios médicos; los periodos de servicio en las trincheras fueron igualadas y se crearon campos de descanso. A costa de 50 ejecuciones, la paz retornó al frente, aunque más de un centenar de cabecillas fueron deportados a las colonias (4).
(1) Para mí que los franceses, de toda la vida, son una panda de cachondos incurables. Entre esto u la línea Maginot...
(2) La línea se dividía en una serie de sectores que iban de norte a sur y estaban bautizados con los nombres de Wotan, Siegfried, Alberich, Brunhilde y Kriemhilde (que iba desde Reims a Verdún, y desde ahí partía otra sección hasta Metz, la "Michel Stellung"). O dicho de otro modo, ¿el mando alemán que hacía, leer a Clausewitz o escuchar a Wagner?
(3) En la IGM, las bajas francesas sufridas en esos cinco días fueron 130.000 (29.000 muertos). Confieso que fue un poco giliburro al ver el fracaso del ataque galo, hasta que me fijé en la escasez de brigadas de artillería y de ingenieros entre los giligalos y me dije: “Asterix, tate quieto”. Una tontería de ataque. Ten aliados para esto
(4) Se realizaron 3.427 consejos de muerte, en los que se condenaron a 23.385 amotinados; 554 de ellos fueron condenados a muerte y 49 ejecutados, sufriendo el resto penas de prisión y trabajos forzados. Existen leyendas sobre la artillería francesa bombardeando unidades rebeldes que se negaban a atacar. Estos rumores son falsos. Quizás se inspiren en el caso de una división del Cuerpo Expedicionario Ruso que se sublevó en septiembre de 1917 y fue reducida a cañonazos en Camp de La Courtine, en el centro de Francia y fue reducida a cañonazos, muriendo 19 rebeldes. Para saber que pasó en realidad en 1917, tendremos que esperar a que se abran los archivos franceses en 2017.