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No es por tocar los webs, pero Istria esta dentro de la provincia del HoI2 de venecia. Just sayin'. Y una pregunta; ¿ que hace que salte el evento de abandonar la guerra a Rusia?

Para marzo de 1917, si el dissent es de un 15%, el gobierno ruso no es democrático y no se ha tomado Berlín, salta el evento del Gobierno Provisional. Si para noviembre el dissent es del 20% y ya se ha creado el soviet de Petrogrado y la revolución de febrero, salta el evento de la de Octubre y tenemos la URSS. Y, si mal no recuerdo, una vez pasa esto, es cuestión de tiempo antes de que la URSS diga "ta luegiski". A veces resiste bien, pero tan pronto comienzan a independizarse los estados bálticos, Ucrania y Bielorrusia, el dissent se dispara y todo es cuesta arriba.

Aquí ya vereis lo que pasa.
 
Capítulo cincuenta y cinco: ¡¡¡A mí los marines, que los arrollo!!!


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fuente: la frikipedia, la otra enciclopedia

Desde la elección de Theodore Roosevelt como presidente de Estados Unidos, la entrada de esta nación en el guerra en el bando aliado era cuestión de tiempo. Por ello, tanto von Holtzendorff y von Hindenburg estaban ansiosos en lanzar de nuevo a los submarinos alemanes contra las rutas comerciales aliadas. Y, por supuesto, cuanto antes mejor. El 8 de enero de 1917, Theobald von Bethmann-Hollweg, que había visto su oferta de paz negociada rechazada, accedió a las demandas de los señores de la guerra. El 10 de enero, el embajador alemán en Washington D.C., el conde Johann Heinrich von Bernstorff, informó al gobierno estadounidense que se iba a reanudar la guerra submarina sin restricciones a partir del 1 de febrero.

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La opinión pública americana estaba muy preocupada por la perspectiva de que se repitiera otro incidente como el del Lusitaniare. Roosevelt tuvo mucha suerte, pues la Enmienda XVIII de la Constitución, que había sido aprobada el año anterior (1), adelantaba su toma de poder al 20 de enero. Este dilema había sido muy notable en 1861 cuando Abraham Lincoln tuvo que esperar cuatro meses antes de poder ocuparse de la secesión de los estados del Sur. Como una muestra de lo que iba a suceder, el 10 de enero, Roosevelt habló sin ambigüedades sobre la necesidad de que la marina estadounidense se adentrara en el Altántico para proteger a los mercantes de los submarinos alemanes. Cuando se supo esto, Berlín comenzó a preparar una aliazan con Mexico en caso de que Estados Unidos declarara la guerra a Alemania. Seis días después, el secretario de asuntos exteriores alemán, Arthur Zimmermann, preparó una nota para que fuera enviada al embajador alemán en Mexico, Heinrich von Eckardt. El telegrama le ordenaba que, en caso de que Estados Unidos fuera a entrar en la guerra, Eckardt ofrecería al gobierno mexicano una propuesta de alianza militar por la que Alemania prestaría apoyo militar y financiero a México y reconocería toda reclamación mexicana de sus territorios perdidos durante la guerra Mexicano-Americana y la Compra Gadsen.

Como el conocido veterano de la Gran Guerra, el Honorable Capitán Sir Edmund Blackadder, MM y barra, KCB, MP, diría, el telegrama Zimmerman sólo tenía un problema: "era una completa estupidez" (2). El presidente mexicano Venustiano Carranza ordenó que se examinara con cuidado la posibilidad de recuperar los territorios perdidos, y la respuesta fue que no sólo no era posible, sino tampoco no recomendable.(EEUU era demasido fuerte y el único productor de armas digno de mención en todo el continente americano; la Royal Navy controlaba los mares, por lo que Alemania no podría enviar ayuda de ningún tipo a Mexico; aunque se lograra retomar los antiguos territorios, no retenerlos frente a una numerosa y hostil población anglosajona no parecía factible). Por ello, Carranza rechazó el telegrama Zimmermann el 14 de abril de 1917.

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Para empeorarlo todo todavía más, los criptógrafos de la Royal Navy al mando del vicealmirante Sir William Reginald Hall, KCMG, CB, RN, descifró la nota alemana y de inmediato apreciaron su importancia. El gobierno británico quería usarlo para atraer a Estados Unidos al lado aliado. Pero Londres tenía que encontrar un modo de explicar como habían logrado el texto descifrado del telegrama sin desvelar que habían interceptado sus líneas diplomáticas. Confiando en que la embajada alemana en Ciudad de Mexico, recibiría una copia del mensaje, un "señor H.", un agente británico en Mexico, sobornó a un empleado del la compañía de telégrafos, que le proporcionó una copia del mensaje. Ahora el gobierno británico podía proporcionar esta copia a los norteamericanos sin problema alguno.

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Mientras tanto Roosevelt estaba a punto de comenzar tercer mandato como presidente, algo que no tenía precedente. En su discurso inaugural, habló a la nación de su “manifiesto destino en los asuntos mundiales” y de “el uso responsable de poder”, mientras advertía a Alemania que no se admitirían más amenazas. Cuando Roosevelt terminó, los espectadores estallaron en una espontánea salva de aplausos, demostrando la popularidad del presidente. Tan pronto como llegó a la Casa Blanca, uno de sus primeros actos fue asegurar a Sir Cecil Spring-Rice, el embajador británico en Washington D.C., y a Jean Jules Jusserand, el embajador francés (3), que Estados Unidos se comprometía a apoyar a los aliados en su guerra contra Alemania. El honor de la nación estaba en juego, les aseguró.

Así, en la mañana del 22 de enero, Balfour se reunió con Walter Page, el embajador estadounidense en Londres, para mostrarle el telegrama Zimmerman. Page quedó asombrado por el documento, y pronto lo transmitió a Washington D.C., donde lo recibió el nuevo secretario de estado, Charles Evans Hughes. Roosevelt se enfureció al conocer el contenido del telegrama (4) y ordenó una reunión de emergencia del gabinete, que estuvo de acuerdo en afirmar que el telegrama proporcionaba al país un casus belli legítimo. Para preparar el terreno, se facilitó el telegrama a la prensa. Por supuesto, la opinión pública se indignó. Las afirmaciones de los grupos pro-alemanes de que todo se trataba de una falsificación británica se vinieron abajo cuando el mismo Zimmerman reconoció con cierta candidez la autenticidad del telegrama, durante una prensa sostenida el 24 de enero. (5)

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Los verdaderos americanos compran bonos de guerra

En la reunión del congreso del 26 de enero, Roosevelt se dirigió al congreso, cuando a Alemania de luchar de manera “contraria a las reglas civilizadas” y de conspirar para desmembrar a los Estados Unidos, y rogó a los congresistas que apoyaran la declaración de guerra, para facilitar el ascenso de Estados Unidos como una fuerza positiva en la política mundial. Finalmente, el Senado aprobó la deckaración de guerra por 84 votos a favor y 4 en contra el 29 de enero, seguido por el voto afirmativo de la Cámara de representantes (375 vs 48) el 31. Berlín se encontraba frente a la situación más temida. Era cuestión de poco tiempo antes de que el balance de poder se decantara en su contra.

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(1) En origen, la Vigésima enmienda era la que incluía esta modificación, y fue aprobada el 23 de enero de 1933. La Decimo octava fue la que impuso la "Prohibición" en EEUU tras ser aprobada el 16 de enero de 1919. Bueno, ahora la 20ª es al 18ª que, si Teddy se vuelve prohibicionista, será la 19ª, y esta será la 20ª si algún día se decide que todo el mundo puede votar sin importar su sexo.
(2) Supongo que la idea de Zimmerman era que "en una guerra repleta por tantas idioteces, quizás no se note una más". Obviamente, toda regla tiene su excepción.
(3) Ambos eran viejos amigos de TR: sir Cecil fue su padrino de bodas y Jusserand jugaba a tenis con el presidente.
(4) De hecho, a la vez que TR se enteró del telegrama , también lo hizo todo el mundo, debido al rugido de ira de Teddy.
(5) ¿Quién necesita enemigos teniendo funcionarios civiles?
 
¿Cierta candidez? Estupidez supina, querrás decir.

En fin, por si no estaba claro el arrollamiento que ibas a realizar, ahora ya...
 
¿Cierta candidez? Estupidez supina, querrás decir.

En fin, por si no estaba claro el arrollamiento que ibas a realizar, ahora ya...

Si, hay que ser muy burro para decir según que cosas.

El arrollamiento ya queda más claro, porque unos se van y otros llegan...
 
Capítulo cincuenta y seis: Nueva época, nuevas armas.


Una de las primeras acciones de Lloyd George como primer ministro fue minar la influencia de Haig y Robertson. Decidido a lograr cierto nivel de unidad en el mando aliado en el frente occidental, decidió aprovecharse de las diferencias que existían entre el generalísimo francés, Nivelle, y Haig para enfrentarlos. De haber podido, el premier británico hubiera relevado a Haig de su cargo y lo hubiera reemplazado por otro general. Pero no podía, pues Haig contaba con el apoyo del rey Jorge V (cuando éste, el 1 de enero de 1917, lo nombró mariscal de campo, el monarca escribió una carta a Haig que concluía del siguiente modo: “espero que considere este regalo de Año Nuevo como un presente que le entrego en mi propio nombre y en el de la nación”) y del partido unionista. Peor aún, incluso Lord Northcliffe admiraba al general y la opinión pública lo adoraba, ya que se creía que Haig estaba haciendo ungran trabajo. Por tanto, ya que no podía deshacerse de él, Lloyd George decidió reducir su poder.

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Lloyd George vs Haig: Un juego de voluntades.

Por su parte, Nivelle continuaba trabajando en el plan que había propuesto en diciembre de 1916. El ejército galo atacaría el frente germano en el sector del Chemin des Dames apoyándose en una grandiosa barrera artillera, mientras el ejército británico apoyaría la ofensiva atacando entre Vimy y Montdidier. Nivelle estaba convencido de que un bombardeo masivo de saturación, seguido por una barrera móvil de fuego protegiendo el avance de una infantería agresiva, ayudaría a que sus tropas tomaran la primera línea enemiga en el primer asalto. Logrado esto, en dos días el general francés esperaba romper el frente enemigo. Haig tenía sus dudas respecto al plan y sólo lo apoyaba de manera general y siempre y cuando esta ofensiva no dificultara la planeada ofensiva británica en Ypres

Estas diferencias con Haig y una serie de disputas con un grupo de oficiales de alto rango del ejército francés liderados por Petain, que se oponían al plan, retrasaron la planificación del mismo. De hecho, “el gran plan” de Nivelle era el mismo propuesto por Joffre en 1915, diferenciándose tan sólo en la escala de las operaciones y en el uso de tanques ligeros. Fiel a su plan para desprestigiar a Haig, Lloyd George apoyó a Neville durante la reunión que tuvo lugar en Calais el 26 de febrero de 1917. Nivelle perfiló sus objeciones al plan de Haig de concentrar su ataque contra la sierra de Vimy, que el general galo consideraba un objetivo imposible, y propuso que, en lugar de ese ataque, lanzara su asalto contra Roye, que se hallaba mucho más cerca del sector francés. Haig hizo referencia a los informes que indicaban que las defensas germanas en torno a Roye eran formidables e insistió que la toma de la sierra de Wimy permitiría que la artillería británica dominara el terreno circundante durante las siguientes ofensivas. Para rabia de Nivelle, el ministro de la guerra francés, Lyautey, apoyaba los argumentos de Haig. Por su parte, Lloyd George esperaba, como hacía su colega francés, Briand, a que Nivelle propusiera un mando supremo aliado. Fue una espera vana, pues el general terminó su intervención sin tocar este asunto.

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El tanque Schneider CA1 fue el primer carro francés. Durante la Nivelle demostró ser un fracaso (0). Sufrió el destino que el Mk I británico había evitado en el Somme: como ya veremos, fue usado demasiado pronto y en escaso número.
Cuando ese tema fue finalmente esbozado, Haig y Robertson se quedaron de piedra, pues todo el plan apuntaba claramente a que Nivelle asumiría el mando operacional de la BEF con efectos inmediatos y sería responsable de reforzarla y dotarla de suministros. Para ayudarle en esta tarea se nombraría a un oficial británico como jefe de un estado mayor general asignado al cuartel general de Nivelle, que serviría de enlace entre Londres y Nivelle. Los cinco ejércitos británicos en Francia quedarían bajo mando directo de Nivelle y sus ordenes serían directas, lo que dejaría a Haig sin mando sobre sus ejércitos y reduciría a Robertson al nivel de un mero oficinista. Decir que ambos generales británicos se enfurecieron sería decir poco. Incluso el coronel Maurice Hankey, secretario del gabinete de guerra, estaba estupefacto por la propuesta gala. Aseguró a los generales que el gabinete de guerra no había autorizado a Lloyd George a ir tan lejos ni a permitir que el ejército británico quedara subordinado al francés. Robertson y Gaig se enfrentaron entonces con el primer ministro; Haig le dijo que todo el plan le parecía “una locura” y que las tropas británicas se negarían a ser mandadas por un francés. Robertson fue más lejos y amenazó con dimitir, ya que no pensaba aceptar la propuesta francesa. Por supuesto, Lloyd George no tuvo más alternativa que reconocer que el plan necesitaba algunas mejoras. Hankey, aterrado ante la perspectiva de ver al ejército británico subordinado ante el francés, comenzó a trabajar en un compromiso.

En esta pelea Robertson y Haig encontraron un valioso aliado en el general Lyautey, pues al ministro de la guerra francés no le gustaba la propuesta de Nivelle. Incluso el gabinete de guerra consideraba que la propuesta era imposible que funcionara. Por ello Hankey introdujo algunas modificaciones: Haig continuaría ostentando el mando operacional de la BEF, y estaría bajo las órdenes de Nivelle, pero sólo durante la próxima ofensiva. A petición de Nivelle se eligió al francófilo teniente general Sir Henry Wilson para que encabezara la delegación británica en el cuartel general francés. Esto no resultó ninguna molestia para Haig, pues contaba con el apoyo de Jorge V y del nuevo secretario de defensa. Al final, Neville enviaría sus órdenes a los ejércitos británicos a través de Haig, y las órdenes operacionales de este serían notificadas al mando francés. Así pues, se logró un acuerdo, pero a un alto coste: la opinión de Haig respecto a Nivelle se hundió en picado y la confianza mutua que pudiera haber existido entre Lloyd George y Haig había quedado destruida. Haig escribió en su diario: “¡En este momento crítico, es demasiado triste tener que pelearse, además de con el enemigo, con uno de tus aliados y con tu propio gobierno! ”.

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Nivelle confiaba en cañones como este, el 520 Mle 1916 (Modelo 1916 - 520 mm), una pieza ferroviaria, para destrozar las trincheras alemanas.

Mientras, el ejército británico recibía nuevo armamento: A finales de noviembre de 1916 la Royal Navy comenzó a recibir los primeros submarinos de la clase H. Los primeros (Grupo 1 -submarinos H1 a H10-), fueron construidos en los astilleros canadienses de Vickers en Montreal para luego ser transportados al otro lado del Atlántico para ser desplegados en Gran Bretaña. Esto fue necesario debido a que los astilleros británicos estaban sobrecargados de trabajo. Se esperaba que entrarían en servicio en marzo de 1917 (1) y la siguiente entrega (Grupo 2 -submarinos H11 a H20-) les seguiría en agosto (2). El trabajo en otro grupo de 30 ejemplares comenzaría en 1918.

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Enero vio la entrada en servicio de un nuevo caza, el Armstrong Whitworth F.K.10, un caza biplaza cuadriplano. Ordenado para que sirviera con el Royal Flying Corps y ek Royal Naval Air Service, durante sus pruebas resultó ser inferior al Sopwith 1½ Strutter, que ya era usado como un caza biplaza, por lo que se fabricaron muy pocos ejemplares. Fue uno de los pocos cuadriplanos que se llegaron a fabricar. (3)

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Y, finalmente, tras muchos retrasos, el tanque finalizó sus pruebas y comenzó a ser construido. Tras las últimas pruebas realizadas en Thetford, Norfolk, se dio el aprobado a la producción en masa de este arma. Se esperaba que para marzo de 1917, tres brigadas de tanques Mk I estarían listos para entrar en servicio. Además, mientras el Mk I era ultimado para su empleo en combate se inició el desarrollo de un sustituto. El modelo Mk II incorporaba pequeñas menores y fue destinado a servir con las unidades de entrenamiento, como el .Mk III. Por ello el esfuerzo principal se concentraría en el Mk IV, una versión con mejor blindaje del Mk I. Incorporaría cañones de 57 mm más cortos (QF 6 pounder 6 cwt. Hotchkiss Mk 1.),ya que, durante las pruebas, los usados por el Mk I habían demostrado ser poco apropiados para el uso en combate; se esperaba que el Mk IV entraría en servicio a finales de 1917 (4).

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(0) Francia, en estos momentos, no tiene nada parecido al tanque –de hecho, acabará la guerra sin tenerlo :eek:-, pero había que mencionar al Schneider, que fue usado por el ejército español y participó en la guerra civil del 36.
(1) Bueno, estaba clase de submarinos entró en servicio entre mayo y junio de 1915 :D
(2) El segundo grupo fue construido por completo en America, pero fueron internados por el gobierno americanos hasta que USA se unió a los aliados. Llegaron tan tarde que los británicos transfirieron seis a Chile como compensación de los dos acorazados de 28.000 toneladas requisados a comienzos de la guerra (Almirante Latorre y Almirante Cochrane) y otros dos fueron a parar a Canadá.
(3) Bueno, este casi llegó a tiempo, históricamente hablando, porque el FK 10 voló por primera vez a finales de 1916. ¿Os cuento algo divertido? Cuando al final tuve los bombarderos para que escoltar, ¡no pude añadir las brigadas de estos cazas de escolta! ¡¡GÑEEEEE!! :D:D:D
(4) De hecho, el Mark IV fue usado por primera vez a mediados de 1917 y yo tuve investigado la sección de tanques pesados 1917 en octubre de 1917, como ya veremos. Tampoco tardé tanto :D:D:D
 
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Capítulo cincuenta y siete: “¿Dónde están los turcos?”


Tras la toma de Jerusalén, la marcha de los ejércitos aliados en Oriente Próximo y Mesopotamia fue tan buena que casi murió de exceso de éxito. En Palestina, el ejercito otomano se vino abajo y sus unidades comenzaron a retirarse en todas direcciones de manera tan caótica que el estado mayor del general Allenby sospechó que le estaban tendiendo una trampa. Por ello se tardó tres meses en llegar a Damasco.

Todo comenzó con la inesperada visita de un “árabe” a El Cairo, donde se reunió con el general de brigada Gilbert Clayton. Clayton había sido ascendido a su presente rango y destinado al estado mayor de Oriente Próximo, donde se convirtió en el principal asesor de Allenby. Clayton, que en 1914 recomendó a Lord Kitchener una alianza con los árabes, pues estos podrían ser útiles en la lucha contra los turcos, se llevó la impresión de su vida cuando descubrió que el “árabe” era el mismísimo T.E. Lawrence, el oficial británico destinado al estado mayor del emir Feisal. Clayton quedó estupefacto al verle vestido como un árabe, pero aún más cuando el joven oficial le informó de un hecho increíble: los árabes habían conquistado Akaba. Lawrence pidió armas, munición y, sobre todo, dinero, y explicó a Clayton que esperaba que una revolución en Siria oriental podría desestabilizar a los turcos e intensificar el sufrimiento de la guarnición otomana en Medina.

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El Aurens: T. E. Lawrence,​

Informado de esto, Allenby, impresionado por el alcance de la revuelta árabe, decidió apoyarla. Como afirmó a Lawrence, "haré lo que esté en mi mano por ayudarles". Sin embargo, Allenby se preguntaba qué es lo que podía hacer en realidad. Lawrence estaba seguro de que podría inmovilizar al ejército otomano. Sin embargo, Allenby sabía que las tropas enemigas estaban considerablemente desorganizadas por el ataque británico que le había llevado a tomar Jerusalén. Peor aún, sabía que, pese a lo que podría opinar la sección pro-árabe del Foreign Office, nadie en Londres -y mucho menos en París-, favorecía la idea de ver a los árabes tomando Damasco. Por ello, decidió manipular a los árabes a su favor. .

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Un soldado australiano disparando su ametralladora ligera Lewis durante la batalla de Magdaba

Por supuesto, envió dinero a los árabes y enfatizó a Lawrence la importancia de seguir atacando la línea férrea del Hejaz. Entonces llegó la segunda sorpresa. Tras la captura de Jerusalén, Londres preguntó a Allenby si podía retomar su ofensiva contra los turcos de manera inmediata. Allenby replicó que sus tropas necesitaban descansar del duro avance por Palestina: la EEF requería reorganizarse, mejorar la terrible vía férrea palestina y aumentar las instalaciones portuarias de Jaffa para simplificar su cadena de suministros. Sin embargo, la realidad se impuso al criterio de Allenby. Su prudencia no era del agrado del gabinete de guerra. Entonces Allenby replicó que para avanzar necesitaba refuerzos. Por supuesto, el CIGs no quiso saber nada de esto: Robertson replicó que cualquier posible beneficio de la campaña palestina ya se había logrado y que era recomendable adoptar una estrategia defensiva. Reforzar a la EEF privaría a la BEF de unos efectivos que eran vitales en Francia y Flandes para lograr la victoria que decidiría la guerra, en opinión de Robertson. Ocupar Siria requeriría una gran guarnición británica, lo que supondría privar de más tropas a la BEF y no representaría una amenaza seria para el imperio otomano.

Quiso el destino que el teniente general Sir Ivor Maxse, comandante del XVI Cuerpo, fue informado, en la mañana del 1 de diciembre de 1916, que el camino a Haifa estaba desierto. No había ni un sólo soldado turco defiendo el frente. Tras consultar con Allenby sobre la posibilidad de "ver que hay delante de nuestras posiciones", Maxse avanzó con todas sus divisiones sobre Haifa, tomándola sin más problemas que el representado por las malas carreteras y caminos palestinos. Sin pararse ni para recuperar el aliento, marchó sobre los Altos del Golán, sin encontrar oposición. Cuando Allenby supo de este prodigio avance, preguntó a su subordinado "¿está seguro de que está dónde dice que está?". Maxse tuvo que reprimir el impulso de contestar "venga a verlo por usted mismo", y simplemente confirmó que el camino a Damasco estaba abierto. Un asombrado Allenby sólo pudo replicar "adelante, pues", y la vanguardia de Maxse se puso en camino hacia la capital siria, que, una vez fue asegurada Deraa, cayó en manos británicas el 19 de diciembre de 1916.

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Aquí fue donde los otomanos lucharon, a las puertas de Damasco, y fue lamentable. Tres exhaustas divisiones de infantería turca, agotadas por la retirada y acosadas por el RFC y los irregulares árabes, se atrincheraron frente a la ciudad. Cuando llegó el XVI Cuerpo y sus cañones comenzaron a bombardear las posiciones turcas, éstas se vinieron abajo y comenzó una desbandada general. Si Maxse hubiera tenido consigo tropas de caballería, la huida turca se podría haber convertido en una masacre. De esta manera tan poco "épica", cayó Damasco. Dos semanas después, las tropas de Allenby cruzaban el río Jordán, conquistaban Amman y enlazaba con el ejército británico de Mesopotamia, que había tomado Karbala y Mosul, mientras Maxse presionaba camino de Beirut. En esta operación, la caballería, apoyada por las pocas unidaeds del Royal Flying Corps asignadas a la EEF, destrozaban las retaguardias enemigas con pasmosa facilidad. Uno de los momentos más tristes de la campaña de Amman tuvo lugar unos pocos días después, cuando el 4º Batallón de los King's Own Scottish Borderers informó que el avance había sido "detenido" por el enemigo. El comandante de los KOSB explicó: "Imposible avanzar STOP Demasiado ocupado con tanto prisionero turco. FIN". La conquista de Amman y la captura de la vía férrea del Hejaz propinó un golpe mortal al imperio turco en Oriente Medio. Árabia se les escapaba de las manos.

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En Mesopotamia, el comandante de la MEF, general Sir Charles Monro, tenía el mismo problema que sufría Allenby. Desde la caída de Bagdad el 18 de septiembre de 1916, el ejército otomano dejó de presentar problemas a su avance: sus unidades simplemente desaparecían cuando las tropas aliadas avanzaban. Así, para finales de 1916, había ocupado la mayoría de Irak y estaba las puertas del Kurdistán, donde los otomanos intentaron detener a sus tropas con poco éxito. Entonces, lo que no logró el enemigo lo consiguieron los problemas logísticos. La MEF se tuvo que detener.

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Cuando los australianos cargaban, los cañones otomanos apenas disparaban unas pocas granadas, pues en seguida emprendía la huida.

En Jerusalén, los planes cuidadosamente preparados por el general de brigada Archibald Wavell se vinieron abajo por la rapidez del avance de la EEF: Beirut fue tomada el 14 de enero de 1917, y Tripoli era la siguiente. Mientras, las tropas australianas y neozelandesas limpiaban los alrededores de Jerusalén y Damasco, forzando a las tropas turcas a huir hacia el Hejaz, donde les esperaban los irregulares de Feisal con las dagas recién afiladas. De los 70,000 soldados otomanos que se retiraron al Hejaz entre enero y marzo de 1917, muy pocos regresaron a sus hogares cuando terminó la guerra.

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Demasiado fácil.

Oriente Próximo fácil? Un poco. Una vez rompí el cerco de Kuwait y el del Sinaí, me he tenido que frenar para no llegar en seis meses a Constantinopla.
 
Oriente Próximo fácil? Un poco. Una vez rompí el cerco de Kuwait y el del Sinaí, me he tenido que frenar para no llegar en seis meses a Constantinopla.

Pues eso, aunque me refería en general.
 
Demasiado en general? Espera a ver la bromita que me va a jugar el germano en Francia...
 
Pues en Galípoli me frenaron en seco. Es el problema de los imperios multiétnicos: no todos los soldados tienen las mismas creencias ni la misma motivación.
 
Opino igual que otros foreros,la partida esta muy desequilibrada a tu favor.Sigo leyendo tu magnífico AAR aunque no postee mucho en él.Saludos
 
Así que desequilibrada, eh... pues suerte que está desequilibrada, porque ya veréis en un par de capítulos la sorpresa que me llevo...

Y una cosa la digo en serio. Cada vez que entre 1915-1917 -hasta la fecha- he intentado romper el frente alemán, me ha detenido sin contemplaciones.
 
Así que desequilibrada, eh... pues suerte que está desequilibrada, porque ya veréis en un par de capítulos la sorpresa que me llevo...

Y una cosa la digo en serio. Cada vez que entre 1915-1917 -hasta la fecha- he intentado romper el frente alemán, me ha detenido sin contemplaciones.

Los unicos machos ahi son los alemanes el resto son unos cagaos correpatras
 
Los unicos machos ahi son los alemanes el resto son unos cagaos correpatras

Por eso italianos y austríacos se llevan tan bien... :D
 
Toda una lección de Historia.

El personaje de Lawrence de Arabia ¿era un revolucionario? Nunca he tenido muy claro esto. Parece incuestionable que le traicionaron y que ya en esa época el Imperio de Su Majestad no era tan sólido como parecía. Felicitar a Kurt por su Aar, una vez más, aunque a mí, me atrae más, algo menos anglo y erudito.
 
Toda una lección de Historia.

El personaje de Lawrence de Arabia ¿era un revolucionario? Nunca he tenido muy claro esto. Esta claro que le traicionaron. Felicitar a Kurt por su Aar, una vez más aunque a mí, me va más algo menos anglo y erudito.

Lawrence de Arabia fue un misterio incluso para los que le conocieron. Era un inglés que quería y creía en la creación de una nación árabe, y que al final se vio ignorado por el Foreign Office, que tenía sus propios planes.

Admito que este AAR me está quedando de un espeso que asusta :D Pero así quería que fuera...
 
Capítulo cincuenta y ocho: agitación en las trincheras


El silencio era extraño, muchos soldados parecían ausentes, ignorantes de lo que
sucedía a su alrededor. Entonces llegó el sargento Hicks y me dirigió esa odiosa
mirada. Oh mierda, pensé. Vamos a atacar.
”.
Memorias del cabo Frederick Mannig (Museo Imperial de la Guerra)​

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Los cañones tronaron en el frente occidental el 2 de abril de 1917, el día en el que comenzó la ofensiva Nivelle. Su comienzo estuvo marcado por el ataque de las divisiones británicas, de los Dominios, belgas y portuguesas contra el saliente de Ypres y el sector Lens-Douai. Tras los acuerdos de Calais, la BEF quedó bajo el mando del general Nivelle mientras durara la ofensiva, aunque Haig retuvo el control operativo de su ejército. En su deseo de ganar toda la gloria para Francia, Nivelle no tuvo en cuanto el desgaste sufrido por el ejército galo en Verdún. Pronto su plan creció desmesuradamente. Si en origen se pensaba atacar el gran saliente alemán de La Fère-Reims, primero en los flancos al norte del Somme y al sur del Oise, pronto se salió de toda proporción. Primero Nivelle hizo que los británicos se ocuparan de la defensa al sur del Somme para liberar a más tropas francesas para el ataque en la Champaña. Por esto la operación se tuvo que posponer durante un mes.

Nivelle enfatizó a Haig la naturaleza secundaria de las ofensivas que llevaría a cabo la BEF para apoyar el ataque galo contra el Chemin des Dames. Cinco días antes del ataque, tres ejércitos atacarían las líneas alemanas para fijar las reservas enemigas. El 2º Ejército del general Plumer y el Grupo de Ejércitos de Flandes, al mando del rey Alberto de Bélgica, atacarían el saliente de Ypres, mientras más al sur, el 5º Ejército (Gough), el 4º (Rawlinson) y el 3º (Lomax) asaltarían las líneas alemanas. Lomax debía ocupar Cambrai, lo que amenazaría la retaguardia alemana del Chemin des Dames y atraería reservas lejos de allí; Rawlinson atacaría Cambrai a través del canal du Nord mientras Gough hacía lo propio cruzando el río Oise y el canal de la Sambre. Haig dudaba de las posibilidades de este ataque, por la complicada geografría de la zona, dominada por canales y marismas, pero no consiguió persuadir a Nivelle.

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Un modelo de armadura personal introducido por el ejército francés durante la Gran Guerra. (1)

El ruido de las granadas de artillería parecían completamente fuera de lugar
ante la calma que sigue al atardecer. Entonces escuché una voz que decía en
mi interior “Vas a sobrevivir” y me aferré a ella mientras me movía por la trinchera.
”.
Memorias del soldado Jonathan Maze (Museo Imperial de la Guerra)​

Antes de que se pudiera poner en práctica estos planes, los alemanes los arruinaron. Como consecuencia de la batalla del Somme, el mariscal Paul von Hindenburg y el general Erich Ludendorff ordenaron que se construyera un nuevo sistema defensiva en la zona de Lens-Rheims. Anticipando la ofensiva aliada, aceleraron la finalización de las obras en esta nueva línea y ordenaron que se devastara todo el terreno situado entre el frente y las nuevas fortificaciones. La línea Hindenburg fue construida en un saliente del frente alemán y, con esta retirada, se acordó el frente en 50 kilómetros y se pudieron retirar a 13 divisione del frente y destinarlas a la reserva. Esta retirada comenzó en la noche del 12 de marzo. Fue bautizada como la operación Alberich, el nombre del enano perverso de la saga de los Nibelungos. Fue realizada de manera metódica, por etapas hasta las nuevas posiciones, llamadas por los alemanes “Siegfried” (2) y "Hindenburg" por los aliados. De repente, Nivelle se había quedado sin frente al que atacar.

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Una línea de trincheras y de refugios alemanes situados en el sector del Somme antes de que comenzara la batalla. La fortaleza y la calidad de estas defensas impresionaron profundamente a los británicos, que no tenían nada comparable en sus defensas. La línea Hindenburg sobrepasaba este nivel.


Repaseé a conciencia a los hombres. Todos parecían en trance. Sus ojos
eran opacos y sus rostros estaban lívidos. Pero por la manera de hablar
me inspiraron confianza. Uno o dos se daban la mano; un viejo soldado,
tumbado en el suelo, se incorporó para besar en la mejilla a un compañero.
Mi ordenanza me dio una palmada en el hombro. Parecía muy excitado. Me
dijo algo que no entendí por el tronar del bombardeo. Yo estaba sediento y
mantenía mis ojos fijos en el reloj. Era divertido vivir pendiente del reloj como
si fuera a coger un tren.
”.
Memorias del capitán William Grant (Museo Imperial de la Guerra)​

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El 2 de abril, pues, comenzaron los ataques secundarios. De madrugada, el cuerpo canadiense del teniente general Sir Julian Byng atacaron la fuerte posición defensiva alemana de la sierra de Vimy, cuya toma permitía dominar toda la zona circundante. El bombardeo preeliminar, que duró toda una semana, empleó a 418 cañones de 18 libras, 138 obuses de 4.5 pulgadas, 90 morteros de 2 pulgadas, 24 de 9.45 pulgadas y, además, otros 245 cañones pesados, que dispararon más de un millón y medio de granadas. La tormenta de acero arrasó la posición enemiga, que estaba dotada de un intrincado sistema de trincheras, alambre de espino y nidos de ametralladoras. Los canadienses, que se habían entrenado muy duro para este ataque, llegan a practicar en una réplica de las posiciones enemigas, contaron con una barrera de fuego de apoyo adecuada que les permitió avanzar en 3.700 metros y capturar la cresta de la sierra. Agotados por el esfuerzo, sin embargo, los canadienses no lograron explotar de inmediato este éxito. De todos modos, se concedieron cuatro cruces Victoria por esta acción (Soldado William J. Milne; sargento Ellis W. Sifton, Soldado John G. Pattison y capitán Thain W. MacDowell). Pese a todo, fue una victoria considerable.

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El asalto canadiense contra Vimy.

Durante el ataque contra el Scarpe, el VI (tte. gral. Haking) y el XIV Cuerpos (tte. gral. Maude) se encontraron con un desierto tras la retirada alemana. La persecución fue lenta y esto motivó un retraso en los preparativos para el ataque. De todos modos, los dos cuerpos atacaron el 14 de abril, tras un bombardeo preparatorio de 48 horas, para mantener el efecto sorpresa, ya que el Scarpe no estaba tan bien defendido como Vimy. El ataque resultó decisivo y sorprendió a los defensores alemanas de Devil's Wood, Tilloy-lès-Mofflaines y el Bois des Boeufs. El objetivo final era la Monchyriegel, una trinchera que corría entre Wancourt y Feuchy, parte vital de las defensas alemanas. La mayoría de estos objetivos estaban en manos inglesas para la tarde del 18 de abril, aunque los germanos todavía dominaban gran parte de las trincheras situadas entre Wancourt y Feuchy, sobre todo en la fortificada zona de Neuville-Vitass.

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Tropas franceses avanzando hacia el frente, donde les esperan las ametralladoras alemanas..​

El 9 de abril atacó el ejército galo. Además de los problemas causados por la retirada germana, Luddendorf había colocado numerosas reservas detrás del Chemin des Dames y la zona estaba protegida por una sistema de defensas en profundidad que no tenía al grueso de las fuerzas defensoras en primera línea. Así, la prometido victoria de Nivelle, que iba a tener lugar en 48 horas, no llegó. Los soldados franceses marcharon bajo lluvia y granizo, pero perdieron la protección de la barrera artillera y la resistencia enemiga, cada vez más dura, les detuvo. Apenas avanzaron un kilómetro el primer día. Pronto la ofensiva se convirtió en un desastre y para el quinto día de combates, las bajas sumaban 97.000 (21.000 de ellas mortales) -2- lo que hizo que Nivelle suspendiera el ataque, después de haber avanzado cuatro kilómetros en un frente de 16. Por este fracaso fue sustituido en el mando el 29 de abril por el general Philippe Pétain.

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‘Redmain’ preguntó el sargento, y nadie contestó. Se repitió otra vez. ‘¿Alguien ha visto a Redmain’? ‘Si, señor’, contestó Pike, con oscura ira en su voz. ‘El pobre bastardo está muerto, señor’. ‘¿Está seguro d eso, Pike?' ’ preguntó capitán Malet, interesado sólo en los hechos. ‘Si, señor. Eramos amigos, señor, y lo vi volar en pedazos’. Entonces, con el recuento finalizado, los soldados regresaron a su campamento.
”.
Memorias del sargento Andrew Abercromby (Museo Imperial de la Guerra)​

Las grandes esperanzas creadas por la ofensiva ocasionaron una enorme respuestas, ya que las tropas estaban hartas de ser lanzadas contra el alambre de espino y las ametralladoras. Así, en todo el ejército francés estallaron una serie de motines que se extendieron por 16 cuerpos y 57 divisiones. La llama prendió en un regimiento de la 2ª División Colonial el 3 de mayo de 1917 al grito de “Defenderemos nuestras posiciones, pero no atacaremos”. Las deserciones aumentaron de 509 en 1914 a 27.000 en 1917. Petain fue el que salvó la situación. Tan pronto reemplazó a Nivelle, viajó por todo el frente, visitando a 90 divisiones y hablando tanto con los oficiales como con los soldados para escuchar sus quejas. De inmediato introdujo mejoras en las raciones, en los permisos y en los servicios médicos; los periodos de servicio en las trincheras fueron igualadas y se crearon campos de descanso. A costa de 50 ejecuciones, la paz retornó al frente, aunque más de un centenar de cabecillas fueron deportados a las colonias (4).




(1) Para mí que los franceses, de toda la vida, son una panda de cachondos incurables. Entre esto u la línea Maginot...
(2) La línea se dividía en una serie de sectores que iban de norte a sur y estaban bautizados con los nombres de Wotan, Siegfried, Alberich, Brunhilde y Kriemhilde (que iba desde Reims a Verdún, y desde ahí partía otra sección hasta Metz, la "Michel Stellung"). O dicho de otro modo, ¿el mando alemán que hacía, leer a Clausewitz o escuchar a Wagner? :D
(3) En la IGM, las bajas francesas sufridas en esos cinco días fueron 130.000 (29.000 muertos). Confieso que fue un poco giliburro al ver el fracaso del ataque galo, hasta que me fijé en la escasez de brigadas de artillería y de ingenieros entre los giligalos y me dije: “Asterix, tate quieto”. Una tontería de ataque. Ten aliados para esto
(4) Se realizaron 3.427 consejos de muerte, en los que se condenaron a 23.385 amotinados; 554 de ellos fueron condenados a muerte y 49 ejecutados, sufriendo el resto penas de prisión y trabajos forzados. Existen leyendas sobre la artillería francesa bombardeando unidades rebeldes que se negaban a atacar. Estos rumores son falsos. Quizás se inspiren en el caso de una división del Cuerpo Expedicionario Ruso que se sublevó en septiembre de 1917 y fue reducida a cañonazos en Camp de La Courtine, en el centro de Francia y fue reducida a cañonazos, muriendo 19 rebeldes. Para saber que pasó en realidad en 1917, tendremos que esperar a que se abran los archivos franceses en 2017.
 
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