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traskott said:
:eek: :eek:

¿ Rodas ?
Tranquilos, es simplemente un capítulo de presentación del personaje que me pidió Viden.

DarkReborn said:
Me parece que el viaje va a ser largo, desde luego, no va a ser a Malta...
Te parece pero que muy requetebien.
 
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3º GENERACIÓN: EL PAÍS EN GUERRA

Capítulo 66

Afueras de Inazawa
12 de marzo de 1519

Lameng ahogó las brasas de la precaria hogera junto a la que había pasado la noche y ensilló su caballo. Su vieja yegua Burkina. Recordó todas las vivencias pasadas junto a aquél noble animal. Muchos años habían pasado desde que partiera de Karakorum, repudiado por su propio pueblo. Lameng pertenecía a una antigua y noble estirpe de guerreros, pero en el pasado su linaje había caído en desgracia. Cansado de sufrir por el menosprecio de su tribu, al morir su madre, último miembro vivo de su familia, abandonó su hogar con sus dos caballos en dirección a la aventura. Por el camino recibió el rechazo y la indiferencia de chinos y coreanos. Le robaron uno de sus caballos y pasó hambre y frío, hasta que un buen día se alistó en el ejército de Nishikuni. Allí conoció a un samurai llamado Gakuyoshi, con quien compartió innumerables hazañas. Un buen día Gakuyoshi le comunicó que volvía a su tierra, y que si alguna vez deseaba visitarle, en las islas sagradas tendría su hogar. Tras la última revuelta de los manchúes, Lameng fue licenciado y, solo y sin casa propia, decidió embarcarse en un nuevo viaje para visitar a su gran amigo.
Y allí estaba, con los huesos molidos por el largo periplo, mecido por el trote cansino de su montura, buscando en los dinteles de las puertas el símbolo que Gakuyoshi lucía con orgullo en sus ropas. Al fin lo halló, y sin desmontar, gritó al guardia de la puerta.
-¡Me llamo Lameng Baghadur, deseo ver al señor Yamashita Gakuyoshi!- El rudo acento y el aspecto de aquél gigantón extranjero no alteraron al guarda, que lucía un relieve con la cabeza de un dragón en su coraza.
Sin perderle de vista cuchicheó algo a su compañero, que desapareció inmediatamente por una portezuela.
Al poco, las puertas se abrieron y el guarda hizo una reverencia, apartándose del paso del visitante.
-¡Diablos, Lameng!¿Te ha crecido un caballo en la entrepierna?-Lameng miró sorprendido a su montura, y rió ruidosamente.
-Disculpa mis modales de sucio bárbaro, amigo mío.- Dijo Lameng desmontando de un salto con una naturalidad pasmosa.
Tras mostrar sus respetos al señor Gakuyori, que aún estaba postrado en cama, aquejado de una misteriosa enfermedad, que le producía terribles dolores, los dos amigos disfrutaron de una copiosa comida y comenzaron a charlar de los viejos tiempos.
-Cuéntame, viejo amigo. Cuéntame tus correrías con el ejército de Nishikuni..
-Pues a pesar de que creíamos que habíamos acabado con los Qing, éstos nos dieron más trabajo. En el primer mes del año del caballo*, la guarnición de Baicheng fue asaltada por un numeroso grupo de campesinos. Estaban bien armados y organizados, y hay que reconocer que nos pillaron por sorpresa. Al cabo de cuatro meses recibieron refuerzos de no se sabe donde, y éstos no eran simples aldeanos. Eran soldados perfectamente armados y entrenados. Además, los sitiadores recibían puntualmente alimentos y toda clase de suministros.

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>>Por aquellas fechas, nosotros nos encontrábamos en Jilin, y cuando fuimos requeridos pensábamos que era una pequeña revuelta más. ¡Cuánto nos equivocábamos! Pagamos cara nuestra soberbia, pues enviamos a nuestros hombres con suministros para una semana. Ellos parecían ser conscientes de ello y nos tuvieron tres semanas corriendo tras ellos por toda la provincia. Cuando consideraron que estábamos suficientemente fatigados, nos presentaron batalla, y entonces cometimos nuestro segundo error: hacerles frente.
>> A pesar de que contábamos con unos tres mil hombres más, nos encontrábamos en un estado lamentable para luchar. El tiempo tampoco acompañaba, pues el invierno se adelantó y la noche anterior a la batalla cayó una fuerte nevada. Con todos estos factores en contra lo que nos faltaba era la magnífica táctica que desarrollaron los manchúes.
>> Colocaron a sus mejores hombres (lo que podríamos calificar de “ejército regular”) en el centro, con los reclutas campesinos y la escasa caballería en las alas. Nosotros formamos con la infantería en frente, con las tropas auxiliares de caballería en retaguardia. Al chocar las dos líneas, hubo algo que me llamó poderosamente la atención: el centro manchú se hundía. De repente sonaron los cuernos y los soldados “regulares” dieron media vuelta y comenzaron a huir. Nuestra infantería, eufórica, les persiguió, y nuestra caballería, viendo la posibilidad de romper el centro, se agrupó y se lanzó al ataque. Me quedé ronco intentando advertirles, te lo juro, amigo mío. Pero fue inútil. Reconocí esta táctica, porque mi pueblo lleva generaciones usándola. Es una táctica mongola.
>> De repente, las alas manchúes se cerraron tras nuestra caballería y los soldados del centro dejaron de fingir que huían y se volvieron a girar. Fue una masacre, y yo no pude hacer más que convencer a los pocos oficiales que quedaban en retaguardia para que nos reagrupásemos. La derrota fue inevitable y tuvimos que volver a Jilin con el rabo entre las patas, dejando a la guarnición de Baicheng a su suerte.
>>Aquellos bravos resisitieron dos meses más hasta que rindieron la fortaleza por el hambre el primer mes del año siguiente.

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>>La caída de Baicheng, cuatro años después de anexionar el recién creado reino Qing de Manchuria, supuso un duro golpe para el gobernador Sadamura. Se realizó una campaña de reclutamiento y en dos meses estábamos dispuestos a devolver enrabietados el varapalo sufrido. Machamos hacia el noroeste desde Jilin hasta llegar a una localidad llamada Taonan. Allí los manchúes opusieron su primera resistencia. La batalla fue un calco de la anterior, con la salvedad de que el enemigo era mucho menos poderoso y el centro de nuestra vangaurdia no cayó en la trampa por segunda vez. Nuestra caballería destrozó sus flancos y puso en fuga al resto, esta vez de verdad.
>>Empezamos, pues, el asedio, bien abastecidos y con la retaguardia cubierta por las constantes batidas de la caballería japonesa. A pesar de que sabíamos que el enemigo se reagrupaba en el norte, era vital tomar la ciudad si queríamos acabar con la resistencia, así que aunque tardamos ocho meses, expulsamos a los rebeldes de Baicheng, y nos preparamos para una última batalla.
Al fin, en el verano del año del gallo**, volvimos a enfrentarnos en campo abierto, al sur de Zhenlai, y esta vez nosotros hicimos la carnicería entre los rebeldes.-Lameng parecía especialmente satisfecho narrando esta parte- Tuve que detenerme al cabo de dos horas para que mi vieja yegua descansase. Al final encontramos el campamento enemigo, desierto, y los que parecían los cabecillas de la rebelión muertos. Aparentemente por su propia mano.
-Qué quieres decir?
-Creo que hay algo detrás de todas estas rebeliones, mi viejo amigo. Un ente que se mantiene oculto y emponzoña el ambiente contra nosotros.- Gakuyoshi sonrió incrédulo.
-¿Y qué te hace pensar eso?
-Por su estatura, armas y vestimenta, los líderes que hallamos muertos en el campamento de Zhenlai podrían ser japoneses.

(*)- Junio de 1516
(**)-Junio de 1519
 
Imperialistas ,encima se pelean entre ellos! mira que usar a pobres manchúes de esa manera... :D

Debes de estar entre Japón y Manchuria con las rebeliones hasta el culo, solo quedan 78 años pa que lleguen los Tokugawa.
 
DarkReborn said:
Imperialistas ,encima se pelean entre ellos! mira que usar a pobres manchúes de esa manera... :D

Debes de estar entre Japón y Manchuria con las rebeliones hasta el culo, solo quedan 78 años pa que lleguen los Tokugawa.
Ufff, es raro que pasen cuatro meses sin que se me rebele alguna provincia. Afortunadamente, a medida que pasa el tiempo se reduce el revoltrisk de la zona de Manchuria/Corea, así que creo que para mediados de siglo la zona será más estable que la propia metrópoli :wacko:
La verdad es que la cosa está entretenida, mientras me baja un poco el bad boy tengo algo que hacer.

PD: ¡Vote por NOBU!
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:rofl: :rofl:
 
NOBUNAGA_ODA said:
Ufff, es raro que pasen cuatro meses sin que se me rebele alguna provincia. Afortunadamente, a medida que pasa el tiempo se reduce el revoltrisk de la zona de Manchuria/Corea, así que creo que para mediados de siglo la zona será más estable que la propia metrópoli :wacko:
La verdad es que la cosa está entretenida, mientras me baja un poco el bad boy tengo algo que hacer.

PD: ¡Vote por NOBU!
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:rofl: :rofl:

Votate a tí mismo, Gardarian lo ha hecho, compensalo un poco.
 
Este AAR es jrande :D Estuve a punto de votarlo, pero al final tiré para casa, por razones más que cualitativas meramente sentimentales (El AAR austríaco es el primero que empecé y me hacía ilu :eek:o
 
ToLoMeO said:
Votate a tí mismo, Gardarian lo ha hecho, compensalo un poco.

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Lo siento, pero mi chip inhibidor de comportamiento me impide hacer tal cosa. En todo caso montaré mi propio poll con casinos. Y furcias. :D








Aunque me guardo la sugerencia por si llegamos al último día empatados en cabeza :p
 
Last edited:
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3º GENERACIÓN: EL PAÍS EN GUERRA

Capítulo 67

Residencia Yamashita, Inazawa
12 de marzo de 1520

-¿Japoneses? ¡Imposible! Todos en Nishikuni nos rinden lealtad. Los Sadamura son una familia de plena confianza.
-Nadie es de plena confianza en estos tiempos revueltos, Gakuyoshi. Pero probablemente no sean los Sadamura. Fue demasiado fácil encontrar aquellos cadáveres, y nadie acertó a saber a qué clan pertenecían los emblemas que lucían sus corazas.
Gakuyoshi, tras relatar la situación de precario equilibrio entre clanes, pasó a comentar la situación económica y política del imperio.

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Un criado entró y tras hacer una respetuosa reverencia y echar una desconfiada mirada al extranjero, abrió las puertas que comunicaban la habitación con el patio para que el ambiente enrarecido del cuarto se disipase. La primavera parecía haberse adelantado y hacía una temperatura muy agradable. Fuera se veía un hombre de unos veinticinco años, ataviado al estilo chino, con una larga túnica azul marino y pantalones ajustados a los tobillos del mismo color. Llevaba la mitad delantera del cráneo afeitada, y en la mitad trasera su cabello crecía largo formando una espectacular trenza que le llegaba casi a la cintura. Permanecía de pie observando las evoluciones de un niño de unos siete años que practicaba golpes y paradas contra un rival imaginario.
-¿Quién es el chino?- Gakuyoshi, que no esperaba un cambio tan radical en la conversación, le miró sorprendido.
-Se llama Shun. Aunque no lo creas, es miembro de mi familia. Se dedica a enseñar técnicas de combate sin armas a los niños del clan.- Lameng pareció muy interesado, así que Gakuyoshi le explicó los pormenores.- Verás, desde edad muy temprana, todos los niños del clan empiezan a ser formados para ser grandes samurai. Todos los días entrenan algún aspecto de lucha con o sin armas, y también aprenden caligrafía, poesía, filosofía, diplomacia... Cuando llegan a los dieciseis años son poderosos guerreros listos para servir a su clan. Shun es el maestro de entrenamiento físico y lucha sin armas.- Lameng pareció impresionado.
-¿Necesitáis un maestro de equitación, por casualidad?
-Me has leído el pensamiento, amigo.-Y los dos rieron estrepitosamente, llamando la atención de los ocupantes del patio.
-Sasuke ¿Por qué te paras?-Dijo Shun dándole un doloroso pescozón. El niño había percibido en la nuca la mirada lobuna del mongol, y la curiosidad había sido más fuerte que su disciplina.
-Lo siento, sen-pai.- Sasuke continuó sus ejercicios, pero de algún modo sabía que su vida estaría ligada a aquel extranjero de ojos amarillos.

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Mientras, Lameng y Gakuyoshi continuaron bebiendo y charlando. El japonés empezaba a tener dificultades para pronunciar las palabras, y a pesar de que el mongol había bebido más, éste parecía más sereno.
-Bueno, “guerido” amigo ¿”Gué” otras “gosas dienes” para “gontarme”?-Lameng sonrió y escanció dos tragos más.
-La situación está revuelta en Indochina. Como ya sabrás, China llegó a un importante acuerdo militar con Bengala. En cuanto ésta terminase su guerra contra Delhi, firmaría una alianza con el reino central*, Arakan y Nipon. De esa forma haríamos una tenaza sobre indochina. Como sabrás Ayutthaya rompió pacíficamente su relación de vasallaje por Dai Viet. Es un signo más de su pujanza, que se viene dando desde hace unos años.
Por si eso fuera poco, Dai Viet, sus antiguos señores, ofrecieron una de las doncellas de su casa real al monarca de Ayutthaya, estableciendo lazos dinásticos con ellos.
Además, nuestros ex-aliados de Vientiane se unieron a la Alianza que, de manera informal, ya lideraba Ayutthaya. Creo que Nipon debería...
Lameng se interrumpió al oír un golpe seco contra la tarima. Gakuyoshi se había caído de espaldas y roncaba ruidosamente. El mongol no pudo reprimir una sonrisa al ver su abultado vientre subiendo y bajando.
Gakuyoshi era un buen hombre, sagaz e inteligente, pero, a juicio de Lameng, aún no era un guerrero. No le cabía duda de que hubiera sido un buen general, pero si el señor Gakuyori había preferido dar el mando a Tamba, sería por algo.
Lameng se levantó y estiró las doloridas piernas ¡Qué estúpida costumbre japonesa, la de estar arrodillado todo el día! Paseó, aún cojeando levemente, por la estancia y se detuvo ante un magnífico daisho. Había que reconocer que las espadas japonesas eran de una calidad envidiable. El mongol apenas acertó a leer la inscripción en la base del soporte. Parecía que esas armas habían pertenecido a un tal Shingen. Alzó la vista, y tras el daisho, colgado de la pared, había un extraño tapiz con la sinuosa efigie de un dragón rojo. Lameng alargó el brazo y palpó el lienzo, retirando la mano inmediatamente. Conocía ese tacto, los mongoles estaban familiarizados con él. No era tela. Era piel humana.



(*)-Es el nombre que los chinos solían dar a su país.
 
Una preguntilla ¿Creeis que debería mover alguna DP en especial? Dentro de poco se cumple el plazo y había pensado en mover la barra hacia "terrestre".
¿Qué os parece?
 
Shingen? Takeda Shingen?
Un hombre ambicioso, desde luego.


Yo lo movería también hacia terrestre, más que nada por tanta rebelión.

A un Mongol le tiene que joder mucho ponerse de rodillas, leí no se donde, que de tanto ir a caballo, algunos se les habían atrofiado las piernas y andaban algo mal, no me tengo que imaginar ponerse de rodillas tanto tiempo :rofl:
 
NOBUNAGA_ODA said:
Una preguntilla ¿Creeis que debería mover alguna DP en especial? Dentro de poco se cumple el plazo y había pensado en mover la barra hacia "terrestre".
¿Qué os parece?

Yo lo movería a calidad. Y a súbditos libres si no fuera por las rebeliones.

Saludos
 
Viden said:
Yo lo movería a calidad. Y a súbditos libres si no fuera por las rebeliones.

Saludos
Yo también había pensado en calidad, pero es que la barra de terrestre/naval está al 50%. A lo mejor me beneficia más, no sé. :confused:

DarkReborn said:
Shingen? Takeda Shingen?

Nop. Te remito al capítulo 45 :D
 
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3º GENERACIÓN: EL PAÍS EN GUERRA

Capítulo 68

Inazawa
13 de marzo de 1530

Una voz potente despertó a Lameng. Alzó la cabeza y encontró la estancia vacía, con el futón de Gakuyoshi doblado en una esquina. La habitación estaba poblada con una dulce claridad. Gruño de disgusto y se levantó de un salto. Un mongol no se puede permitirse el lujo de dormir tanto y tan profundamente. ¿De dónde demonios procedía aquella voz? El japonés de Lameng no era tan bueno como para entender a un samurai furioso a través de una pared. Salió al pasillo, e inmediatamente un criado se postró y le invitó a seguirle. Le condujo a la gran sala donde un corpulento samurai estaba abroncando a una muchacha. Por más que lo intentaba, no podía entenderle. Hablaba demasiado rápido, como por rachas, utilizaba palabras que él nunca había oído y los sonoros sollozos de la chica no ayudaban. Afortunadamente Gakuyoshi estaba allí. Él se lo explicaría. El criado le indicó la tarima. “Maldición, otra vez de rodillas”, pensó.
-Has deshonrado a tus antepasados. Desaparece de mi vista.- Dijo el hombre, tras una larga pausa. La muchacha redobló sus lloros mientras dos doncellas se la llevaban casi a pulso fuera de la sala.
Después de tomarse unos segundos para tomar un sorbo de té y recobrar la compostura, el samurai se volvió hacia Gakuyoshi y Lameng.
-Espero que disculpes este triste espectáculo. Mi nombre es Yamashita Tamba. General de los ejércitos de mi señor Gakuyori.
Tamba explicó que esa mañana habían recibido la visita del emisario del clan Uesugi. Los Uesugi habían prosperado bajo el mando de Nagao Tamekage, que se había convertido en el líder fáctico del clan. Tras la rebelión de los Hojo, y teniendo a los Takeda también amenazando sus fronteras, los Uesugi reconsideraron su posición neutral. El emisario enviado por Tamekage proponía una alianza formal y fuerte, y para ello quería casar a su hijo mayor Harukage con una doncella del clan Shibata. El honor recayó en el clan Yamashita, que tenía una doncella casadera: Suzuna, la hija mayor de Tamba. Por desgracia Suzuna tenía otros planes. Se encerró en su habitación, negándose a ver al emisario, y cuando la llevaron, a la fuerza, a su presencia, rompió en un ataque espasmódico de llantos y protestas. Profundamente avergonzado, Tamba pidió disculpas al emisario de los Uesugi, y le pidió algo de tiempo para convencer a su joven hija.
-Así que ahora tendremos a ese tipo de gorrón ¿Eh?- Gakuyoshi sonrió ante el descaro de Lameng, pero Tamba no cogió la ironía.
-Disculpa los modales de mi invitado. Lameng Baghadur proviene de Mongolia, tierra de grandes jinetes, y desea compartir sus conocimientos para mayor gloria de nuestro clan.
-Ah, magnífico. Los Yamashita siempre nos hemos enorgullecido de tener la mejor infantería de Nipon. Ahora tendremos también la mejor caballería.-Lameng fingió sentirse incómodo.
-Me halagas, mi señor. Te aseguro que los niños Yamashita aprenderán a montar antes que a andar.- Esta vez Tamba sí sonrió.
-Me basta con que sepan luchar a lomos de sus caballos como si fueran parte de ellos mismos.
-¿A qué se debe el cambio de actitud de los Uesugi?- Tamba le contempló, sorprendido de que a un bárbaro le inquietaran los asuntos internos de las Islas Sagradas.
Tras la rebalión de Hojo Ujitsuna, el clan Shibata envió a sus hombres para conjurar el peligro. La batalla fue desigual y supuso una victoria fácil para las tropas del shogún, pero no fue ni mucho menos decisiva. Ujitsuna se replegó a la provincia de Shimotsuke, y desde allí inició una ofensiva diplomática que consiguió reunir a los líderes más levantiscos. Hojo Ujitsuna parlamentó con el anciano Chosokabe Kanetsugu y su vecino Miyoshi Yukinaga, acérrimo enemigo del shogún desde la muerte de Hosokawa Matsumoto. Takeda Nobutora se mostró interesado en luchar juntos contra el poderoso clan Uesugi, y el joven Shimazu Katsuhisa puso en pie de guerra a los siempre rebeldes señores de Kyushu. Se había formado una alianza contra el shogún que daría inicio a la Guerra de los Daimyos (daimyo no ran)*.

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Chosokabe y Miyoshi se movieron rápidamente, ocupando la isla de Shikoku, mientras tanto, Takeda bloqueaba el paso de las tropas del shogún, que estaban de regreso de Tohoku tras derrotar a los Hojo.

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El ejército imperial tardó dos meses en doblegar la resistencia de Takeda y tener paso expedito hacia Shikoku, aunque por desgracia llegó la noticia de que Chosokabe estaba desembarcando sus tropas a través del mar interior para dirigirse a la capital.
-Las últimas noticias que nos han llegado es que el ejército de Chosokabe está a la vista de Kyoto, y nuestros soldados aún están de camino. Hace poco pasaron por aquí, y se les notaba fatigados.-Dijo seriamente Tamba.
-por suerte Shimazu aún está reclutando levas y no está listo para atacar. Pero seguro que pronto supondrá una nueva dificultad. Y grave.- Trerció Gakuyoshi con expresión grave.
Lameng asentía con el ceño fruncido mientras se mesaba los largos bigotes. Entonces, un soldado joven irrumpió precipitadamente en la sala.
-¡Mi señor...!- Se detuvo, recordando que no se había postrado ante su jefe, y tras hacerlo rápidamente, continuó- ¡Mi señor, una tragedia!¡El emisario de Uesugi ha muerto!

(*)- Me lo acabo de inventar :p
 
Desde luego el Imperio del Sol Naciente se esta poniendo calentito...

Había puente entre Kansai y Shikoku en el EUII no? porque sino, la penalización de desembarco suele ser grande (porque la había en el EUII, no? esque hace tanto que no juego... :D ]
 
Pues la verdad es que yo utililzo el desembarco muy a menudo porque es más rápido que el desplazamiento terrestre y no me da problemas. No sé si es como en el HOI, pero voy a informarme bien. :confused:
 
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3º GENERACIÓN: EL PAÍS EN GUERRA

Capítulo 69
Inazawa
13 de marzo de 1520

Llegaron corriendo al patio y vieron a varios guardias formando un perímetro alrededor de dos cadáveres. Tamba se arrodilló junto al emisario y comprobó que estaba muerto. Notó que debía haber algo en su cuello y al darle la vuelta comprobó que tenía un kunai clavado en la nuca. Arrancó el arma arrojadiza y la examinó en busca de pruebas, pero nada delataba su origen. El otro cadáver aparecía atravesado por tres flechas. Vestía de forma sencilla y llevaba una capucha improvisada con un pañuelo, que Gakuyoshi examinaba con curiosidad, aunque sin tocarlo, en busca de algún indicio sobre la identidad del supuesto atacante.
-Tu- Dijo Tamba señalando a un soldado, que se puso rígido- ¿Es el asesino?-Señaló con la cabeza al cuerpo no identificado.
-Sí mi señor, estaba oculto en el sauce que hay junto a la entrada. No nos dimos cuenta hasta que lanzó su puñal. Cuando estaba a punto de saltar el muro y huir a la calle lo abatimos y trajimos su cadáver aquí.
-Esto nos traerá problemas. Los Uesugi son desconfiados, y es la segunda vez que matan a un emisario suyo en nuestra casa.
-¿Dónde he visto este dibujo antes?- La voz ronca de Lameng atrajo la atención de Tamba.
El cadáver del asesino estaba desnudo de cuerpo para arriba, y en su torso lucía un imponente dragón rojo. En ese momento alguien pasó a caballo entre las puertas, que permanecían abiertas.
-¡Eh! ¿Ese no era Gakuyoshi?-Observó Lameng. Tamba estaba tan absorto en sus cavilaciones que no había reparado en la ausencia del heredero.
-¡Alto!¡No disparéis!-Gritó a los guardias del muro que no le habñia reconocido, y ya se aprestaban a abatirlo con sus arcos.
-¿Dónde va?- Inquirió el mongol, sin comprender la reacción de su amigo.
-A servir a su clan. Los Uesugi recelarán de nosotros, pensando que hemos llegado a algún pacto con los Takeda. Gakuyoshi va a ofrecerse como rehén a Nagao Tamekage.- Lameng suspiró.
-Un acto de valentía.
-Y de temeridad. Si no convence a los Uesugi le matarán y el clan perderá a su principal heredero.

El veterano Ouchi Yoshioki, al mando de la guardia imperial, puso en fuga al ejército de Chosokabe, que ya se paroximaba a Kyoto. La diferencia de fuerzas era abismal, pero se necesitaba reestablecer la paz en la capital.

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Ouchi envió entonces siete mil jinetes a Shikoku para poner sitio la plaza fuerte de Chosokabe. La estrategia se demostró correcta al estallar una nueva revuelta en Kansai, cuyo responsable era un viejo conocido...

Ya hacía años que los Yamana habían permanecido inactivos, en una tensa neutralidad. Atrapados entre los Ouchi y los dominios de Hosokawa Sumiyuki, el anciano Yamana Koretoyo, que ya había cumplido los noventa años, languidecía en su castillo de Inaba. Había visto con tristeza cómo todos sus herederos habían perecido en combate o presas de atentados y enfermedades. Tan sólo su hijo Shingo sobrevivía para continuar su linaje.
Aquella mañana, Koretoyo se encontraba en su estancia, de la que hacía tres años que no salía debido a que la edad había atrofiado sus piernas. Un criado le trajo el desayuno, frugal, que comenzó a ingerir con desgana.
-Buenos días, padre.-La súbita aparición de Shingo sobresaltó al anciano.- ¿Me permites servirte un té ?
-Por supuesto, hijo, siéntate. Te conozco.- Le dijo sin mirarle, mientras removía el arroz de su cuenco, sin atreverse a comerlo- Imagino que tu visita no es simple amor filial ¿Qué te ronda por la cabeza?
-Lo sabes muy bien. Soy el legítimo señor de Hitachi. Esas tierras deben ser mías.-Dijo, dando un sorbo a su té.
-Esas tierras pertenecen a los Nohara, que ahora son vasallos de los Hojo.
-Ya no. Los Hojo han acabado con los Nohara y me reconocen a mí como dueño de esos dominios.-Koretoyo no podía disimular su asombro.
-¿A qué se debe ese cambio de actitud? No lo comprendo.-Dijo, tras apurar su taza de té.
-Ujitsuna está buscando apoyos para combatir a los Yamashita. Como ves, tenemos enemigos comunes.- Espetó Shingo con una sonrisa malévola, mientras mostraba una diminuta ampolla de cristal. Koretoyo notó que su espalda se cubría de un incómodo sudor frío.
-¿Qué es eso?- Shingo abrió la ampolla y se bebió su contenido.
-Un antídoto.-Dijo, sin perder la sonrisa. El anciano empezó a notar un súbito calor en las entrañas.
-¿Un... un antídoto?¿Para qué?-El calor de su vientre ya era abrasador.
-Para el veneno que acabamos de tomar. Sabía que si no me lo tomaba yo primero tú no lo harías, maldito viejo desconfiado. Mis hermanastros fueron más fáciles de eliminar. Y estaba aguardando que la Naturaleza acabase contigo, pero me he hartado de esperar. Es hora del relevo. Es hora de que los Yamana renazcan de sus cenizas.
Koretoyo se debatía en el suelo, presa de terribles convulsiones. Sus manos huesudas se agarraban a los faldones de su kimono, como si intentaran aferrarse a la vida. Mientras, Shingo metió los dedos en el té y se humedeció la parte inferior de los ojos.
-Mis leales súbditos, tengo una mala noticia que daros...- Comenzó a ensayar.

Yamana puso en pie de guerra a sus tropas del bando de los Hojo, y comenzó los preparativos para marchar sobre Kyoto.

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Era una locura intentar vencer la defensa de la guardia imperial en campo abierto con tan sólo catorce mil hombres, pero el objetivo de Shingo sólo era distraer la atención del shogún, y cortar la comunicación entre los Ouchi y los Shibata, manteniendo además incomunicadas a las tropas que continuaban el asedio en Shikoku.
Finalmente, en marzo de 1521, el asedio concluyó con la rendición de Chosokabe, y los siete mil hombres destinados allí regresaron a Kyoto, para encontrarse al mes siguiente con un nuevo ataque por sorpresa de Hojo Ujitsuna.

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Takeda se unió rápidamente a la rebelión, añadiendo once mil soldados a las tropas de Hojo.

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Hasta verano de ese año no se ultimaron los preparativos para marchar hacia Tohoku, y al pasar por Kanto, varios señores menores añadieron sus tropas a la Guardia Imperial, entre ellos los Yamashita. Tamba se puso de nuevo al frente del Ryo-Mon y se puso a las órdenes de Oda Nobusada, que fue designado por el shogún para dirigir las tropas en esta campaña.
El problema que planteó Tamba era si los Uesugi darían su consentimiento para que el ejército imperial cruzase sus tierras hacia Tohoku. Sorprendentemente, el emisario de los Uesugi comunicó el beneplácito de sus señores y el ejército del shogún aplastó a los rebeldes.

Después de la victoriosa campaña, Tamba regresó a Inazawa con su unidad, que brilló de forma extraordinaria por su valor y técnica incomparables. Nada más bajar del caballo notó un hondo pesar en el rostro de los criados.
-¿Se puede saber qué sucede?
-Mi señor- Dijo el mayordomo, mirando al suelo- El señor Gakuyori ha muerto.
A Tamba se le cayó el kabuto de las manos, que se estrelló con estrépido sobre la gravilla del patio.
-¡Por todos los kami! Nuestro daimyo está en poder de los Uesugi.
 
Last edited:
Podría decir muchas cosas, pero prefiero darte algo más útil (Espero):

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Úsala como más te guste. ;)

Saludos
 
:) Muy chula, gracias.

La verdad es que es difícil encontrar buenas imágenes para ilustrar el AAR. Conozco una página con muchas pinturas, pero no puedo poner las imágenes directamente.