Polonia.
1569-1588.
El camino hacia la antepenúltima década del siglo XVI es oscura en lo que a la historia de Polonia se refiere. Lamentablemente, la guerra que se vivió en esa década de los 70, con la toma de la capital por parte de las tropas austríacas, tuvo como consecuencia la quema de los archivos reales que en ella se guardaban.
Es conocido que el rey Segismundo II Augusto murió a principios de esa década fatídica, en la que se llevo acabo la guerra contra la rebelde Lituania, que, durante el reinado del mismo Segismundo II, había levantado las armas contra la autoridad legitima del rey. Ante la situación que eso conllevo, se llego a un acuerdo con el zar de la Rusias para que, en ataque conjunto hacia las tierras lituanas, se llevara un reparto de dichas tierras por medio de las armas, pues así lo habían decidido los lituanos con su rebelión.
Poco se sabe de esa guerra, solo que fue mas dura de lo que se penso en un principio, principalmente para los ejércitos polacos, que vieron como sus técnicas y tecnología no estaba a la altura de una invasión a gran escala.
El rey Enrique I, de origen frances, fue el encargado de llevar
acabo la guerra contra Lituania en su mayor parte.
Esta situación llevo, en el año 1573, a llevar acabo una reformas por parte del rey, llegado a un acuerdo con el parlamento, el Sjem, por el que, por medio de la subvención de la corona, se trasformaría al ejercito según los estándares de la época, subiendo así su eficacia significativamente. Estos acuerdos se firmaron en lo que se conocería como El Pacto Conventa y los Artículos de Henrykian. Dicho proceso le llego a costar a la corona la nada despreciable suma de 1200 ducados de oro, además de suponer un aumento del poder de la nobleza.
Pero algo que desde Polonia se temió durante mucho tiempo, y que llevo al rey Segismundo II a firmar un pacto de defensa con el rey francés, además de reconocerle como Emperador de la Cristiandad, tuvo lugar en esos años. Los alemanes atacaban conjuntamente Polonia.
Situacion en la que se encuentra el pais en 1576.
El asalto de los ejércitos brandemburgueses y austríacos, comandados por los mismo príncipe electo brandemburgues Johann Georg y por el mariscal austríaco Franz-Josef, fue tan inesperado, que los ejércitos polacos no pudieron responder al ataque con una eficaz defensa. Los alemanes tomaron numerosas plazas fronterizas sin casi lucha y Polonia se vio obligada a firmar una paz apresurada con Lituania, en la que conseguía tres plazas lituanas.
Para suerte del rey Segismundo II, éste murió antes de la invasión, sin llegar a ver la hecatombe polaca, siendo el rey que debería hacerse con la situación Enrique I, que distaba mucho de ser un monarca hábil, como demostró en la guerra de Lituania. Pero para mas suerte de los Polacos, el propio Enrique I no duro mucho en el trono, dejando paso a Esteban I, un gran monarca y líder militar que tendría como primera misión de su reino expulsar a los germanos de suelo polaco.
Fue el gran rey y lider militar, Esteban I Batory, el encargado
de expulsar a los germanos con ayuda de los rusos.
Para entonces, los brandemburgueses se habían hecho con el control de la plaza de Poznan y estaban asediando fuertemente Danzing, con el príncipe electo a la cabeza, y Cuyavia. Por su parte, los austríacos habían tomado a sangre y fuego la capital, Cracovia, y estaban asediando Kalisz y Sacz. Esteban I, con la ayuda de su Mariscal de Campo Sebastian Lumomirski, reunió a lo que quedaba del ejercito polaco en Varsovia, ejercito que sumaba unos 30000 hombres.
El rey dio orden inmediata de comenzar nuevas levas en la zona, sobretodo en la propia Varsovia para reforzar el maltrecho ejercito, haciendo acopio de armas y pertrechos. Mientras esto se llevaba a cabo, llego la noticia de la caída de Danzing y que, según fuentes de los que huían de la región, los brandemburgueses se dirigían hacia Thorn cruzando el Vistula. Bien era sabido que el príncipe electo quería una conexión terrestre con el ducado de Prusia, pero en opinión del rey y el propio Sebastian Lumomirski, este movimiento era un error, pues los brandemburgueses se alejaban demasiado de su territorio.
Su Majestad decidió entonces mover sus nuevas tropas, que sumaban unos 40000 hombres, hasta la cercana Masovia, cercana a Thorn, esperando que el príncipe electo pusiera cerco a la plaza. Una vez lo hizo, el ejercito polaco, con el rey Esteban a la cabeza, marcho en socorro de Thorn, presentando batalla al ejercito brandemburgues y haciendo que este se retirara tras inflingirle una gran derrota.
A pesar que el ejercito enemigo se retiraba a Danzing, el rey, tras llegarle la noticia de la caída de Cuyavia, decidió marchar hacia allí a toda prisa, pues, con estas noticias, también había llegado la nueva del fin de la guerra entre Rusia y Lituania con una rotunda victoria del Zar, por lo que se esperaba pronta ayuda rusa.
Camino de la plaza de Cuyavia, se volvió a topar con fuerzas brandemburguesas, que fueron derrotadas de nuevo, pudiendo por parte del ejercito real, que había ido aumentando de tamaño hasta llegar a mas de los 50000 hombres, se recuperara las plazas de Cuyavia y Poznan tras un rápido asalto en la que las tropas acantonadas por el príncipe electo fueron pasadas a cuchillo.
La llegada de tropas aliadas rusas permitio una mayor movilidad del
ejercito polaco que fue recuperando plazas de manos alemanas
Mientras tanto, la llegada de los refuerzos rusos a Danzing al mando del general Ivan Shuiski, que llegaba a comandar a mas de 30000 hombres, alegro y animo a las exhaustas tropas polacas. Los rusos pusieron sitio a la ciudad comercial, para lo cual, trasladaron la flota rusa hasta sus costas, junto a lo que quedaba de la flota polaca, en espera de rendir a la guarnición brandemburguesa por falta de munición y de hombres de refresco. Pero la flota brandemburguesa llego en ayuda de la ciudad, entablando combate con la flota combinada polaco-rusa. El mayor numero y los mejores barcos germanos hicieron que dicha batalla se saldara con una estrepitosa derrota de la fuerza combinada, quedando así la ciudad abierta por el mar y con la flota germana dueña del golfo de Riga..
Los rusos, viendo la situación, llamaron al ejercito polaco a presentarse ante Danzing para tomar la plaza lo antes posible, pero el rey y su mariscal de campo tenían otros problemas mas urgentes, pues cuando se dirigían a la ciudad tomada de Kalisz, un fuerte contingente austríaco se interpuso en su camino, no dejando otra posibilidad al ejercito polaco que prestar batalla.
La batalla naval en el golfo de Riga entre la flota combinada ruso-polaca
contra la flota brandemburguesa suposo el control del mar para
los alemanes tras la victorio de estos ultimos.
Dura se presentaba la lucha, pues las fuerzas eran muy equilibradas, sumando en el campo de batalla cerca de 90000 hombres entre polacos y austríacos. Mucho se dudo si emprender la retirada, pues los germanos tenían artillería, cosa de la que los polacos carecían. Aun así, el rey decidió luchar y que fuera Dios quien decidiera lo que debía de ocurrir... y pareció que Dios estaba del lado polaco, pues la batalla, al poco de empezar, comenzó a inclinarse del lado polaco, tal fue así, que al poco tiempo, los austríacos estaban de vuelta hacia tierras austríacas con gran perdida de hombres y material, mientras eran hostigados por la caballería moldava al servicio del rey Esteban.
Mientras esto ocurría, los rusos al mando del general Ivan Shuiski, soportaban una y otra vez el acoso de los ejércitos rehechos del príncipe electo brandemburgues, con la ayuda de un pequeño destacamento polaco, que había llegado a Danzing vía Thorn, de 10000 hombres. Tras ver que las fuerzas de socorro de sus compatriotas resultaban aplastadas una y otra vez, el destacamento de Danzing acabo rindiendo sus pendones con la promesa por parte de los rusos de dejarles volver siempre que dejaran las armas y demás pertenencias.
Con la perdida e Danzing y la derrota del ejercito austríaco por el polaco en Kalisz, los germanos vieron la inutilidad de seguir el enfrentamiento, y tras enviar una oferta de paz blanca por parte del rey Esteban al monarca austríaco, que según parecía era quien encabezaba y mantenía la alianza alemana, se acepto por parte de los enemigos de la Santa Polonia.
Segismundo III llegaba al trono tras la muerte de Esteban I.
Ahora quedaba un largo proceso de reconstrucción del país, pues las guerras habían desangrado nuestras tierras y tocado gravemente la economía. Además, el rey Esteban dio y subvenciono las actuaciones de la Santa Inquisición en las tierras lituanas conquistadas para atraer a esas gentes al seno de la Iglesia.
Pero algo debía de aprender Polonia tras estos hechos, y es que era el momento de poner la vista en una política exterior encaminada a fortalecer Polonia frente a sus potenciales enemigos, los cuales comenzaban a mostrarse. Y esa era una lección, que el nuevo rey de Polonia Segismundo III, pues en el año 1587 había muerto el rey Esteban I El Salvador, estaba dispuesto a aprender.
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Un saludo.