Voy a empezar el primer AAR sindicalista en castellano
País: Republica de las Sicilias
Mod Kaiserreich 1.1
Traducción al castellano (cambiar en settings en "lenguage" al número 3) y nombres de países e ideologías de forma manual.
Algunos eventos hechos por mí.
Dificultad: normal.
Objetivos principales: unificar Italia y derrotar a austriacos, otomanos y alemanes (a ser posible por este orden).
Objetivos secundarios: externder el sindicalismo por el mundo.
La Segunda Unificación Italiana
Introducción.
La Primera Unificación Italiana
Durante siglos, tras la disolución del Imperio Romano de Occidente, Italia estuvo políticamente dominada por la España de los Habsburgo, la Francia Borbónica y la Austria dual. Pero no lograron aplastar los deseos de libertad del pueblo italiano. Ya hubo un primer amago de unidad con el Reino de Italia creado por Napoleón I, aplastado tras la derrota de este.
Y llegó 1848: este año venecianos y lombardos, al igual que otros pueblos oprimidos por los austriacos, se levantaron contra sus opresores, mientras en otros reinos italianos sucesivas revoluciones derrocaban el orden absolutista impuesto desde el extranjero. Al ver como eran salvajemente reprimidos sus hermanos de Venecia y Lombardia los estados italianos, liderados por Carlos Alberto de Cerdeña, se enfrentaron a la Austria de Metternich. Las derrotas de Custozza y Novara supuso la subsiguiente vuelta del absolutismo a la Península Itálica y Austria creyó haber acabado con el sueño unificador de Italia. Pero solo logró reafirmar sus ansias, con el Piamonte de Victor Manuel II como estandarte de estos deseos.
Y llegó 1859: Napoleón III Bonaparte demostró el compromiso casi personal de los franceses y de su dinastía por una Italia unida. De esta manera los ejércitos franco – piamonteses se enfrentaron a los austriacos, derrotándolos decisivamente en Magenta y Solferino. Tras reconocer Austria su derrota, los estados italianos del norte proclamaron su adhesión al Piamonte, obligando los ejércitos de este a los Borbones napolitanos a aceptar la voluntad de su pueblo y a unirse al Piamonte. Y fue aquí cuando Bonaparte demostró que, en última instancia, todas las formas de monarquía están hechas de la misma pasta, rechazando la incorporación de Roma al Piamonte. Así en 1861, sin Roma, se reunió en Turín el primer Parlamento italiano que proclamó a Victor Manuel II de Piamonte-Cerdeña Rey de Italia. Pero la Primera Unificación Italiana no había terminado.
En 1866 Italia intervino en la guerra austro-prusiana, en la que a pesar de algunas derrotas militares consiguió recuperar el Véneto. Solo Roma quedaba fuera de la Italia unida, por culpa de ese pérfido de Napoleón III.
En 1870 estalló la guerra entre Francia y Prusia. Napoleón III fue humillantemente derrotado y tomado prisionero en la batalla de Sedán. De esta manera el Papa se encontró de forma inesperada sin ningún tipo de protección... y así se procedió a la anexión de los Estados Pontificios, volviendo Roma al seno de Italia.
Y así concluía la Primera Unificación Italiana.
Historia de Italia hasta 1914
Desde la unificación del país se estableció una monarquía constitucional laica que llevó al país a la prosperidad y se convirtió en una gran potencia, atreviéndose a crear un imperio colonial… y siendo humillantemente derrotados en Aduwa en 1898.
Sin embargo, todavía había territorios italianos en manos de Austria, por los que estaban deseosos de buscar la oportunidad de recuperarlos.
Así, en 1914 llegó esa oportunidad… que se convirtió en el mayor desastre de la historia de Italia.
La Gran Guerra
El asesinato del Archiduque Francisco José provocó una guerra de dimensiones continentales. Hasta 1917 los ejércitos de la Entente lograron frenar a los soldados de las Potencias Centrales. Pero estalló la Revolución en Rusia, con lo que esta se salió de la guerra, produciendo un re-equilibrio de fuerzas. A esto hay que añadir que Alemania tuvo especial cuidado en no llevar a cabo acciones que produjeran la entrada de EE.UU. en la guerra.
Los alemanes centraron todo su ejército en Francia, derrumbando el frente. Los austriacos trajeron todo lo que tenían en Rusia y Serbia, aumentando las fuerzas que tenían contra Italia. No es que esto equilibrará el frente a favor de los austriacos; lo que lo equilibro fue el envío de soldados por parte de Alemania y, sobre todo, de los países menores de su alianza. Venecia cayó, pero Italia aún resistía.
Francia firmo una humillante paz… y los ejércitos alemanes atacaron Italia por la espalda, por la frontera francesa. El ejército y el frente se derrumbaron. Austria ocupo la mitad norte de Italia y la dinastía de Víctor Manuel II, dándose cuenta que ya no tendría lugar en la Italia que iba a nacer, partió al exilio.
El ejército capituló y fue desarmado, siendo ocupada toda Italia. Austria creó una Federación al mando del Papa Benedicto XV, y Pío XI posteriormente. Pero los italianos no iban a consentir ser títeres de nadie…
La Revolución
Sindicalistas y anarquistas mostraron su abierta oposición a la nueva situación de Italia. Durante años lucharon en las calles, aunque fueron perseguidos y masacrados aprendieron mucho…
Lo que aprendieron es que en la mitad sur los italianos estaban aún más descontentos con la situación, lo que obligaba a las tropas austro-papales a concentrarse y llevar a cabo una violenta represión, lo que aumentó la oposición de la población. La presencia de la Mafia no ayudaba mucho, llegando esta a hacer ofertas de alianza a los sindicalistas, ofertas que fueron rechazadas (en palabras de uno de los líderes sindicalistas: “¡No se puede conseguir una Italia basada en la libertad y la justicia aliándose con criminales!”). La popularidad del sindicalismo fue aumentando en el sur, mientras iban llegando líderes sindicalistas del norte, un norte atrapado entre Viena y Roma, en el que la represión se llevaba a cabo de forma más sutil pero también más feroz.
A todo esto hay que añadirle el cansancio y el debilitamiento del ejército austriaco, que, con solo la ayuda de los paupérrimos ejércitos papales, se veía obligada a vigilar toda la Península…, además de su frágil Imperio, y también las malísimas infraestructuras de la zona que hacían que fuera sumamente difícil el envío de suministros en caso de un ataque por sorpresa en la zona… ó de una rebelión generalizada.
Alemania decidió intervenir en Rusia para aplastar la Revolución, Revolución que también estalló en Francia, y que Alemania no pudo impedir pues al estar centrada en Rusia si volvía a dividir sus ejércitos se encontraría de nuevo con una larga guerra, algo que su economía y su población no podrían soportar.
Así, con una Francia sindicalista, una Alemania metida de lleno en Rusia y una Austria con pies de barro, los sindicalistas y anarquistas del sur de Italia vieron su oportunidad. A partir de las lecciones aprendidas sobre la situación en el sur y con garantías de ayuda por parte de la Comuna de Francia se llevó a cabo una rebelión generalizada y bien planeada de milicianos entrenados por la Comuna de Francia, milicianos a los que masivamente se les unió la población.
Los milicianos lucharon en territorio favorable a ellos (montañas y ciudades), a esto se le añadía la dificultad de enviar suministros por culpa de las débiles infraestructuras y de los continuos ataques a los convoyes de suministros. De esta manera, un ejército austriaco debilitado, desmoralizado y con la imposibilidad de pedir ayuda a Alemania retrocedió al norte. Aquí los anarco - sindicalistas llevaron a cabo la segunda parte de su plan: desde un primer momento sabían que una lucha en el norte supondría una derrota, por ello proclamaron en Nápoles la República de las Sicilias. En un primer momento Austria se negó a reconocerla, pero, con la amenaza de la Comuna de Francia de intervenir si Austria decidía llevar la guerra al norte, los alemanes, no queriendo, como ya se ha dicho, otra guerra larga, reconocieron la República y presionaron a Austria para que hiciera lo mismo, algo que hizo finalmente a regañadientes.
Se había conseguido una gran victoria para Italia, pero a costa de partirla en dos.
El triunfo de la Revolución
Tras la victoria contra los austriacos, el gobierno de anarquistas y sindicalistas se centró en mejorar la situación del pueblo tras tantos años de guerra. Se fortaleció considerablemente la industria y se invirtió de manera impresionante en infraestructuras.
Así la situación en 1936 ha mejorado considerablemente y ahora, en cuanto se lleve a cabo el congreso interno de abril y la reunión de la Internacional Sindicalista (para recabar el apoyo del resto de naciones sindicalistas), es hora de que la República de las Sicilias, con la segura ayuda de sus aliados de la Comuna de Francia, piense en la Segunda Unificación Italiana.
País: Republica de las Sicilias
Mod Kaiserreich 1.1
Traducción al castellano (cambiar en settings en "lenguage" al número 3) y nombres de países e ideologías de forma manual.
Algunos eventos hechos por mí.
Dificultad: normal.
Objetivos principales: unificar Italia y derrotar a austriacos, otomanos y alemanes (a ser posible por este orden).
Objetivos secundarios: externder el sindicalismo por el mundo.
La Segunda Unificación Italiana
Introducción.
La Primera Unificación Italiana
Durante siglos, tras la disolución del Imperio Romano de Occidente, Italia estuvo políticamente dominada por la España de los Habsburgo, la Francia Borbónica y la Austria dual. Pero no lograron aplastar los deseos de libertad del pueblo italiano. Ya hubo un primer amago de unidad con el Reino de Italia creado por Napoleón I, aplastado tras la derrota de este.
Y llegó 1848: este año venecianos y lombardos, al igual que otros pueblos oprimidos por los austriacos, se levantaron contra sus opresores, mientras en otros reinos italianos sucesivas revoluciones derrocaban el orden absolutista impuesto desde el extranjero. Al ver como eran salvajemente reprimidos sus hermanos de Venecia y Lombardia los estados italianos, liderados por Carlos Alberto de Cerdeña, se enfrentaron a la Austria de Metternich. Las derrotas de Custozza y Novara supuso la subsiguiente vuelta del absolutismo a la Península Itálica y Austria creyó haber acabado con el sueño unificador de Italia. Pero solo logró reafirmar sus ansias, con el Piamonte de Victor Manuel II como estandarte de estos deseos.
Y llegó 1859: Napoleón III Bonaparte demostró el compromiso casi personal de los franceses y de su dinastía por una Italia unida. De esta manera los ejércitos franco – piamonteses se enfrentaron a los austriacos, derrotándolos decisivamente en Magenta y Solferino. Tras reconocer Austria su derrota, los estados italianos del norte proclamaron su adhesión al Piamonte, obligando los ejércitos de este a los Borbones napolitanos a aceptar la voluntad de su pueblo y a unirse al Piamonte. Y fue aquí cuando Bonaparte demostró que, en última instancia, todas las formas de monarquía están hechas de la misma pasta, rechazando la incorporación de Roma al Piamonte. Así en 1861, sin Roma, se reunió en Turín el primer Parlamento italiano que proclamó a Victor Manuel II de Piamonte-Cerdeña Rey de Italia. Pero la Primera Unificación Italiana no había terminado.
En 1866 Italia intervino en la guerra austro-prusiana, en la que a pesar de algunas derrotas militares consiguió recuperar el Véneto. Solo Roma quedaba fuera de la Italia unida, por culpa de ese pérfido de Napoleón III.
En 1870 estalló la guerra entre Francia y Prusia. Napoleón III fue humillantemente derrotado y tomado prisionero en la batalla de Sedán. De esta manera el Papa se encontró de forma inesperada sin ningún tipo de protección... y así se procedió a la anexión de los Estados Pontificios, volviendo Roma al seno de Italia.
Y así concluía la Primera Unificación Italiana.
Historia de Italia hasta 1914
Desde la unificación del país se estableció una monarquía constitucional laica que llevó al país a la prosperidad y se convirtió en una gran potencia, atreviéndose a crear un imperio colonial… y siendo humillantemente derrotados en Aduwa en 1898.
Sin embargo, todavía había territorios italianos en manos de Austria, por los que estaban deseosos de buscar la oportunidad de recuperarlos.
Así, en 1914 llegó esa oportunidad… que se convirtió en el mayor desastre de la historia de Italia.
La Gran Guerra
El asesinato del Archiduque Francisco José provocó una guerra de dimensiones continentales. Hasta 1917 los ejércitos de la Entente lograron frenar a los soldados de las Potencias Centrales. Pero estalló la Revolución en Rusia, con lo que esta se salió de la guerra, produciendo un re-equilibrio de fuerzas. A esto hay que añadir que Alemania tuvo especial cuidado en no llevar a cabo acciones que produjeran la entrada de EE.UU. en la guerra.
Los alemanes centraron todo su ejército en Francia, derrumbando el frente. Los austriacos trajeron todo lo que tenían en Rusia y Serbia, aumentando las fuerzas que tenían contra Italia. No es que esto equilibrará el frente a favor de los austriacos; lo que lo equilibro fue el envío de soldados por parte de Alemania y, sobre todo, de los países menores de su alianza. Venecia cayó, pero Italia aún resistía.
Francia firmo una humillante paz… y los ejércitos alemanes atacaron Italia por la espalda, por la frontera francesa. El ejército y el frente se derrumbaron. Austria ocupo la mitad norte de Italia y la dinastía de Víctor Manuel II, dándose cuenta que ya no tendría lugar en la Italia que iba a nacer, partió al exilio.
El ejército capituló y fue desarmado, siendo ocupada toda Italia. Austria creó una Federación al mando del Papa Benedicto XV, y Pío XI posteriormente. Pero los italianos no iban a consentir ser títeres de nadie…
La Revolución
Sindicalistas y anarquistas mostraron su abierta oposición a la nueva situación de Italia. Durante años lucharon en las calles, aunque fueron perseguidos y masacrados aprendieron mucho…
Lo que aprendieron es que en la mitad sur los italianos estaban aún más descontentos con la situación, lo que obligaba a las tropas austro-papales a concentrarse y llevar a cabo una violenta represión, lo que aumentó la oposición de la población. La presencia de la Mafia no ayudaba mucho, llegando esta a hacer ofertas de alianza a los sindicalistas, ofertas que fueron rechazadas (en palabras de uno de los líderes sindicalistas: “¡No se puede conseguir una Italia basada en la libertad y la justicia aliándose con criminales!”). La popularidad del sindicalismo fue aumentando en el sur, mientras iban llegando líderes sindicalistas del norte, un norte atrapado entre Viena y Roma, en el que la represión se llevaba a cabo de forma más sutil pero también más feroz.
A todo esto hay que añadirle el cansancio y el debilitamiento del ejército austriaco, que, con solo la ayuda de los paupérrimos ejércitos papales, se veía obligada a vigilar toda la Península…, además de su frágil Imperio, y también las malísimas infraestructuras de la zona que hacían que fuera sumamente difícil el envío de suministros en caso de un ataque por sorpresa en la zona… ó de una rebelión generalizada.
Alemania decidió intervenir en Rusia para aplastar la Revolución, Revolución que también estalló en Francia, y que Alemania no pudo impedir pues al estar centrada en Rusia si volvía a dividir sus ejércitos se encontraría de nuevo con una larga guerra, algo que su economía y su población no podrían soportar.
Así, con una Francia sindicalista, una Alemania metida de lleno en Rusia y una Austria con pies de barro, los sindicalistas y anarquistas del sur de Italia vieron su oportunidad. A partir de las lecciones aprendidas sobre la situación en el sur y con garantías de ayuda por parte de la Comuna de Francia se llevó a cabo una rebelión generalizada y bien planeada de milicianos entrenados por la Comuna de Francia, milicianos a los que masivamente se les unió la población.
Los milicianos lucharon en territorio favorable a ellos (montañas y ciudades), a esto se le añadía la dificultad de enviar suministros por culpa de las débiles infraestructuras y de los continuos ataques a los convoyes de suministros. De esta manera, un ejército austriaco debilitado, desmoralizado y con la imposibilidad de pedir ayuda a Alemania retrocedió al norte. Aquí los anarco - sindicalistas llevaron a cabo la segunda parte de su plan: desde un primer momento sabían que una lucha en el norte supondría una derrota, por ello proclamaron en Nápoles la República de las Sicilias. En un primer momento Austria se negó a reconocerla, pero, con la amenaza de la Comuna de Francia de intervenir si Austria decidía llevar la guerra al norte, los alemanes, no queriendo, como ya se ha dicho, otra guerra larga, reconocieron la República y presionaron a Austria para que hiciera lo mismo, algo que hizo finalmente a regañadientes.
Se había conseguido una gran victoria para Italia, pero a costa de partirla en dos.
El triunfo de la Revolución
Tras la victoria contra los austriacos, el gobierno de anarquistas y sindicalistas se centró en mejorar la situación del pueblo tras tantos años de guerra. Se fortaleció considerablemente la industria y se invirtió de manera impresionante en infraestructuras.
Así la situación en 1936 ha mejorado considerablemente y ahora, en cuanto se lleve a cabo el congreso interno de abril y la reunión de la Internacional Sindicalista (para recabar el apoyo del resto de naciones sindicalistas), es hora de que la República de las Sicilias, con la segura ayuda de sus aliados de la Comuna de Francia, piense en la Segunda Unificación Italiana.