02/09/2214
Puente de mando del Comandante, ISS Irsk Totollan, sistema Norberg
Todas las reuniones importantes de la expedición tienen lugar en los cambios de turno, para que ambos equipos puedan participar de las mismas. En esta ocasión la reunión tiene lugar en el puente de mando sobre la sala de navegación, desde donde el Comandante Juxser da sus órdenes al resto de la tripulación. Su autoridad es incontestable, salvo por una pequeña gran excepción: todos los aspectos científicos y el personal investigador de la nave es competencia de Vikal Vun. Y se da la circunstancia de que la Irsk Totollan es una nave científica de expedición espacial, por lo que en caso de diferentes pareceres es probable que exista un conflicto entre ambos líderes. Eso es lo que ocurrió hace un par de meses.
Uno de los principales cometidos del Comandante de una nave civil es asegurarse la integridad y la seguridad de la tripulación a bordo. En los años que lleva comandando la Irsk Totollan, Juxser no se ha encontrado con dificultades que hayan puesto en jaque esta responsabilidad suya. Pero con la aparición de los Beta Aliens en el sistema Norberg su deber de velar por la seguridad de la nave se puso en riesgo. La discusión entre él y Vikal se alargó durante días y fue bastante amarga: ella defendía abiertamente la necesidad de entrar en Norberg y conocer exactamente sobre los Beta Aliens, y él se oponía frontalmente a entrar en el mismo sistema que unos objetos espaciales en formación desconocidos sin un mínimo de seguridad (ya que la nave científica no lleva armamento alguno). La disputa trascendió a la Irsk Totollan y la misma Coordinadora Vimas se pronunció al respecto.
“Para la Coalición Sutharian conocer a otras criaturas y potenciales amenazas a nuestra sociedad es vital para nuestra supervivencia. La ISS Irsk Totollan viajará a Norberg y bajo la dirección de la Dra. Vikal Vun recopilará toda la información sobre los Beta Aliens para nuestra División de Ciencias Sociales. Si en algún momento el Comandante Juxser Retf detecta un riesgo inminente y/o actitudes hostiles de los Beta Aliens, tomará el mando absoluto de la expedición para emprender la huida y puesta a salvo de la nave y sus tripulantes, tomando todas las medidas que considere necesarias. La seguridad de los Sutharianos es la prioridad en todo momento.”
Esto supuso un jarro de agua fría para el Comandante, aunque ante la aparición de un escenario hostil legitimaba su autoridad para tomar el mando. Tal y como se presentaba la situación, Juxser se dedicó a refinar los protocolos de defensa y huída, y en aleccionar a toda la tripulación sobre las acciones a realizar una vez que entraran en el sistema Norberg y se declarara la situación hostil. El Comandante estaba totalmente seguro de que llegarían a este punto.
Por eso, durante la presente reunión el Comandante se muestra serio y seco. Tras seis semanas sondeando el sistema Norberg y llegando a estar a distancias tan cercanas de los Beta Aliens que rompían todo perímetro de seguridad básico, el Comandante admite que los Beta Aliens no suponen una amenaza inminente ni muestran una actitud hostil hacia la Irsk Totollan. En la práctica, Juxser declara que rebaja el nivel de alerta máxima a alerta significativa, lo cual es bien recibido por todos los presentes: la Jefa Vikal Vun, los investigadores Mirkhet y Yopkur, los ingenieros jefe Winto y Rtopk, la Capitana Sokrut y la administrativa Resshen. Esta rebaja de la amenaza implica que los protocolos de acceso, comunicación y movimiento por la nave se suavizan un poco, liberando de algunas incomodidades a sus tripulantes.
Tras la reunión Mirkhet y Yopkur se dirigen a la sala de control de datos a dar la buena noticia a sus asistentes. Al llegar Forxaz y Thudaj están en sus puestos revisando las lecturas del planeta Norberg II, el cual ha empezado a sondear el equipo de Yopkur unas horas antes. Los dos asistentes de Yopkur se encuentran sentados en la mesa de reuniones tras haber comido antes de irse a dormir. Los cuatro están esperando la llegada de los dos investigadores jefe para saber si hay novedades. Al ser informados de la rebaja de la amenaza, todos se alegran; no tanto por la laxitud del protocolo, sino por la constatación de que no se encuentran en peligro aparente ante los inmensos Beta Aliens. Instintivamente, todos se quedan mirándolos a través del gran ventanal de la sala de control.
La vista es impresionante. Tres enormes naves (o criaturas, no lo terminan de tener claro), mayores que la misma Irsk Totollan, parecen dejarse mecer sincronizadamente por el espacio. El aspecto de medusas que tienen (un cuerpo o boca tras del cual parten más de diez tentáculos) refuerzan la idea de estar flotando. Es un gran alivio que no sean hostiles, pues da la sensación de que una sola de esas criaturas sería capaz de destrozar la nave solo con apresarla con sus largos apéndices. No han recibido ni una señal de comunicación por su parte ni reacción a su presencia: es como si ni siquiera vieran que los Sutharianos están por allí.
¿Habéis sacado imágenes desde este ángulo? -pregunta Mirkhet tras un rato de silencio. La bióloga Rald Wek de la División de Ciencias Sociales había pedido, entre otros muchos datos, imagen de todas las perspectivas posibles de los Beta Aliens. La Irsk Totollan no había rodeado a los alienígenas hasta ahora, por lo que esta perspectiva es inédita para los presentes.
¡Claro! Están en el repositorio de imágenes recientes -asegura Yopkur. Revísalas, selecciona las que consideres más adecuadas y mándalas junto a las demás a Bebak. Van a alucinar con ellas -aventura el ingeniero jefe.
Si ya alucinan con la humanoide, verás cuando vean a estas bestialidades de criaturas -añade Kojlyt, uno de los asistentes de Yopkur mientras apura el agua de un pequeño recipiente que porta. Si han creado un laboratorio espacial para que ella vuelque sus conocimientos, ¿qué tendremos que construir para estos mazacotes? ¿Un acuario del tamaño de un océano? -se pregunta entre risas.
No creo que muestren estas imágenes a la población. A mi me daría algo de miedo saber que estas cosas están dando vueltas por el cielo sin saber que son inofensivas -comenta Thudaj sin apartar la vista de su pantalla.
Pero ya se ha filtrado la noticia, la gente está como loca con los alienígenas. Primero la humanoide, que se hace llamar Monnobaki. Y ahora los Beta Aliens. Al parecer todo el mundo quiere conocerlos y ver sus imágenes -dice desde su puesto Forxaz.
La gente debería pensarse mejor abrir las puertas de par en par a una alienígena -dice Mirkhet para sí mismo, pero a un volumen suficiente como para que todos en la sala lo escuchen.
Pues la orden de ubicarla en un laboratorio espacial ha venido de la misma Coordinadora, así que tenemos que acatar la decisión -señala Yopkur sin vacilar.
Claro que la acato, pero no me gusta nada. No sabemos sus intenciones. ¿Y si una vez dentro del laboratorio se dedica a robarnos información y a transmitirla a su especie? ¿Qué sabemos de ellos? ¿Dónde están sus planetas? -pregunta en voz alta contrariado.
Sus comentarios atraen las miradas preocupadas de algunos asistentes, pero Yopkur no da tregua en su argumentación: Puedes tener tus dudas, Mirkhet, pero yo no juzgaría tan a la ligera las decisiones de la Coordinadora Vimas. Creo que sería mejor centrarse en revisar las imágenes recogidas y enviar cuanto antes a la División lo que tenemos -responde en tono serio. Acto seguido se dirige a sus dos asistentes y les espeta: Y nosotros debemos marchar ya. Vámonos.
Los tres miembros del otro equipo se giran y marchan en silencio, mientras Mirkhet tuerce el gesto molesto por la leve reprimenda y se sienta en su puesto, abriendo el repositorio de imágenes para seleccionar algunas y mandarlas de inmediato a Bebak.
Puente de mando del Comandante, ISS Irsk Totollan, sistema Norberg
Todas las reuniones importantes de la expedición tienen lugar en los cambios de turno, para que ambos equipos puedan participar de las mismas. En esta ocasión la reunión tiene lugar en el puente de mando sobre la sala de navegación, desde donde el Comandante Juxser da sus órdenes al resto de la tripulación. Su autoridad es incontestable, salvo por una pequeña gran excepción: todos los aspectos científicos y el personal investigador de la nave es competencia de Vikal Vun. Y se da la circunstancia de que la Irsk Totollan es una nave científica de expedición espacial, por lo que en caso de diferentes pareceres es probable que exista un conflicto entre ambos líderes. Eso es lo que ocurrió hace un par de meses.
Uno de los principales cometidos del Comandante de una nave civil es asegurarse la integridad y la seguridad de la tripulación a bordo. En los años que lleva comandando la Irsk Totollan, Juxser no se ha encontrado con dificultades que hayan puesto en jaque esta responsabilidad suya. Pero con la aparición de los Beta Aliens en el sistema Norberg su deber de velar por la seguridad de la nave se puso en riesgo. La discusión entre él y Vikal se alargó durante días y fue bastante amarga: ella defendía abiertamente la necesidad de entrar en Norberg y conocer exactamente sobre los Beta Aliens, y él se oponía frontalmente a entrar en el mismo sistema que unos objetos espaciales en formación desconocidos sin un mínimo de seguridad (ya que la nave científica no lleva armamento alguno). La disputa trascendió a la Irsk Totollan y la misma Coordinadora Vimas se pronunció al respecto.
“Para la Coalición Sutharian conocer a otras criaturas y potenciales amenazas a nuestra sociedad es vital para nuestra supervivencia. La ISS Irsk Totollan viajará a Norberg y bajo la dirección de la Dra. Vikal Vun recopilará toda la información sobre los Beta Aliens para nuestra División de Ciencias Sociales. Si en algún momento el Comandante Juxser Retf detecta un riesgo inminente y/o actitudes hostiles de los Beta Aliens, tomará el mando absoluto de la expedición para emprender la huida y puesta a salvo de la nave y sus tripulantes, tomando todas las medidas que considere necesarias. La seguridad de los Sutharianos es la prioridad en todo momento.”
Esto supuso un jarro de agua fría para el Comandante, aunque ante la aparición de un escenario hostil legitimaba su autoridad para tomar el mando. Tal y como se presentaba la situación, Juxser se dedicó a refinar los protocolos de defensa y huída, y en aleccionar a toda la tripulación sobre las acciones a realizar una vez que entraran en el sistema Norberg y se declarara la situación hostil. El Comandante estaba totalmente seguro de que llegarían a este punto.
Por eso, durante la presente reunión el Comandante se muestra serio y seco. Tras seis semanas sondeando el sistema Norberg y llegando a estar a distancias tan cercanas de los Beta Aliens que rompían todo perímetro de seguridad básico, el Comandante admite que los Beta Aliens no suponen una amenaza inminente ni muestran una actitud hostil hacia la Irsk Totollan. En la práctica, Juxser declara que rebaja el nivel de alerta máxima a alerta significativa, lo cual es bien recibido por todos los presentes: la Jefa Vikal Vun, los investigadores Mirkhet y Yopkur, los ingenieros jefe Winto y Rtopk, la Capitana Sokrut y la administrativa Resshen. Esta rebaja de la amenaza implica que los protocolos de acceso, comunicación y movimiento por la nave se suavizan un poco, liberando de algunas incomodidades a sus tripulantes.
Tras la reunión Mirkhet y Yopkur se dirigen a la sala de control de datos a dar la buena noticia a sus asistentes. Al llegar Forxaz y Thudaj están en sus puestos revisando las lecturas del planeta Norberg II, el cual ha empezado a sondear el equipo de Yopkur unas horas antes. Los dos asistentes de Yopkur se encuentran sentados en la mesa de reuniones tras haber comido antes de irse a dormir. Los cuatro están esperando la llegada de los dos investigadores jefe para saber si hay novedades. Al ser informados de la rebaja de la amenaza, todos se alegran; no tanto por la laxitud del protocolo, sino por la constatación de que no se encuentran en peligro aparente ante los inmensos Beta Aliens. Instintivamente, todos se quedan mirándolos a través del gran ventanal de la sala de control.
La vista es impresionante. Tres enormes naves (o criaturas, no lo terminan de tener claro), mayores que la misma Irsk Totollan, parecen dejarse mecer sincronizadamente por el espacio. El aspecto de medusas que tienen (un cuerpo o boca tras del cual parten más de diez tentáculos) refuerzan la idea de estar flotando. Es un gran alivio que no sean hostiles, pues da la sensación de que una sola de esas criaturas sería capaz de destrozar la nave solo con apresarla con sus largos apéndices. No han recibido ni una señal de comunicación por su parte ni reacción a su presencia: es como si ni siquiera vieran que los Sutharianos están por allí.
¿Habéis sacado imágenes desde este ángulo? -pregunta Mirkhet tras un rato de silencio. La bióloga Rald Wek de la División de Ciencias Sociales había pedido, entre otros muchos datos, imagen de todas las perspectivas posibles de los Beta Aliens. La Irsk Totollan no había rodeado a los alienígenas hasta ahora, por lo que esta perspectiva es inédita para los presentes.
¡Claro! Están en el repositorio de imágenes recientes -asegura Yopkur. Revísalas, selecciona las que consideres más adecuadas y mándalas junto a las demás a Bebak. Van a alucinar con ellas -aventura el ingeniero jefe.
Si ya alucinan con la humanoide, verás cuando vean a estas bestialidades de criaturas -añade Kojlyt, uno de los asistentes de Yopkur mientras apura el agua de un pequeño recipiente que porta. Si han creado un laboratorio espacial para que ella vuelque sus conocimientos, ¿qué tendremos que construir para estos mazacotes? ¿Un acuario del tamaño de un océano? -se pregunta entre risas.
No creo que muestren estas imágenes a la población. A mi me daría algo de miedo saber que estas cosas están dando vueltas por el cielo sin saber que son inofensivas -comenta Thudaj sin apartar la vista de su pantalla.
Pero ya se ha filtrado la noticia, la gente está como loca con los alienígenas. Primero la humanoide, que se hace llamar Monnobaki. Y ahora los Beta Aliens. Al parecer todo el mundo quiere conocerlos y ver sus imágenes -dice desde su puesto Forxaz.
La gente debería pensarse mejor abrir las puertas de par en par a una alienígena -dice Mirkhet para sí mismo, pero a un volumen suficiente como para que todos en la sala lo escuchen.
Pues la orden de ubicarla en un laboratorio espacial ha venido de la misma Coordinadora, así que tenemos que acatar la decisión -señala Yopkur sin vacilar.
Claro que la acato, pero no me gusta nada. No sabemos sus intenciones. ¿Y si una vez dentro del laboratorio se dedica a robarnos información y a transmitirla a su especie? ¿Qué sabemos de ellos? ¿Dónde están sus planetas? -pregunta en voz alta contrariado.
Sus comentarios atraen las miradas preocupadas de algunos asistentes, pero Yopkur no da tregua en su argumentación: Puedes tener tus dudas, Mirkhet, pero yo no juzgaría tan a la ligera las decisiones de la Coordinadora Vimas. Creo que sería mejor centrarse en revisar las imágenes recogidas y enviar cuanto antes a la División lo que tenemos -responde en tono serio. Acto seguido se dirige a sus dos asistentes y les espeta: Y nosotros debemos marchar ya. Vámonos.
Los tres miembros del otro equipo se giran y marchan en silencio, mientras Mirkhet tuerce el gesto molesto por la leve reprimenda y se sienta en su puesto, abriendo el repositorio de imágenes para seleccionar algunas y mandarlas de inmediato a Bebak.