Hola.
Sigo probando y disfrutando de Stellaris. He hecho un experimento y os cuento los resultados, a ver si me dais alguna idea.
Harto de soportar las apreturas y estrés que producen los Imperios Caídos y las Crisis, comencé una partida sin ellos, poniendo a cero la posibilidad de que aparezcan. Y probé subir el nivel de dificultad de “Alférez” a “Capitán”, que es el siguiente, como bien sabéis.
El juego comenzó como siempre, pero en seguida aparecieron en la galaxia imperios a patadas, algunos de potencia “abrumadora”, muy por encima de la mía. Lo malo es que eran agresivos militaristas, vecinos, y venían a por mí a muerte. Vamos, lo mismo que una Crisis o un Imperio Caído. Yo era el 12 en la lista de imperios, así que ya os podéis imaginar. Traté de aliarme con otros imperios, pero ni me miraron.
Volví a empezar otra partida igual que la anterior, sin Crisis ni Imperios Caídos, pero con nivel “Alférez”. A poco era yo el número 1 de la Galaxia. Pero el juego así pierde encanto.
Me hubiera gustado seguir la partida que comencé con nivel de dificultad “Capitán”. No me hubiera importado moverme entre tiburones, siempre que alguien hubiera sido mi amigo y aliado, y me hubiera ayudado para parar a las bestias que me rodeaban. Es decir, jugar a tope las cartas diplomáticas. Ya luego, si eso, hubiera buscado la forma de subir en un “divide et impera”, aprovechándome de las rencillas internas que siempre surgen entre los imperios. Mi objetivo no es ganar, ni conseguir “logros”, sino disfrutar de los intríngulis del juego.
Y aquí surge mi pregunta ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué me cuesta tanto que otros imperios sean mis amigos o acepten mis proposiciones? Parecía que el camino eran los tratados comerciales, para ir ganándolos poco a poco. Pero es que ni siguiera regalándoles sistemas completos te ganas su confianza. Por el contrario, desde que contacto con otros imperios, recibo propuestas a patadas: este quiere que hagamos un tratado comercial, aquel que permitamos la inmigración, el otro un intercambio de investigación, etc. ¿Por qué ellos pueden hacer estas cosas y yo no? Y mira que la “Tradición Diplomática” es la tercera que activo completa. Siempre digo que sí a todas las propuestas que me hacen (menos a convertirme en subordinado, salvo in extremis), nunca declaro rivalidades, ni cierro mis fronteras. Y mi forma de gobierno es xenófila a tope.
Eso sí, cuando eres grande y poderoso, parece que mejora la imagen y la simpatía que te tienen. Y algunos, por fin, quieren aliarse o federarse contigo, piden tu protección o ser tu aliado ¡Menuda tontería! ¡Para ese viaje no necesito alforjas! Hombre, cuando juegas con Crisis e Imperios Caídos, toda alianza es bienvenida.
Pero en general, los problemas diplomáticos los tengo igual, haya Crisis o no, sea grande, mediano o pequeño. No acabo de cogerle el tranquillo a esto. Sospecho que la “agresividad” es una pieza imperante en el diseño de Stellaris. Y el caso de que en la comunidad galáctica pueda sobrevivir un pequeño imperio, como sobrevive Luxemburgo en la CE, está fuera de lugar. Quizás sea la lucha salvaje la que predomina por encima de cualquier otra consideración.
A ver si alguien puede orientarme un poco. Gracias.
Saludos
Sigo probando y disfrutando de Stellaris. He hecho un experimento y os cuento los resultados, a ver si me dais alguna idea.
Harto de soportar las apreturas y estrés que producen los Imperios Caídos y las Crisis, comencé una partida sin ellos, poniendo a cero la posibilidad de que aparezcan. Y probé subir el nivel de dificultad de “Alférez” a “Capitán”, que es el siguiente, como bien sabéis.
El juego comenzó como siempre, pero en seguida aparecieron en la galaxia imperios a patadas, algunos de potencia “abrumadora”, muy por encima de la mía. Lo malo es que eran agresivos militaristas, vecinos, y venían a por mí a muerte. Vamos, lo mismo que una Crisis o un Imperio Caído. Yo era el 12 en la lista de imperios, así que ya os podéis imaginar. Traté de aliarme con otros imperios, pero ni me miraron.
Volví a empezar otra partida igual que la anterior, sin Crisis ni Imperios Caídos, pero con nivel “Alférez”. A poco era yo el número 1 de la Galaxia. Pero el juego así pierde encanto.
Me hubiera gustado seguir la partida que comencé con nivel de dificultad “Capitán”. No me hubiera importado moverme entre tiburones, siempre que alguien hubiera sido mi amigo y aliado, y me hubiera ayudado para parar a las bestias que me rodeaban. Es decir, jugar a tope las cartas diplomáticas. Ya luego, si eso, hubiera buscado la forma de subir en un “divide et impera”, aprovechándome de las rencillas internas que siempre surgen entre los imperios. Mi objetivo no es ganar, ni conseguir “logros”, sino disfrutar de los intríngulis del juego.
Y aquí surge mi pregunta ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué me cuesta tanto que otros imperios sean mis amigos o acepten mis proposiciones? Parecía que el camino eran los tratados comerciales, para ir ganándolos poco a poco. Pero es que ni siguiera regalándoles sistemas completos te ganas su confianza. Por el contrario, desde que contacto con otros imperios, recibo propuestas a patadas: este quiere que hagamos un tratado comercial, aquel que permitamos la inmigración, el otro un intercambio de investigación, etc. ¿Por qué ellos pueden hacer estas cosas y yo no? Y mira que la “Tradición Diplomática” es la tercera que activo completa. Siempre digo que sí a todas las propuestas que me hacen (menos a convertirme en subordinado, salvo in extremis), nunca declaro rivalidades, ni cierro mis fronteras. Y mi forma de gobierno es xenófila a tope.
Eso sí, cuando eres grande y poderoso, parece que mejora la imagen y la simpatía que te tienen. Y algunos, por fin, quieren aliarse o federarse contigo, piden tu protección o ser tu aliado ¡Menuda tontería! ¡Para ese viaje no necesito alforjas! Hombre, cuando juegas con Crisis e Imperios Caídos, toda alianza es bienvenida.
Pero en general, los problemas diplomáticos los tengo igual, haya Crisis o no, sea grande, mediano o pequeño. No acabo de cogerle el tranquillo a esto. Sospecho que la “agresividad” es una pieza imperante en el diseño de Stellaris. Y el caso de que en la comunidad galáctica pueda sobrevivir un pequeño imperio, como sobrevive Luxemburgo en la CE, está fuera de lugar. Quizás sea la lucha salvaje la que predomina por encima de cualquier otra consideración.
A ver si alguien puede orientarme un poco. Gracias.
Saludos