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unmerged(673)

Cronista Honorario
Jan 9, 2001
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PRECEDENTE:
Desde el año 830, los monarcas y señores cristianos fueron ganando territorio a los musulmanes de forma acelerada. Estos no pudieron dominar de forma efectiva mas que el 40% del territorio peninsular, y siempre mediante la ayuda de grandes contingentes militares que pasaban el estrecho.
A partir de 1212, fecha de la batalla de las Navas de Tolosa, el derrumbe musulman fue evidente, y las conquistas castellanas y aragonesas fueron liquidando la ocupacion musulmana que aun restaba en las tierras de Al-andalus.
Desde el magreb se veia con impotencia la arrogancia de los monarcas castellanos (Alfonso VI se arriesgó a llegar hasta Tarifa, en una fugaz cabalgada por territorio aún musulmán, para proclamar con orgullo el poder castellano tras haber metido su caballo las patas en las aguas tarifeñas), y en el segundo cuarto del siglo XIV los merinies (ibn merini) prepararon el enésimo asalto a la peninsula.
Tarifa tenía un valor estratégico militar extraordinario. Pero no sólo era cuestión de dominio territorial, sino también de símbolos. La posesión de esta ciudad representaría la superioridad del Cristianismo sobre el Islam. El objetivo era cerrar el estrecho.

INICIO DE HOSTILIDADES:
Enfrentamientos navales precedieron a la lucha en tierra.
La flota castellana patrullaba por el estrecho hundiendo o capturando cuanto barco sospechoso avistaba. Mas de 40 bajeles de Granada y del reino Hafsasie de Tunez fueron llevados como presas entre 1337 y 1339.
Ab-dul Hassan, el sultan meriní, construyo y armo en esos años una gran flota de naves y galeras (se estima en mas de 200), a pesar de que los espias castellanos llevaron a tiempo noticias inquietantes sobre el comercio de tablazon para galeras que realizaban naves hafsasies y venecianas en los puertos magrebies. El monarca y sus cortesanos desatendieron esas informaciones entre risas argumentando que quizas se dedicasen a un nuevo haren. El almirante castellano, Jofre Tenorio, sin embargo, las tomo en serio, y encomendo a su cámara de asistentes (rudimentario servicio secreto) de viajar en secreto al norte de africa e infiltrarse en los organos de decision merinies.Este servicio secreto estaba compuesto por una heterogenea amalgama de comerciantes judios, marineros , mozarabes renegados y mendigos.
Las informaciones recibidas son alarmantes. La flota merini es enorme en comparacion con la armada que puede fletar castilla en ese momento y un ejercito que ronda los 300.000 hombres espera el paso del estrecho. El monarca castellano, recibiendo aviso de que la invasion es inminente, ordena a Jofre Tenorio detenerla, pero el viejo almirante, a sabiendas que es un suicidio para sus naves y hombres, recala en alboran, abate velas y espera un momento propicio para hacer daño a la flota enemiga.
A la caida de la tarde, apresa 3 naves rezagadas de la primera oleada de invasion, que desembarca sin problemas en al-andalus.
Su flota regresa a Sevilla, donde algunos cortesanos envidiosos injurian la cobardia del almirante. Los corrillos donde se murmura la poca hombria del almirante llegan a oidos del rey y le exige explicaciones. Jofre calla y vuelve a puerto. Dedicido a morir o vencer, espiga de sus tripulaciones aquellos que tienen mujer e hijos y recluta de su propia hacienda voluntarios y presos.
Se hace a la mar con 17 galeras una oscura noche de abril de 1340 para no volver. Su encuentro con 193 bajeles merinies a los que se unen 16 galeras hafsasies del emir de Tunez desnivelan el encuentro en una proporcion de 12:1.
Tan solo 3 galeras castellanas escapan al desastre. Los supervivientes relatan que el almirante se interno al centro de la flota enemiga gritando combate singular con el almirante merinid, pero solo recibio los dardos y los abordajes de 7 galeras enemigas. Los castellanos lograron incendiar y hundir 8 naves merinies perdiendo 14 , 9 de ellas capturadas. Todos los marineros sin excepcion fueron ejecutados.

Aragón y Génova, viendo el peligro de los musulmanes, se unen a Castilla, juntando entre los tres una flota de veinte galeras.
Siguiendo la estrategia de Jofre Tenorio, se enfrentan a pequeños grupos de naves de forma victoriosa hasta conseguir el dominio del estrecho en cuestion de meses.
Capturan 13 naves merinies en aguas de estepona y en un audaz raid sobre algeciras consiguen quemar en el mismo puerto 27 galeras mas.

LA BATALLA DE EL SALADO
30 de Octubre de 1340.Los ejercitos cristiano y musulman se aproximan al río Salado. Africanos y granadinos tienen puesto sitio a Tarifa, plaza del Estrecho que se hallaba en poder de
Castilla, y en cuyo asedio se emplean piezas de artillería que los musulmanes llaman anfat. Alfonso XI habia convocado en Sevilla a prelados, caballeros y nobles del reino, acordando socorrer a Tarifa y solicitar el auxilio militar de Portugal y Aragón, declarando a su vez guerra de , por lo que varios contingentes (sobre todo ingleses) se presentan al mandado. Alfonso XI de castilla y Alfonso IV de Portugal lideran las huestes cristianas(60.000 infantes y 18.000 de caballeria). Yusuf I fi Gharnata y Abdul Hassán fil magrebiya las musulmanas con 160.000 infantes y unos 40.000 de caballeria.
Al frente este último vienen los benimerines que habían
atravesado el estrecho en numero elevado. Una flota aragonesa vigila el estrecho en cuidado que ningun refuerzo pueda acudir en ayuda de los combatientes merinies.
Varios altos dignatarios granadinos que acompañan el ejercito musulman se complacen en la grandiosidad de sus fuerzas y dan gracias a Alah por la jornada que van a presenciar.
Tras diversas escaramuzas de los cristianos que tienen como finalidad hacer salir a la vanguardia musulmana , logran finalmente que las tropas nazaries acepten el combate arrastrando un grueso de cerca de 30.000 hombres a campo abierto. La señal está dada: A una orden de Alfonso XI , la caballeria pesada portuguesa y de voluntarios choca contra la infanteria nazari que ha cometido el error y la aplastan sin piedad. Abdul Hassan envia al grueso de su caballeria a socorrerles y entonces el grueso del ejercito cristiano comienza un avance resuelto a rodear y exterminar la maxima amenaza merinid: su caballeria.
Ésta queda enredada entre las picas castellanas y las espadas de los caballeros de la primera oleada, disminuyendo en numero y fuerza con el paso de los minutos.
Abdul hassan, que ha estado dudando entre lanzar sus reservas o retenerlas para protegerle en una posible retirada, envia el rodillo de 90.000 infantes armados.
Pero Alfonso XI tiene guardado un as en la manga: 5000 caballeros con yelmo y celada y lanza larga que a duras penas pueden retener a sus caballos.
Parte esta carga en silencio, atronando el suelo los cascos de los caballos. Sin romper la formacion, como un muro de acero, enfilan a la infanteria marroqui que avanza por el llano en direccion al centro de la batalla.
Los africanos tan solo pueden ver una dama cadaverica vestida de negro que porta una guadaña....
Nada detiene un caballo de guerra lanzado a toda velocidad, nada detiene a 5000 de ellos formando un muro compacto....
La masacre es horrible. Miles mueren bajo los cascos. El resto es exterminado en la persecucion. Mientras tanto, la infanteria cristiana ha dado cuenta de la caballeria merinid y andan rematando a los supervivientes.
Los caballeros castellanos llegan al campamento de Abú-l-Hasan y lo destruyen pasando a cuchillo a cuantos encuentran allí, sin respetar vidas de mujeres y niños.La guerra en la españa medieval se rige por el ojo por ojo. Dos de las esposas de Abú-l-Hasan, Fátima y Aixa, son violadas por las tropas cristianas antes de que el rey castellano llegue para impedir ultrajes a los parientes del sultan .
Al terminar el dia Tarifa se ha salvado de su prolongado sitio.
8.000 cristianos yacen en el campo de batalla junto a los cuerpos de 105.000 merinies y nazaries.
Los castellanos no sólo logran recuperar el botín obtenido en sus correrías por tierras jerezanas, sino que también se apoderan de armas, provisiones y riquezas de valor incalculable de los mariníes, como cientos de volumenes de ciencia y medicina traducidos de los clasicos griegos. El príncipe Tasfin, hijo del sultán mariní, cayó prisionero. Después de saquear el campamento Abú-l-Hasan salvó milagrosamente su vida disfrazandose y escapando con varios miembros de su guardia personal.
Esta batalla supondrá el afianzamiento del dominio del estrecho por los castellanos. Tras el desastre, Yusuf I regresa apresuradamente a Gharnata mientras que Abu-l Hassan se refugia en al Djazira, desde donde cruza a Marruecos de noche burlando el bloqueo naval aragones.



CONCLUSION:
Revistió trascendental importancia, marcando un hito en la historia del Islam español.Los nazaríes venían practicando una política ocasional apoyándose en Castilla o en África, según aconsejaban las circunstancias de cada instante histórico
y consecuentemente habían de sufrir el peso de extrañas influencias. Alarmados por el creciente poder de los cristianos y a veces, impelidos por ambiciones territoriales que nunca quedaron totalmente satisfechas, los mariníes no sólo mantuvieron con carácter permanente milicias africanas en Andalucía, sino que los propios sultanes vinieron a
España con poderosos ejércitos para luchar contra la cristiandad. La batalla del Salado marca la última invasión africana y a partir de entonces la influencia mariní deja de gravitar sobre Granada.
Granada pudo haber caido entonces completando la conquista peninsular, pero los monarcas preferian cobrar vasallaje de un reino rico y comercial antes que desgastarse en una guerra que se preveia larga y habria supuesto 'matar' la gallina de los huevos de oro.
Una conquista en ese tiempo habria supuesto concentrarse en la conversion religiosa y/o las exploraciones maritimas, algo que historicamente acometio Portugal casi 100 años antes que Castilla.
 
Batalla del Salado según libro de 1860

Habiendo Abul Hassán, rey de Marruecos, apoderádose de Algeciras y Gibraltar, amenazando a España con una gran invasión, el común temor unió a los reyes de Castilla, Aragón y Portugal para resistirle; y aunque Jofredo con 27 galeras, 6 naves gruesas y algunos barcos, embistió a 250 velas africanas, destrozada la pequeña flota, nada se opuso al desembarque de un numerosísimo ejército musulmán, que se reunió con el rey de Granada. Alfonso IV el Benigno de Aragón juntó en Algeciras las flotas de Aragón, Portugal y Génova; el río Salado dividía los dos cuerpos, y la batalla se libró en 30 de Octubre 1340, en la que los cristianos consiguieron una victoria igual a la de las Navas, batiendo al rey de Granada y destrozando el ejército venido de Marruecos. Sitiada después Algeciras, hubo de rendirse tras 20 meses de cerco. Don Alfonso murió en la epidemia de Gibraltar de 1350.