CAPÍTULO 5: La Resurrección de San Esteban
5.1.- La secesión de Hungría
Un soleado 19 de Marzo de 1848 ocurría lo inimaginable en pleno corazón del Imperio. La poderosa águila imperial bicéfala de los Habsburgo, que hasta la fecha había contenido con éxito la ofensiva desde el norte y el sur por parte de los pueblos que buscaban su emancipación del antiguo régimen por primera vez recibía una herida certera: había perdido una cabeza.
Los húngaros, uno de los reinos más antiguos de Europa, se habían desvinculado del Imperio.
(el siguiente fragmento se halla extraído de wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_h%C3%BAngara_de_1848)
Tras la Batalla de Mohács en 1526, la corona húngara cayó en manos del monarca Fernando I de Habsburgo y a partir de ese momento, se sucedieron una serie de monarcas de dicha Casa que gobernaron distanciados de los intereses de la nobleza húngara y la gente húngara en general. Varias guerras de independencia conducidas por Príncipes húngaros de Transilvania como Esteban Bocskai y Gabriel Bethlen intentaron alcanzar la separación de la figura del monarca Habsburgo, pero estas resultaron todas fallidas.
El impulso recibido por el creciente nacionalismo húngaro en el siglo XIX fue calando paulatinamente en la sociedad húngara hasta que finalmente se dieron las circunstancias para la rebelión contra los Habsburgo. El Parlamento de Hungría fue reconvocado en 1825 para manera las financias. Un partido liberal surgió en el Parlamento, y se concentraban en proveer al campesinado simbólicamente ya que eran incapaces de reunir los requisitos mínimos para los trabajadores. Luis Kossuth surgió como líder de las clases bajas.
Luis Kossuth, padre de la nación húngara.
El 15 de marzo de 1848, un grupo de jovenes intelectuales húngaros reunidos en el cafe Pilvax en Pest, redactaron consignas y versos, asi como los 12 puntos para exigir más independencia de la corona de los Habsburgo.
El poeta Sándor Petőfi liderizaba a sus amigos intelectuales Mór Jókai, Pál Vasvári, Gyula Bulyovszky entre otros, quienes en conjunto comenzaron a recitar los 12 puntos y un poema de Petőfi conocido como Nemzeti dal (en húngaro: Tonada Nacional). Pronto avanzaron por las calles de Pest seguidos por una multitud de ingenieros, médicos, profesores y ciudadanos húngaros que continuaban dando a conocer las proclamas que pronto fueron reproducidas en una imprenta.
Impresión original de los 12 puntos demandados a Austria para conceder más autonomía a Hungría
De esta forma, la Revolución comenzó el 15 de marzo de 1848 con eventos poco violentos en Pest y Buda, seguido por insurrecciones a lo largo del reino, que permitió a los reformistas húngaros declarar la autonomía de Hungría dentro del Imperio Habsburgo, bajo el gobierno de Luis Kossuth y, como Primer Ministro, Luis Batthyány. El nuevo gobierno aprobó una serie de leyes reformistas denominads las "Leyes de Abril" que creaban un Reino Nacional Autónomo de Hungría con el Emperador Habsburgo como su rey. También se demandó que el gobierno húngaro tuviera el poder de recibir y gastar todas los impuestos que aumentaran en Hungría y que tuviera autoridad sobre los regimientos húngaros en el ejército Habsburgo.
Consciente de que seguían el camino a una posible guerra civil, los ministros del gobierno húngaro pretendieron obtener el apoyo de los Habsburgos contra Josip Jelačić, un conservador de Croacia-Slavonia, al enviar tropas al norte de Italia. Para términos de agosto, el gobierno imperial en Viena ordenó oficialmente al gobierno húngaro en Pest que terminara con planes para un ejército húngaro. Jelačić comandó militares contra el gobierno húngaro.
Con guerras atacando desde tres fronteras (contra los Croatas, en el Banato húngaro y en Transilvania), los radicales de Pest vieron una oportunidad. Sin embargo, el Parlamento emitió concesiones a los radicales en septiembre para prevenir que los eventos culminaran en confrontaciones violentas. Con complicaciones por una posible revolución en Viena, Austria aceptó la autonomía húngara. Sin embargo, luego de que la Revolución Austríaca fuera aplacada y de que Francisco José I sucediera en el trono a su tío Fernando I como emperador, Austria nuevamente se rehusó a aceptar la independencia de Hungría. La última confrontación entre Viena y Pest ocurrió ocurrió cuando el Conde de Lamberg asumió como general de todos los ejércitos en Hungría (incluyendo el de Jelačić). En respuesta al ataque hacia Lamberg al llegar a Hungría pocos días después, la corte imperial ordenó que se disolviera el gobierno y el parlamento húngaro. La guerra por la independencia comenzó.
(fin del fragmento extraído de Wikipedia)
La guardia de Cracovia, acorralada entre la guarnición austríaca que protegía la ciudad y los refuerzos imperiales que cruzaban el vístula, recibió la noticia de la independencia húngara con gran algarabía. Cuando la esperanza ya se había evaporado y ningún miembro de la guardia contaba con regresar nunca a casa, resulta que el imperio empezaba a fallar desde dentro.
Desde Varsovia, el rey Adam Jerzy, que no había abandonado la capital pese a las recomendaciones de buscar protección en San Petersburgo, dio un gran discurso dirigido a todos los polacos, en el cual habló de la "resurrección de San Esteban". De acuerdo con Jerzy, esta era una señal del cielo de que Dios ya no estaba con los déspotas de Austria, y que había llegado la hora de que los pueblos cristianos se emanciparan de la tiranía de algunos hombres.
La nueva nación de Hungría, bajo el mandato de Luis Batthyány como primer ministro, no tardó en establecer relaciones diplomáticas con el reino de Polonia, buscando realizar una cooperación mútua hacia la emancipación, además de formalizar una alianza anti-austríaca que permitiera tumbar de una vez por todas el gobierno de Von Metternich.
Conde Luis Batthyány, primer ministro húngaro
Sin embargo, pese a la euforia inicial, los acuerdos entre Polonia y Hungría se complicaron, ya que los húngaros tenían fuertes problemas internos y otras prioridades aparte de Polonia. Así, los intentos de Adam Jerzy de que los húngaros enviaran al menos un 40% de las fuerzas húngaras en la ayuda polaca para luego lanzar una ofensiva conjunta contra Viena fueron vanos. Hungría, pese a que consideraba que era indispensabe ayudar a Polonia para llevar adelante la revolución contra Austria, tenía como prioridad ayudar a los croatas, tradicionales integrantes de la corona húngara, a realizar su propia emancipación de los austríacos, con el objetivo de crear un reino satélite de los húngaros que abarcara los territorios de Croacia, Dalmacia y Eslavonia.
Así, mientras los húngaros financiaban alzamientos secesionistas en Croacia, ayudados muy de cerca por los ejércitos de los estados italianos, Polonia seguía cayendo en manos imperiales. Lódz había caído.
Sin embargo, aunque los húngaros no pudieron enviar ayudas militares a la acorralada Polonia, dos semanas después ocurrió el milagro.
Radom, una ciudad artesanal a 100km al sur de Varsovia, era el centro de abastecimiento de la guarnición imperial que asediaba la frontera con los dominios ducales de Varsovia. El gobernador de la ciudad no había tenido más remedio que bajarse los pantalones repetidamente contra los abusos austríacos, teniendo a la población local profundamente insatisfecha y con ansias de rebeldía contra los austríacos. Sin embargo la política imperial se había basado en el terror y en espectaculares ejecuciones públicas para mantener las ansias de rebelión bien calmadas.
Dice la leyenda que un día, desde el campanario de la Iglesia, un joven monaguillo que se disponía a dar las campanadas del amanecer, vio una nube de polvo en el horizonte. En un principio pensó que se trataba de refuerzos de la caballería austríaca. Sin embargo, se sorprendió al ver los estandartes que, en vez de poseer un águila bicéfala de Habsburgo, poseían otro águila igualmente de dos cabezas: el viejo escudo imperial bizantino.
Así, tocó la campana con más fuerza que nunca, y cuando el gobernador escandalizado acudió a la misma plaza donde medio Radom se congregaba, el joven gritó con todas las fuerzas que le permitieron los pulmones:
¡GOBERNADOR! ¡LLEGA LA CABALLERÍA DEL ZAR!
continuará...