12 de mayo de 1612 - La lengua catalana en la Roma de Alejandro VI
El catalán fue la lengua dominante en la curia romana durante los pontificados de Calixto III y Alejandro VI. Hojeando el libro editado por Zenia Sacks Da Silva,
The Spanish connection. Spanish and Spanish-American Lliterature in the Arts of the World, encuentro el artículo de Pina Palma "
The Spanish Muse in Italy: Tirante el Blanco, La vida es sueño and Don Quijote", donde leo unas palabras sugerentes haciendo referencia a que Rodrigo de Borgia se coronara Papa. La autora escribe: "Claramente, con el control del estado papal en vino la infiltración de las costumbres españolas en Roma, tal como ya había pasado en Nápoles. Calixto fue sucedido por su sobrino Rodrigo, el célebre Alejandro VI, en la corte papal cuya español se convirtió en la lengua oficial, tal como había pasado en la corte napolitana".
Aunque el autor diga explícitamente que la lengua oficial de la Curia del Papa Borgia fuera el español, y que hoy día todo identifique el español con el castellano, esto no era así en el siglo XV ni a principios del XVI. La prueba más evidente es que es universalmente conocido y comentado por todo erudito solvente que la lengua oficial tanto en la corte de Calixto III como de Alejandro VI era el catalán.
Así lo aseguraba el Padre Batllori en su estudio sobre "El catalán, lengua de Corte en Roma durante los pontificados de Calixto III y Alejandro VI", donde deja patente que se utilizó "el catalán como lengua de corte en la Roma de los Borgia" y que, esta "era la lengua de los familiares y de los más privados colaboradores de los dos pontífices, por lo que era respetada por otros cortesanos y por los oficiales de la curia pontificia".
Asimismo, tras constatar que en la curia también se usaban de forma normal el latín y el italiano, y de documentar un par de italianos que empleaban el catalán en tierras catalanas, innova que "salvo estos casos de italianos residentes en tierras de lengua catalana, no conocemos ninguna de un italiano que, en el palacio de Calixto III o de Alejandro VI, hubiera aprendido y practicado el catalán como lengua de corte". Y acto seguido remacha: "Pero el hecho de que éste fuera utilizado entre ellos por cortesanos y curiales provenientes de tierras de lengua castellana, o por el papa cuando ellos se dirigía, basta para poder hablar de ello como de una de las lenguas de la corte pontificia en aquellas circunstancias. Las dos cosas constan documentalmente en los tiempos de Rodrigo de Borgia como papa, lo que permite suponer que algo similar había podido ocurrir durante los de Calixto III".
Con todo, si tenemos en cuenta el número ingente de catalanes que tuvieron cargos en la curia de Calixto III y la gran cantidad que se relacionaron de forma indirecta, como se desprende del estudio y de las listas que nos proporciona Josep Rius y Serra, nada hace pensar lo contrario. Todo hace creer también que la lengua dominante en la corte de este papa Borgia fue, sin lugar a dudas, el catalán.
Lo ha visto así Ximo Company, que dedica un capítulo entero de su libro a tratar de "la lección lingüística de los Borgia" en Roma, donde nos recuerda que "Calixto III habló siempre, hasta que se murió en 1458, la lengua que un elevado número de habitantes del Reino de Valencia tomó prestada de los cristianos procedentes de Cataluña, esto es el catalán ". Según él, Alfonso de Borgia habló italiano en Roma, "pero sin descuidar nunca, ni un solo momento, el valenciano que aprendió con sus padres en Xàtiva". Y señala: "Recordemos, al menos, la energía con la que pronunció en valenciano su primer discurso como papa en contra del turco". Para acabar remachando decidido que, con Calixto III y, sobre todo, con su sobrino Alejandro VI, "en Roma, la lengua catalana jugaba casi el rol de lengua de Corte".
Un periodo que habría que volver a revisar, a estudiar, con el máximo de rigor y dedicación, pero no poniendo la lengua castellana ni la cultura de Castilla en medio de Roma y en medio de Italia, sino pensando en el alma de Cataluña: su gente, su lengua sus costumbres, su ropa, su cocina, su ciencia, sus hazañas, su historia, su filosofía, su religiosidad, su política, su literatura, sus artes. Todo eso que los catalanes de entonces llevaron a Sicilia, a Nápoles, a Roma, y a Italia en general, y del que sólo nos ha llegado el eco lejano – difuso, perdido, distorsinado – de que dos papas Borgia, en el Vaticano, hablaron catalán. O español.
A principios del siglo XVII, el papado se había convertido en uno de los enemigos mortales de la Catalunya Lliure y hacía ya siglos que formaba parte de la Entente Opresora. Era hora de solucionarlo.
Poco más que un paseo por el parque (de esos en los que entrenan nuestros pacíficos CDRs).
Primero, como de costumbre, se expulsa a los aliados del conflicto:
(OOC: Los convertí al protestantismo porque al ser electores, suponía activar la mecánica de las guerras de religión. No hubo demasiada suerte, pocos países se pusieron del lado protestante).
Y finalmente, la hora de reconocer las legítimas reclamaciones de la República Lliure de Catalunya.
IMPARAPLAS! SEGUIM!
Los que no están tan imparaplas son los castellanos. Tan mal están las cosas que...
Evidentemente lo rechazamos. Massa poc. Massa car.