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John Lambert
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Situación internacional (15 de febrero de 1688)


Inglaterra

-Puntos de Victoria: 7081

-Estabilidad: +2

- Badboy: 29,2/48

- Base de reclutamiento: 141

-Tesoro: 14098 ducados

-Cantidad de provincias: 257

- Rendimiento comercial: 114%

- Rendimiento de la producción: 99%

-Ingresos mensuales: 1179,08 ducados

-Inflación: 0,0%

- Centros de comercio: 9

- Manufacturas:

- 5 fábricas de equipo naval


- 1 academia de bellas artes


- 13 refinerías


- 4 fábricas
- Astilleros: 7

-Ejército:

- 181402 Soldados de infantería


- 88918 Soldados de caballería
-173 cañones

-Flota:

- 410 Buques de guerra


- 25 Transportes
-Tecnologías:

- Tecnología terrestre: Guerra de maniobras (31)


- Tecnología naval: Guerra de maniobras (31)


- Nivel de comercio: Liberalismo (8)


- Infraestructuras: Fábricas (8)
-Política interior:

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Comparativa de países

-País con más puntos de victoria: Inglaterra (7081)

-País con más inflación: O. Hospitalaria (67,2%)

-País con más ingresos mensuales: Inglaterra (1179,08 ducados)

-País con más rendimiento comercial: Inglaterra (115%)

-País con más rendimiento de la producción: Inglaterra (100%)

-País con mayor tecnología terrestre: Inglaterra (31)

-País con mayor tecnología Naval: Inglaterra (31)

Mapas del mundo conocido

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Europa


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Norteamérica


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Sudamérica


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África


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Asia


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Oceanía
 
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William III
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El Acta de Unión (1688-1702)


Guillermo de Orange fue coronado rey de Inglaterra el 15 de febrero como William III. Su derecho al trono era debido a que era nieto del desdichado Charles I, último rey Inglés antes de la proclamación de la república tras la guerra civil.

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En la nueva monarquía, el rey cedía mucho poder al parlamento, de modo que éste se aseguraba cierto control sobre el país y se evitaba el regreso del absolutismo de los tiempos de Charles I.
Con la coronación de William III, se unía el trono de Inglaterra y la regencia de los Países Bajos bajo una misma persona, lo que fue buen visto por todo el pueblo de Inglaterra.

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El ascenso al trono de William III significó el fin de la revolución inglesa. Durante cincuenta años, la nación se había transformado tanto política como socialmente. La clase burguesa ostentaba ahora el dominio económico de la sociedad, y gracias al gran poder del parlamento éstos también tenían el dominio político. Los días del antiguo régimen estaban llegando a su fin en la isla más grande de Europa y en ella estaba surgiendo un nuevo modo de ver la sociedad: el liberalismo. Uno de los padres del nuevo sistema fue John Locke, filósofo que en sus obras plasmaba los ideales de igualdad y libertad y que demandaba el fin de los absolutismos en Europa.

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Así, Inglaterra se estaba alejando cada vez más del resto de estados Europeos, que seguían estancados en las viejas ideas sociales y mercantilistas. El poder que la burguesía disfrutaba en sitios tales como Austria España o Suecia era tan irrisorio que su poder económico tampoco podía crecer al ritmo que de los burgueses Ingleses, que se enfrascaban en ambiciosos proyectos de industrialización.

La invención de la Máquina de Vapor por James Watt en 1691 dio un nuevo impulso a la construcción de fábricas: sólo en la década 1690-1700 se construyeron 11 grandes fábricas en el país, mientras que el desarrollo de nuevas técnicas de comercio pre-capitalistas permitió aprovechar al máximo la producción de las fábricas. La industria inglesa combinada con el comercio capitalista llevó a la ruina a millares de artesanos Europeos, cuyos productos no podían competir con los ingleses, mucho más baratos debido a la enorme producción.

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Si antes ya había sido indiscutible la superioridad económica inglesa, ahora ya era tan aplastante que Inglaterra sola producía más que toda Europa junta.

La creación del banco de Inglaterra en 1694 (el primer banco Central de la historia) y la adopción de la Libra Esterlina por parte de éste como moneda oficial convirtió a la divisa en la más segura de Europa, pues no paraba de aumentar su valor, mientras que en el resto del continente eran comunes las devaluaciones y las bancarrotas.

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El gran prestigio que ganó el país con todo ello fue vital en sucesos como el alzamiento nacionalista Egipcio del año 1695, en el que los rebeldes de Cataract prefirieron unirse a la nación inglesa antes de proclamar la independencia de Egipto.

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Mientras tanto, el resto de Europa seguía metido en sus asuntos dinásticos de los que Inglaterra tenía cada vez menos interés. La proclamación de Felipe de Borbón como rey de España el 1 de noviembre de 1700 tan sólo mereció la desaprobación de William III debido a las presiones Austríacas, pero sin llegar a nada más.

La casa de Borbón había caído bajo la protección española en la época de Carlos V tras la anexión de su ducado por Inglaterra y sus miembros habían sido Virreyes del Nueva Granada desde entonces. Austria había propuesto a Carlos de Habsburgo como sucesor, pero su candidatura había quedado descartada por el testamento de Carlos II. Austria entonces intentó ganar apoyo para su causa, pero al final desistió.

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Al reinado de William III ya estaba llegando a su fin, pero el hecho por el que sería recordado aún estaba por venir. El día 4 de Noviembre de 1701 se aprobó en los parlamentos de Inglaterra y Escocia El Acta de Unión, que proponía la unión de los reinos de Inglaterra y Escocia en uno sólo, así como la de sus parlamentos. Ése mismo día fue proclamado el Reino de Gran Bretaña. La bandera del mismo sería una unión de las cruces de San Jorge y la de San Andrés, creando una patria común para todos los británicos.
La muerte de William poco después acababa con uno de los mejores reinados de la historia británica.

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Inglaterra ha muerto. ¡Larga vida a Gran Bretaña!
 
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darioall said:
Umh... Exactamente ¿qué consecuencias tiene este cambio de Inglaterra a Gran Bretaña? ¿Líderes y reyes o alguna más?

Las consecuencias son las del evento:

-Centralización +1
-Estabilidad +1
-4 cores en Escocia
-3 provincias de Escocia cambian a cultura Inglesa
-Bandera más chula

Y ya está :D
El país oficialmente sigue siendo Inglaterra, no cambia como en Castilla->España
 
Dustz said:
Las consecuencias son las del evento:

-Centralización +1
-Estabilidad +1
-4 cores en Escocia
-3 provincias de Escocia cambian a cultura Inglesa
-Bandera más chula

Y ya está :D
El país oficialmente sigue siendo Inglaterra, no cambia como en Castilla->España
Joé menudo evento... si es que todo son ventajas, ninguna demasiado generosa, pero todas chachis... lástima que se quede una provincia con cultura gaélica... ¿y hay alguna condición especial? o llega con tener las cuatro provincias escocesas... Es que hace que no juego con Inlgaterra... buf... ni me acuerdo...
 
darioall said:
Joé menudo evento... si es que todo son ventajas, ninguna demasiado generosa, pero todas chachis... lástima que se quede una provincia con cultura gaélica... ¿y hay alguna condición especial? o llega con tener las cuatro provincias escocesas... Es que hace que no juego con Inlgaterra... buf... ni me acuerdo...

Creo que la condición es que tengas Escocia bajo tu poder, aunque no estoy seguro del todo
 
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Anne
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La última Estuardo (1702-1714)


A la muerte de William III le sucedió en el trono su cuñada Anne, que a la vez era también nieta de Charles I. La dinastía Estuardo volvía pues, a reinar en Gran Bretaña.

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El primer gran éxito del reinado de Anne sucedió al poco de subir al trono y fue protagonizado por uno de los más hábiles diplomáticos del país: John Methuen. Gracias a su astucia, consiguió persuadir al rey de Portugal para que realizara la firma de un tratado (el más corto de la historia, con tan sólo 3 artículos) que contemplaba la libre entrada de vino portugués en Gran Bretaña a cambio de la entrada de productos británicos (principalmente tela y lana) en el mercado Portugués.

Para Portugal, el tratado significó la ruina económica y la dependencia total de Gran Bretaña, pues pronto la tela británica, producida en grandes fábricas a un reducido coste, acabó con los productos nacionales de Portugal. En cambio, la entrada de vino Oporto en nuestro país no consiguió perturbar el mercado, ya saturado de vinos franceses y del nuevo mundo, también producidos en gran cantidad gracias a la producción masiva de las refinerías.

La dependencia económica acabó llevando a la dependencia política, y pronto el país lusitano se convirtió en un mero títere británico.

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Resultados del acuerdo. A la Derecha: la producción de vino británica era inmensa y el vino Portugués tuvo muy poco impacto.
Mientras, se empezaba a terciar un nuevo conflicto en el nuevo mundo. La expansión colonial había llevado a los colonos británicos a las orillas del Mississippi, río que frisaban por cruzar para continuar el avance hacia el interior, pues en 1700 ya había en Norteamérica unos 5 millones de colonos. El deseo de expansión para dominar nuevas tierras era, pues, poderoso y la gente no dudaba en arrebatar las tierras de caza y cultivo a los nativos de la zona. Al ocurrir esto, éstos realizaban incursiones y ataques contra los asentamientos coloniales, si bien luego llegaba el ejército y "pacificaba" la zona.
De este modo, la expansión continuaba, siendo los nativos los principales perjudicados y los británicos los vencedores. No fue hasta que se entró en contacto con la tribu Dakota (llamada Sioux por los colonos) que se encontró una verdadera resistencia a la colonización. Tras algunos intentos de fundar asentamientos en sus tierras, éstos contraatacaron con una de las mayores incursiones nunca realizadas: cerca de 5000 personas fueron asesinadas y dos ciudades fueron saqueadas.

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Grupo de guerreros Dakota
Ante tal masacre, el gobierno británico en América del Norte decidió invadir el territorio Sioux como represalia para luego expropiarles las tierras y cedérselas a ciudadanos británicos.

Tras realizar algunos reclutamientos en las más pobladas colonias costeras, se formaron cuatro nuevos ejércitos que se desplegaron a través de la orilla este de Mississippi, frontera con los Dakota. Dos de ellos realizarían la invasión, mientras que los otros dos los reforzarían en caso de ser necesarios.

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Despliegue de las fuerzas británicas
En Marzo de 1710 se envió un emisario para que haciera entender a los Dakota que les declarábamos la guerra, y el 15 de ese mismo mes las Casacas Rojas empezaron a penetrar en territorio enemigo.

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Dirección del avance británico
El primer encuentro entre los ejércitos de ambos contendientes se libró en Iowa, donde los indios fueron masacrados por el fuego británico. A continuación se avanzó hacia Minnesota y se tomó la capital enemiga. Mientras, por el norte, se tomaba Duluth y tropas de refresco acudían a reforzar a las caídas por el desgaste. Mesabi cayó apenas cuatro meses después de iniciar la conquista, poniendo fin al conflicto.

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Territorio británico en América tras la anexión de los territorios Dakota
Gracias a las tácticas aprendidas en la guerra se mejoró el equipo de las tropas y se modificaron las tácticas de reclutamiento para lograr la mayor eficiencia posible. Asimismo se mejoraron los cascos de los buques para que aguantaran largas travesías y no tuvieran que regresar periódicamente a puerto.

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Al morir Anne sin descendientes en Agosto de 1714 se extinguió la dinastía Estuardo. Subió entonces al trono George I, de la dinastía Hannover y antiguo regente de los territorios británicos en Alemania, por ser el pariente más próximo a la difunta monarca.

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traskott said:
Y ahora ¿ cual es tu siguiente objetivo ?

Ahora mismo mi objetivo es irme enriqueciendo aún más y conquistar el Imperio Inca, ahora que mis tropas son buenísimas y mis barcos rapidísimos. Aunque soy riquíssimo (ya gano casi 2000 ducados al mes) y estoy investigando a una velocidad exorbitante (en 1714 tengo 41/41/9/9, una pasada, y más teniendo en cuenta que tardé sólo dos años para investigar infra 9 :wacko: ) quiero ganar aún más ventaja respecto al resto de países.

Luego quiero ir bajando el Badboy y mantenerme en paz hasta 1760, cuando me salga George III. Seguiré construyendo fábricas hasta 1750 y entre 1750-1760 como seguramente ya lo habré investigado todo dedicarme a construir centros de reclutamiento a saco.

A partir de entonces quiero hacer una serie de guerras de yo contra un montón (aunque sin llegar a los extremos de Darioall) para conquistar todo lo que marqué en el principio y aún no tenga.
 
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George I
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Sir Robert Walpole (1714-1728)


George I fue coronado rey de Gran Bretaña el 10 de octubre de 1714.

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El nuevo rey, de la dinastía Hannover, se mostró poco capaz de gobernar un imperio tan poderoso y vasto como el británico, que nada tenía que ver con el principado de Hannover (que agrupaba todos los territorios británicos en Alemania) que hasta entonces había regido. Además, George I no hablaba del todo bien el inglés, lo que a veces lo ponía en ridículo ante sus súbditos.

Todo esto fue aprovechado por el conde escocés de Mar, que tan sólo un año después de la llegada del rey al poder organizó una rebelión el Escocia para traer de vuelta al “viejo pretendiente” de la dinastía Estuardo, James III. Pese a que inicialmente la “rebelión de los quince” consiguió dominar la mayor parte del territorio escocés, el alzamiento fue rápidamente aplastado y el conde de Mar y James III se tuvieron que exiliar.

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En 1719 el “viejo pretendiente” organizó con mucho menor éxito una nueva revuelta en Escocia que apenas consiguió reunir 1000 hombres y fue aplastada con facilidad.

La simpatía que mostraron algunos miembros del partido parlamentario Tory ante los jacobitas provocó que el rey empezara a desconfiar de ellos y que el poder durante la mayor parte de su reinado estuviera en manos de los Whigs, cuyo mayor exponente fue Sir Robert Walpole.

Este político había sido depuesto unos años antes antes tras varios escándalos, pero tras la llegada de George I al poder consiguió recuperar su puesto y convertirse en ministro de Hacienda en 1721, si bien en la práctica se convirtió en primer primer ministro británico. Gracias al soborno, dominó la política inglesa de 1721 a 1742 y en los últimos años de George I el poder de facto estuvo en sus manos.

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It was Walpole
Las excelentes políticas económicas y comerciales que llevó a cabo durante sus primeros años de gobierno dieron como resultado crecimientos de cerca del 5% anual durante la década 1720-1730 y el dominio absoluto de los más importantes centros comerciales del mundo, que se llenaron de productos británicos. Ahora la influencia británica ya llegaba a extremo oriente, y poco a poco las economías del mundo entero iban cediendo ante la aplastante superioridad británica.

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El dominio económico británico siguió creciendo a un ritmo vertiginoso, tanto en Europa como en el resto del mundo
Pero en 1728 estando en la cima de su poder, Walpole no pudo evitar la llegada de una de las mayores epidemias de peste de la historia británica, por la cual murieron más de 20.000 personas en menos de un año y eso en una época en la que la medicina estaba ya muy avanzada y se creía controlada la enfermedad.

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George I tuvo la mala suerte de ser afectado por ella durante un viaje a Hannover, y debido a su ya avanzada edad (68 años) acabó sucumbiendo y falleciendo en la misma ciudad que le vio nacer, Osnabrück.
 
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George II
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El camino hacia la guerra (1a parte)(1728-1741)


A George I le sucedió su hijo George II, muy versado en artes militares y que llevó a cabo una política exterior muy agresiva que fue la una de las causas de los acontecimientos ocurridos durante las siguientes décadas.

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Ya hacía más de un siglo que nadie osaba plantar cara a Gran Bretaña, puesto que la superioridad económica, militar y tecnológica alcanzada por la primera potencia mundial era tan extrema que toda acción llevada contra ella estaba destinada a fracasar.

Así pues, el resto de Europa actuaba simplemente como si el reino británico no existiese; las fronteras inglesas en Europa se mantenían estables desde hacía ya más de un siglo y salvo algunas reclamaciones españolas, a nadie le importaba que se mantuvieran así indefinidamente.

Europa se mantenía en paz desde hacía ya mucho tiempo; desde la monumental guerra de los diez años que no había habido otro gran conflicto. Es cierto que había habido guerras puntuales, principalmente en Alemania, donde los últimos estados independientes habían sido absorbidos por Austria, Venecia, Polonia y Holstein, pero no había habido enfrentamientos entre grandes potencias desde entonces.

La paz no se truncó hasta 1728, año en que el Imperio Ruso, bajo el mando del Zar Pedro II, atacó a una desprevenida Polonia ya en decadencia. El predecesor de Pedro II, Pedro I, había modernizado el país, aumentado el ejército y preparado el imperio para lanzarse a la conquista. La Rusia que entró en guerra en 1728 ya nada tenía que ver con la de 50 años antes, lo que quedó patente cuando empezó su ofensiva: en tan sólo medio año, los ejércitos polacos fueron destruidos y se puso sitio a Tula y Tver.
Tras los espectaculares éxitos iniciales rusos, Suecia decidió intervenir, puesto que una victoria rusa sobre Polonia amenazaría su posición de potencia del norte, cosa que Federico I de Suecia no podía permitir. En la primavera de 1729, Suecia atacó Rusia, conquistando la Finlandia rusa y poniendo sitio a San Petersburgo. Las tropas rusas, aunque sorprendidas, lograron contraatacar y liberar la capital, tras lo cual avanzaron hacia Estonia y Livonia.
Los posteriores intentos suecos de penetrar en el país enemigo fueron desbaratados, mientras que las ciudades polacas seguían cayendo una detrás de otra. Ante la imposibilidad de conseguir éxitos, “El León del Norte” decidió retirarse del conflicto en 1731. Al producirse la retirada Sueca, Polonia, al verse sola, se rindió, entregando las ciudades de Tver y Tula a Rusia.

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Operaciones militares durante la “Gran Guerra del Norte” (1728-1731)
La victoria Rusa en la “Gran guerra del norte” tuvo la consecuencia de convertir a aquél país en la principal potencia norteña, y aumentar el prestigio del ejército ruso, así como la confianza en su país del Zar, que volvió entonces la mirada hacia las estepas de Siberia. La conquista de Sibir en 1735 abrió las puertas del norte de Siberia a los conquistadores, que empezaron a internarse, cada vez más profundamente, en ella.

Durante el siguiente lustro la paz volvió a Europa.

En Gran Bretaña, George II, influenciado por su primer ministro Sir Robert Walpole, decidió llevar a cabo una gigantesca operación militar para lograr la conquista del imperio Inca. Con ello planeaba explotar sus riquezas y conseguir presencia en América del sur, por donde España se había mostrado especialmente activa con la colonización de la Patagonia.
Se quería que la operación fuera rápida y que acabara en éxito, por lo cual se reclutó una escuadra de invasión de enormes proporciones, formada por más de 150.000 hombres y casi 200 de los nuevos buques de tres cubiertas, que se iban a estrenar en la travesía.

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La escuadra lista para partir
En verano de 1736 la armada, cargada de tropas, zarpó rumbo a las costas Pacíficas de Suramérica. Tras sólo tres meses de viaje, la rápida formación alcanzó su objetivo, y en invierno del mismo año todo estaba listo para empezar el ataque.

Un embajador fue el encargado de transmitir la declaración de guerra al Inca el mismo día que empezaban los desembarcos. La invasión se llevó a cabo con una rapidez excepcional, en apenas cinco meses la mayor parte del territorio pagano había sido invadido y los restos del ejército inca se habían refugiado en el lago Titicaca, donde se libró a cabo una última batalla entre las tropas incas y un ejército británico siete veces más pequeño.

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Gracias a la enorme supremacía tecnológica se consiguió la victoria y tras la caída de la ciudad el imperio fue anexionado.

La conquista de éste nos daba el control de una gran cantidad de puertos y nos convertía en la potencia hegemónica de América del Sur. Además, nos permitía explotar las riquezas de la región y vigilar la expansión hispana por la Patagonia.

Con el fin de conectar por tierra las nuevas conquistas con las Guayanas y Brasil, se promovieron expediciones con el fin de explorar el cauce del amazonas así como Argentina y Colombia. Tras conseguir los mapas, se procedería a colonizar las regiones en una siguiente fase, aunque ésta aún tendría que esperar unos años.

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Las nuevas posesiones en América del sur
Más o menos al mismo tiempo que las casacas rojas invadían al imperio Inca, estalló un nuevo conflicto en Europa, que enfrentó a Austria contra una poderosa alianza formada por España, Venecia, El Papa, Holstein, Polonia y Suecia.
El origen del conflicto debe buscarse en la cuestión sucesoria de la casa de los Habsburgo, pues Carlos VI, emperador y Archiduque, nombró como sucesor a su hija María Teresa (según la pragmática sanción de 1713). Aunque al principio aquello fue aceptado por el resto de potencias europeas, pronto aparecieron otros pretendientes, que buscaron apoyo en otros países.

La invasión de Silesia por parte de Polonia en 1736 provocó la reacción Austríaca y el estallido de la guerra. Seguros de su victoria, la alianza lanzó al grueso de sus ejércitos en una gran ofensiva que se plantó a las puertas de Viena, y que de haber triunfado, habría acabado con el conflicto en menos de un mes. Los ejércitos austríacos, sin embargo, reaccionaron a tiempo y frente a Viena infringieron una dura derrota a las tropas aliadas, que perdieron más de 100.000 hombres. Los soldados austríacos, mejor equipados, pasaron entonces al ataque y reconquistaron gran parte de las ciudades perdidas en la ofensiva enemiga.

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María Teresa I de Austria
La derrota de Viena coincidió con la rendición Inca en Suramérica, poniendo a España en un aprieto. Era bastante evidente para la corte ibérica que aquello era el preludio de una invasión del virreinato del río de la plata, pero tras la pérdida de un cuarto de su ejército en la capital austríaca España no podría oponer resistencia en caso que se produjera. Además, había que sumar que el imperio Inca había intentado ser invadido por tropas hispanas más de una vez, invasiones que habían acabado en grandes derrotas. La indignación que causó aquello entre la población española provocó un resentimiento frente a los británicos, el cual que fue una de las causas del accidente de la oreja del Capitán Jenkins, ocurrido en el Caribe en 1737.

El suceso, ocurrido entre los guardacostas españoles y un contrabandista inglés, Robert Jenkins, acabó con Jenkins sin oreja, y con la amenaza de los guardacostas de hacerle lo mismo al rey británico si aparecía por allí. El caso fue denunciado en el parlamento por Jenkins, y Robert Walpole no tuvo más remedio que ordenar la realización de represalias.

El primer ministro planeó una serie de ataques en las posesiones españolas en el Caribe con el fin de saquearlas y vengar la afrenta realizada a Jenkins y al rey. Aprovechando que el grueso del ejército español estaba luchando en Europa y que la mayor parte de las tropas enemigas desplegadas en América estaban defendiendo el virreinato del río de la plata (donde España creía que se podría realizar un ataque), una sola escuadra podría realizar todo el trabajo, ya que no se planeaba declarar la guerra formalmente, sólo dar un toque de atención.

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Las operaciones empezaron en 1739 con la partida del puerto de Belice de una flota de 150 buques cargada de más de 30.000 hombres, bajo el mando del almirante Edward Vernon. El plan de Walpole se puso entonces en funcionamiento. El ataque realizado sobre Puerto Bello en Noviembre marcó el inicio de la contienda y provocó quejas por parte de España, que fueron ignoradas. Los siguientes ataques lograron éxitos semejantes, realizados contra Cuba y Panamá. Walpole podía estar satisfecho por entonces, la cantidad de bienes robados compensaba con creces el coste de las acciones y España no se atrevía a empezar una guerra formal.

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Operaciones militares durante la “Guerra de la oreja de Jenkins” (1739-1741)
Gracias a los éxitos conseguidos se planearon entonces nuevos ataques, el primero de los cuales se dirigiría a Cartagena de las Indias, ciudad que se creía casi indefensa. Edward Vernon contaría con 186 naves y 28.000 hombres, mientras que las defensas españolas se calculaban en menos de 3.000 soldados y 6 navíos.

Así pues, unos meses más tarde, cuando Walpole fue informado del resultado de la batalla, no pudo creer que Cartagena hubiese resistido y que se hubiesen perdido 50 barcos y más de 20.000 hombres. El fracaso de la operación le motivó a cancelar todos los ataques planeados y a acabar con la "Guerra de la oreja de Jenkins".

Por parte española, la victoria en la batalla de Cartagena hizo ver al país que Gran Bretaña no era invencible, y que si se le podía ganar en una batalla, también se le podría ganar en una guerra...
 
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Por parte española, la victoria en la batalla de Cartagena hizo ver al país que Gran Bretaña no era invencible, y que si se le podía ganar en una batalla, también se le podría ganar en una guerra... [/FONT][/SIZE]
Estarás de coña. Demuéstrales a esos morenos con bigote lo que vale una oreja de inglés.:D
Por cierto, que buena jugada lo de los incas. Me tardaba un poco, la verdad. Los paganos hay que arrasarlos a todos cuanto antes y con cierta regularidad, para poder irles enviando misioneros a buen ritmo. A estas alturas no sé si podrás convertir todo el oro peruano al buen credo anglosajón... ahí se va a disipar bastante dineros...:( En cualquier caso, una guerra bien planeada y bien ejecutada, además de jugosa en los beneficios :)
 
Estarás de coña. Demuéstrales a esos morenos con bigote lo que vale una oreja de inglés.:D

Que los españoles crean lo que quieran, yo les ownearé igualmente, pero es que sin esta batalla no se atreverían a montar la que montarán en un futuro :D.

Por cierto, que buena jugada lo de los incas. Me tardaba un poco, la verdad. Los paganos hay que arrasarlos a todos cuanto antes y con cierta regularidad, para poder irles enviando misioneros a buen ritmo. A estas alturas no sé si podrás convertir todo el oro peruano al buen credo anglosajón... ahí se va a disipar bastante dineros...:( En cualquier caso, una guerra bien planeada y bien ejecutada, además de jugosa en los beneficios :)

Si que he tardado mucho, quizás demasiado... :( Aún así espero tener un buen número de provincias convertidas antes de que se arme el pollo. Y de todas formas es un montón de dinero más al mes que gano :rolleyes:
 
No es por fastidiar, pero tu George III te ha salido con una cara de pasmo. Cásalo con Maria Teresa, que otra que también tiene cara de jota...:rofl:
 
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George II
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El camino hacia la guerra (2a parte)(1741-1751)


Tras la poco fructífera Guerra de la Oreja de Jenkins, regresó la paz para Gran Bretaña. A partir de entonces se decidió realizar una total política exterior anti hispana, que se reflejó en el apoyo concedido a María Teresa en su guerra de sucesión.

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Gracias al mejor equipo de los soldados de los Habsburgo, se habían empezado a suceder los éxitos de los soldados austríacos, que ya no sólo conseguían defender su territorio sino que habían pasado a la ofensiva, avanzando por el Tirol y Sajonia. Las tropas aliadas, pese a contar con superioridad numérica, eran ya incapaces de frenar el avance de los Habsburgo y aún menos de lanzar una ofensiva.

Así pues, cuando María Teresa propuso una paz blanca a cambio de asegurar su sucesión, los reinos de la alianza ibérica tuvieron que aceptar a su pesar.

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Movimientos durante la guerra de sucesión austríaca (1736-1741)
La firma de la paz acabó con una turbulenta década de conflictos y marcó el inicio de otras dos más pacíficas pero cargadas de tensiones entre potencias.
Durante esos años, Gran Bretaña siguió aumentando su poder económico, desarrollando nuevas teorías capitalistas y mejorando el sistema de comercio.

El aumento de la producción fue tan grande que algunos aseguraron que se había llegado al límite del conocimiento humano en materia de economía. Gran Bretaña ya se había convertido completamente en una sociedad industrial moderna.

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Pero en la nueva sociedad surgida de la industrialización también había problemas: las desigualdades entre burgueses y el resto de la población empezaron a quedar patentes muy pronto, con lo que los alzamientos obreros que reclamaban más derechos empezaron a ser comunes. El ejército, que defendía los intereses de la burguesía, acababa con las huelgas y manifestaciones, pero a mediados de la década 1740 ya era evidente que existía un gran descontento social entre la población.

Y en este clima de crispación, apareció de nuevo Charles III, “el nuevo pretendiente” Estuardo (hijo de James III “el viejo pretendiente”), que organizó una nueva rebelión jacobita en Escocia prometiendo su apoyo a los trabajadores en su lucha contra la burguesía. Pero al realizar esta promesa perdió el apoyo que hubiera podido tener por parte de la burguesía, y al carecer de soporte económico, su ejército, mal armado y equipado, fue derrotado por las casacas rojas.

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En las acciones llevadas a cabo contra los ejércitos jacobitas, se aprovechó para mejorar las tácticas militares y el equipo de los soldados, lo que culminó en mejores fusiles y cañones y unos uniformes más vistosos y lucientes, que servían para desmoralizar al enemigo.

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Deseoso de probar el rendimiento del nuevo armamento, el parlamento británico decidió invadir el territorio de los navajos, que separaba los territorios británicos de la costa oeste americana con los de la este, para además adecuar a los soldados a los nuevos procedimientos.
Durante 1749 se fueron desplegando una serie de ejércitos por la frontera, sumando en la fecha marcada para la invasión 15.000 hombres. La campaña fue, como se había previsto, un paseo militar que duró menos de un mes, y que consiguió los objetivos establecidos.

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Movimientos de las tropas británicas
Así pues, además de conectar las dos costas norteamericanas por tierra, la campaña sirvió para comprobar la efectividad de las nuevas armas.

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De nuevo, y como en el caso de los incas, España expresó sus quejas ante nuestro expansionismo, y de nuevo no fueron escuchadas. Fue tras la campaña navajo que los ibéricos decidieron que aquella vez sería la última que se quedarían de brazos cruzados ante el expansionismo inglés.
 
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George II
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El camino hacia la guerra (3a parte)(1751-1760)


La política exterior que llevaba George II, de controlar todos los movimientos de los otros países y contrarrestarlos cuando fuera necesario, empezaba a estar mal vista no sólo por las otras naciones (como era el caso de España) sino también por algunos intelectuales nacionales, como David Hume, un filósofo escocés que investigaba como se conseguía el conocimiento.

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Estos intelectuales avisaban que una política como esta, de control sobre el resto con el fin de evitar que éstos se hicieran lo suficientemente poderosos para derrotar al país, sólo podía llevar a la unión del resto de estados contra Gran Bretaña, así como la creación de cada vez más enemigos. La mayoría opinaban que lo mejor sería regresar a la política que tan bien había funcionado durante todo un siglo: aislacionismo e intervenir muy esporádicamente. Pero estos consejos caían en el vacío y el país se enfrascaba cada vez más en el intervencionismo.

Un caso de esta agresiva política exterior fue el que aconteció en la India, donde el Imperio Otomano decidió acabar con un siglo de vasallaje y anexionar formalmente al sultanato de Delhi, para luego emprender una guerra contra Persia por la posesión de Asia Central.

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Nuevas posesiones otomanas en Asia
Como respuesta, el gobierno británico decidió nombrar a Warren Hastings principal dirigente de la Compañía de las Indias Orientales, el cual consiguió frenar la influencia otomana en la India e imponer la británica mediante agresivas políticas. Manteniendo un gran ejército en la India, evitó por puro miedo que el Imperio Otomano intentase invadir Bengala, si bien cuando llegó la hora de la verdad esta política acabó provocando una alianza sacrílega entre turcos, indios y chinos contra Gran Bretaña.

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Arriba a la derecha: La East India House, sede de la compañía. Abajo a la derecha: Bandera de al compañía

En 1757 ocurrió un hecho decisivo; William Pitt el Viejo se convirtió en primer ministro británico.

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Pese a que no veía mal las políticas agresivas que realizaban George II y el parlamento, sabía las consecuencias que podían derivar de ellas, lo que le llevó a realizar un re militarización del país, con el fin de protegerlo en caso de producirse una alianza anti británica.

Pitt no era partidario ni de la cantidad ni de la calidad, prefería un enorme ejército bien entrenado y equipado, pero aún así decidió frenar el desarrollo de nuevo armamento, ya que consideraba que la técnica militar británica había llegado a tal punto de perfección que no era necesario intentar mejorarla, pues para él era imposible. Para él, la calidad del ejército en caso de guerra ya estaba asegurada.

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Pero en cambio, consideraba que faltaba cantidad, mucha cantidad. Según sus cálculos, para poder realizar una buena defensa/ataque en caso de que el imperio fuese atacado por todos las fronteras que poseía, era necesario contar con al menos 1 millón y medio de soldados, mientras que en 1757 el ejército regular estaba formado por apenas 35 divisiones (un nuevo tipo de unidad formada por 10.000 hombres, ideada por el mismo Pitt), unos 350.000 soldados.

Por tanto, decidió utilizar todos los recursos de los que disponía el país para crear centros de reclutamiento por toda la metrópoli. Estos centros, aunque enormemente caros de construir, permitían, a través de un exhaustivo recuento de la población en las regiones en las que se construían, exprimir los recursos humanos del país al máximo.
A mediados de 1759 se acabó de construir el primero en Londres, la semana siguiente entró en funcionamiento el segundo en la ciudad industrial de Birmingham y muchos más se estaban construyendo en aquél momento.

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Construcción masiva de centros de reclutamiento
A principios de 1760 se habían acabado ya 20 y los resultados no podían ser mejores; se tenía contabilizado que se disponía de casi el doble de recursos humanos que antes (271), y el ejército había aumentado su tamaño en 50.000 hombres. Pitt calculaba que al cabo de 5 años se habrían construido centros de reclutamiento por todos los Países Bajos y Francia, y que al cabo de 10, todas las ciudades europeas bajo el yugo de la corona británica tendrían uno. Entonces se procedería a realizar levas masivas y con suerte en 1775 el ejército podría tener las 150 divisiones deseadas.

Pero por desgracia para Pitt, la guerra iba a empezar antes de 1775.
 
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Bueno, ahora empieza el tramo final del AAR, con 60 años de guerra casi ininterrumpida y con eventos de cosecha propia, para tratados, alianzas, declaraciones de guerra, etc.:eek:o

Por tanto a partir de ahora voy a invalidar la regla de no pasarme de BB, porque me voy a pasar seguro :D
 
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George II
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El tratado de Lisboa y el estallido de la guerra (1760)


El tratado de Lisboa, firmado el 15 de octubre de 1760 por George II de Gran Bretaña y José I de Portugal, ponía fin a medio siglo de vasallaje portugués, incorporando formalmente el país lusitano a Gran Bretaña.

El tratado no era nada más que otro ejemplo de la política expansionista de George II, y tenía el objetivo de aislar España, tanto en Europa como en el río de la plata (gracias a la adquisición de Brasil).

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Las reacciones al tratado no se hicieron esperar.

Por un lado, a la población portuguesa no le hizo demasiada gracia el perder su independencia y convertirse en británicos sólo porque su rey había firmado un papel, y reaccionaron alzándose en armas y levantándose contra el yugo británico. Las pocas guarniciones que habían empezado a desembarcar fueron arrolladas por la enorme superioridad numérica rebelde.

Por otro lado, Carlos III de España vio claramente que el objetivo de aquel tratado no era más que el de aislar a su país, y decidió actuar en consecuencia.

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Aprovechando el caos que reinaba en Lisboa y que el rey George II aún se encontraba allí, decidió devolver la jugada a los británicos, ordenando a sus agentes de confianza que asesinaran al rey inglés. De tener éxito, Gran Bretaña acusaría a España de la autoría del ataque, pero si se conseguía no dejar pruebas a ojos del resto del mundo podría haber sido atacado por un grupo de rebeldes portugueses. La reacción británica más probable sería la guerra, así España no quedaría como agresora y sería más fácil encontrar apoyo.

Así pues, el día en que George II se dirigía al puerto para marchar de regreso a Gran Bretaña, un hombre de entre la multitud le disparó y le mató, para luego pegarse un tiro a la cabeza. Pese a que iba vestido de paisano portugués y no llevaba ningún tipo de señal, el espionaje británico averiguó su procedencia española. George III, hijo de George II y nuevo rey de Gran Bretaña, actuó en consecuencia amenazando a España con la guerra si no admitía su autoría en el atentado.

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George III, nuevo rey de Gran Bretaña
Así pues, todo lo planeado por Carlos III se cumplía; con las amenazas de guerra Gran Bretaña parecía querer atacar sin tener ningún tipo de casus belli, pues no había pruebas de que el asesino fuese Español.

El 29 de octubre Carlos III realizó entonces el último paso: movilizar las tropas y contestar a las amenazas con la guerra, para conseguir tener la iniciativa en los primeros días del inevitable conflicto.

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Junto con España entró en guerra toda su poderosa alianza, formada (además de por España) por Suecia, Polonia, Venecia, el Papa, Holstein, Curlandia, Moldavia, Noruega y la Orden Hospitalaria.
Además, inmediatamente después de estallar la guerra la red diplomática ibérica se puso en funcionamiento.

Sus primeros intentos fueron encaminados a la alianza con Austria (el país con el segundo ejército más moderno de Europa) pero María Teresa aún guardaba rencor por su guerra de sucesión, y decidió permanecer neutral. Con el imperio Otomano las negociaciones fueron más fructíferas, y el día 15 de noviembre nos declaró la guerra junto a Bengala, Brunei y China.

Rusia fue un caso aparte, ya que consideraba Suecia y Polonia sus enemigos naturales, y además estaba teniendo dificultades para la colonización de Siberia septentrional. Pese a todo, también consideraba Gran Bretaña un peligro, y decidió entrar a cambio de ciertas concesiones territoriales frente a Polonia y Curlandia. Presionado por España, Polonia cedió, entregando varias ciudades arrebatadas a Rusia en anteriores guerras, así como algunas que la Zarina reclamaba desde hacía tiempo. Finalmente, Rusia y Georgia nos declararon la guerra el 1 de diciembre.

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Ganancias territoriales rusas

Gran Bretaña pues, se había encontrado en guerra contra medio mundo casi de la noche a la mañana, con el proceso de re militarización de Pitt a medias y con una gran parte del país aún indefensa.

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Bandos enfrentados. En Rojo, Gran Bretaña, en Amarillo, alianza Española
 
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Caray con los Otomanos. Parece que hayan hecho horas extras:D
Ánimo, que en 60 años te puedes plantear todavía la conquista mundial. El único problema que puedes tener es que te salte alguna guerra civil. Contra eso lo mejor es tener las reservas acantonadas en provincias pobres. Si un ejército se une a los rebeldes, cuando llegue el invierno, desaparece solito, lo que ayuda mucho.

Al final creo que sí que va a haber conquista mundial, pero no será como la tuya: será mas bien la "reconquista" mundial...