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Deberías nukear Suecia...digo... anexionarla

Espera a que los investige :rofl:

Hummm, ¿ planeas teñir todo el mapa de rojo ? Porque ya es todo cuesta abajo...

No quiero conquistar el mundo, mi intención es pasar la partida al vicky cuando acabe (aunque primero me lo tengo que comprar :rofl: ) para luego continuar con el HoI (éste si que lo tengo :D ).

Esa Austria te puede dar algún susto.

Austria está para el colmo aliada con Polonia, son una alianza brutal, juntos han derrotado a turquia y rusia por separado, que son la 2a y 3a potencia... Pero no tengo ambiciones sobe su territorio y de momento nos llevamos bien :D

Bueno, ahora toca aguantar un poco, pero vamos... que ya lo tienes hecho.

Los eventos de la guerra civil tampoco son demasiado malos, lo único que si eliges a Cromwell tienes que cambiar de religión por cojones, aunque ello me ha permitido ganar 5000 ducados por hacerme protestante. Luego he vuelto a ser católico perdiendo estabilidad.
 
Dustz said:
No quiero conquistar el mundo, mi intención es pasar la partida al vicky cuando acabe (aunque primero me lo tengo que comprar :rofl: ) para luego continuar con el HoI (éste si que lo tengo :D ).
¿Por qué no me entra en la mollera que alguien quiera hacer un AAR sin conquistar el mundo entero? Hazme caso, tira de brocha y píntalo todo color tomate, o te arrepentirás...
Bueno, como castigo a todas tus fechorías vas a tener que escribir otro AAR, pero con España, :mad: así que quizá puedas dejar la dominación mundial para entonces... ;)
 
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Oliver Cromwell
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Los primeros años de Cromwell (1649-1655)

El nuevo gobierno de Cromwell fue aceptado con facilidad por la población, debido a que ya era muy popular antes de obtener el poder. Además la sociedad inglesa era la más avanzada de Europa, donde la burguesía tenía un alto poder económico y quería su compensación política. Ya empezaban a aparecer las primeras industrias por el país, mientras que en el resto de Europa los artesanos seguían siendo la principal fuente de riqueza.

Pese a que Cromwell quería que el país se volviera protestante, finalmente se volvió a aceptar el catolicismo como credo oficial.

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A la revolución también le dio la razón Thomas Hobbes, un filósofo que afirmaba que el pueblo podía buscarse un nuevo gobernante si el anterior no les protegía. Aún así, se las había arreglado para llevarse mal con los dos bandos durante la guerra civil.

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Pese al apoyo que tenía del pueblo, Cromwell no tardó en sufrir su primer revés, ya que no consiguió tener el apoyo suficiente en el parlamento para aprobar El Acta de Navegación, una ley muy mercantilista que quería cambiar la política colonial y naval. Los parlamentarios y generales no estuvieron de acuerdo, ya que consideraban que la expansión colonial y naval durante el último siglo había sido enorme, y más desde la construcción de astilleros por todo el país. Así que no se aprobó el acta y Cromwell sufrió su primera derrota. Lo que sí pudo conseguir fue fondos para iniciar un ambicioso programa de construcción naval que preveía la botadura de 150 galeones en 5 años, y que iba a necesitar para llevar a cabo el proyecto que tenía en mente.

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Pero tal proyecto aún tendría que esperar unos años. De momento Cromwell se contentó en lograr la incorporación de Oldemburgo a la corona, que ya había cumplido sus expectativas de expansión en Alemania.

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En 1650 ocurrió un hecho crucial. El papa Innocentius X dictó el edicto de Tolerancia en el que retiraba el apoyo de la Iglesia a España y condenaba cualquier guerra que se realizara entre cristianos por el tema de la religión. Eso significaba que España ya no tenía “derecho divino” a reclamar ciudades de otros países situadas en América, y lo mismo ocurría con Portugal.

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Hasta ahora nos habíamos limitado a mantener unas cuantas posesiones aisladas y fáciles de defender en el Caribe y el golfo de Méjico, pero ahora ya no sería tan importante que estuvieran protegidas. Inmediatamente, Cromwell puso sus ojos en el riquísimo Imperio Azteca. Los hombres que habían participado en las fallidas expediciones de conquista Españolas afirmaban haber visto ciudades hechas de oro e inmensas riquezas. Ahora podíamos obtenerlas nosotros sin que España nos las reclamase.

Los preparativos de invasión comenzaron a toda prisa; cuánto antes empezáramos a saquear sus riquezas, mejor. El plan era simple, las Caribbean fleet, la Fleet of the Antilles y la North-American fleet realizarían el transporte de tropas desde las pequeñas Antillas hasta las costas aztecas. El reclutamiento se realizaría en el mismo Caribe y se esperaba vencer a los aztecas con facilidad debido a la enorme superioridad tecnológica con la que contábamos. También se planeaba invadir a los Zapotecas.

En enero de 1652 se declaró la guerra. España, viendo como le iban a arrebatar lo que consideraba suyo, también la declaró poco después.

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La invasión duró menos de un año y los españoles no consiguieron pasarnos por delante. Se realizaron dos desembarcos, uno en Campeche y otro en Tlaxcala un año después, éste destinado a invadir los Zapotecas. Hubo dos grandes batallas. La primera se libró en Tehuacán, entre 20.000 mosqueteros y 100.000 aztecas, y el resultado del enfrentamiento fue la dispersión de gran parte del ejército enemigo. La segunda fue la batalla por la capital enemiga, donde nos enfrentamos con 80.000 guerreros. Fuera de éstos enfrentamientos, la conquista fue fácil y pronto pudimos recoger nuestro premio: el oro azteca.

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Gracias a la expansión por Méjico superamos los 1000 ducados de ingresos mensuales, 9 veces más grandes que los de la segunda potencia, el Imperio Otomano.
 
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Oliver Cromwell
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Operación "Tortoise" (1655-1660)


La invasión del imperio azteca supuso nuestra consolidación como principal potencia colonial en América y acabó por hundir el prestigio de España, pues lo que en un siglo no habían conseguido lo habíamos hecho nosotros en pocos años. Además, la popularidad de Cromwell aumentó considerablemente, tanto entre el pueblo como entre la ya poderosa burguesía.

Pronto Cromwell preparó una nueva expedición. Sus planes incluían la invasión del imperio de Benín, que abarcaba gran parte de África occidental. Si la invasión tenía éxito, su prestigio aumentaría aún más, aparte de poder empezar a explotar las riquezas del golfo de Guinea. El Lord Protector quería que la conquista fuese rápida y con las menores bajas posibles. Como la mayoría de ellas en anteriores invasiones se habían producido debido a enfermedades tropicales, sufrir menos bajas significaba estar en la región el menor tiempo posible. Y estar el menor tiempo posible significaba realizar un ataque demoledor que destruyera el ejército enemigo y que provocara su rendición en poco tiempo. Cromwell había trazado un plan de invasión que preveía un desembarco masivo por toda la costa de Benín para realizar luego un rápido avance hacia el interior. El poderoso ataque acabaría con Benín en pocos meses.

Pero para cubrir todo el frente que se abriría, de miles de millas, harían falta más de 100.000 soldados y los barcos necesarios para embarcarlos. Y gracias al gran plan de construcción naval iniciado al inicio de su mandato, Cromwell podía disponer de 175 modernísimos galeones de guerra de 500 toneladas (ríete tú del Yamato :rofl: ) apostados en Plymouth, con sus correspondientes fragatas de escolta. Junta, toda la flota tenía capacidad para transportar 175.000 soldados. El ejército de invasión que se embarcaría en ella estaba compuesto por los mejores soldados del imperio, la guarnición de Holanda (70.000 hombres), veteranos que habían pasado toda la vida luchando, y los combatientes de la guerra civil inglesa (80.000), también con una gran experiencia en combate. El ejército estaría dirigido por el propio Cromwell, que quiso regresar a sus tiempos como general del ejército.
Las tropas se fueron embarcando desde Calais y Dover los días 27,28,29 y 30 de Mayo y a finales de mes la flota ya estaba lista para partir. La expedición navegó paralela a la costa francesa hasta llegar al puerto de La Rochelle, donde cargaron provisiones y material para los barcos. Luego partió hacia mar adentro, para lanzarse hacia su objetivo.

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La armada de invasión tras repostar en la Rochelle. Las tropas de Cromwell sumaban 150.000 hombres
La última parada de la flota se realizó en Gibraltar. El viaje hacia el golfo de Guinea duraría aún seis meses, en los que la armada tendría que soportar tormentas y otros problemas, pero finalmente la armada llegó intacta al puerto de Gambia en Abril de 1656.

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El Cumberland, buque insignia del Vicealmirante Monck, navegando rumbo a Gambia. La parte central de la flota estaba formada por 175 Galeones de Guerra, constituyendo la mayor armada que se hubiera visto nunca en la era moderna.
En Gambia los barcos se reaprovisionaron y se prepararon para el ataque. 40.000 hombres y 35 buques se quedarían en la reserva en Gambia, mientras que el resto efectuaría el desembarco, la mayor operación anfibia lanzada jamás. La operación sería denominada “Tortoise”.

La declaración de guerra fue enviada a mismo tiempo en que la flota de desembarco partía del puerto de Gambia. Nada más recibirla, el rey de Benín Orhogbua mandó enviar su flota a interceptar la nuestra.

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Navíos estándar de la flota de Benín
En la batalla naval que siguió “ la batalla de los diez segundos” Monck se estrenó como comandante naval consiguiendo un éxito total, con el hundimiento total de la flota enemiga sin ninguna pérdida.

Tras el brevísimo percance, se iniciaron las operaciones de desembarco.

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La mayoría de los Benineses huyeron de las playas al oír el rugido de los cañones de los barcos que bombardearon las playas. Los pocos que quedaron fueron aplastados al empezar los desembarcos y pronto se formaron las cabezas de playa. Tras unos pocos días de desembarco de equipo y suministros, empezó el avance hacia el interior.

Las primeras ciudades importantes no tardaron en caer. El ejército de Benín en retirada no pudo hacer nada pada evitar nuestro avance, y 8 meses después de empezar la guerra, Tombuctú, la última ciudad en poder Beninés, se rendía.

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La campaña de Benín fue corta y tuvo muy pocas bajas. El plan de Cromwell de realizar un gran ataque había funcionado.
La región anexionada fue llamada “África Occidental Inglesa” y pronto se convirtió en una de nuestras colonias más ricas. Además nos concedió la supremacía en el golfo de Guinea.

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El África Occidental Inglesa
El ejército de Invasión, con Cromwell en cabeza, regresó a Inglaterra a principios de 1658. Se hizo un desfile militar y fueron recibidos como “Los héroes de África” . En aquellos momentos la popularidad de Cromwell estaba por las nubes. Pero sin que él lo supiera, alguien le acechaba...

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Todo fue muy rápido. Se oyó el ruido de un disparo y luego se vio a Cromwell cayendo al suelo. El “Lord Protector” había muerto.

Inmediatamente el servicio secreto inglés se puso a trabajar. Se consiguió atrapar al asesino cuando intentaba huir de la ciudad y hacerle hablar. Confesó que era parte de un comando terrorista Turco que quería acabar con Cromwell y luego proponer a Mustafá I como nuevo rey Inglés.

Se tomarían represalias contra los Turcos en su debido momento. Ahora había el problema de quién sucedería a Cromwell. Momentáneamente su hijo subió al poder, pero finalmente, tras dos años de deliberaciones se decidió que le sucedería John Lambert y que la dictadura republicana seguiría indefinidamente.

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Oliver Cromwell
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Situación internacional (26 de abril de 1660)


Inglaterra


-Puntos de Victoria: 5777

-Estabilidad: +1

- Badboy: 15,1/44

- Base de reclutamiento: 140

-Tesoro: 6504 ducados

-Cantidad de provincias: 228

- Rendimiento comercial: 107%

- Rendimiento de la producción: 101%

-Ingresos mensuales: 1031,35 ducados

-Inflación: 0,1%

- Centros de comercio: 8

- Manufacturas:

- 5 fábricas de equipo naval


- 1 academia de bellas artes


- 14 refinerías


- 4 fábricas
- Astilleros: 6

-Ejército:


- 303935 Soldados de infantería


- 114733 Soldados de caballería
-Flota:
- 350 Buques de guerra

- 25 Transportes
-Tecnologías:
- Tecnología terrestre: Barroco (26)


- Tecnología naval: Barroco (22)


- Nivel de comercio: Liberalismo (8)


- Infraestructuras: Fábricas (8)
-Política interior:

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Comparativa de países

-País con más puntos de victoria: Inglaterra (5777)

-País con más inflación: Nogai (66,7%)

-País con más ingresos mensuales: Inglaterra (1031,35 ducados)

-País con más rendimiento comercial: Inglaterra (108%)

-País con más rendimiento de la producción: Inglaterra (102%)

-País con mayor tecnología terrestre: Inglaterra (26)

-País con mayor tecnología Naval: Inglaterra (22)

Mapas del mundo conocido

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Europa


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Norteamérica


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Sudamérica


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África


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Asia


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Oceanía

 
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John Lambert
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La guerra de los diez años (1): Primeras campañas (1658-1664)


Lambert se convirtió en Lord Protector del país el 26 de abril. Y pese a no ser tan popular como Cromwell, la dictadura republicana siguió teniendo el apoyo del pueblo y de la burguesía.

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Pese a demostrar ser un gran administrador, su regencia no sería recordada por ella, sino por el romper el aislacionismo del país (que duraba desde los tiempos de Edward VI) entrando en una gran guerra Europea, la que posteriormente sería llamada guerra de los diez años y que involucró, en sus distintas fases, 2/3 de los países Europeos y todas sus principales potencias. La guerra supondría el cambio de fronteras en Europa, la rotura de viejas alianzas y el forjamiento de nuevas, así como la consolidación de nuevas potencias y el desprestigio de otras.

La guerra pasaría por diversas fases, y pocos de los países que la empezaron seguían combatiendo en ella al final. No hubo dos bloques claramente definidos, y algunos países sólo aprovecharon la guerra para sacar el máximo provecho de ella atacando a alguno de sus beligerantes. La guerra “real” a la que se parecería más sería la guerra de los treinta años, en la que también se fueron añadiendo (y saliendo) países de ella a medida que duraba.

En 1658 (año de los primeros enfrentamientos) en Europa había 5 grandes potencias: Inglaterra, el Imperio Otomano, Polonia, Austria y Rusia. Además hay que añadir la poderosa alianza liderada por España que engloba entre otros, Suecia, Venecia y el Papa y que formaba un bloque capaz de derrotar a una potencia.

Respecto a las relaciones entre las potencias, Inglaterra estaba aislada del resto, preocupada más de colonizar que de Europa, mientras que Rusia y Turquía se debatían el control del Cáucaso. Turquía además, había intentado (sin éxito) avanzar por los Balcanes y Rusia había probado lo mismo por las estepas Polacas (también fracasando). Mientras tanto, Austria y Polonia, aliadas hasta hacía poco, habían roto relaciones al no acordar el repartimiento de lo que quedaba de Alemania. En ese punto Austria había conseguido la victoria al conseguir alianza con varios estados del sur mientras que Polonia tan sólo había atraído a su área de influencia al Palatinado. La alianza Española, por su parte, estaba planeando expandirse por Italia a expensas de Siena, que se había quedado sola.
Hay que añadir, además, que John Lambert había jurado invadir el Imperio Otomano tras el asesinato de Cromwell a manos Turcas.

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Europa en 1658
Europa, pues, era un polvorín. Sólo faltaba la chispa que lo hiciera explotar todo.

La guerra empezó debido a las ambiciones Polacas y la falta de diplomacia Austríaca. En 1658, Polonia, que tenía acceso militar a través del territorio Austríaco, declaró la guerra a Bulgaria. Éste se considera el inicio de la guerra. Bulgaria se había declarado independiente de Austria unas décadas atrás, y el Archiduque aún consideraba que el territorio Búlgaro era suyo, y para evitar que fuese conquistado por los Polacos, Austria canceló el acceso.

Tal acción acabó con las pocas relaciones que aún quedaban entre Austria y Polonia. Durante dos años, ambos países fueron rearmándose, Polonia para lanzar una ofensiva contra Austria y Austria para protegerse en caso que esta se produjese. Polonia empezó entonces las negociaciones con los Turcos para atacar al enemigo común, aunque en principio éstas no progresaron demasiado por el tema religioso. La ofensiva Polaca aún tendría que esperar.

En abril de 1660 estalló en Italia una guerra motivada por las ansias del papa para recuperar el territorio perdido ante la República de Siena en anteriores conflictos. Los estados Pontificios contaron con el apoyo de la alianza Española: España, Suecia, Venecia, Génova y la Orden hospitalaria.

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La guerra en Italia
Siena, pese a ser un estado Italiano muy poderoso, no pudo evitar la entrada del enemigo en su territorio. Venecia atacó con muchísima fuerza por el norte, llevando cerca de 100.000 hombres ante la capital de la república. Por su parte, el Papa también realizó una importante ofensiva por el sur y el centro del país que se vio apoyada por la llegada de soldados Españoles a través de Sicilia. Ante tal perspectiva, Siena tenía dos opciones: o la rendición o el consguir algun aliado poderoso. Tras varias negocicaciones, Austria decidió entrar en su apoyo, buscando derrotar a Venecia realizando un ataque en su territorio mientras su ejército estuviera en el centro de Italia, para luego "liberar" al territorio de Siena. Su objetivo final era expandirse poor Italia y ganar puertos en el Adriático, pues el de Trieste era insuficiente para mantener una poderosa flota de guerra en ese mar, ambición del archiduque.

Pero a Austria le salió el tiro por la culata, ya que cuando entró en guerra la totalidad del territorio de Siena ya había sido conquistado por los ejércitos de la alianza y éstos estaban inactivos esperando la rendición de la república. La entrada de Austria les confirió un nuevo objetivo. Y ocurrió que cuando los ejércitos Austríacos entraron en territorio Veneciano esperando no encontrar resistencia, fueron rechazados y las tropas aliadas realizaro un contraatque e iniciaron al invasión de Austria. Inicialmente, los Austríacos contuvieron a los enemigos, pero pronto se empezaron a encontrar en inferioridad numérica. No paraban de llegar barcos a los puertos venecianos cargados de tropas Españolas y Suecas, que pronto consiguieron romper las defensas austríacas y empezar a entrar en su territorio.

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Soldados Españoles avanzando por Hungría durante la campaña de Austria. La participación Española fue muy importante en la gran ofensiva realizada sobre el país en 1661.
La rotura del frente de Austria por parte de los Venecianos dio a los Polacos la oportunidad que esperaban y declararon la guerra a Austria a principios de 1662. En aquellos momentos la stuación de Austria era desesperada. Con el ejército diezmado en el sur y con poquísimas tropas en el norte, parecía imposible que pudiera ganar esa guerra. La ofensiva Polaca fue abrumadora. En un año, aplastaron a los defensores austríacos e iniciaron ofensivas por el norte y por el oeste. A finales de 1662 toda Silesia, así como Rumelia, Valaquia y Transilvania estaban bajo poder Polaco. Por el sureste, los soldados Suecos, siguiendo las técnicas aprendidas de su difunto rey Gustavo Adolfo, derrotaban ejército tras ejército y se estaban aproximando peligrosamente a Viena. Además, Siena se había rendido ya entregando Módena y Ancona, dejando a Austria sola. Dada la mala situación, el archiduque austríaco decidió rendirse ante la alianza Española y aceptó la cesión del Tirol a Venecia a cambio del cese de hostilidades.

Inmediatamente comenzaron a afluir soldados hacia el frente del norte. Los Polacos, que estaban avanzando por Silesia hacia Erz, se empezaron a encontrar verdadera resistencia. Según sus informes, un enorme ejército Austríaco se había formado en esa ciudad. Ante tal situación, los polacos decidieron concentrar allí todas sus fuerzas y aniquilar a todo el ejército austríaco de un golpe. Los austríacos también empezaron a concentrar tropas para intentar hacer lo mismo. Pero la gran experiencia obtenida en el sur, la ventaja del defensor y lo momtañoso de la zona les permitió prepararse mucho mejor para la batalla y cuando llegaron los Polacos, fue una verdadera masacre.

La batalla de Erz supuso la igualación de las fuerzas de ambos países y la prolongación del conflicto, que de otro modo hubiera acabado mucho antes con la rendición de Austria. Además, hay que sumar la otra gran derrota sufrida por los Polacos frente a las tropas Búlgaras cuando se disponían a marchar sobre su capital, por lo que acabaron las victorias fáciles obtenidas por Polonia.

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Soldados austríacos celebran la gran victoria obtenida en Erz, que les permitió luchar, a partir de entonces, en igualdad numérica contra los polacos.
El contraataque austríaco fue poderosísimo y en seis meses reconquistaron Silesia y empezaron ofensivas hacia Polonia, Transilvania y Sajonia (era de Polonia). Los Polacos consiguieron rechazar la de Polonia a duras penas en Cracovia y Gniezno, pero en Sajonia fueron barridos. En Transilvania también aguantaron las posiciones.

Al ver el estancamiento de su ejército en todos los frentes, el rey polaco decidió reanudar las negociaciones con el Imperio Otomano. Finalmente, se llegó al acuerdo de que Turquía entraría apoyando a Polonia siempre y cuando que Bulgaria y todos los territorios Balcánicos que conquistase fueran para ellos. Además, no entraría en guerra contra Austria hasta que Bulgaria fuese anexionada. Polonia aceptó a regañadientes el tratado.

A principios de 1664, el Imperio Otomano atacó Bulgaria. Tras un fracaso inicial, los Turcos derrotaron a los ejércitos Búlgaros y empezaron el sitio de su capital.

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Los ejércitos Búlgaros se rinden ante los Turcos, dejando libre el camino hacia Sofía
La invasión de Bulgaria por parte de los Otomanos provocó la reacción rusa, (que garantizaba la independencia de Bulgaria) que se habían mantenido al margen de la guerra hasta entonces, pues los Polacos habían salido derrotados de sus intentos de invasión. Una semana después del inicio del sitio de Sofía, Rusia declaró la guerra a Turquía, provocando la reacción Polaca, que declaró al guerra a Rusia a finales de dicho año.

Los ataques Rusos en el Cáucaso y en Bielorrusia, pese a su gran calibre fueron detenidos debido a lo obsoleto de su armamento. Pero la gran cantidad de soldados del Zar podía ser un factor determinante en la resolución del conflicto.

La guerra, empezado como una simple disputa por ver quién se quedaba con Bulgaria, se estaba convirtiendo en un enfrentamiento de enorme calibre. Lambert estaba seguro que ahora era el momento de atacar al imperio Otomano, posicionándose junto a los austríacos y Rusos. Si, como él suponía, Turquía se anexionaba Bulgaria al caer su capital, Inglaterra tendría la excusa perfecta para entrar en la guerra como “salvadora” y no como potencia expansionista. La gran cantidad de soldados destinados a otros frentes por Turquía facilitaría su conquista.

A finales de 1664 el Zar de Bulgaria se rindió ante los Turcos y el país fue anexionado al Imperio Otomano.

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Turquía declaró la guerra a Austria entonces y sus ejércitos empezaron a avanzar por los Balcanes.

Pocas horas después de conocerse el suceso, el Lord Protector de Inglaterra hizo un discurso en el que dijo que el país debía ir a la guerra “para defender la libertad religiosa en Europa Oriental y para evitar que los Turcos acaben con la independencia de más naciones cristianas”. A primeras horas de la mañana del 1 de Noviembre de 1664 los soldados ingleses empezaron la invasión de territorio turco.

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Operaciones en Europa Oriental durante las primeras fases de la guerra.
 
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John Lambert
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La guerra de los diez años (2): Desembarcos en África del norte (1664-1665)


Nuestra entrada en el conflicto cambió completamente el panorama. Se dice que, al recibir la noticia, el archiduque exclamó: -No debemos preocuparnos, esta guerra ya está ganada...-
Por su parte, el terror se apoderó de la Sublime Puerta.

Lo cierto es que durante nuestro primer año de guerra, nuestra presencia prácticamente no se hizo notar en Europa Oriental. Habíamos procurado de entrar solamente en guerra contra los Turcos y sus aliados Indios de Delhi, no contra los Polacos. Además, las operaciones llevadas a cabo contra los Otomanos se concentraron en el norte de África, lejos de los Balcanes, donde los Turcos arrasaron a las defensas austríacas y empezaron a avanzar sin oposición. La conquista del norte de África tenía como objetivo conseguir los puertos necesarios para asegurarnos el dominio del mediterráneo y consolidar posiciones para el posterior avance hacia el corazón del imperio turco.

La invasión empezó a finales de Agosto, con el cruce del estrecho de Gibraltar, a pie (¡sí, sí, a pie!), de un ejército de 100.000 soldados, destinado a desplegarse por toda Algeria y conquistarla. Simultáneamente, en el puerto de Tolón, regimiento tras regimiento realizaba el embarque en los barcos de transporte, con destino a Egipto.

Las operaciones comenzaron sin incidentes, aparte de una batalla naval en el estrecho que acabó con el hundimiento de 13 galeazas turcas. Pronto las principales ciudades norteafricanas estaban sitiadas.

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Tras realizar con éxito los desembarcos en Egipto, la armada partió entonces a recoger la segunda oleada. Pero, al parecer, los Otomanos fueron informados de este hecho y enviaron el grueso de su flota a interceptarla. El encuentro se produjo cuando nuestra armada cruzaba el estrecho de Messina. La flota Otomana aprovechó ese momento para rodear la nuestra e intentar aniquilarla. La batalla involucró, entra ambos bandos, casi 150 barcos. La escuadra Turca estaba compuesta principalmente por Galeras y Galeazas, mientras que la nuestra estaba basada en los Galeones de guerra. En el poco profundo estrecho de Messina las galeras tenían ventaja frente a los galeones en cuanto a la maniobrabilidad, por el contrario, nuestros navíos tenían una muy superior potencia de fuego.

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Pese a que el almirante Otomano maniobró muy bien sus fuerzas y estuvo a punto de ganar en varios momentos, finalmente nuestra armada consiguió eludir el bloqueo turco y salir a mar adentro. Allí por fin pudo gozar de libertad de movimientos y gracias con su superior potencia de fuego destrozó a los buques Otomanos. Menos de un tercio de las galeazas Turcas logró escapar y la batalla puso fin al reinado de las galeras Otomanas en el Mediterráneo. A partir del enfrentamiento naval, gozamos de libertad total en el mar, mientras que los Turcos no consiguieron reagrupar su flota, que fue cazada y hundida progresivamente. Al final de la guerra sólo quedaban a flote 10 galeras turcas, de las 100 que componían su flota al inicio.

Mientras eso ocurría, también se estaban librando combates en la India, otro frente de gran actividad. Allí combatíamos tanto contra Delhi como contra los Otomanos, con la desventaja que conocíamos muy poco territorio indio. 60.000 soldados iniciaron la invasión del poco territorio conocido de Delhi tras machacar a sus obsoletos ejércitos.

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El frente de la India se mantuvo estancado entonces por unos meses, mientras iban fluyendo refuerzos progresivamente y se preparaban nuevos ataques.

Otro frente que también estaba bastante parado era el Egipcio. Los soldados se empezaba a aburrir de la poca resistencia ofrecida por los Turcos y el obstinamiento de los defensores de las ciudades

No fue hasta mediados de Marzo de 1665 que los Otomanos lanzaron su primer ataque para echarnos de la región, acabando en un rotundo fracaso.

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Con la derrota del ejército de liberación turco, las dos principales ciudades Egipcias, El Cairo y Alexandria se rindieron, pero Diametta y El Alamein se negaron a hacerlo. Tardarían unas cuantas semanas más en rendirse. Mientras, se proseguía el avance hacia el interior.

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En Algeria también se rindieron las primeras plazas. Entonces se prosiguió el avance hacia Túnez y la sierra del Atlas, donde había estallado una revuelta con la que entablamos combate. Por aquél entonces hubo los primeros enfrentamientos contra los Turcos, que intentaron defender Túnez (sin éxito) e intentaron un desembarco en Al-Djazair que también acabó en fracaso.

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En la India el frente se desbloqueó por fin con la rendición de Burhanpur y se empezó la marcha hacia Delhi, para conseguir los mapas del resto de su territorio.

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Los defensores, aunque numerosos, se tuvieron que retirar tras el hundimiento total de sus defensas. Pronto empezó el sitio de Delhi.
Pero el sultanato de Delhi no era el único lugar de combates en la India, pues pronto se entablaron enfrentamientos con los Turcos en Bombay y Goa, donde los Otomanos intentaron acabar con nuestras bases en la región. Pero la llegada de refuerzos en barco desde Inglaterra acabó con su campaña.

Más al sur hubo combates durísimos por la conquista de las colonias Turcas, que se prolongaron durante toda la guerra, pues cuando derrotábamos un ejército, desembarcaba otro y el combate era constante. Pese al esfuerzo de la flota para cazar los navíos Otomanos, éstos e desplazaban muy rápido y muchos consiguieron burlar el bloqueo y desembarcar.

A finales de 1665, la situación en Europa era la siguiente: la ofensiva lanzada por los Turcos en los Balcanes había conseguido ser detenida en Banato por los austríacos, que también se habían recuperado en el frente polaco reconquistando Silesia y Transilvania. En el frente del Cáucaso no había actividad, pues ambos contendientes estaban ocupados en otros lugares. Las principales fuerzas de Rusia había lanzado una ofensiva hacia Tver que había continuado hasta Tula. Los Polacos habían reaccionado avanzando hasta Vorones y sitiando Tver. Y mientras todo esto ocurría, nuestras tropas avanzaban sin oposición por el norte de África, preparando su avance hacia Arabia.
El Imperio Otomano ya empezaba a notar los efectos de nuestro avance, y el pánico empezaba a eztenderse por su corte ante las derrotas de sus ejércitos en Egipto y Algeria, además, de en sus ricas posesiones Indias. La reacción de los generales enemigos fue empezar a enviar tropas hacia Egipto. Pero realizando esta acción dejaron completamente desprotegido el corazón de su país, donde se desencadenaría nuestro próximo golpe.

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Operaciones en Europa Oriental (1664-1665)
 
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traskott said:
¿ Qué harás cuando tengas tantas culturas y religiones en tu ejército ?

¿Querrás decir en mi país, no? :confused:

Bueno, tampoco tengo demasiadas religiones, porque gracias a las conversiones la fe protestante y calvinista ya no existe :D sólo me he de preocupar de los moros... En cuando a la cultura tampoco es demasaido importante... Aún así todas las colonias y las conquistas paganas son algosajonas y católicas, mi país aunque no lo parezca es bastante homogéneo... :eek:o
 
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John Lambert
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La guerra de los diez años (3): Gallípoli (1665-1666)


Las conquistas realizadas en el norte de África se habían realizado con un éxito absoluto, concediéndonos una serie de Bases a partir de las cuales podríamos lanzar ofensivas en el corazón del enemigo.

En el estado mayor inglés había discrepancias de cuál debía de ser el plan a seguir a continuación. Algunos opinaban que lo mejor sería un avance hasta Mesopotamia para poder enviar refuerzos al frente Hindú a través del Golfo Pérsico, aunque este plan fue descartado debido a que el número de efectivos en la India se había duplicado desde el inicio de la campaña y eso tan sólo a base de reclutamientos en Bombay y Goa, que habían demostrado ser una fuente casi inagotable de hombres. Otros proponían una variante de este plan, con un avance a través de “Tierra Santa” siguiendo la costa para luego invadir Anatolia. Finalmente, había los que proponían un ataque directo al corazón de Turquía, realizando un desembarco cerca de Constantinopla para conquistarla inesperadamente. El plan se basaba en que gracias a la enorme superioridad naval conseguida tras la batalla del estrecho de Messina la flota podría apoyar el avance por tierra sin encontrar oposición.

Finalmente se decidió realizar las dos operaciones a la vez, un desembarco en Constantinopla y un avance por el levante.

Tras varias deliberaciones, se decidió que el lugar de desembarco sería la península de Gallípoli, la entrada al Mar de Mármara, que si se conquistaba cerraría definitivamente el mediterráneo para los Otomanos. El plan de ataque se esbozó rápidamente y preveía una serie de desembarcos en la península y los alrededores. Tras haberlos realizado, los ejércitos se unirían y marcharían hacia Constantinopla.

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Plan de ataque a Gallípoli, con los lugares de desembarcos y las posiciones turcas
Los desembarcos, que se realizaron a principios de 1666, fueron un éxito, y después que los ejércitos se reagruparan se empezó la marcha hacia “La Ciudad del deseo del hombre”, que volvía a ser asediada tras más de 200 años.

Turquía no tardó en reaccionar, y envió a un ejército desde Bulgaria para romper el sitio. En la primera batalla de Constantinopla, los Turcos no consiguieron sus objetivos y se retiraron con muchas pérdidas.

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Visto el éxito del ataque, se preparó uno similar más al sur, en la península del Peloponeso. De nuevo los desembarcos fueron un éxito.

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Mientras el Imperio Otomano se encontraba con el corazón de su imperio invadido, se preparaba la ofensiva en Arabia. La fase inicial del plan de ataque consistía en la conquista de Tripolitania y Cirenaica por tal de cubrir la retaguardia del frente. Las condiciones climáticas en tales regiones eran muy duras y mantener el asedio fue muy difícil para los soldados. Pero gracias a su inquebrantable moral aguantaron y conquistaron Trípoli y Bengazi.

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La segunda fase preveía una ofensiva desde Egipto hacia el Sinaí, Jerusalén y Acre, que se realizó durante el año de 1666.

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La ciudad Santa cayó a finales de año, siendo celebrado por toda la cristiandad. Medio milenio después, Jerusalén volvía a manos cristianas. Pero pese a haberla conquistado, si la manteníamos o no dependería del tratado de paz.

Para los Otomanos, la caída de Jerusalén supuso una enorme caída de su prestigio entra los musulmanes, pues no habían logrado defender la Ciudad Santa de los infieles.

El último frente de gran actividad era el de la India. Allí, gracias al creciente número de efectivos (ya disponíamos de 100.000 hombres) el avance estaba siendo imparable. Delhi ya estaba a punto de caer junto con sus mapas, ya se había conquistado el CoT de Kutch y el ejército indio se había tenido que retirar a las montañas.

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Situación en la India
Por aquél entonces ya se estaba acabando el verano y se acercaba el otoño. La situación en todos los frentes era excelente, en dos años se había puesto al enemigo de rodillas completamente. La noticia de la caída de Constantinopla sólo confirmó lo que ya se veía: el Imperio Otomano se hundía por momentos.

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Pero hay que recordar que corría 1666, el año de la Bestia, y pronto eso se confirmó con la tragedia acontecida en Londres el 2 de Setiembre: Un enorme incendio redujo a cenizas a la ciudad. Miles de casas se quemaron y varias docenas de Iglesias también ardieron en los fuegos del diablo. La tarea de la reconstrucción de la ciudad fue encomendada a Christopher Wren, un arquitecto de gran prestigio. Bajo su mano renació una Londres hecha de piedra mucho más moderna que la anterior.

A finales de año ya habían empezado los trabajos de reconstrucción.
Por aquél entonces la situación en Europa había empezado a cambiar respecto al año anterior. El frente caucásico seguía sin movimientos, mientras que la ofensiva Otomana lanzada el año anterior hacia Austria se había detenido al tener que enviar tropas a intentar expulsarnos de Grecia. Mientras, Polonia había reconquistado Tver y roto el sitio de Tula y de Jedisan. Rusia había realizado un contraataque cruzando el Doniets por el sur. Austria había seguido con su ofensiva de reconquista retomando el puerto de Rumelia, donde había embarcado su ejército rumbo a Ragusa. Pero Polonia había reaccionado a tiempo y había retomado Silesia y Rumelia. Por nuestra parte, gran parte de Grecia ya estaba en nuestras manos, y los Turcos luchaban con desesperación para evitar la caída de Atenas.


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La guerra de los diez años (4): Los últimos meses de guerra (1666-1668)


A finales de 1666 empezó la fase final de la guerra, en la que, poco a poco, los países que combatían en ella se fueron retirando.

El primero en hacerlo fue Rusia, que tras 4 años de conflicto estaba agotada, pues sus pobres infraestructuras eran incapaces de cubrir las necesidades de los ejércitos y su economía, aunque poderosa, no podía cubrir todas las bajas sufridas ante los Polacos, cuyos soldados estaban mucho más bien equipados y entrenados. Además, la hambruna empezaba a extenderse por la población y el zar temía revueltas en masa. Finalmente, tomó la decisión de entregar el norte de la península de Crimea a cambio del cese de hostilidades.

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Austria observó con miedo la retirada Rusa. Durante el tiempo en que Rusia y Polonia habían estado en guerra, ésta última había tenido que repartir su ejército entre el frente Ruso y el Austríaco. Ahora Polonia volvería a enviar todo contra el archiducado, como a principios de la década, cuando Austria había estado a punto de caer.

Ante tal situación Austria nos solicitó ayuda, si no podía ser para parar a los Polacos (no estábamos en guerra contra ellos), al menos para reconquistar las ciudades tomadas por los turcos en su territorio. Como la situación Otomana era ya lamentable, decidimos enviar 40.000 hombres a reconquistar los Balcanes, el ejército que acababa de conquistar Tesalónica y otro que acababa de desembarcar en el puerto Austríaco de Rumelia en medio de un asalto Polaco (ya me dirás tú cómo salieron de la ciudad sin que los matasen, que los Polacos disparan primero y luego preguntan).

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Los espías Otomanos descubrieron la necesidad Austríaca de paz en el frente de los Balcanes, y dado que Turquía tampoco se encontraba en demasiada buena situación, se informó de inmediato a los embajadores. Tras las negociaciones, ambos países acordaron que Turquía se retiraría de todas las ciudades conquistadas a cambio de que Austria entregase todos los fondos que tuviera en su tesoro.

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Así que cuando nuestros soldados llegaron a la frontera austríaca se encontraron soldados austríacos, en vez de los Turcos que esperaban encontrar.

Y mientras los ejércitos regresaban a Macedonia, los Turcos decidieron asediar Constantinopla aprovechando que estaba desprotegida. Al llegar a Tesalónica, el general del ejército 5 (el que había realizado el desembarco en Gallípoli) decidió realizar un ataque conjunto hacia Constantinopla con el ejército 23, que estaba sitiando Sofía.

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En la 2ª batalla de Constantinopla, los Turcos fueron rechazados de nuevo y perdieron al mitad de su ejército.

La guerra se aproximaba a su fin. Esto quedaba cada vez más claro en todos los frentes. En el indio, tras la toma de Delhi, el sultanato se había hundido completamente, y su ejército se había refugiado al otro lado del Ganges, de modo que su país había quedado completamente desprotegido.

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Pero pese a la protección del Ganges, el ejército del sultanato fue derrotado de nuevo y obligado a huir a Thar, la única ciudad segura del país después de que tomáramos Punjab.

En Thar se libró la última batalla entre 5000 ingleses perdidos que no estaban donde deberían estar y el grueso del ejército de Delhi.

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Los 3000 hombres que quedaron fueron condecorados por su valor, pues su logro permitió la toma de Thar, la última ciudad de Delhi.

Al imperio Otomano no le iba mejor. Aparte de los combates en Grecia, en Oriente Medio se rendía ciudad tras ciudad, y los restos del Imperio estaban siendo aplastados por los dos frentes.

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En un último acto desesperado, los generales Otomanos decidieron lanzar un nuevo ataque a Constantinopla, que fue de nuevo interceptado por los ejércitos 5 y 23 y derrotado.

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La rendición no se haría esperar.
 
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La guerra de los diez años (5): Consecuencias (1668)


El fracaso de los ejércitos turcos en todos los frentes, así como el hundimiento casi total de la que hasta hacía poco había sido la primera armada del mediterráneo, había acabado con todas las esperanzas de victoria para la Sublime Puerta, que tras el desastre de Constantinopla decidió empezar las negociaciones para lograr la paz.

La situación era similar en el frente indio, que tras la toma de Thar se había mantenido inactivo debido a que ya se estaban negociando las condiciones para lograr el cese de hostilidades en la región. Las negociaciones estaban ya muy avanzadas, y finalmente el 3 de Mayo se llegó a un consenso. El sultanato entregaba el sur del país así como la estratégica región del delta del río Indo, que nos permitiría controlar la entrada al golfo Pérsico. Además, pagaba una pequeña compensación por los desperfectos causados en nuestras colonias indias por sus tropas.

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El mismo día también se acordaba la paz con los Otomanos, con su cesión del norte de marruecos, sus colonias de la India y el territorio comprendido entre la ciudad de El Cairo y el mar. Ésta última región tenía una gran importancia estratégica, pues se había realizado un plan para conectar el mar rojo con el Mediterráneo con la construcción de un canal en el punto en el que acababa África y empezaba Asia. Los primeros ingenieros Ingleses empezaron a trasladar al lugar para comenzar las obras para su construcción, si bien se calculó que éstas no acabarían hasta bien entrado el siglo XIX, tras casi 200 años de trabajos. :D

Por su parte, el norte de Marruecos nos daba un control total a la única vía de acceso al mediterráneo, el estrecho de Gibraltar, que era Inglés en sus ambas orillas. Como añadido, conectaba con vía terrestre con nuestras colonias africanas, por lo que nos convertimos en un “país fronterizo” y pasamos a ganar 9 colonos al año.

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Para nosotros, la guerra había supuesto una confirmación de nuestra superioridad total sobre el resto de Europa, y nos había dado el control casi total del mediterráneo, gracias a las nuevas bases obtenidas, el control de las vías de acceso y el hundimiento de la única armada capaz de hacer sombra a la Mediterranean Fleet.

En la India, se había pasado de poseer unas pocas ciudades costeras a convertirnos en la mayor potencia del sector, pues ya poseíamos el oeste y sur del subcontinente. Ahora habíamos puesto los ojos sobre Vijayanagara, pues su conquista afianzaría nuestras posesiones y las uniría.

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El frente Polaco-Austríaco había estado bastante estancado tras la batalla de Erz y la retirada de la alianza Española, pues Austria había conseguido igualar las fuerzas enfrentadas. Tras la entrada de Rusia y Turquía, gran parte de las fuerzas que combatían en la región se tuvieron que retirar hacia otros lugares de combates, con lo que el frente cobró un carácter bastante secundario. Cuando finalmente Rusia se retiró, los Polacos decidieron realizar un ataque masivo contra el archiducado y acabar con la guerra en ese frente. Pero el plan Polaco falló, pues también Turquía firmó la paz con Austria para tener alguna posibilidad con nosotros. Así, las tropas Polacas se estrellaron contra los ejércitos austríacos y el frente volvió a estancarse. Cuando finalmente Austria y Polonia se quedaron como únicos combatientes, decidieron firmar la paz, pues estaba claro que aquella guerra no llevaría a ningún lugar a ninguno de los dos contendientes.

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Así, diez años después de la declaración de guerra polaca a Bulgaria, la guerra había acabado. La paz volvía a reinar en Europa. Pero, ¿a qué precio? Se calcula que cerca de 5 millones de personas murieron, entre soldados y civiles, y países como Austria habían quedado completamente saqueados y hundidos económicamente.

En cuanto a los resultados del conflicto, Inglaterra se mantenía en la calidad de superpotencia europea, demostrando que una superioridad naval e industrial total pueden hacer más que un ejército de tierra enorme (pese a que el ejército inglés superaba los 250.000 hombres en ningún momento se tuvieron desplegados más de 150.000, entre los dos frentes).
Polonia quedaba como la gran vencedora, pues pese a estar completamente sitiada por norte y sur, había conseguido pasar a la ofensiva en los dos frentes y alejar la guerra de su país, donde prácticamente no habían habido combates y seguía intacto.
Venecia, por su parte, se había convertido en el estado Italiano más importante tras la anexión del Tirol y su unión con Génova, y los Estados Pontificios se aseguraban el dominio de la península Itálica.
España había demostrado que, pese a tener una inflación altísima y un país que aún sufría por los estragos de las guerras con Inglaterra, aún podía luchar en condiciones, y seguía poseyendo una gran red diplomática.
Suecia había ensayado nuevas técnicas de combate en el frente Austríaco, dejando de lado alabardas y armaduras y concentrándose sólo en los mosquetes. Las nuevas tácticas habían tenido un gran éxito frente a las tropas imperiales, actuando como ejércitos de choque mientras que Españoles y Venecianos acababan el trabajo. Además, gracias a sus éxitos militares Noruega había rendido vasallaje al rey sueco.
Rusia había sido la gran decepción, pues se pensaba que la entrada del Zar en la guerra presionaría enormemente a Polonia por el norte. Pero el obsoleto armamento Ruso no había sido capaz de vencer a las tropas de Polonia, por lo que no sólo no habían logrado penetrar en territorio Polaco sino que había tenido que hacer frente a una invasión.
Austria había sido sin duda el país que más había sufrido el conflicto. Inicialmente atacado por el sur y el norte, las tropas austríacas no habían conseguido defender ambos frentes, y su situación a mediados de 1662 no era demasiado alentadora. Luego se había recuperado tras la paz con el sur y la batalla de Erz pero la invasión Turca había vuelto a poner a Austria entre la espada y la pared, con la pérdida de los Balcanes y una nueva ofensiva polaca en Silesia. Cuando la presión turca disminuyó, la polaca aumentó, y a duras penas fueron rechazados de nuevo. El saqueo de su tierra había causado el hambre y la muerte entre los campesinos, y tras la guerra el país había perdido un 20% de su población. Aún así, Austria había realizado un buen papel, pero ya no volvería a ser lo que había sido, al menos en bastante tiempo. La única consecuencia positiva para Austria fue la mejora de relaciones con nosotros y la realización de un enlace dinástico entre ambos estados.

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Tras la guerra, el territorio austríaco había quedado completamente arrasado y saqueado. Situación tras la firma de la paz.

El Imperio Otomano también había sufrido mucho, pero su número de bajas fue mucho menor que el austríaco. Las principales batallas se libraron además lejos de Anatolia, en la cual no había entrado ningún ejército. Pero la poca resistencia ofrecida en el norte de África había suscitado el espíritu de revuelta entre argelinos, libios y egipcios, que ahora se consideraban olvidados por el imperio. El tiempo diría si se conseguirían liberar del yugo del imperio.

Durante el conflicto, el tamaño de los ejércitos varió, algunos países, como España y Suecia mantuvieron un buen tamaño, el de otros, como el de Austria, se hundió al poco de empezar a combatir. El ejército Inglés por su parte, no sólo no disminuyó sino que aumentó considerablemente su tamaño.

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En cuanto a la flota, las únicas batallas navales fueron entre ingleses y Turcos, la flota de los cuales fue echada a pique en la batalla de Messina.

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Los cambios territoriales no fueron demasiados, pero se observa claramente el aumento Veneciano, el retroceso Ruso y el vasallaje Noruego de Suecia.

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Revuelta en África (1668-1677)


Con la firma de la paz, quedaba por delante la enorme tarea de retirar los ejércitos del frente y trasladarlos de nuevo hacia los territorios ingleses, cosa que se llevó a cabo durante 1668 y 1669 por la Flota. Las tropas, embarcándose en Grecia o Argelia, serían trasladadas a Francia e Inglaterra principalmente. En la India, los ejércitos guarnecerían las nuevas ciudades y el Oriente Medio las tropas marcharían hacia el Cairo.
Pero en la nueva disposición de los ejércitos muy pocos de ellos regresarían a sus antiguas posiciones en las colonias, que durante la guerra habían quedado bastante desguarnecidas y que ahora veían una oportunidad por liberarse.

Poco después del armisticio, hubo un alzamiento en las antiguas colonias Otomanas en el sur de la india, ahora inglesas, con el fin de regresar al yugo turco, aprovechando que el ejército inglés aún estaba muy al norte y con la esperanza de recibir ayuda turca.


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Aunque la ayuda no llegó, pues podría significar una nueva guerra entre los dos países, los rebeldes mantuvieron el control de la región hasta bien entrado 1670, casi un año después. El éxito parcial que había obtenido la rebelión animó a otros pueblos subyugados por Inglaterra a alzarse en armas y liberarse.
Hubo alzamientos en las Islas Fiji y Marruecos, así como en el norte de Alemania y México. Las revueltas fueron reprimidas en tales regiones, pero mientras tanto se gestaba un conflicto aún mayor.

El África Occidental Inglesa (AOI) había sido conquistada por Cromwell hacía ya dos décadas, y constituía una de las colonias más ricas del imperio, tanto por las minas de oro como por ser una fuente inagotable de esclavos. Además de la explotación, a la región se habían enviado misiones religiosas con el objetivo de llevar a los habitantes a la verdadera fe. Sin embargo, los convertidores no lograron demasiados éxitos. Al fracasar las palabras, los misioneros empezaron entonces a usar la fuerza. Los primeros inquisidores llegaron a las ciudades costeras del golfo de Guinea en la década de los años 1660 y empezaron a sembrar el terror entre la población. Las continuas masacres y el régimen de terror inquisitorio empezaron a hacer crecer el odio hacia los dominadores. La aparición de un líder que los uniera, un hombre llamado Akengboi, encendió la llama de la rebelión.


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Akengboi
Durante cerca de un año, Akengboi preparó la revuelta detenidamente. Aprovechando que las pocas tropas inglesas que guarnecían la región estaban protegiendo las minas de oro, más al norte, el alzamiento se debía producir al sur, en los puertos del golfo de Guinea, que si se conquistaban con rapidez dificultaría la llegada de refuerzos por mar. Todo se debía realizar de forma coordinada para que la rebelión tuviera éxito. Se debían haber conquistado las ciudades costeras para cuando llegaran las tropas inglesas del norte y así poder hacerles frente con condiciones. Luego se debería avanzar hacia el interior y prepararse para rechazar los ataques ingleses.

El primer alzamiento se produjo en Ivoria el día 5 de julio de 1673. Los habitantes empezaron a salir de sus casas armados con las armas tradicionales y empezaron a avanzar hacia las posiciones inglesas. Pese a los primeros éxitos, pronto se dio la alarma y la guarnición se puso en alerta, lo que les permitió mantener la zona portuaria de la ciudad, mientras que el resto de ella había sido conquistada por al rebelión. Empezó entonces una cruel batalla para lograr tomar el puerto por parte de los nativos y para poder reconquistar la ciudad por parte de los ingleses. Mientras, se producían nuevas revueltas en Leone y Palanas, así como en Oye, las cuales no consiguieron sus objetivos de tomar con rapidez las ciudades. La primera parte del plan había sido un fracaso.
Aun así, la rebelión contaba con cerca de 40.000 hombres distribuidos en 3 asedios y una batalla callejera, un número considerable de hombres si se compara con los 15.000 efectivos ingleses que había en el AOI. Estos soldados, al recibir las noticias de los alzamientos, empezaron a avanzar hacia el sur, atravesando la selva. Nuestras tropas se dividieron en dos ejércitos iguales y se lanzaron hacia Leone y Palanas, dispuestas a romper el sitio de las ciudades. Pero la batalla que siguió fue uno de los mayores desastres ingleses en la guerra colonial.

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Hay que decir primero que la guarnición estaba formada principalmente por caballería, muy adecuada para combatir en las llanuras de Songay pero desastrosa en la guerra en la jungla. Además, los rebeldes tenían la ventaja de combatir en un territorio que se conocían a la perfección, lo que les daba una importante ventaja táctica.
Ante la inminente batalla, Akengboi tomó el mando de sus tropas para resistir el ataque inglés. Al ver aparecer el ejército enemigo, Akemgboi lanzó a sus guerreros a cargar contra las ropas europeas, exhaustas tras el cruce de la selva.

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La carga de los rebeldes
Tras cinco días de batalla, las ropas inglesas se tuvieron que batir en retirada tras perder el 80% de sus efectivos, tanto en Leone como el Palanas. Reducidas a apenas 2000 soldados, la guarnición se tuvo que replegar a esperar la llegada de refuerzos.

No fue hasta principios de 1674 que empezaron a llegar hombres provenientes de España y Marruecos, a través del corredor del Sahara, para prepararse para realizar un contraataque. Para entonces, la rebelión se había empezado a extender ya más al norte. Para finales de año ya se contaba en Tombuctú y Buré, con 40.000 soldados, listos para empezar a avanzar hacia la costa.

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Mientras tanto también se empezó a preparar el envío de efectivos por mar, gracias a los nuevos y rapidísimos navíos de línea, que comportaban un gran avance en materia militar naval, pues su potencia de fuego duplicaba la de los antiguos galeones de guerra y ganando además más maniobrabilidad y velocidad.

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En Inglaterra empezaron los reclutamientos para embarcar soldados hacia el África Occidental Inglesa.

La reconquista empezó a finales de 1674. Para entonces, ya habían caído varias ciudades en poder de la rebelión, la cual ya ocupaba más de la mitad del territorio inglés en el golfo de guinea. El primer ataque se realizó hacia Say, provincia que se había alzado poco antes debido a las influencias de Akenboi, el cual se había proclamado rey de Benín, si bien nadie le había hecho demasiado caso en Inglaterra.

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A continuación se continuó el avance hacia Begho, donde fue derrotado un importante ejército rebelde. Mientras, los primeros soldados empezaban a desembarcar en Ivoria para apoyar la guarnición, que ya tan sólo controlaba una parte de los muelles. Gracias a la llegada de refuerzos, los rebeldes fueron echados de la ciudad, justo cuando estaban a punto de conquistar las últimas posiciones enemigas. Desde allí se avanzó hasta Oye, que tras una batalla contra los rebeldes, fue puesta bajo sitio. Nuevos desembarcos se producían en Palanas. Tras asaltar la ciudad, las tropas inglesas avanzaron por la costa hasta Leone, que también fue liberada tras otra batalla.

En aquellos momentos, la situación para la rebelión estaba empezando a ser desesperada. Akenboi ya sólo controlaba Mossi, Bambuk y Zaria, y en tales ciudades sólo disponía de ejércitos disgregados y desmoralizados. En un último intento por recuperar la iniciativa, el “rey de Benín” avanzó en dirección a las minas de oro del norte, para saquearlas y obtener fondos para conseguir más apoyos. Pero su intento fue inútil. Sus tropas fueron derrotadas por la guarnición inglesa que las protegía y él fue muerto en la batalla. Las últimas ciudades rebeladas se rindieron poco después, y a mediados de 1677 la revuelta ya había sido sofocada.

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traskott said:
Y ahora los gloriosos soldados de Su Majestad Británica matarán y saquearán, sin dejar a nadie con vida a su paso :p .


¡¡ Te ha costado !!

Ojo con los de su majestad que Inglaterra es ahora una república, no vayas a enojar al parlamento :D

Me ha costado lo suyo, sí. De las peores revueltas que he tenido desde que juego al EU2... :( Pero es que se me han rebelado todas las provincias a la vez y casi no tenía nada para pararles.. :rolleyes: :D
 
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John Lambert
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La Revolución Gloriosa (1677-1688)


La gran revuelta de Akengboi en el AOI mostró al mundo la debilidad británica en sus propios territorios. El hecho de haber mantenido empeñados durante dos años a cerca de 50.000 hombres mucho mejor armados y entrenados, además de haber causado la muerte de al menos 40.000 más, convirtió al líder africano en un símbolo de libertad en todo el imperio.
Éste respondió alzándose contra los dominadores, tanto en los recién conquistados territorios de la India como en Méjico como en los Países Bajos y Alemania, llevando a la memoria del parlamento aquellos oscuros tiempos donde los alzamientos en Holanda eran constantes.

Lambert veía mientras tanto como su gran prestigio personal, ganado a pulso durante la guerra civil y la guerra de los diez años, se desmoronaba tan rápidamente como su salud. Pese a que las tropas aún sofocaban con éxito las rebeliones y estaban lejos de verse desbordadas, estaban haciéndolo a un precio terrible en hombres y material de guerra. El imperio era riquísimo, pero fondos que se querían dedicar a la industrialización del país se tenían que desviar constantemente para reponer las bajas.

La única colonia que se mantuvo fiel a Inglaterra fue Norteamérica, la joya del imperio. Los soldados desplegados en la zona no pasaban de los 15.000, y el buen comportamiento de los habitantes, casi todos ellos anglosajones y católicos, no demandaba más.
Las posesiones inglesas en la región no habían hecho sino crecer desde que Elizabeth I empezara el avance hacia el interior. En el siglo pasado desde entonces, se había cuadriplicado el territorio inglés en el Nuevo Mundo, y ya se había alcanzado en muchos puntos el caudaloso Mississippi.

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Expansión por América del norte. Marcada la zona dominada en 1580
Ante la oleada de revueltas, el Lord Protector tomó la decisión de renovar el armamento y equipo de las tropas británicas para que aguantaran más los envites enemigos y, a la vez, que ganasen potencia ofensiva.
De todo ello nacieron las famosas Casacas Rojas (Redcoats), tropas entrenadas en instruidas para soportar los ataques de disparo y que confiaban en el puro aguante para resistir en los combates. El nombre de éstas provenía de los uniformes rojos que vestían, hechos para impresionar al enemigo.

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Las Casacas Rojas
Las nuevas tropas surtieron un gran efecto; los aplastantes éxitos que consiguieron contra los rebeldes les hicieron ganar tal fama que las revueltas acabaron al poco por simple falta de voluntad de luchar contra ellas.

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Las Casacas demostraron su valía obteniendo grandes éxitos contra las rebeliones.
Pero para Lambert ya era demasiado tarde. El éxito de su iniciativa no logró eclipsar la mala fama conseguida durante los anteriores quince años. La popularidad de la “república” estaba más baja que nunca, y ya no sólo entre la gente corriente, sino que también los intelectuales empezaban a posicionarse en contra de la dictadura que sufría el país desde hacía casi cuatro décadas.
Uno de ellos era Isaac Newton, descubridor, entre otras cosas, de la gravedad universal.

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Sir Isaac Newton
Hasta el propio parlamento empezaba a posicionarse en contra de la “Dictadura republicana” de Lambert. Su hostilidad se puso de manifiesto el 1688 cuando la facción opositora ganó la mayoría y decidió a invitar a Guillermo de Orange, regente de los países bajos para que tomara el poder y restaurara la monarquía.
Guillermo llegó junto con 15.000 hombres y se dirigió hacia Londres. Con todo el mundo en su contra, a Lambert no le quedó más opción que huir del país.
La huida del Lord Protector fue considerada como una abdicación por el parlamento y el 15 de febrero de 1688 fue coronado el nuevo rey: William III, de la dinastía de los Orange.


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