2: Recuperando lo que es nuestro.
La declaración de guerra les llega el 9 de junio, seguida a los pocos días de nuestras tres legiones al completo, que habían sido previamente transportadas a Morea, su aliado Albania le abandona cobardemente a la suerte de el poderío de nuestros ejércitos. La victoria es rápida y deja al enemigo sin ejército, aunque el general al cargo señala que ha habido cientos de deserciones a causa de la paga reducida. En fin, un fallo administrativo, la próxima vez nos aseguraremos de que la orden de proveer el máximo de mantenimiento sea recibida a tiempo. Aprovechando la guerra con el ducado de Atenas se introducen modificaciones en el sistema de recaudación de las tasas y se crean nuevas tasas de guerra, que duraran todo el tiempo que sea necesario, y generaran unos ingresos muy necesitados.
El 1 de febrero de 1421, después de meses de ocupación el ducado es oficialmente incorporado al imperio.
Ya ha sido demostrado el poderío de nuestras legiones, y estamos ansiosos de poder enseñárselo a los malvados turcos, así que cuando en agosto de ese mismo año Murhad II asciende al trono otomano parece conveniente soltar a su hermano Mustafá, cautivo en la isla de Lemmnos desde hace tiempo para sembrar el desorden entre nuestros enemigos y llenarnos de gloria con la victoria.
La ocasión es propicia ya que nuestras legiones están bien fortificadas dentro de la capital y los otomanos se encuentran ocupados en una guerra contra Chipre, que distraerá a parte de su flota y su ejercito. Las revueltas de Mustafá triunfan parcialmente en Bursa, la capital otomana, donde 8000 milicianos comienzan el asedio a la ciudad. En el resto del país son exterminados y los ejércitos turcos comienzan a preparar su represalia contra el imperio romano.
Sin embargo no contaban con nuestras excelentes legiones, que ahora suman un total de 5, después de licenciar el poco profesional ejercito a pie para poder mantener cómodamente mas legiones, estacionadas en la capital, esta vez con el mantenimiento adecuado; los primeros ataques son rechazados sin problemas y 2 legiones abandonan Tracia para destruir los ejércitos que se están agrupando en Macedonia, antes de que supongan una amenaza grave.
Teke el aliado de los otomanos decide firmar una paz blanca con nosotros, y durante estas campañas al parecer Murhad es gravemente herido, ya que no se le ve nunca mas comandando a sus ejércitos, y todos las tropas otomanas en el continente europeo son destruidas…sin embargo observamos con estupor como los turcos han tomado la iniciativa otra vez desembarcando un ejercito de mas de 20.000 soldados en la recientemente adquirida Hellas. Decidimos pues pagarles con la misma moneda y mandamos tres legiones a invadir anatolia, destruyendo los ejércitos allí presentes, y los que acudían a reforzarlos. Aprovechando el momento, traicionamos a nuestro recién liberado Mustafá y tras dejar una legión en Smyrna para continuar el asedio de la ciudad aplastamos a los rebeldes en Bursa, retomando su trabajo donde lo dejaron. Tras esto enviamos a nuestras tropas restantes a reforzar la legión de Smyrna ante un posible ataque desde Konya. Gracias a la velocidad de nuestras legiones los ejércitos enemigos se encuentran siempre en desventaja numérica, y son destrozados.
En julio de 1422 la capital turca cae, y dirigimos nuestras legiones a macedonia poniéndola en sitio y cortando así el posible avance de las tropas turcas en Hellas. A los pocos meses nuestras legiones en Smyrna toman la ciudad, y así lo hacen los turcos en Hellas, huyendo por mar mas tarde en lugar de avanzar por tierra como teníamos previsto y desembarcan en anatolia, en un intento por liberar la capital y Smyrna.
Mientras tanto tomo la decisión de crear un ejercito de hombres de armas que se encargara de aislar las fortalezas en los territorios europeos otomanos, cubriendonos asi la retaguardia, pero antes encargo a una legión la misión de limpiar los escasos ejércitos formándose en los alrededores y a otra la tarea de liberar Hellas.
Con solo dos legiones en la capital tomo la arriesgada decisión de atacar el ejercito que intenta liberar la capital otomana, mucho menor que el desembarcado en Smyrna, y salgo victorioso con pocas bajas, cortando así el asedio que avanzaba peligrosamente. Sin embargo los ejércitos turcos retoman Smyrna y mandan un pequeño destacamento a atacarme, mientras embarcan a otro. Después de vencer el primer ataque me dispongo a lanzar las legiones a retomar smyrna, pero sufro una derrota espantosa a pesar de luchar contra un enemigo inferior, perdiendo casi una legión al completo. No queda mas remedio que retirarse a la capital a reponer fuerzas, donde ya se están entrenando nuevas legiones para la victoria final.
En septiembre de 1423 una contribución al estado de un banquero rico afín a la causa romana alivia un poco el peso de la construcción de las nuevas legiones en el tesoro, y nos ayuda a devolver a principios de 1424 el préstamo que pedimos a los italianos, con lo que ahora nuestra economía se ha librado de la carga de los intereses. Ese mismo mes asciendo a general a Konstantinos, un comandante de mis legiones que a mostrado gran valía y destreza en la campaña turca, y en en el que fijo mis ojos para mis planes futuros de reformas en la política del país, ya que ha demostrado ser además una persona de gran ingenio y sabiduría.
Con Konstantinos al mando de cuatro legiones la victoria en Smyrna es fácil y después de tomar la ciudad se decide avanzar hacia el interior de Turquía para acabar con lo que queda del enemigo de una vez por todas. Mientras tanto se ha liberado Hellas y se ponen en marcha los planes para la ocupación de las provincias europeas. Rumelia lleva ya muchísimo tiempo sitiada, pero parece que sin el apoyo de la flota nunca se conseguirá tomar, así que mientras se pone en marcha la construcción de nuevas galeras para reforzar la flota se cubre Rumelia y se sigue con el sitio de las demás provincias europeas. Así mismo nos percatamos en este momento de que los malvados demonios musulmanes han vuelto a burlar nuestro servicio de inteligencia anexionándose Chipre ocultándonoslo, así que tendremos que rehacer nuestros planes al respecto, redoblando los esfuerzos para tener a punto una flota en condiciones y tomar la isla.
Tras tomar las restantes provincias europeas se decide abandonar Rumelia para intentar volver un poco mas tarde y pillar a los defensores desprevenidos, ya que se ha llegado hace tiempo a una especie de empate entre sitiadores y sitiados. Sin embargo los turcos crean un ejercito en nuestra ausencia que pone en huida a nuestras tropas, pero pronto llega una legión poniéndoles en su sitio(a un metro bajo tierra). Al mismo tiempo la flota esta terminada y se lanza contra el bloqueo naval de la capital, saliendo victoriosa, perdiendo tan solo una galera. Ya no es necesario el bloqueo de Rumelia, ya que esta vez las tropas tienen más suerte, seguramente al estar mas experimentados después de repetir el mismo asedio un par de veces y este avanza de manera natural. Por lo tanto dirigimos nuestra flota hacia Chipre, haciendo escala en Morea para reunirse con las tropas de Konstantinos, que han conseguidos someter lo que quedaba de los dominios turcos en asia menor, pero toda la flota turca se reúne para impedirlo, dejándonos atrapados en Morea, donde se comienza la construcción de mas galeras, que se unirán a al flota junto a las que se estaban produciendo ya en Tracia.
En este punto de la guerra, estando seguro de la victoria comencé a discutir temas de política interna con el emperador, insistiendo especialmente en el asunto de la sucesión. No me parecía normal que la nación mas ilustrada del mundo y que estaba predestinada a renacer como el fénix y gobernar el universo conocido por segunda vez se basase en un ineficaz sistema de sucesión hereditaria, ya que esto llevaría al desastre finalmente, así que insistí en que al igual que en los gloriosos tiempos de augusto el sucesor al trono fuese elegido por el emperador de entre sus generales o consejeros mas capaces en detrimento de sus propios hijos, que debían ser inexistentes a poder ser. El emperador muy a mi pesar se escandalizo ante semejante idea y comenzó a mostrarse receloso ante todas las demás que le fui proponiendo, y cuando uno de mis espías personales me informo de que éste pensaba deponerme como primer ministro, e incluso ejecutarme no tuve mas remedio que en una de nuestras reuniones golpearle con la tabla de madera con la que realizo mis exposiciones sobre política y estrategias militares hasta dejarlo inconsciente, y mandar apresar a su hijo. Los metí más tarde a ambos en un barril de ayudas humanitarias a la horda dorada con destino a Uralsk y me asegure de que jamás se volviera a saber de ellos. Necesitaba a un sustituto rápidamente, así que el 25 de julio de 1425 puse en el poder al hijo bastardo del emperador, Ioannes que reinaria como Ioannes VIII, quien desde el primer momento comprendió que era mejor atender mis consejos sobre las reformas en el imperio, así que no volví a tener problemas en este respecto.
Tras reagrupar mi gran flota después de mucho tiempo de preparativos los turcos debieron pensárselo mejor y dieron media vuelta nada mas ver los estandartes imperiales surcando el mar, ya que no se encontró oposición hasta llegar al mar de Chipre, donde las tropas intentaron embarcar sucesivas veces, aunque siempre aparecía en ultimo momento el enemigo dispuesto a detener la operación.
El 6 de julio de 1426 gracias a nuestras victorias se produjo un gran entusiasmo por el ejercito entre nuestra población, apareciendo nuevos reclutas por todos lados, que nos vendrían bien para acabar con el asedio de Rumelia y dejar libre a la legión que tenia ahí, y que ha tenido que volver a reempezar el asedio, aunque esta vez lo ha llevado mas lejos que nunca. Nada mas abandonar Rumelia, no obstante una pequeña fuerza turca misteriosa desembarca en la provincia y se une a las fuerzas que habían comenzado a reclutarse en la provincia. Nuestra legión tiene que volver y unirse a los entusiastas del ejercito que habían vuelto un poco menos entusiasmados tras recibir una brutal paliza por parte de las tropas turcas en Rumelia. Derrotada esta fuerza se recomienza el asedio, que finaliza por fin el 13 de marzo de 1428. No obstante poco después se produce en la misma provincia una rebelión a causa de un intento fallido de los otomanos de expulsar a los religiosos ortodoxos e influir en la población para convertirlos a la fe musulmana. Yo me pregunto en que estarán pensando los rumelianos al rebelarse contra mí por una acción turca. Parecían más listos cuando evitaban una y otra vez los asedios de mis ejércitos.
En julio de 1429 por fin comienza la retrasada invasión de Chipre, anunciando el fin de los otomanos y la completa victoria del imperio, la ciudad cae el 15 de febrero del año siguiente, pero seguirán meses y meses de largas negociaciones y duros impuestos de guerra para nuestros ciudadanos hasta que los turcos decidan darnos el control real de sus territorios.
Mientras tanto aprovecho para orientar aun más hacia lo terrestre el imperio y aumentar la calidad y la capacidad ofensiva de nuestras tropas, a costa de no reparar las miticas fortificaciones de Morea, que ya no van a ser necesarias al desaparecer casi por completo la amenaza turca.
El 1 de agosto de 1431 terminamos la guerra con los turcos, obteniendo todos sus territorios en Europa además de Chipre y Smyrna, y una compensación de 350 ducados como reparaciones de guerra. El tesoro esta rebosante y se inician reformas en la recolección de tasas en todas las nuevas provincias, así como se relaja la producción de nueva moneda, aliviando la inflación, que ya era del 14% y permitiendo la inversión en el desarrollo de la infraestructura.
La guerra ha sido más difícil de lo esperado, aunque finalmente nuestras legiones demostraron su valía y el imperio triunfó. Coincidiendo con la paz se introducen nuevas mejoras en el ejército con la reinstitución de la guardia fronteriza de los Akritai.
Ahora nos esperan años de paz en los que trataremos de devolver el esplendor económico al imperio, y lo lograremos pues es nuestro destino.