La conspiración de España contra Venecia
La mayor operación de encubrimiento de la historia
La mayor operación de encubrimiento de la historia
1. Un debate entre historiadores
El 14 de Mayo de 1618, Venecia se despertó a un espectáculo macabro. Sin ninguna explicación, en ese día y en los que le siguieron, hasta 300 personas fueron ejecutadas por el Consejo de los Diez. Unos pocos cuerpos fueron expuestos en la Piazzetta, pero la mayoría fueron encontrados flotando en los canales. Los muertos eran Españoles y Franceses al servicio de la República, trabajadores del Arsenal. Nunca en la historia de Venecia había ordenado el Consejo de los Diez una masacre de tal magnitud. Si los muertos hubieran sido Venecianos, la República se hubiera visto sacudida hasta sus cimientos. Hasta el día de hoy no se ha encontrado una explicación satisfactoria para las muertes. La explicación oficial, que una conspiración Española fué abortada, satisface sólo a algunos historiadores, mientras que la sorprendente falta de evidencia para una conspiración de tal magnitud hace dudar a otros. La explicación alternativa, que la conspiración fué organizada por Venecia de acuerdo con el Virey de Nápoles para obtener la independencia de Nápoles, propuesta por Leopold von Ranke y defendida por Compte Pierre Daru, es también poco convincente.
Voy a tratar de presentar la evidencia conocida por los historiadores sobre la conspiración, y las diferentes explicaciones dadas por las partes. Después propondré una tercera explicación de los hechos conocidos. Una que es lógica y toma en consideración los hechos conocidos, no sólo sobre la conspiración, sino sobre la situación internacional del momento. No es probable que jamás aparezca prueba alguna que apoye esta tercera explicación, por lo que tú, querido lector, serás el juez de la respuesta más probable a este enigma histórico. A lo largo del camino espero que aprendamos bastante sobre unos hombres fascinantes pertenecientes a una época fascinante, que con el paso del tiempo han ido cayendo en el olvido.
2. Los antecedentes
Entre 1615 y 1618, Venecia experimentó un drástico cambio en su tradicionalmente pacífica política internacional. El último intento fallido de expansión territorial por parte de Venecia fué la conquista de algunos puertos de Apulia, como Monopoli y Ostuni durante la guerra de la Liga de Cognac en 1528. E incluso éste intento fué tímido, después de que la guerra de la Liga de Cambrai casi pusiera fin a la existencia de Venecia. Durante casi un siglo, Venecia había renunciado a la expansión, y se contentaba con tratar de preservar lo que todavía poseía. Todo esto cambió cuando Giovanni Bembo, heroe de Lepanto, se convirtió en Dogo de Venecia. Bembo participó en la gran batalla naval cuando contaba sólo 12 años de edad, y se decía que había rendido él mismo un galeote Musulmán, participando también en la captura de otros. En ese momento Venecia se encontraba envuelta en actividades anti-piratas en el Adriático contra los molestos Uskoks (1). Aunque se podían ganar algunas victorias aisladas contra los Uskoks, para poner fín al problema Uskok Venecia requería la colaboración de Austria, y hasta el momento, dicha colaboración no había existido. Giovanni Bembo era muy consciente de ello, puesto que en 1593 había sucedido a Ermolao Tiepolo como almirante de la flota a cargo de las operaciones contra los Uskoks, y en aquel entonces había escalado la guerra, bloqueando los puertos Austríacos de Fiume y Trieste, donde los Uskoks vendían su botín.
Giovanni Bembo fué elegido Dogo en el mes de Noviembre de 1615. Apenas un més más tarde, las tropas Venecianas cruzaban el rio Isonzo iniciando una guerra contra Austria. Nos sorprenden las energías que el nuevo Dogo tuvo que emplear para iniciar la guerra en tan corto tiempo, porque incluso si existieran planes previstos para tal contingencia, hay pocas dudas de que debieron ser congelados a la muerte del Dogo anterior, puesto que no se podía declarar la guerra durante la elección de un nuevo Dogo. Probablemente su caracter guerrero tuvo mucho que ver en que fuera elegido Dogo, pero no fué una elección fácil, dado que requirió 24 días y 114 votaciones, indicando que Venecia no apoyaba homogeneamente las aventuras militares.
Pronto el gobierno de Giovanni Bembo tomó otra decisión controvertida. Fué la de apoyar a Carlos Emmanuel de Saboya en su intento de asegurarse los Marquesados de Montferrat y Mantua aprovechando una crisis dinástica de sus gobernantes, los Gonzaga. Con motivo de la muerte de su yerno Francesco IV, Duque de Mantua y Montferrat, Carlos Emmanuel tomó posesión de éste último Marquesado. Pronto los Españoles, aliados de los Gonzaga y en apoyo de Ferdinando, el hermano de Francesco, le obligaron a evacuar Montferrat. Pero Carlos Emmanuel, llamandose a sí mismo el liberador de Italia, invadió Lombardía, y fué completamente derrotado en 1615 por el Virrey Español, el Marqués de la Hinojosa. Pero aunque superado, Carlos Emmanuel era demasiado para Hinojosa, y le convenció para que firmara un tratado de paz, garantizado por Francia e instigado por Venecia. Dicho tratado, que dejaba a Carlos Emmanuel en posesión de Asti y otras plazas conquistadas, fué repudiado en Madrid por el gobierno de Felipe III, e Hinojosa fué reemplazado como Virrey de Milán por Don Pedro de Toledo, Marqués de Villafranca, con ordenes de aplastar al Duque a cualquier precio. Protegido y ayudado en el flanco Francés por el Mariscal Lesdiguières, antiguo Hugonote que actuaba en ésto en contra de las órdenes de Maria de Medici, reina de Francia, Saboya se las apañó para resitir mes tras mes. Villafranca tenía el apoyo naval de Don Pedro Tellez Girón, Duque de Osuna y Virrey Español de Nápoles. La ayuda que Venecia prestaba a Carlos Emmanuel irritaba a Villafranca y Osuna, y convertía a Venecia en blanco para la venganza por ello incluso más que por su ataque a los primos Austríacos de los Habsburgo Españoles.
Finalmente Villafranca le propinó un golpe definitivo a Carlos Emmanuel en Vercelli, y en 1617 se apañó una rápida paz en Pavía, por la cual cada bando devolvía sus conquistas, y Montferrat era restaurado a Ferdinando Gonzaga, Duque de Mantua, el hermano de Francesco.
Pero antes de que se alcanzara la paz, en Diciembre de 1616, Osuna le pidió al rey Felipe permiso para enviar a su marina privada a atacar en corso a los Venecianos. Felipe III y su ministro, el Duque de Lerma, aprobaron el plan a condición de que se mantuviera en todo momento como una operación privada, con la flota operando bajo la bandera personal de Osuna. Durante todo el verano de 1617, la flota de Osuna operó en el Adriático incontestada, saqueando las islas e interrumpiendo el comercio. Venecia no estaba oficialmente en guerra con España y el embajador Veneciano en Madrid protestaba con energía los ataques. El Rey los deploraba publicamente como actos privados fuera de su control, pero secretamente los apoyaba. Al final de la temporada, la flota de Osuna regresó a Nápoles.
En Septiembre de 1617, Giovanni Bembo había fallado en sus estrategias, dado que no se correspondían con el poder real de Venecia. La guerra de Mantua no había producido ningún resultado concreto, y la guerra de Gradisca contra Austria había fracasado en conseguir su objetivo principal, cuando la reconquista de dicha ciudad, perdída ante los Austríacos cien años antes, fué evitada por la llegada de Wallenstein con su ejercito privado. Las pérdidas para Venecia eran graves, pero al menos se obtuvo de Austria la relocación de los Uskoks y la quema de sus barcos. El tratado de paz fué significativamente firmado en Madrid el 6 de Noviembre de 1617, indicando un compromiso del Rey Español de actuar como garante de la paz firmada bajo sus auspicios, incluyendo un entendimiento de acabar con los ataques de Osuna. Como confirmación, con el comienzo de la temporada, la flota de Osuna no dejó el puerto para dirigirse al Adriático y ningún ataque se produjo en ese año de 1618.
Giovanni Bembo murió el 16 de Marzo de 1618, y es uno de los pocos Dogos cuyo lugar de descanso final nos es desconocido. Esta no iba a ser la única peculiaridad de los sucesos que acaecieron en esa primavera.
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(1) Los Uskoks eran refugiados de los Balcanes invadidos por los Otomanos. Eran fundamentalmente Croatas con otros componentes como Vlachs y posteriormente incluso Italianos. Entraron al servicio de los Habsburgo Austríacos para defender la frontera, y ante la común situación de falta de paga, vivían de las incursiones y del asalto de naves mercantes. Fanáticos Cristianos, no pudieron entender la política contemporizadora de Venecia con los Turcos, y cuando el Sultán exigió a Venecia que garantizara la seguridad del Adriático, los Uskoks se convirtieron en enemigos de la República. Austria continuó protegiendolos por el servicio que prestaban en la defensa de la frontera y por el problema que suponían para sus rivales Venecia y el Imperio Otomano. Sin embargo tras la guerra de los 13 años entre Austria y los Ottomanos, la nueva situación geoestratégica había dejado a los Uskoks como un residuo anacrónico, potencialmente peligroso incluso para los Austríacos.