Los Reyes del Invierno: un relato de la Casa Stark, desde el Joven Lobo (CK2:AGOT)

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Gregor Bardo

Soviet de Gaticos
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Mar 4, 2012
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Los Reyes del Invierno: una historia de la Casa Stark, desde el Joven Lobo (CK2:AGOT)

Muy buenas a todos!

Tras mi primer (e infructuoso intento) de escribir un AAR, vuelvo a la carga con una nueva historia, esta vez sobre los Stark en el escenario de la Guerra de los Cinco Reyes.
Un saludo y gracias a todos por vuestra atención!

PD: Spoilers "Juego de Tronos" y "Choque de Reyes"

PD2: Prólogo en breves

Índice:
Apéndices:
 
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Buena suerte, empezar con Robb no es fácil. Eso sí tienes unos comandantes del copón.
 
Prólogo I

El balcón estaba tenuemente iluminado por la luna cuando Catelyn Stark llegó. Desde él podía contemplar toda Aguasdulces, y aunque no podía verlos en la oscuridad, sí que oía el rugido del Forca Rojo y del Piedracaida (los ríos que surcan la capital Tully).
Catelyn había salido al balcón de su padre buscando aire fresco (propio ya del otoño que se acercaba) y para estar a solas y reflexionar. Tenía mucho en que pensar. Si dejaba la mente en blanco, lo único en lo que pensaba era un su Eddard. Su querido Ned. Cada vez que lo hacía se le anegaban los ojos de lágrimas, y después rompía a llorar cuando recordaba a sus hijas, secuetradas por los Lannister. Lloró en silenco. El balcón estaba desierto, y en las habitaciones su moribundo padre dormía plácidamente por efecto del vino del sueño. Se recompuso. Tenía que ser fuerte. Por Robb, por sus hijas, por Bran y Rickon, por su hermano…
Robb, pensó. Ayer solo era un chiquillo que se agarraba a mis faldas, ahora es el Rey en el Norte. Los Reyes del Invierno era un título habitual en la casa Stark antes de los dragones, un título casi mitológico, pero su hijo era ahora el Rey en el Norte; el primero desde Torrhen el Arrodillado. Desde el Bosque de los Lobos hasta el Tridente, nobles señores y hombres corrientes se enfundaban sus armaduras, se despedían de sus hijos, recogían sus armas y marchaban. A la guerra; la gran guerra del Norte para liberarse del yugo de los reyes de Desembarco. “Que ellos se queden con su Trono de Hierro, nosotros tenemos al Rey en el Norte” habían exclamado algunos.
Era cierto que ella también detestaba a los Lannister, pero una guerra global en Poniente era una locura. Stannis y Renly también eran enemigos de los Lannister (aunque luchaban entre sí), y su hermana Lysa seguía encerrada en el Nido. Tenía que hacerlos entrar en razón a todos. Ella solo quería enterrar a su Ned, poder despedirse de su padre, y estar con sus hijos. Y la guerra iba a quitárselo todo, y Catelyn lo sabía.
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Robb Stark, el Rey en el Norte
 
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Prólogo II


Era una noche sin Luna, oscura como las profundidades, salvo por alguna estrella y Él. El cometa rojo se podía ver a casi todas las horas del día, incluso a la hora del lobo (justo antes del amanecer), o en noches sin luna como esta. Presagia la muerte decían unos, la guerra pensaban otros, para aquel centinela solo era otra estrella más del firmamento, no le daba ningún significado.
“Noche sin Luna pensó”, ideal para hacer guardia. Cambió el peso de un pie al otro, incómodo por su pensamiento. El campamento Stark estaba tranquilo como un estanque, a oscuras salvo la luz de alguna tienda, y en silencio. Ni siquiera los caballos emitían sonidos. “Todos duermen , pensó el guardia, menos yo”.
De repente un grito. El guardia se sobresaltó. “Lannisters” pensó, “pero tan cerca de Aguasdulces, no puede ser”. De repente se volvió a acomodar y recordó. “Novatos”.

*******​

Eddie se despertó sudando y entre temblores. Había sido una pesadilla espantosa. Parece que ninguno de sus compañeros se percató. Todos dormían profundamente, incluso con largos ronquidos. Se incorporó sudoroso e intento ordenar sus pensamientos. Vale que era su primera noche en el ejército, pero no estaba asustado. Su padre le había enseñado todo sobre la espada, y él era un buen discípulo. Recordó a su padre y de repente se entristeció, era uno de los guardias personales de Lord Eddard, no se merecía morir así. Ninguno se lo merecía. Una vez le dijo que se llamaba así por el propio Lord Eddard, al que su padre estaba muy agradecido. Cuando ambos murieron Eddie se fue con su tía a Puerto Gaviota, donde mendigó hasta que estalló la guerra. Esa era su oportunidad, podría vengar a su padre.
El frío del otoño le refrescó nada más salir. Mientras orinaba contempló el cometa rojo, expectante en el cielo. Era un buen presajio se dijo Eddie. Era la venganza.

*******​

Robb se despertó sobresaltado. Había oído algo. Un grito. Pero el campamento se encontraba en calma. Se sentó en el borde de su cama. Sus tropas tardaban en llegar, pero cada vez eran más. El Norte es muy grande se dijo, pero pronto marcharemos al sur. Su padre fue un gran hombre, y le correspondía a él recuperar el honor de su casa, a sus hermanas y a un Norte libre e independiente. Por eso luchaban. Por eso iban al sur.

*******​

Catelyn se desprendió de las sábanas. No podía dormir y estaba acalorada. Se levantó y miró por la ventana. El cometa surcaba el Tridente en un cielo negro. El rojo era uno de los colores de la casa Tully, pero también era el de los Lannisters. ¿A quién favorecerían los dioses? Catelyn no sabía si quería conocer la respuesta.


*******​

Jamie se tocó las manos en sueños, inquieto. “Cersei” pensó. Pero no, eran los grilletes que los lobos le habían puesto, y que llevaba incluso en la celda de ese mohoso campamento. Algo le había despertado. ¿Un grito quizás? ¿Los suyos venían a rescatarlo? No podía ser. Sus tropas aún no estaban preparadas para una incursión tan cerca de Aguasdulces. Había subestimado al Joven Lobo. No lo haría dos veces.

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El cometa rojo a su paso por Poniente
 
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El camino a Desembarco empieza yendo al norte

La columna avanzaba al paso, con el estandarte del huargo al frente. Robb dio la orden de alto, para contemplar Aguasdulces, la capital de los Tully, y feudo de su abuelo. El mediodía aún no había llegado cuando volvieron a espolear los caballos. Eran un centenar. El grueso del ejército se encontraba en el campamento cerca del Forca Verde, y más tropas aún esperaban en el Norte.
Cuando llegaron les recibió su madre, vestida con sencilla ropa azul oscura y su tío, Ser Edmure (heredero de las Tierras de los Ríos).
- Hijo –le saludó Catelyn besándole la mejilla.
- Alteza –saludó Edmure.

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*******​

- ¿Qué Theon ha hecho qué? –Robb no podía creérselo, Theon era casi como su hermano pequeño, se habían criado juntos…
- Como te he dicho –respondió seco Ser Brynden Tully- , ese traidor se ha reunido con su padre en Pyke, para que este se corone Rey de las Islas del Hierro y del Norte. Como firma en la carta.
- Te advertí Robb –empezó Catelyn- de que no enviaras a Greyjoy a negociar con Balon.
- Ya basta madre, Brynden –preguntó Robb- ¿Qué crees que harán los Greyjoy?
- Atacarnos majestad. Pescadores de toda la costa ya han avistado barcoluengos con el kraken dorado, pero me temo que será una maniobra de distracción.
- ¡Qué desembarquen! –exclamó el Gran Jon- les enseñaremos como se combate en el Norte.
- Lord Balon no es tonto Lord Umber –explicó Catelyn- , sabe que somos superiores en tropas, intentará aprovechar la mejor ocasión para atacarnos.
- ¿Mientras nos encaminamos al sur verdad? –continuó Robb- Buscará un lugar propicio en el que desembarcar sus hombres. Una bahía supongo, que cuente con importantes reservas de suministros para poder pertrechar su armada y sus tropas invasoras.
- En el Norte solo existe un lugar como el que habéis expuesto alteza –dijo el callado Bolton- Puerto Blanco.
- Muy bien Lord Bolton. Marchamos al Norte otra vez, que los hombres se preparen. Será a paso ligero.
- Robb –dijo Catelyn- también ha llegado un cuervo del Lord Comandante Mormont. Parece que tienen problemas con los salvajes.
- Ya tengo dos guerras que luchar madre. La Guardia podrá arreglárselas sola de momento.
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La respuesta de los Greyjoy a una posible alianza anti-Lannister
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Petición de socorro desde el Muro que nos es imposible satisfacer


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- Te digo que no –dijo el soldado que tenía Eddie delante a otro más alejado con el que estaba discutiendo- , que marchamos al norte y no contra los Lannister.
- ¿Pero qué sentido tiene eso? –dijo el otro soldado.
- Los calamares se creen que pueden invadir nuestras tierras mientras luchamos contra los leones, pero se equivocan –explicó el veterano soldado- , les daremos una lección. A ambos.

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Situación de las tropas enemigas en el Norte
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El humo que salía de Castilloviejo se extendía varios kilómetros alrededor, incluso a la colina sobre la que se encontraban Robb Stark y su estado mayor.
El rey estaba de muy mal humor. Y muy dolido. La traición siempre duele. Y más si es la de un ser querido. La de Theon había sido la primera, y esta la segunda. Aunque Robb sabía que vendrían más. Ser Rodrik Cassel, el que fuera maestro de armas de Invernalia y el que enseño a los chicos Stark a manejar el acero había traicionado a su rey cambiando de bando. A las órdenes del niño-rey Joffrey comandaba el ejército expedicionario de este en el Norte, que ahora mismo intentaba un repliegue hacia Puerto Blanco, sin haber conseguido doblegar Castilloviejo.

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La traición de ser Rodrik

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Eddie pateó el cadáver que tenía delante. La batallas había terminado hace horas, pero el aún se encontraba deambulando por allí. Un macabro espectáculo. El ejército Stark, muy superior, había aniquilado a los hombres de Joffrey en apenas unas horas. Más de seis mil muertos. Y aún quedaban los calamares. Eddie esperaba que estos resultarán un mejor combate.

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Batalla de Castilloviejo
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Vanguardia Stark, alrededores de la Torre de la Viuda

Les había costado casi otra semana, pero ya los tenían. Tras acabar con los restos del ejército desembarqueño, habían estado persiguiendo a los krakens por toda la Bahía Blanca, pero ya estaba. La Atalaya de la Viuda era el lugar elegido. Unos diez mil hijos del hierro, bajo el mando del propio Balon Greyjoy, y con el apoyo de su escuadra, se afanaban en conquistar la fortaleza. Sin duda (se dijo el Pez Negro), pensaban utilizarla como base de operaciones en el Norte. No les darían esa opción.

Flanco oeste, horas más tarde

Estos bastardos son duros, pensó Eddie mientras arremetía (por milésima vez) contra el maltrecho escudo del invasor que tenía delante. Hacía un par de horas que los ejércitos habían chocado, siendo el flanco de Eddie el último en hacerlo. El crujido del escudo de su contrincante al partirse dio nuevas fuerzas a Eddie, que cargó de frente con la espada atravesando armadura y hombre.
El ejército Stark era superior en número, pero los hijos del hierro eran unos adversarios temibles. No obstante tras horas de combate, su menor cantidad de hombre les hacía perder terreno conforme avanzaba la tarde, por lo que los flancos norteños se precipitaban hacia el centro de la formación enemiga.
Eddie levanto la cabeza al oír los gritos que se propagaban por entre los suyos. El estandarte real acompañaba siempre al rey en batalla, y este siempre lo estaba. A su lado el temible lobo huargo despedazaba a los incautos que se ponían por delante, mientras que el rey hacía lo propio desde su semental castaño.
Eddie agarró con más fuerza la espada. “Vamos a acabar con esto” pensó.

Cercanías de Atalaya de la Viuda, puesta del Sol

El Pez Negro desmontó de su caballo y alcanzo a Robb, que descansaba junto a sus capitanes sobre un tronco caído.
- ¿Cómo ha ido tío? –preguntó Robb.
- Lord Flint asegura que sus hombres han cazado a los últimos que escaparon. No ha habido supervivientes. Además la flota de los Manderly se acerca desde el sur; aunque mis exploradores ya han visto zarpar los barcoluengos.
- Ya… -dijo ensimismado Robb- Ahora que hemos acabado con la amenaza de los Greyjoy en el Norte, es hora de marchar al sur, es el turno de enseñarle los dientes al león.

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Aplastante derrota kraken en la Atalaya
 
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El lobo, la rosa, el ciervo y el león (Parte I)

Foso Cailin se distinguía a un par de kilómetros de distancia. “La llave del Norte” pensó Eddie. “Menos mal que los krakens atacaron la Atalaya”. Habían transcurrido unos días desde la batalla, pero Eddie ya empezaba a tener pesadillas. Entre la tropa había un muy bueno estado de ánimo tras la gran victoria. Los soldados marchaban alegres a pesar de que el invierno se les echaba encima. Eddie comenzaba a distanciarse del pensamiento optimista de sus camaradas. Junto al fuego nocturno, los hombres especulaban sobre cuantos leones iban a matar, que tierras tenía pensado el rey reclamar, cuantas aldeas saquearían, etc. “La gran guerra del Norte”, pensó Eddie “no es para gentes como nosotros, es una guerra de señores, y el victorioso será un señor”.
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Para mi hijo Robb, el Rey en el Norte

Querido Robb te escribo esta carta desde Aguasdulces con mis más tristes palabras. Tu abuelo, Lord Hoster Tully, señor del Tridente y Aguasdulces, nos dejó anoche mientras dormía. Esperaremos tu regreso para el funeral y la sucesión. Por favor informa con delicadeza a Edmure, y preséntale mis respetos, al igual que a mi tío ser Brynden. No te preocupes por mí. Ya sabía que mi padre iba a morir, por lo menos lo he acompañado en sus últimas horas…
Tengo más noticias para ti. Renly Baratheon se ha casado con Margaery Tyrell. Baratheon y Tyrell luchan ahora juntos (a excepción de Stannis). Sus tropas ya recorren el camino de la Rosa, se plantarán frente a las murallas de Desembarco en las próximas semanas. ¡Es una gran noticia Robb! Negocia con Renly, y juntos pondréis fin a esta guerra.

Tu madre que te quiere, Catelyn
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Robb bebía agua a un lado del camino, mientras contemplaba el desfile de sus tropas cruzando los Gemelos. Lord Frey, como siempre, había rehusado (con toda la amabilidad que había sido capaz) que las tropas se pertrecharan allí. Pero Robb carecía de tiempo para ello. La carta de su madre había trastocado sus planes.
El nuevo señor del Tridente, su tío Lord Edmure Tully, así como ser Brynden habían partido hacia Aguasdulces al conocer la noticia. Les había dado órdenes de que le exculparan ante su madre, no asistiría al funeral.

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El nuevo señor del Tridente, Lord Edmure Tully

Sus hombres se afanaban en ir más rápido. Inquietantes noticias venían del sur de las tierras Stark. Leones y rosas saqueaban las Tierras de los Ríos. Y los pasos al Valle cada vez estaban más vigilados. Renly le atacaba, pero también a los Lannisters. ¿Sería el tiempo de negociar?

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Situación de tropas hostiles en las Tierras de los Ríos y alrededores

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Ser Brynden se quitó el sudor de la frente. Habían sido días duros se decía a sí mismo. Estaba más a gusto en la batalla que en el palacio. Así que agradecía haber partido de Aguasdulces tras el funeral. Su hermano y él estuvieron mucho tiempo peleados, y ahora que se habían reconciliado, este había muerto.
Tenía que estar atento. El nuevo Lord Tully, su sobrino Edmure, le había encargado que defendiera los vados de los atacantes, para proporcionar paso seguro a los hombres del rey en su camino al sur. Robb había estado de acuerdo con el plan.
Un gran ejército Lannister patrullaba las cercanías de Harrenhal. No tenían opciones contra él. Pero su caballería se afanaba en cortar las líneas de suministro Lannister a través de las tierras Tully conquistadas.

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El funeral de Lord Hoster

Días más tarde…

Empezaba a llover todos los días. “Mal asunto” pensó Brynden. Sus informadores habían regresado hacía horas. Los Lannisters cruzaban el Forca Rojo y se dirigían al norte por las Tierras Frey. Iban a por Robb. No les daría esa opción. Su compañía se puso en marcha en menos de una hora y se dirigió al norte y luego al este. Conocían mejor los pasos y vados. Aquellas eran sus tierras.
El gran Forca Rojo estaba hacinado de hombres que intentaban cruzarlo. El río estaba crecido con las últimas lluvias, lo que hacía imposible vadearlo, salvo en contados lugares. Aquel por el que intentaban cruzar los Lannister no era uno de ellos. Sin embargo Lord Tywin (con la ayuda de guías locales comprados) dirigía personalmente su vanguardia al oeste, a un pequeño vado en el que se encontraban Brynden y sus hombres.
Los gritos poblaron la noche. Las flechas salían de los árboles para alcanzar a los caballeros de Occidente, que eran rematados en el suelo. La caballería pesada Lannister se hundía en un terreno muy mojado por las lluvias recientes (y la que caía también en ese momento), mostrándose incapaz contra la infantería y los arqueros Tully apostados en el vado. El yelmo del león atraía toda la atención del Pez Negro. Lord Tywin, herido en una pierna, desmontaba y ordenaba retirada para reunirse con el grueso de sus hombres. Brynden echó a correr, zafándose de los hombres que tenía delante. El gran león desenvaino un hacha de guerra, mientras las flechas acababan con sus guardias, Brynden gritó, ejecutó una finta y se plantó delante de Tywin, su ferocidad le obligó a retroceder, y a resbalar en el barro. Brynden le arrebató el hacha de un fuerte golpe, giró su espada y la clavó en el vientre del león. Lord Tywin empezó a escupir sangre, incapaz de articular palabra. El río se llevó su cadáver.

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La muerte de Lord Tywin, y su hijo Tyrion como nuevo señor de Occidente
 
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El lobo, la rosa, el ciervo y el león (Parte II)

El muchacho estaba calado hasta los huesos al igual que su montura. Había recorrido caminos convertidos en ríos y lodazales sin detenerse. Era un correo del rey.

*******

- Pasa chico –le dijo un afable ser Brynden al mojado mensajero- , ponte al lado de la chimenea. ¡Y que le den algo caliente! –dijo gritando.
La posada del camino había vivido tiempos mejores, pero por lo menos los hombres que se guarecían en ella eran Tully, y no había sido incendiada por los Lannister, por lo que el posadero se mostraba servicial y agradecido.
“Carta de Robb” pensó Brynden mientras manoseaba el sobre. Lo abrió y empezó a leerlo por encima. “Nos hemos enfrentado a fuerzas hostiles en el brazo oriental del Tridente”. Brynden se paró a leer esa parte:
“Cuando descendimos de los Gemelos –explicaba Robb- fuimos sorprendidos por fuerzas de exploración hostiles. Eran hombres de Lord Estermont, vasallo de Renly. Decidimos parlamentar, pero la cosa no sale bien. Los hombres están inquietos con la visión del venado coronado. Lord Estermont me insta a reunirme con Renly y doblar la rodilla, para ayudarle en su lucha contra el Trono. Algunos de mis banderizos pierden los nervios. Se llega a las manos. No los culpo. Las espadas chocan horas después. Apenas eran unos cinco mil. Les hemos vencido sin problemas y giramos hacia el oeste.”
Brynden siguió hojeando la carta. Se detuvo ante algo interesante.
“El Tridente está ahora libre de enemigos. Quiero que redobles los esfuerzos por encontrar a mis hermanas. Los Lannisters no han podido retener a ambas. Por lo menos a Arya no. Encuéntralas Brynden. Hazlo por Catelyn.”
*******

Lord Edmure contemplaba a su hermana, que lloraba desconsoladamente mientras abrazaba a una irreconocible Arya Stark. Los hombres del Pez Negro la encontraron vagando por los caminos. Sola, sucia y hambrienta.
Horas después la chica lo conto todo. Huyó de la ciudad tras la ejecución de su padre, en compañía de un hermano negro, que fue asesinado por los hombres de la Montaña. Tras esto estuvo vagando por los caminos huyendo de los soldados. Hasta que divisó unos con el símbolo del Pez Negro.
Se alegraba mucho por Cat. Abandono el salón donde se sucedía la escena, bajó por las escaleras hasta los sótanos, donde se reunió con su tío.
- Sobrino -le saludó Brynden.
- Ser Brynden –le dijo seco Edmure-. ¿Aún estáis esperando?
- A vos –le contestó ser Brynden-. He pensado que os gustaría decírselo en persona.
- Hacerlo vos que fuisteis su verdugo.
Abrieron la puerta, y un desmejorado Jamie Lannister apareció en un rincón.
- Matareyes –dijo ser Brynden- vuestro padre ha muerto.
Ni siquiera contestó. Se quedó mudo en su rincón mirándose los grilletes.

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Arya Stark, sana y salva
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Ser Brynden salió a la oscuridad en compañía de su sobrina. Hacía bastante frío.
- Así que es verdad, el invierno ha llegado –dijo sombrío Brynden.
- El cuervo blanco llegó al amanecer. Esperaba que la guerra hubiera terminado antes –dijo Catelyn.
- Los dioses nunca son tan bondadosos.
- ¿Es verdad lo que dice Edmure, matasteis a Tywin Lannister?
- Así es Cat, ni siquiera pensé en no hacerlo.
- ¿Entonces el Gnomo es quien gobierna ahora?
- Es lo que se supone. Sin embargo el humo viene ahora del Oeste. El paso del Colmillo Dorado está sin vigilancia, y las tropas fronterizas marchan a la Roca.
- ¿Qué está pasando? –le corto Cat.
- Dicen que el Gnomo ha muerto. Y que el nuevo Lord Lannister (un tío lejano) ha inclinado la rodilla, y reconocido a Renly como su rey.
- ¿Cómo?
- El Oeste de desangra en una guerra civil. Joffrey aún tiene partidarios en la tierra de su madre.
- Por todos los dioses –dijo Catelyn- más guerra.

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El invierno ha llegado
*******

Un hombre caminaba solo por un camino lleno de niebla. El capote que llevaba apenas le abrigaba del incipiente invierno que se les avecinaba. Las botas tampoco le eran cómodas.
“No debería quejarme por esto” pensó “por lo menos sigo con vida”. Podrick Payne siguió su solitario camino, y empezó a recordar los sucesos que lo habían empujado a huir apresuradamente y echarse al camino.
“Debería haber seguido a Lord Tyrion, y no quedarme en Desembarco”. Pero Podrick quería ser caballero, por lo que permaneció en la capital. No sabía lo que se le venía encima. Toda la fuerza combinada de las Tierras de la Tormenta y del Domino se les hecho encima. El asedio duró apenas unas horas, a pesar de la férrea defensa que presentaron los hombres Lannisters. No obstante se luchaba también dentro de la ciudad. Barrios enteros ardían, y los Hombres astados se afanaban en tomar las puertas para abrírselas al invasor. No obstante lo que decidió la batalla fue la llegada de la armada de Stannis. Cientos de barcos con el ancestral venado de la casa Baratheon irrumpieron en la Bahía del Aguasnegras destrozando a la exigua flota Lannisters y acabando con el sitio de Desembarco del Rey. Ambos hermanos Baratheon se habían reconciliado, y obtuvieron la victoria. Un flamante rey Renly entró en la Fortaleza Roja, junto a su Guardia Arcoíris, su reina y el Caballero de las Flores. Encarceló a toda la familia Lannister (Cersei, Tommen y Myrcella). Esa misma noche, cuando el crepúsculo se situaba sobre la Colina Alta de Aegon, Pocrick abandonó la ciudad por una destrozada Puerta del Lodazal, mientras Joffrey Baratheon, el primero de su nombre, rey de los Siete Reinos, era ejecutado ante el Septo de Baelor, como cierta Mano del Rey.
Era el fin de la casa Lannister se dijo Podrick. ¿Qué sucedería ahora entre el venado y el lobo? ¿Qué le sucedería a él?
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La caída de Desembarco en manos de los hermanos Baratheon


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Joffrey Baratheon es ejecutado
 
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Deliberaciones

La tienda del rey estaba tenuemente iluminada por unas velas. Los hombres reunidos en la gran mesa guardaban silencio. Robb presidía una mesa llena de mapas y papeles, frente a la que se sentaban los principales comandantes de su ejército.
- Así que –carraspeó Robb- los Greyjoy vuelven a asaltar nuestras posiciones en el Norte.
Los hombres acompañaron las palabras del rey con un hosco silencio. Robb sabía lo que pensaban. Era evidente que querían proteger sus hogares del ataque de los hijos del hierro. Pero también que se encontraban a unos días de camino de Desembarco. La duda se reflejaba en el rostro de todos.
- Majestad –empezó Lord Umber- os seguiremos a donde digáis. Sé que algunos hombres querrán volver a casa, pero que también desean ganar esta guerra.
- ¿Tenemos información de donde están atacando los krakens? –preguntó Roose Bolton.
- Se les ha visto bordear la Isla del Oso, hacia las zonas montañosas del noroeste –aportó Lord Mallister.
- ¡Ja! Entonces los hombres de los clanes darán buena cuenta de ello –exclamó sonriente el gran Jon.
- Esperemos que los tengan entretenidos el tiempo suficiente hasta que podamos regresar –dijo Robb.

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Los Greyjoy vuelven a atacar el Norte
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Robb se quitó las mantas y se levantó de la cama. Viento Gris dormía plácidamente en un rincón de su tienda. Se abrigó, y salió al exterior. “Ya queda poco para que amanezca” pensó. Anduvo por el campamento hasta que se topó con su tío abuelo ser Brynden, que afilaba su espada frente a una modesta tienda de campaña.
- Sois muy madrugador ser Brynden –saludó Robb.
- Es lo que tiene hacerse viejo –contestó mientras Robb se apoyaba en un tocón de madera.
- ¿Cuándo habéis regresado? –preguntó Robb al anciano caballero.
- Hace una hora.
- Contadme. ¿Cómo esta Desembarco?
- Las murallas que dan al río están bastante dañadas, incluso hay algunas puertas totalmente destrozadas. Renly apenas ha puesto una guarnición en la ciudad, el grueso de sus tropas se dirige al noreste.
- ¿Hacia nosotros? –preguntó inquieto Robb.
- Eso me temo. No sé cuáles serán las intenciones de Renly.
- Renly viene a que le juremos lealtad. Es evidente. Sabe que nos supera en número, y que controla Desembarco…
- Bueno –dijo enigmático ser Brynden- eso puede cambiar.

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Mapa de Desembarco del Rey
 
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La llegada del lobo

La muralla de Desembarco que miraba directamente al Camino Real era la menos dañada, aun así, estaba vigilada por los nuevos Capas Doradas, leales a Renly y pagados por Altojardín.
Una pareja de capas doradas hablaba en voz baja en uno de los sectores de la muralla, cuando otro llegó corriendo y jadeante.
- ¿Qué te pasa muchacho? –le pregunto uno.
- ¡Se acerca un ejército!
- ¿El rey Renly ha regresado?
- ¡Son huargos!
*******

La sombra que proyectaba el Trono de Hierro era espeluznante para Robb. El amasijo de pinchos y púas sobre el que sentaban los reyes de Poniente estaba vacío. Al igual que el salón del trono.
“Ha sido algo limpio, y bastante rápido” pensó Robb. El “asedio” (si se le pueda dar tal denominación, pues a los norteños les bastó con un par de horas para hacerse con el control de la Fortaleza Roja y de los principales enclaves defensivos de la ciudad) se había producido a una velocidad vertiginosa. Las tropas de Robb habían bordeado las posiciones de la vanguardia del ejército de Renly, y se habían plantado ante Desembarco. La pasmada guarnición no había presentado mucha batalla (en su mayoría jóvenes capas doradas inexpertos); los norteños llegaron incluso a asaltar a ciudad a través de los cascotes de secciones derruidas de muralla.
No obstante no habían impedido que algunos cuervos escaparán de la ciudad. Robb estaba seguro de que Renly se enteraría. Contaba con ello.

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El asedio de la Fortaleza Roja

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El caballo pifiaba y pataleaba. Robb le paso una mano por el cuello para tranquilizarlo. Y es que el lobo huargo intimidaba a cualquiera. Portando el estandarte del rey estaba su escudero Olyvar Frey, y a la izquierda del rey estaba ser Brynden Tully.
La montura de Renly se recortó en el horizonte. Le acompañaban dos pajes (uno con la bandera blanca, y otro con el venado coronado), y un guardia arcoíris.
- Lord Stark –saludó Renly con una sonrisa irónica.
- Lord Renly –dijo también Robb.
- Os dirigiréis a vuestro señor como alteza o majestad –interrumpió el guardia arcoíris con una extraña voz.
- Ya basta Brienne. Vamos a dejarnos de cortesías, ¿de acuerdo?
- Como queráis –contestó seco Robb.
- Ha sido una buena maniobra –reconoció Renly-. Os habéis plantado ante Desembarco, bordeando a mi ejército y tomado la ciudad. ¡En un solo día! Estoy impresionado. Pero esto acaba aquí. Vuestros enemigos eran los Lannister. Ya no tenéis por lo que luchar.
- En eso os equivocáis, sigo teniendo mucho por lo que luchar.
- Pues dejad de hacerlo. La victoria ha sido mía. Como el Trono de Hierro me pertenece.
- Podéis quedároslo, no es algo que me interese.
- Siete Reinos, un rey –dijo decidido Renly.
- Pues ahora serán seis –dijo un mordaz Brynden.
- Eso es algo impensable –contestó Renly fulminando al Pez Negro con la mirada-. Mirad podéis seguir con todo eso del Rey en el Norte si queréis, siempre y cuando me reconozcáis como vuestro señor, y legítimo poseedor de los Siete Reinos.
- No es por un título por lo que luchamos. El Trono de Hierro ya no tiene autoridad en las tierras donde hondee mi emblema. Desde ahora y hasta el fin de los días, el Norte será independiente y autónomo.
- Y eso es algo que no voy a permitir. Sed razonable. El reino debe estar unido ante una nueva posible amenaza. Mirad, como gesto de buena voluntad di instrucciones de que escoltarán a vuestra hermana, Lady Sansa; a Aguasdulces. Recapacita Robb. Si al amanecer no habéis arriado el emblema de los Stark de la Fortaleza Roja, la próxima vez que nos veamos será con las espadas en la mano.

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La oferta de Renly


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Sansa vuelve a casa

Renly dio la vuelta a su montura y se marchó. Robb no dijo nada. Se quedó ensimismado, mirando cómo se alejaban los jinetes.

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Un jinete portando el emblema del lobo huargo
 
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Las espinas de la rosa

El campamento estaba en completo silencio. Sobre su montura, Robb Stark manoseaba el puño de su espada.
Eddie lo veía todo desde una de las filas de atrás. Sabía que iba a decir algo importante. Algo se les avecinaba. Eso lo sabían todos.
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Robb Stark instantes antes de la batalla
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- ¡Soldados! ¡Hombres del Norte y de los Ríos! Los sureños creen que tienen el derecho a gobernar sobre nuestras tierras. Pero, ¿Qué saben ellos del invierno, eh? ¿Qué saben de las crecidas del Tridente? ¡Nada! ¡No saben nada! El rey Renly quiere colocarnos la argolla, para que nos arrodillemos y le lamamos las botas. ¡Pero eso se acabó! Desde el día que marchamos al sur, ya no nos regimos por el Trono de Hierro. ¡Somos hombres libres! Y vamos a luchar por ello. ¡Por mi padre Eddard, por los camaradas caídos, por la libertad, por el Norte!
- ¡El rey en el Norte, el rey en el Norte, el rey en el Norte! –gritaron a coro los soldados.
- Y ahora vamos a cazar algunos ciervos…
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La línea de soldados se extendía varios kilómetros por el claro. El estandarte del lobo huargo aparecía por encima de todos los demás. El viento empezó a arrastrar sonidos al claro. Pronto el horizonte se llenó también de lanzas y estandartes, con el venado de los Baratheon predominando.
Ser Brynden se acercó al caballo del rey.
- Parece que Renly no tiene ganas de luchar hoy. Si no me equivoco, es su hermano Stannis el que comanda el ejército.
- Stannis es un gran comandante –contestó Robb-, ¿cuantos crees que son?
- Menos que nosotros, Robb.
- No veo el blasón de los Tyrell por ningún lado tío.
- Vaya…Tenéis razón.
- Algo está pasando. Que los hombres se preparen. ¡Al ataque!
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El cielo se llenó pronto de flechas, y el claro de gritos y sangre. La caballería comenzó a hostigarse por los flancos, mientras que en el centro, ambas infanterías se enfrentaban, línea con línea.

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Momentos iniciales de la batalla
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Eddie se tocó el costado. Le habían herido. “Sólo un corte superficial” pensó. Relevó a un compañero, e hizo cantar su acero contra otro soldado Baratheon. A su alrededor, pisaba sangre, miembros amputados, cadáveres y heridos. Empujó su espada hacia delante, casi cortando en dos a su adversario. El sonido de los cascos de caballos pronto inundo su sección. La caballería de las Tierras de la Tormenta se les echaba encima. Debían retroceder. Eddie abandonó la primera línea. Algo le empujo por detrás. Algo grande y pesado. El caballero arrolló a Eddie, y lo remató con un lanzazo. En el suelo, pisoteado y sangrando, Eddie empezó a escupir sus dientes. Tenía todo el rostro lleno de sangre. Solo pudo ver al caballero que le había pasado por encima. Un caballero con el blasón de un barco y una cebolla.
*******

Robb luchaba a pie junto a su guardia. Su espada se elevaba y caía, regando todo con sangre. El Pez Negro se acercó al galope desde uno de los flancos.
- ¡Robb! –le llamó- ¡Los Baratheon empiezan a retroceder! ¡Se retiran hacía los montículos!
- ¡No podemos dejar que se reagrupen! ¡A por ellos! ¡A los caballos!
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La escuadra a caballo giró hacia el este. Los hombres Stark seguían a su rey a paso ligero, mientras que perseguían al maltrecho ejército enemigo. En los bosques de los alrededores los pájaros empezaron a quejarse y volar. Miles de caballeros salieron al galope. La caballería pesada del Dominio. Con ser Loras Tyrell al frente, acompañado de su hermano ser Garlan y del mariscal de Altojardín, Lord Randyll Tarly.
El choque fue brutal y ensordecedor. La caballería norteña y de los ríos no era rival para la caballería pesada del Dominio, por lo que fueron arrollados.

*******

Robb cayó de su caballo. El golpe con el suelo le dejó malherido. Se levantó a trompicones. Levantó la cabeza. La muerte danzaba a su alrededor. Viento Gris no estaba a su lado. Nunca se separaba de él, ¿dónde estaba su lobo huargo?
El golpe plano de una espada le sacó de su ensoñación. Intentó levantar el brazo de la espada, pero lo tenía entumecido. Su adversario le golpeó en la cara con el puño, arrancándole el casco. Le dio un par de puñetazos más, le quitó la espada de una patada, y le puso un enorme mandoble en el cuello.
- Robb Stark, quedáis apresado en nombre del rey Renly, acusado de traición y rebeldía.

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Randyll Tarly sonrió debajo de su casco. Sostenía a Veneno de Corazón justo sobre el cuello de ese mocoso Stark. Podía acabar con él. Pero las órdenes eran claras: el chico debía vivir. Lord Tarly le miró a los ojos. Unos ojos vacíos, sin nada que se reflejara en ellos.

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El Norte ha perdido


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Estaba todo a oscuras. Robb solo podía sentir el peso de las cadenas, y el dolor de los golpes y heridas que le recorría el cuerpo. Así eran las celdas negras.
Empezaron a oírse pasos. La puerta se abrió con un quejido. Dos guardias cogieron a un aturdido Robb Stark y lo sacaron a rastras de la celda. Lo llevaron ante el salón del trono, que Robb recorriera días atrás.
Renly tenía un aspecto muy regio, con una corona dorada sobre los cabellos, y sentado en el Trono de Hierro. Empujaron a Robb para que se arrodillara ante él. En la habitación no había tanta gente. Guardias arcoíris y soldados, algún caballero, señores de alta importancia (como Stannis Baratheon, Mace Tyrell, Randyll Tarly, Axel Florent, etc), el Caballero de las Flores, y Renly Baratheon.
- Robb Stark –empezó Renly desde el trono- se os ha encontrado culpable de muchos y horribles crímenes contra los Siete Reinos, entre los que destacan el haber alzado las armas en rebelión contra la corona, haber atacado a ejércitos del rey, y el de alta traición contra el rey y el reino. ¿Tenéis algo que decir antes de que emita el juicio?
Robb pensó en decir algo. No se le ocurría nada, así que opto por algo infantil y descarado. Fue una estupidez. Robb escupió una flema a los pies del trono como única respuesta.
- Muy bien –siguió Renly-, por la presente yo os declaro culpable de los cargos descritos. Tales crímenes deben ser pagados con la vida, pero ya ha habido suficiente sangre. Por la presente, se incautará el título del Norte, que pasará a estar vinculado a la corona de los Siete Reinos. Tenéis mi permiso para volver a Invernalia, donde permaneceréis bajo arresto, conservando el título de Lord de Invernalia. Vuestra vida y la de vuestros familiares no sufrirá daño alguno, mientras sigáis siendo leales a vuestro rey.

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El juicio

- El Norte… -empezó Robb-… El Norte nunca será vuestro. Nunca vaís a estar allí, nunca gobernareis esas tierras. Podéis titularos como gustéis, pero nunca lo tendréis. El Norte recuerda rey Renly, y habrá un día en el que los hijos del invierno vuelvan para reclamar la libertad por la que sus padres marcharon al sur y murieron. Rezadle a los Siete para que ese día no esté cerca.

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Su majestad, Renly Baratheon el primero de su nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Protector del Reino, Señor de Bastión de Tormentas, Lord de Occidente y del Norte
 
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ATENCIÓN: Posibles SPOILERS de la trama de Sansa en Festín de cuervos-Danza de dragones

Tiempo de incertidumbre (Parte I)

El camino estaba embarrado, y el cielo lleno de nubes. Los jinetes avanzaban a paso quedo, en un clima de apatía y resentimiento. Eran los elegidos para escoltar a Robb Stark (y parte de sus hombres) de vuelta al Norte. Al frente de todos se encontraba el nuevo Lord Comandante de la Guardia Real de Renly, Lord Emmon Cuy (el que fuera Emmon el Amarillo de la Guardia Arcoíris). Robb cabalgaba con las cadenas puestas, mientras su mirada perdida se fijaba en todo y nada a la vez. Una de las grandes ausencias entre los partidarios de Robb era su tío abuelo ser Brynden Tully, el Pez Negro, que había aceptado el perdón de Renly y se había convertido en uno de sus caballeros blancos. Su tío Brynden, que fuera capitán de sus ejércitos…
Pararon a pasar la noche bajo unas ruinas cerca del Forca Verde. Comieron en silencio. Empezó a llover. Los hombres, mojados, cansados y de mal humor buscaron refugio. El guardia que se refugió junto a Robb era uno de los que llevaban las llaves. Apenas un muchacho. Su cuello hizo un extraño ruido cuando Robb se lo rompió con los grilletes. Se desató y pasó las llaves a sus hombres. Los demás se dieron cuenta y estalló una refriega. Robb cogió la espada del crio al que acababa de matar.
- ¡Lord Emmon! –gritó Robb- acabemos esto como caballeros.
Se formó un círculo alrededor de los dos hombres. El guardia blanco atacó primero, pero Robb lo esquivó con un paso hacia su derecha. Las espadas chocaron ante la frente de Emmon, que retrocedió. Hubo un par de intercambios más, hasta que la fuerza de los golpes de Robb se hizo cada vez mayor, resbalando la espada de Lord Emmon. Robb aprovechó y lanzo un tajo que segó el pecho de Lord Emmon. Este cayó al suelo, sin vida.
Robb miró a su alrededor.
- No dejéis a nadie con vida.

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Ser Brynden, el Pez Negro, de la Guardia Real


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Robb escapa

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Robb llegó a Invernalia tres semanas después de escapar de los hombres de Renly. El Norte tenía un aspecto deprimente, al igual que la capital de los Stark. Por lo menos pudo abrazar a sus hermanos. Estaban todos: Bran, Rickon, Arya y Sansa. Solo faltaba Jon, en la Guardia de la Noche. Su madre había permanecido en Aguasdulces, haciéndose cargo de las tierras de su hermano mientras este seguía encerrado en una mazmorra.
El maestre Luwin le puso al corriente de todo lo que había sucedido durante su vuelta a casa. El favorito del rey Renly, el Caballero de las Flores había muerto de unas fiebres mientras regresaba a Altojardín para el funeral de su padre, pues Lord Mace Tyrell también había fallecido. Su hijo mayor, Willas Tyrell era ahora el señor del Dominio. Petyr Baelish se convertía en Mano del Rey (sin duda tuvo algo que ver con la rápida caída de Desembarco ante Renly). En Occidente una indeterminada guerra civil se daba desde la muerte de Tyrion Lannister. Las Islas del Hierro seguían en rebelión, sin aceptar la autoridad del Trono de Hierro. Mientras que en el Norte se vivía una tensa paz.
Robb decidió que no se llevarían a cabo acciones de ningún tipo por el momento. En esos días, el señor de Invernalia de dejaba ver en muy pocas ocasiones. Por insistencia de su hermana Sansa, la cual había recuperado su ilusión anterior a su secuestro por los Lannister, Robb empezó la búsqueda de un marido para esta, siendo el elegido ser Harrold Hardyng (también conocido como Harry el Heredero, ya que se esperaba que este sucediera al enfermizo primo de los Stark, Robert Arryn, como señor del Valle). Así mismo se buscó también una esposa para Robb, siendo la elegida Lyanna Momont (hija pequeña de Lady Maege de la Isla del Oso).
El tiempo siguió pasando. Durante meses no había sucedido nada más que las bodas de los Stark mayores.
Hasta que llegó un cuervo. El mensaje era del rey, en el que se instaba a sus “leales vasallos” a preparar a sus hombres contra una nueva amenaza: una confederación de diversos señores de todos los Siete Reinos, con el objetivo de que se redujesen las autoritarias medidas que el nuevo rey estaba aplicando a sus vasallos. Robb tiró la carta al fuego. Nada le importaba. De momento.
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La boda de Sansa

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La boda de Robb


 
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ATENCIÓN: posibles SPOILERS de la parte de Daenerys en Tormenta de Espadas-Festín de Cuervos-Danza de Dragones

Tiempo de incertidumbre (Parte II)

Desde que volvió de la guerra derrotado, Robb era una sombra de lo que fue. Decaído, poco hablador, hosco y taciturno pasaba la mayor parte del tiempo recorriendo la muralla exterior de Invernalia, en la biblioteca o en sus habitaciones.
Eran tiempos oscuros, de oscuras noticias. La guerra contra Renly seguía, pero este ya no parecía el victorioso rey que uniera de nuevo los Siete Reinos (a excepción de las Islas del Hierro). La pérdida de su hijo no nato (a la que otros añaden la muerte de Ser Loras) le había sumido en una profunda depresión, que había desembocado en locura. La cual le hacía cometer decisiones poco acertadas, como entregar Bastión de Tormentas a su vasallo Lord Donnel Swann, en lugar de a su hermano Stannis, que ambicionaba el título desde tiempos de Robert Baratheon. Paradójicamente Stannis Baratheon moría por causas naturales en Rocadragón, sucediéndole su hija Shireen.
A la guerra que se libraba se sumó una nueva. Cersei Lannister había vuelto del exilio con un ejército para recuperar Roca Casterly. Toda esta presión fue demasiada para Renly, que murió enfermo en su cama. La corona de los Siete Reinos recayó en su hija de un año Annis Baratheon. Eran tiempos oscuros. El reino estaba al borde del abismo de nuevo. La nueva reina (o su regente, la reina madre Margaery Tyrell) decidió que ya era hora de que hubiera un nuevo guardián del Norte que le fuera leal, el elegido, Lord Rickard Ryswell. Robb destrozó una habitación cuando se enteró de la noticia. Para contrarrestar la posible influencia que el nuevo señor del Norte pudiera ejercer sobre sus antiguos vasallos, decidió casar a Bran con Alys Karstark, ganándose la alianza de estos.
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El nuevo señor de las Tierras de la Tormenta, Lord Donnel Swann

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Lady Shireen Baratheon, señora de Rocadragón

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La muerte de Renly Baratheon

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Su sucesora, Annis de la casa Baratheon

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Bran se casa

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El usurpador del Norte, Rickard Ryswell

Tiempos oscuros, noticias oscuras. Extraños rumores venían del este, la última Targaryen, Daenerys de la Tormenta, había conquistado la ciudad esclavista de Meereen, estableciendo su corte allí. De momento luchaba contra los reinos esclavistas de la zona, a lomos de un dragón, pero puede que quizás después posará su vista en Poniente. Quién sabe.

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Noticias extrañas sobre dragones y sus jinetes
 
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¿Por qué sera que cada Stark que va al sur del cuello termina mal?

PD:Llego tarde pero...

Guardemos silencio en honor a Joffrey de las casas Lannister y Baratheon,El primero de su nombre,legítimo Rey de los andalos los ronyar y los primeros hombres,Asesinado cruel y traicioneramente por Renly el usurpador. :)p :p :p )
 
El Pez Negro, aprueba este AAR...
 
¿Por qué sera que cada Stark que va al sur del cuello termina mal?

PD:Llego tarde pero...

Guardemos silencio en honor a Joffrey de las casas Lannister y Baratheon,El primero de su nombre,legítimo Rey de los andalos los ronyar y los primeros hombres,Asesinado cruel y traicioneramente por Renly el usurpador. :)p :p :p )

Lo de ejecutar a Joffrey fue un puntazo de la IA. Por ejemplo a Cersei la soltó cegada, a Tommen castrado y Myrcella sigue en la cárcel (con la espada Hielo, maldita!). Lo de los Strak no tiene remedio, por lo menos conservo la cabeza xD

El Pez Negro, aprueba este AAR...

Muchas gracias Wittmann, ojala no se hubiera metido en la Guardia Real, comandantes así no hay muchos...

El Norte se volverá a levantar... mas fuerte... mas duro!!!!!!

Vale que esa frase es de los isleños, pero le paga a los Stark. Haber si a Robb se le quita la tonteria y va a por el usurpador.

Jajaja es el plan, recuperar el Norte cuanto antes