Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR

  • We have updated our Community Code of Conduct. Please read through the new rules for the forum that are an integral part of Paradox Interactive’s User Agreement.
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo noveno, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


mjk_mg42_3.jpg

Un Mercedes gris, con la capota baja, se deslizaba a lo largo del asfalto. El subteniente Dankvart von Arnim, sentado al lado del chófer, contemplaba al pasar la fachada finamente cincelada del palacio del Louvre. La calle estaba solitaria y tan apacible que parecía imposible que el mundo se encontrara en guerra. En el asiento trasero del coche, dos sargentos con subfusiles miraban al mundo por debajo de sus cascos.

Arnim hizo una señal al chófer y el coche se dirigió hacia la Ile-de-la-Cité y la Prefectura de París. Tras las torres gemelas de la Conciergerie, que dominaban aquella isla cargada de tesores por las que el joven oficial había pasado tantas veces, apareció la flecha de la Sainte Chapelle, apuntando al cielo como una espada. A la izquierda, a lo largo del muelle de Fleurs, von Arnim vio algunos ramos de flores que ponían una nota de color en la acera. En la punta de la torre del reloj las dos agujas marcaban las once.

De repente, un camión enorme apareció al lado del coche. Von Arnim contempló, con curiosidad, al pelirrojo conductor, que le devolvió una mirada de maligna diversión antes de acelerar y poner el camión delante del coche. De repente, la capota del camión se abrió y von Arnim pudo ver, aterrado, el cañón de un ametralladora enfilando su vehículo. La primera detonación hizo rodar el casco de uno de los sargentos.

Von Arnim, recuperando el ánimo, gritó al conductor:

-¡Deprisa, más deprisa!

Pero el conductor se había derrumbado sobre el volante, con un gran agujero donde antes había tenido la cara. Mientras las balas seguían regando el vehículo y hacían saltar el cristal del parabrisas, von Arnim giró bruscamente el volante hacia la izquierda, y las balas efectuaron una perezosa curva sobre el vehículo, atravesando el cuerpo del moribundo sargento, y lanzándo al otro suboficial, ya sin vida, al asfalto, sobre el que derramó sus vísceras ensangretadas, que se escapaban a borbotones de su destrozado estómago.

Mientras el camión proseguía su camino por la rue de Lutece camino de Notre Dame, los primeros miembros de la resistencia tomaban la Conciergerie.


Corsario Viejo: El rango es el rango...

Pav-Z: Ahora empieza lo bueno.
 
Last edited:
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo decimo, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


arton477-fe01b.jpg

Mientras el camión seguía su camino hacia Notre Dame, algunos resistentes comenzaban a penetrar en la Prefectura de Policía. Así fue como, al salir de la calle de Lutece para tomar la de la Cité, desde una ventana, un joven resistente apuntó con su escopeta de caza contra el camión de marcas alemanas e hizo fuego. Salvo causar un par de agujeros en el toldo, no logró hacer otro daño, salvo a los humores del cabo Alfred "Alfie" Clement Lennon.

Lennon era un orgulloso Liverpoliano, amante de la cerveza, del futbol y de toda mujer que no fuera la suya, poseedor de gran inteligencia y de mayor sentido del humor. Sin embargo, no era dado a soportar que le dispararan, de manera que, cuando el camión se metió por la plaza enfrente de Notre Dame, descargó con furia varios cientos de balas de su MG-42 sobre la zona de la Prefectura desde la que les habían disparado. Las balas hicieron un destrozo terrible entre los muebles y cristales de los despachos alcanzados, y no digamos ya entre los desafortunados resistentes que estaban en la zona, incluído el joven de la escopeta, al que, por un capricho de la mala suerte, una bala quiso penetrar por el ojo con el que había apuntado al camión, desparramando sus sesos contra la pared al salir.

Esto, que puede parecer un poco inmoral al tratarse de aliados disparando sobre aliados, tuvo un efecto positivo, sin embargo, pues, al ver los alemanes que defendían la entrada de Notre Dame como el camión disparaba sobre los rebeldes parisinos, se confiaron al creer que se trataba de uno de los suyos, de manera que ninguno de los soldados que protegían la entrada del único pórtico abierto, el de la Virgen, se esperaba que los soldados que se bajaron del camión abrieran fuego sobre ellos.

La descarga fue brutal, de manera que muchos de los sodlados salieron catapuldos hacia atrás por los impactos recibidos, mientras las balas destrozaban la piedra y mandaban fragmentos de santos y reyes tanto del mencionado pórtico como de la Galería de los Reyes situada sobre él volando en todas direcciones.

Cuando uno de los soldados alemanes del interior empezó a cerrar la puerta, Lennon, sujeteando entre sus manos un Panzerfaust capturado, apuntó cuidadosamente hacia las maderas que se cerraban y, con una sonrisa aviesa, tras murmurar:

-Dale una oportunidad al alto explosivo...

...colocó una granada que destrozó la puerta, mientras el camión Opel, con un rugido, se lanzaba contra el portico central, destrozándolo y abriendose paso por la nave principal de la catedral, arrollando a su paso soldados y bancos por igual, hasta quedar detenido en el centro, empotrado contra el pórtico construído por Felipe Augusto en el siglo XIII, que quedó convertido en migajas de roca por la violencia del choque.

Descendiendo del camión con una sonrisa y un puro en los labios, Archie comenzó a regar con su Sten a los alemanes que se intentaban atrincherar en el coro, haciéndoles bailar una danza poco sagrada.


Viden:Si. Al menos por el momento...

Calestos: Toma resistance...
 
Last edited:
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo decimoprimero, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


Battle_for_paris_FFI2.png

Sin saber el infierno que los Bastardos estaban creando en Notre Dame, los hombres del FFI men se preparaban en la Prefectura para rechazar el contraataque alemán. Para ello cargaban sus armas (algunas de ellas tan antíguas que parecía como si una ola de steampunk se hubiera apoderado de París) y se apostaron en las ventanas, mientras se llenaban botellas y más botellas con una mezcla acido suflúrico y clorato de potasio, en el llamado coctel Molotov, en una actividad frenetica y sin final.

A lo large de la ciudad, las células de la resistencia lanzaban el primer ataque, destrozando las centrales telefónicas y de comunicacionse alemanas. También, comenzaron a aplicar el lema de la siblevación: A chacun son boche — a cada uno su alemán. Los soldados de la Wehrmacht acuartelados por todo París se encotnraron, de repente, despertados por los disparos o emboscados en las calles por hombres que le disparaban desde coches y motocilcetas en marcha o por francotiradores invisibles.

Algo similar estaba teniendo lugar en la catedral: mientras una parte de los Bastardos, al mando del mayor Archie, aniquilaban los últimos focos de resistencia alemana y comenazaba a buscar la entrada al laboratorio secreto, el resto tomó posiciones en las torres y las puertas, esperando a los alemanes, que no tardaron en llegar. Mientras varios camiones se detenían frente a la Prefectura, otro puso rumbo hacia Notre Dame. El soldado Howard Clough estaba detrás de la voluminosa ametralladora Vickers y lo vio. "¡Instala ahí la ametralladora!", le había aullado el sargento. Y Clough lo había hecho.

-Por qué diantres Fritz tiene que ser tan tonto... -susurró. Luego, con el cañón fijo en el camión, abrió fuego.

Las balas destrozaron el vehículo. Los cristales de la cabina saltaron en pedazos y, con ellos, la cabeza del conductor, arracanda de cuajo por la metralla. El camión fuera de control, se estrelló contra un árbol. Un Feldwedel, Bernardt Blache, se encontró aterrizando de cabeza contr ael duro suelo, mientras a su lado, un joven soldado con las tripas fuera, lloraba llamando a su madre. Entoncse vio a un oficial, con los ojos desorbitados, salir de su Kubelwagen, con su Luger en la mano y disparando a un enemigo que no podía ver.

Clough también pudo verle y dejó de disparar con la Vickers. Tomó su arma favorita, un fusil SMLE No1 Mk III con algunas modificaciones, como un cañón más pesado, un refuerzo para el hombre y una mira de tirador Pattern 1918, lo que la hacía el arma del francotirador perfecta. Clough echó mano de ella y la apoyó en su hombro.

Blache miraba estupefacto al oficial cuando, de manera inesperada, la cabeza de este voló en pedazos al ser alcanzada por una bala de alta velocidad. De repente, el cuerpo se vino abajo, como una muñeca a la que han cortado sus hilos. Entonces, como si fuera un sueño , una botella envuelta en un trapo voló por los aires y el camión estalló en una bola de fuego. Reaccionando, Blache tomó una Stielgrenate en una mano y una MP38 en la otra, y gritando como un loco, se lanzó a la carrera contra la catedral.

Casi había llegado cuando la ametrelladora Vickers reanudó su fuego.
 
Last edited:
Los siblevados lo estan haciendo bien.
 
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo decimosegundo, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


-¡De acuerdo, todo el mundo abajo! -dijo Archie en voz baja, mientras sus hombres comenzaba a descender dentro de las entrañas de la catedral, en una larga y silenciosa procesión.

-Vamos a ir con cuidado, que ahí abajo puede haber un buen número de nazis... - Pront ose encontraron en un largo y estrecho corredor, con una apestoso aroma a humedad cubirendolo todo. Encontraron una escalera y cotninuaron su descenso a los infiernos de París.

Arriba, el sargento McLeod le quitó el seguro a su Sten y preparó su pistola Browning HP m,ientras observaba el humo que cubría el exterior de Notre Dame.

Con cuidado y sin que se les escapara ni una tos ni un pedo, Archie y sus chicos continuaron su descenso por las escaleras hasta llegar a una larga habitación de techo bajo repleta de cajas ce instrumentos. Y de nazis uniformados con las runas plateadas de las SS. Cuando aparecieron los Bastardos, los nazis se quedaron helados.

-Toc, Toc, ¿se puede? -Exclamó Archie, sonriendo beatíficamente ante las caras de los horrorizados alemanes. Luego, sin dar tiempo a que nadie reaccionara, abrió fuego son su Sten, descargando su arma en una larga ráfaga, a la que se sumaron, con rapidez, el resto de sus hombres.

La_liberation_de_paris_FTP_warfare.png

-Oh oh... ahí vienen los Krauts a joder otra vez... -Susurró McLeod mientras daba un vistazo rápido a su posición defensiva y la masa gris que se movía hacia ellos. Entonces, apra recordarle de la mierda que le iba a llover, a su alrededor comenzaron a estallar diversas granadas de mortero, que comenzaron a martillear la fachada de Notre Dame.

Sin embargo, los alemaens cayeron bajo el fuego cruzado procedente de las dos terroes y fueron rapidamente aniquilados. Pequeños grupos de supervivientes intentaron alcanzar los edfícios de la plaza, pero McLeod y Lennon comenzaron a disaprar sus metralletas en cortas ráfagas, seguidos por el profundo ladrido de la ametralladora Vickers.

En lo alto de la torre de la izquierda estaba encaramado el soldado Daniel Carnehan, el galés más espabilado jamás nacido. Allí estaba, charlando con Emmanuel, la gran campana de la torre, cuando vio algo muy feo que se aproximaba.

-¡Alerta ahí abajo! -gritó en la radio- ¡Que vienen los Panzers!

McLeod miró al cielo y se cagó en la madre de aquellos alemanes que no paraban de jugar sucio...

Bundesarchiv_Bild_101I-680-8283A-12A%2C_Budapest%2C_marschierende_Pfeilkreuzler_und_Panzer_VI.jpg


Hacia las 9 a.m. el general Choltitz aceptó que lo que estaba pasando no era un hecho aislado. Tantos ataques casi simultáneos le llevaron a la correcta conclusión de que se trataba de una rebelión planeada y coordinada. Grupos de comando de la resistencia parisina comenzaron a apoderarse de edifícios vitales en los 20 arrondissement de la ciudad, tomando ayuntamientos, comisarías, el matadero, la morgue y hasta la Comedie Francaise. Por todas partes se podía ver la tricolor gala y las notas de la Marseillaise se escapaban de todos los edifícios liberados.

Entonces Choltitz decidió que era la hora de jugar fuerte y sucio.
 
Last edited:
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo trece, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


En las primeras horas del alzamiento, la resistencia parecía tener todas las de ganar. En el Mairie (ayuntamiento) del primer arrondissement, junto al Louvre y apenas unas manzanas del Hotel Meurice, los hombres del FFI tomaron el edifício al alsato. En la Prefectura de Policía, un FFI intentó utilizar la centralita del prefecto, que estaba cubierta por luces rojas que brillaban, marcando la entrada de llamadas. Fue apretando botones y comenzazron a llegarle las llamadas de otros resistentes, como el del grupo de la Mairie de Neuilly, que gritaban pidiendo auxílio.Desde Chartres, a 40 kilómetros de distancia, llegó la voz del alcalde, gritando con alegría que los tanques americanos estaban cruzando las calles de la ciudad. Apenas la voz comenzó a gritar su alegría cuando una explosión enorme la enmudeció. Había comenzado la respuesta alemana.

ffi.rivoli.gif

En las profundidas de Notre Dame, Archie y su grupo continuaron abriéndose paso hacia el laboratorio principal, dejando un trazo de destrucción a su paso. Arriba, el sargento McLeod vio un camión Opel que cruzaba el Pont-au-Change. Antes de acabar de cruzar el puente, fue visto por un ametrallador en la Conciergerie. En la plaza, los escasos supervivientes alemanes corrían en zig-zag, escapando de las balas de los franceses y de los bastardos.

Un suboficial cogió su fusil y se abrió paso hasta un automóvil. El aterrorizado conductor, fue forzado a llevar al alemán al Hotel Meurice. Allí, el suboficial, sin importarle las miradas alucinadas de los oficiales alemanes allí presentes, subió las ecaleras a la carrera y abrió la primera puerta de una patada, antes de entrar gritando "¡A que coño esperais para enviar a los tanques! ¡Están friendo a mis hombres como si fueran salchichas!".

El general Choltitz le miró con cara de sorpresa.

barricade.notre.dame.gif

En Notre Dame, el camión repleto de soldados con el uniforme gris marchaba tranquilamente hacia la entrada pricncipal de Notre Dame cuando la ametralladora francesa abrió fuego. Cerca de un centenar de balas de 7,92mm acribilló el vehículo con una larga ráfaga de seis segundos. Una vez el silencio retornó, no quedaba nadie vivo en el camión, que parecía sangrar como un ser vivo con la sangre de sus ocupantes. El camión prosiguió por unos metros, conducido por una mano fría, y se detuvo.

En las profundides, Archie encontró su objetivo y su grupo comenzó a poner las cargas.
 
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo catorce, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


Hacia el final del día, elementos de las divisiones de reserva 158 y 165 comenzaron a llegar a la ciudad. Las dos divisiones habían sido destacadas de sus ejércitos para deterner a los aliados en el Sena. Contribuirían de manera decisiva a la defensa de París una vez la ciudad fuera cercada por los aliados. Pero esto aún pertenecía al futuro, y Choltitz no se enteró de ello hasta que sus oficiales se presentaron en su despacho para informar, debido al caos de la situación del frente occidental. Choltitz se tenía que apañar con lo que tenía a mano.

La mayoría de los hombres a su mando estaban desplegados en la línea defensiva que había organizado en las afueras de la ciudad. Lo que quedaba en la ciudad eran tropas no combatientes, un contingente reducido de la Luftwaffe, un puñado de reservistas, y un contigente de las SS del cuartel Prinz Eugen, al norte del Sena. Su único as en la manga, además de los pocos aviones de ataque de Le Bourget) eran los tanques del 5.º Regimiento Panzer y los SS. Sabía que los tanques eran prácticamente invulnerables a cualquier cosa que los partisanos pudieran usar contra ellos. Sólo un coctel Molotov bien apuntado podía alcanzarles, y normalmente a costa de lavida del lanzador. Con estos elementos se dipsuso a recuperar la ciudad.

parisien4.jpg

Mientras, las Waffen SS continuaban reclutando voluntarios.​

Choltitz agrupó a los tanques con los SS, a pesar de que el comandante de las SS no quería obedecer órdenes de la Wehrmacht, aunque al final tuvo que aceptar las órdenes de Choltitz. Con estas tropas, el general alemán esperaba ir recuperando la ciudad edifício a edifício. Por ello reunió los elementos disponibles frente al Hotel Meurice, tres Panteras y una compañía de infantería, y los envió a recuperar el ayuntamiento del primer arrondisement y luego la Prefercutra. Después le tocaría el turno a Notre Dame.

squareviviani2.jpg

A las 3 p.m., la improvisada fuerza llegó al ayuntamientos. Los cañonazos de los carros destrozaron las puertas y las ventanas, mientras que los resistentes lucahban con lo poco que tenían a mano, pues no tenían cocteles Molotov y estaban escasos de municiones. Durante 30 minutos el fuego continuó, y los heridos se fueron acumulando sin que hubieran medicinas para ellos. Finalmente, tras ser rechazado un ultimátum a las 3:35 p.m., un Pantera derribó la puerta y la resistencia comenzó a venirse a bajo. Pronto las banderas blancos aparecieron por las ventanas y los alemanes capturaron el edifício.

Cuando se tomó el ayuntamiento, los alemanes cruzaron el puente al sur y entraron en la Ile de la Cite para recapturar la Prefectura. Mientras lo hacían, se escuchaban, a lo lejos, diversas explosiones a lo largo de la ciudad. Nubes de humo comenzaron a surgir de las centrales telefónicas que, al ser dinamitadas, volaban por los aires. Así quedaron mudos cerca de los 90% de los teléfonos parisinos. Las comunicaciones de la resistencia quedaron inutilizadas, al carecer de radios, a diferencia de los alemanes.

Entonces, cuando los alemanes empezaron a girar sus armas hacia la Catedral, una gran explosión los sorprendió a todos.

efemmes08.jpg
 
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo quince, Ile de la Cité, París, 3 de julio de 1944


La explosión hizo que las cabezas se giraran soprendidas. La demolición de la centralita telefónica que estaba debajo de la tumba de Napoleón en los Inválidos fue tan potente que destruyó los pilares de la parte central del edifício. Crujiendo, el edifício comenzó a temblar durante unos segundos, hasta que, de repente, el suelo se vino abajo y se llevó con él el enorme sarcófago que contenía los restos de Napoleón, que fue a hacerse pedazos en las profundidades. Entonces, con un brutal rugido, la cúpulsa se colapsó y se vino abajo. Todo el edifício desapareció en una gigantesca nube de polvo.

hotel.surrender.gif

Mientras Archie y los suyos corrían escaleras arriba y la cuenta atrás de los detonadorres seguía su curso, los Panteras comenzaron a disparar contra la catedral. Los tanques hicieron volar en pedazos la puerta central y a continuación abrieron fuego contra cualquier posible fuente de disparos. De repente, el sargento McLeod se lanzçó hacia adelante y un cóctel Molotov impactó contra la torre de uno de los carros, haciendo arder su camuflaje y equipo. Las llamas se extendieron por todo el vehículo y penetraron en el compartimento del motor. Con una explosión sorda, el Pantera quedó intulizado y los otros dos se retiraron para evitar un destino similar. La infantería quedó abandonada frente al fuego de los defensores del edifício. ,

McLeod yacía en el suelo, destrozado por las balas, cumplida su loca carrera.

Bundesarchiv_Bild_101I-646-5188-17%2C_Flugzeuge_Junkers_Ju_87.jpg

Entonces, con un alarido que anunció la llegada de los Stukas, oleada tras oleadas de Ju 87 se lanzaron en picado contra la catedral. Lanzando un grito aterrador, lanzaron sus cargas con precisión aterradora, dsetrozando por igual piedras y carne.

Cinco minutos después de la caída de la última bomba, tanques y soldados de la Werchmacht y de las SS se lanzaron contra el edifício destrozado. Desde las ruinas, una tormenta de fuego se abatió sobre ellos. Así comenzaron los combates entre las piedras sagradas de lo que una vez fue Notre Dame.

Entonces pasó algo que no había previsto Choltitz. Enfurecida por la destrucción, la masa parisina, que no había colaborado por miedo hasta entonces con los alemanes, se lanzaron a las calles, recuperando el espíritu de 1871. Con armas que iban desde mosquetes del siglo XIX a modernas pistolas, los parisinos comenzaron a apoderarse de las calles y levantar barricadas.
 
Los OTROS malditos bastardos: la historia secreta - UK AAR
Capítulo dieciseis, Ile de la Cité, París, 4 de julio de 1944


En la madrugada del 4 de julio comenzaron a llegar a París los restos de las divisiones 158º y 165º. Como el resto de formaciones del 7º Ejército, habían recibido un severo castigo y sus batallones apenas tenían los efectivos de una compañía. Pese a ello, fueron reorganizadas en grupos de batalla improvisados y, tras un ligero descanso, lanzaros a la hoguera en la que París se había transformado. Pocos refuerzos podía esperar. El 7.º Ejército había sido aniquilado en Calais y el flanqueo de París casi era un hecho.

O eso parecía...

screensave22.png

En Normandía, Eisenhower estaba muy ocupado. Sus ejércitos estaban cruzando el Sena y se abrían pao hacia el norte y hacia el este. Montgomery estaba listo para avanzar sobre Amberes y Bradley iba a cruzar el Sena, para luego lanzarse a toda velocidad hacia el Rin. Mucho quedaba por hacerse, pero, si se aislaba París, todo saldría bien.

Quizás hubiera sido asi, de no ser por un general francés. Poco depués de la medianoche del 4 de julio, el general Jacques Philippe Leclerc, al mando de la 2.ª División Acorazda francesa, decidió cumplir con una promesa que había contraído en las arenas del Sahara. Aunque tuviera que desobedecer su comendante de cuerpo y de ejército -Bradley y Eisenhower —, liberaría París. Llevaba semanas almacenando suministros y gasolina, retrasando los informes sobre vehículos destruídos para cumular "suministros extra" que le permitieran tener una capacidad adicional para avanzar sobre París. Ahora era el momento, y al infierno con las consecuencias.

Entonces, la noche parisina se iluminó como si fuera pleno día. Con un trueno poderoso, Notre Dame se estremeció. Durante un instante, la aguja de Viollet-le-Duc pareció hundirse para salir luego disparada hacia los cielos destrozada en mil fragmentos que parecía huir de una lnegua de fuego. Una lluvia de cristales y piedras saieron volando en todas direcciones mientras los arbotantes se derrumbaban y el techo se venía abajo. Durante un segundo sólo se podían ver, entre el infierno de muros que se venían abajo o se desintegraban por la fuerza de la explosión, las dos torres de la fachada, que permanecía incólumes. Entonces, sin previo aviso, se derrumbaron sobre los restos de los defensores y de los atacantes, destrozados por la explosión principal.

En apenas unos minutos Notre Dame desapareció de la faz de la tierra, reemplazada por un socavón cubierto de escombros. Entre las llamas danzarias, apenas se podía divisar un pedazo de muro. La catedral había desaparecido. Y con ella, el laboratorio.

Sentado en la ile de Saint Louis, Archie, único superviviente de la misión, contemplaba satisfechos la destrucción ocasionada. Los nazis habían perdido su arma secreta. Había costado, pero había merecido la pena.a
 
Last edited:
Doy por finalizado el AAR, cumplido el objetivo de cargarme Notre Dame.