El DiAARio
... como particularidad, debemos decir que, dadas las circunstancias en las que el diario fue encontrado, su estado de conservación es óptimo. Los expertos consultados coinciden en señalar que se trata de un álbum de recortes, encuadernado en becerillo marrón, sin título, con el lomo dorado y una franja negra con dos números dorados, 7 y 8. La encuadernación y el papel estaban bien conservados, no así las tapas. A juzgar por las manchas de cola y las impresiones rectangulares que se aprecian en la guarda, así como en alguna de las hojas iniciales, el libro parece haber servido inicialmente para conservar tarjetas postales, fotografías, autógrafos y otros recuerdos. Alguien había arrancado las primeras dieciocho páginas iniciales con ayuda de un cuchillo o un cortaplumas.
El material en si está formado por noventa y tres páginas manuscritas. Precediendo y antecediendo a dichas páginas, así como intercaladas entre las mismas, ya sea agrupadas o en solitario, hemos encontrado otras ciento veintidós páginas, amén de diversas fotografías y dibujos. Lo relatado parece ser obra de diversos autores, algunos de los cuales han podido ser identificados. La mayoría, sin embargo, permanece en el anonimato, sin que tengamos más información sobre ellos que la que los mismos autores dan en sus escritos.
En los análisis de tinta y papel realizados por Pedro de Mendoza, Doctor en Filosofía y Ciencias, estima que la fecha en la que el diario pudo ser escrito que ser entre 1924 y 1963, siendo la fecha intermedia el periodo 1936-1951, fecha que, en los primeros años, estaría confirmada por las notas iniciales. El doctor de Mendoza da un margen de error de más o menos 30 años sobre la fecha media. No se han podido obtener resultados concluyentes de los análisis efectuados con microscopio sonda por nuestro perito en tinta y papel, Willliam Robertson, Doctor en Filosofía y Ciencias, porque, cuando el aparato bombardeó el papel con electrones, se creó una carga estática que distorsionó las señales.
Esto, junto con las comprobaciones efectuadas sobre el material que si hemos podido contrastar con las fuentes existentes nos hace llegar a la conclusión de que este diario es verídico.
Me es muy grato alentar la discusión sobre lo aquí narrado y no puedo sino pedir que sean los mismos lectores lo que lean el texto y luego juzguen por ellos mismos.
El material en si está formado por noventa y tres páginas manuscritas. Precediendo y antecediendo a dichas páginas, así como intercaladas entre las mismas, ya sea agrupadas o en solitario, hemos encontrado otras ciento veintidós páginas, amén de diversas fotografías y dibujos. Lo relatado parece ser obra de diversos autores, algunos de los cuales han podido ser identificados. La mayoría, sin embargo, permanece en el anonimato, sin que tengamos más información sobre ellos que la que los mismos autores dan en sus escritos.
En los análisis de tinta y papel realizados por Pedro de Mendoza, Doctor en Filosofía y Ciencias, estima que la fecha en la que el diario pudo ser escrito que ser entre 1924 y 1963, siendo la fecha intermedia el periodo 1936-1951, fecha que, en los primeros años, estaría confirmada por las notas iniciales. El doctor de Mendoza da un margen de error de más o menos 30 años sobre la fecha media. No se han podido obtener resultados concluyentes de los análisis efectuados con microscopio sonda por nuestro perito en tinta y papel, Willliam Robertson, Doctor en Filosofía y Ciencias, porque, cuando el aparato bombardeó el papel con electrones, se creó una carga estática que distorsionó las señales.
Esto, junto con las comprobaciones efectuadas sobre el material que si hemos podido contrastar con las fuentes existentes nos hace llegar a la conclusión de que este diario es verídico.
Me es muy grato alentar la discusión sobre lo aquí narrado y no puedo sino pedir que sean los mismos lectores lo que lean el texto y luego juzguen por ellos mismos.