• We have updated our Community Code of Conduct. Please read through the new rules for the forum that are an integral part of Paradox Interactive’s User Agreement.
Felicidades Obelixeke, fantastico comienzo. Me he hecho un lio con la introducción, se supone que esta dinastia domino historicamente el HRE ?
 
Capítulo II. Parte I

Capítulo II: Una boda en Fürstenberg

dwedfuerstenbergschloss24jq.jpg
Ciudad de Fürstenberg, capital del Ducado de Suabia.


Unos días antes de la boda, que había de celebrarse el vigésimo sexto día del mes de enero del año del Señor de 1074, Frederick por fin tuvo la oportunidad de conocer a la que no sólo sería su esposa, sino también la llave que le abriría la puerta a la alta nobleza germana. Aunque lo cierto es que en ese momento lo que tenía en mente era abrir otra cosa con su propia llave, pero procuró guardar la compostura.


adelaiderhein6yj.jpg


La señora Adelaide, una muchachita de 16 años, simplemente no era guapa, más bien todo lo contrario. Ya le habían advertido de que era una doncella que, a pesar de su delicada salud, era despierta, lista y algo maquinadora, pero un buen partido al fin y al cabo, leal y obediente. Y claro, cuando esas son las primeras cosas que te dicen de una mujer es que es un boñigo de cabra, pensó entristecido Frederick, quien se fustigaba en su interior por no haberlo visto venir. Su mente traicionera incluso le evocó imágenes de aquella hija de un cierto comerciante borgoñón, de sonrisa fácil y mirada pícara, que tan buenos y dispuestos pechos había presentado ante su señor.

Pero un buen par de tetas no le conducirían a ningún reino, tal vez exceptuando al de los Cielos, le había dicho el Extranjero, y prontó se sacudió de la cabeza otra idea que no fuera la de adular y agradar a la joven Duquesa, quien entusiasmada por su próximo enlace no había notado su honda decepción. ¿Lo habría hecho el Duque?

Sin embargo, había algo en ella, una fuerza interior, que pronto enamoró a Frederick. Necesitáis una duquesita leal, que os de hijos, no una bella Doña Nadie que os caliente la cama, le había vuelto a advertir el Extranjero. Aquello también había ayudado al florecimiento del amor. El amor a veces es deber. Eso había sido cosecha de su madre.

El enlace se celebró con toda la fastuosidad y pompa adecuada para una boda ducal. Tras cinco días y sus noches de festejos, la comitiva nupcial del conde Frederick, acompañado ya por su esposa Adelaide, partió en dirección a Sankt Gallen, donde nuevas jornadas festivas les esperaban. El viejo Duque se mostró muy apenado por la partida de su hija, aunque no tanto por la de su yerno. Mientras te mantengas vivo hasta que le haga un hijo a Adelaide, me da igual que ni me mires a la cara, viejo bastardo, pensó Frederick.

Sin tanto lujo pero igual o mayor alegría y entusiasmo, el pueblo de Sankt Gallen celebró su propia semana de fiesta a la llegada de su conde y su condesa. La Dulce Duquesita, como le empezaron a llamar sus nuevos súbditos, incluso había ganado algo de color en las mejillas y estaba henchida de felicidad, lo que sin duda la hacía parecer más bella. Eso y el vino consiguieron que la pareja apenas abandonase su alcoba durante un par de semanas, afanados ambos en no perderse ni un ápice de sus cuerpos como si la vida les fuera en ello. El resto fue obra de la naturaleza. A finales del mes de marzo de ese mismo año, Adelaide se quedó preñada.


embarazofreade0ut.jpg


Aquello no hizo más que unir más a la pareja. Se mostraban exultantes, risueños, felices. Y el pueblo también. La sucesión estaba aseguraba, bien por línea directa si el bebé era un niño, o bien por línea materna si el bebé era una niña. Además, los condes eran jóvenes y otros vástagos podrían llegar, sobre todo viendo la rapidez con la que Adelaide se había quedado en cinta. Frederick no podía más que agradecer en silencio a Dios, y de viva voz al Extranjero, que todo estuviese saliendo tan bien.

-No es mostrásteis tan agradecido cuando le echásteis un ojo por primera vez a vuestra condesa, mi señor. Recuerdo algo relacionado de nuevo con trozos de alguien en las fauces de unos ciertos perros...-, rememoró con un sonrisa en los labios el Extranjero.

-Je, je... os cortaría la lengua si no me fuese de tanta utilidad-, respondió Frederick alzando levemente su copa en un gesto de agradecimeinto dirigido a aquel extraño hombre.

-Apuesto a que más una moza de vuestro castillo también la echaría de menos, mi señor-, fanfarroneó el Extranjero.

-Sois un bellaco-, logró decir Fredrick tras unas sonoras carcajadas. -Aunque sin duda entrañable.

-Mmmm, el Bellaco Entrañable... Si sólo se me hubiese ocurrido a mí antes...

El embarazo no fue fácil. Transcurridos unos meses, la fragilidad física de Adelaide se mostró en su plenitud. Apenas abandonaba el lecho y había días que no tenía fuerzas ni para hablar. Frederick acudía junto a su esposa cuando sus labores de gobierno lo permitían, e incluso tuvo que aguantar la presencia de sus suegros en su propio castillo. El viejo, además, parecía más avinagrado que nunca.

A pesar de su evidente cansancio, Adelaide, aprovechado los escasos momento de cierta vitalidad que le regalaban algunos días, continuó con su formación, impartida desde niña por un eclesiástico suabo que la también la había acompañó a Sankt Gallen desde el día de su boda. Entre los ataques de tos, las patadas del bebé y el implacable cansancio (algo que con los años se habría de conocer como 'malestar general'), Adelaide finalizó su formación incluso antes de parir, conviertiéndose y siendo pronto reconocida como una auténtica intelectual de la Teología.



adestats3nv.jpg
Adelaide, tras convertirse en Teóloga intelectual


El último mes de embarazo fue sin duda el más complicado. La salud de Adelaide empeoró hasta niveles que hicieron temer por su vida y por la de su hijo no nato. El viejo Duque, por su parte, parecía al borde de la locura. Estas malditas montañas están matando a mi dulce hija, se le oía murmurar, suficientemente alto para quien le quisiese escuchar.

Pero la sombra que se había cernido sobre el pequeño dominio del Jura se despejó por completo el último día de año del Señor de 1074, y que fue el primero en la vida de Ludolf Hohenstaufen, primogénito de Frederick Hohenstaufen, conde Sankt Gallen. Todo el condado respiró aliviado.


ludolfhohen8dt.jpg


A los pocos meses de su nacimiento, Ludolf pareció regalarle a su padre no ya un pan, sino un anhelado periodo de paz y tranquilidad. Dada la excelente recuperación de Adelaide, el viejo Duque había empaquetado a su mujer y a su séquito y había regresado a Suabia a mediados del año del Señor de 1075.

Lo cierto es que la llegada de Ludolf había sido un trago a la par dulce y amargo para Rudolph Rheinfelden. En sus sueños más secretos había rogado a Dios para que el vástago de Adelaide fuese una niña, y que los demás bebés tras ella, si los había, fuesen también hembras. Viviendo lo suficiente para ver a su nieta casada y en cinta, ya podría haber muerto en paz... sabiendo que a la postre un Hohenstaufen de sangre aguada tampoco heredaría el trono de Suabia. El maldito montañés se ha salido con la suya, se había repetido amargamente en el viaje de vuelta, aunque el niño tal vez sea frágil como la madre, tal vez....


(continúa)
 
Last edited:
Uffffffffff... intriga 1... menuda putada, pero así es este juego. La verdad que el chiquillo no te ha salido muy bien, a ver si te sale un segundo mejor y luego ya (ahem) apañas la situación. todo esto, si juegas con las betas, donde la intriga indica la penalización del dominio.
 
Nimitz said:
Felicidades Obelixeke, fantastico comienzo. Me he hecho un lio con la introducción, se supone que esta dinastia domino historicamente el HRE ?
Efectivamente. Los Hohenstaufen fueron emperadores durante más de un siglo, con personajes tan ilustres como Federico Barbarroja y siendo protagonistas de líos gordos con el Papado y con otras familias aristocráticas, como el enfrentamiento entre Güelfos y Gibelinos, (se supone que el término Gibelino deriva de Waiblingen, un castillo Hohenstaufen).
La diferencia es que ellos llegaron al trono del Imperio al casarse Friedrich (mi personaje en estos momentos de la partida, Frederick) con la hija del emperador Heinrich IV, que en mi juego ha tenido ya varios varones :(

Y me alegro de que te esté gustando ;)
 
Lucius Sulla said:
Uffffffffff... intriga 1... menuda putada, pero así es este juego. La verdad que el chiquillo no te ha salido muy bien, a ver si te sale un segundo mejor y luego ya (ahem) apañas la situación. todo esto, si juegas con las betas, donde la intriga indica la penalización del dominio.
La verdad es que no me esperaba un valor tan bajo en ninguno de sus atributos. Los padres no son uber-seres humanos pero no están tan mal. En fin, es lo que tiene el trepar mediante enlaces dinásticos... y en el fondo mola lidiar con personajes chungos.

No juego con betas, sino con la 1.04a limpia. ¿Debería haberle metido las betas? ¿Realmente cambia mucho?

Por cierto, no te he entendido muy bien lo de que la intriga indica la penalización de dominio. ¿Eso era así antes? :confused:
 
Obelixeke said:
La verdad es que no me esperaba un valor tan bajo en ninguno de sus atributos. Los padres no son uber-seres humanos pero no están tan mal. En fin, es lo que tiene el trepar mediante enlaces dinásticos... y en el fondo mola lidiar con personajes chungos.

No juego con betas, sino con la 1.04a limpia. ¿Debería haberle metido las betas? ¿Realmente cambia mucho?

Por cierto, no te he entendido muy bien lo de que la intriga indica la penalización de dominio. ¿Eso era así antes? :confused:

Si juegas con la 1.04 limpia... eso significa varias cosas: cruzadas interminables no dirigidas, ausencia de muchos eventos interesantes y que el límite de provincias está marcardo por administración, no por intriga (con lo que el niño, para tus propósitos, no está tan mal... eso sí, no esperes cargarte a nadie con asesinos).

Con las betas se ha introducido el cambio de atributo que marca el límite máximo de provincias en dominio sin penalizador, de administración a intriga (un cambio en mi opinión muy bueno, ya que intriga era un atributo que antes valía para muy poco).

Eso sí, con las betas puede pasar de todo... fallos, CTDs, etc... pero los cambios para mí son tan importantes que por eso estoy prefiriendo esperarme a la 1.05.
 
obelixeke, tienes un estilo cochino-cotilla para ciertos comentarios que te veo trabajando en 'aqui hay tomate' :D
 
Capítulo II. Parte II

(continuación)

Frágil o no, Ludolf se había convertido desde su llegada al mundo en el legítimo heredero de la Casa de Suabia, por delante de los posibles y difusos derechos que asistían a los hermanos menores del Duque, ambos hombres viejos y solteros. Así lo marcaba la política dinástica vigente no sólo en Suabia, sino en la práctica totalidad del Imperio: la primogenitura semisálica.

Muy al pesar del viejo Duque, quien había pensado incluso en modificar unas leyes con cientos de años de antigüedad, lo que habría supuesto un insulto directo a Frederick, el apellido Hohenstaufen estaba más cerca que nunca de poder sentar un culo montañés en el trono de uno de los Ducados más destacados del Sacro Imperio. Al fin y al cabo Rudolph habría preferido a uno de los cachorros imperiales para su Adelaide, y ahora se tenía que conformar con un Hohenstaufen



sucsuabialudolf4ww.jpg
Línea sucesoria de Rudolph de Suabia.


Pero, ¿y si el Señor decidía llevarse a junto a Él a Ludolf antes que al viejo Duque? Sin duda Frederick era el heredero de su propio hijo, pero todavía no era heredero de más que un sueño, de una ilusión. Esos pensamientos atormentabn al conde día y noche. En las horas de sol, parecía no mantener la atención fija en ningún asunto; el anochecer sólo le regalaba pesadillas donde el viejo Duque aparecía siempre mofándose de él.

Pero la providencia volvió a ponerse de su lado cuando en el mes de octubre del año del Señor de 1075, Adelaide le anunciaba lozana que había vuelto a quedarse preñada. A pesar del sufrimiento experimientado en el primer parto y embarazo, la Dulce Duquesita se mostraba encantada y deseosa de poder dar a su marido otro vástago, varón a poder ser, y al pequeño Ludolf un hermanito.

Esta vez, la salud de Adelaide se mostró más generosa. La joven condesa soportó estoicamente todos los dolores e inconvenientes para mantenerse lo más alejada del lecho posible. Todo menos rememorar aquellos anteriores nueve meses de enfermedad y desasosiego, se repetía. Aquello mantuvo al viejo Duque en su madriguera, lo que satisfizo sobre manera a Frederick, por lo menso hasta las semanas previas al parto. Si es otro varón, veremos cómo se comporta ahora mi querido suegro, pensaba. Y Dios debía tener un plan para los Hohenstaufen, pues el segundo vástago de Frederick, nacido el vigésomo día de julio del año del Señor de 1076 fue, de nuevo, un varón.


frederick2hohen0sl.jpg


Ni tan siquiera el viejo Duque puso la mínima objeción a que el segundo hijo del conde de Sankt Gallen llevase orgulloso el nombre de su padre, Frederick. Bueno, en este caso el orgulloso era el padre, claro, ya que le bebé suficiente tenía con mantenerse despierto.

Con dos hijos varones, a Frederick ya sólo le cabía esperar que el viejo Rudolph capitulase en su permanente brega con la muerte. En sus noches de borrachera le gustaba imaginar a viejo discutiendo con la muerte en su habitual tono airado. 'No, no has de llevarme todavía. Aun debo mortificar más a ese montañés', le decía tozudo. Hasta que la muerte, aburrida, le atravesaba el pecho con una lanza, le levantaba en volandas y se lo llevaba directo al infierno. Sí, aquella era la parte que más le gustaba, decidía siempre Frederick.

Como si de un último empujón a la muerte para el viejo Duque se tratase, Adelaide volvió a quedarse embarazada en el mes de febrero del año del Señor de 1077. Aquella noticia fue recibida con especial gozo por lo inesperado de la misma, y el pueblo empezó a alabar de tal forma la virilidad del conde que bautizaron como 'el ariete del Frederick', guiño incluido, a un gran ariete que el condado había adquirido para mejorar sus armas de asedio.

Pero a Rudolph Rheinfelden aquello le debió sentar realmente mal, puesto que el quinto día del mes de noviembre del año del Señor de 1077 el viejo Duque moría en su lecho y abandonaba este mundo de pecadores para encontrarse con el Señor. O al menos eso decía la carta que había llegado de Suabia, ya que Frederick no estaba del todo seguro de lo segundo, aunque prefirió no confiar dicho pensamiento a su afligida esposa.

Extraños días de luto siguieron a la muerte de Rudolph, puesto que eso significaba también que el pequeño Ludolf Hohenstaufen era el nuevo Duque de Suabia, a pesar de contar con apenas dos años, casi tres. Incluido su culito montañés de bebé.


ludolfsinherits6zi.jpg


Unas semanas después de la llegada de la misiva que anunciaba la muerte del Duque, una comitiva ducal llegaba al castillo de Staufen, con la última voluntad de Rudolph Rheinfelden. Aquello inquietó a Frederick, y mucho. ¿Qué me tienes preparado ahora, viejo bastardo?, se preguntó el conde. Los derechos de Ludolf no le podían ser arrebatados, y por tanto, tampoco los del pequeño Frederick ni los suyos propios.

Pero sí le podían arrebatar a su propio hijo. La última voluntad del viejo Duque de Suabia era que Ludolf fuese criado en Fürstenberg en lugar de Sankt Gallen, y que hasta su mayoría de edad un consejo designado por él ejerciese la regencia del Ducado. Lo normal era que fuese el padre quien portase la vara ducal en nombre de un hijo todavía niño, y por tanto ejecutar el gobierno efectivo, pero un consejo tampoco era tan extraño. Retorcido más bien,pero no extraño. En pocas palabras, se la había jugado sin que Frederick pudiese hacer más que asentir y tragarse una ingente cantidad de bilis mezclada con mala sangre.


ludolfdukechild1oj.jpg


-¡Maldito bastardo!-, gritó el conde en la libertad de sus aposentos privados, a solas con el Extranjero. Ludolf había partido hacia Fürstenberg esa misma mañana. -Lo tendría que haber imaginado, el muy perro. Se han llevado un Hohenstaufen, sí, ¿pero en qué lo convertirán allí, rodeado de los hombres y mujeres del viejo Duque de los Infiernos?

-En cualquier cosa, mi señor, y todas ellas fuera de vuestro alcance-, respondió el Extranjero.

-Siempre tan ocurrente. ¿Cómo es que vos, en toda vuestra sabiduría, no visteis llegar un golpe así?

-Oh, no os lleveis a engaño, mi señor. Lo vi venir. Pero son las reglas del juego.


(continúa)
 
Last edited:
Vaya, vaya, vaya... el hermanito Frederick tiene 8 de intriga... me da a mí que imagino lo que está planeando el extranjero...
evilgrin10.gif
 
yo no se como va el CK. eso del consejo que quiere decir que solo controlas tu condado original? o es licencia literaria?
 
Lucius Sulla said:
Si juegas con la 1.04 limpia... eso significa varias cosas: cruzadas interminables no dirigidas, ausencia de muchos eventos interesantes y que el límite de provincias está marcardo por administración, no por intriga (con lo que el niño, para tus propósitos, no está tan mal... eso sí, no esperes cargarte a nadie con asesinos).

Con las betas se ha introducido el cambio de atributo que marca el límite máximo de provincias en dominio sin penalizador, de administración a intriga (un cambio en mi opinión muy bueno, ya que intriga era un atributo que antes valía para muy poco).

Eso sí, con las betas puede pasar de todo... fallos, CTDs, etc... pero los cambios para mí son tan importantes que por eso estoy prefiriendo esperarme a la 1.05.
Bueno es saberlo, Lucius, no tenía ni idea. Jugué mucho al principio y ya lo tenía abandonadillo. ¿Hay algún otro 'gran cambio' tipo intriga por gestión en el límite de dominio?


alvaro said:
obelixeke, tienes un estilo cochino-cotilla para ciertos comentarios que te veo trabajando en 'aqui hay tomate'
Norrr, Dios me libre, el Tomate norrrrr!!! :rofl:
Aunque si lo pìensas, todo en esta vida es un poco 'Aquí hay tomate'... o un mucho. Y el CK es muuuuuuuy Tomate :p


jasev said:
Vaya, vaya, vaya... el hermanito Frederick tiene 8 de intriga... me da a mí que imagino lo que está planeando el extranjero...
evilgrin10.gif
:rolleyes: (y silbidito...)


alvaro said:
yo no se como va el CK. eso del consejo que quiere decir que solo controlas tu condado original? o es licencia literaria?
En el caso de que tu hijo herede un título y no tú, pierdes el control efectivo sobre el hijo y sus dominios (abandona tu corte para crear la suya), y tu te quedas con puesto. Además, no puedes decidir qué tipo de educación le darás, ni con quien se casará, etc. Tampoco puedes determinar su corte, sus vasallos, etc. Es decir, que es como si fuese otro personaje totalmente independiente, aunque al morir su padre (es decir, el personaje del jugador), entonces recuperas su control. Y oyes, la cosa no tiene ni pizca de gracia.

La licencia me la he permitido para justificar un mecanismo real del juego. Lo del consejo daba saborcillo y justifica que Frederick, que solamente es conde de Sankt Gallen, no pueda controlar en absoluto a su hijo Ludolf, duque de Suabia y heredero de Sankt Gallen.
 
pues vaya buen detalle del juego! de acuerdo que tiene que joder, pero queda muy realista.
ahora es que estoy sequerón pero en cuanto vea el CK baratito por algun lado me lo pillo.
 
Bueno, ya tienes Suabia en manos de tu dinastía, ¿cual será el siguiente paso?
 
Ayer fue Suabia, hoy será Alemania, mañana... ¡Europa!

¿No os recuerda a otro compatriota de los Hohenstaufen mas reciente en el tiempo? :p

Por cierto, AAR interesantísimo. Y te lo dice alguien que no se engancha a los AARs... :)
 
Capítulo II. Parte III

(continuación)

El dolor y la pena por la muerte de un padre, en el caso de Adelaide, y el de la marcha de un hijo (y un título), en el de Frederick, se vieron mitigados gracias al nacimiento, a mediados de ese mismo mes de noviembre del año del Señor de 1077, de la primera hija de los condes de Sankt Gallen. Dada la cercanía entre el fallecimiento del viejo Duque y el parto de la niña, Adelaide, doblegada por la angustia del duelo, se había convencido de que la mano de Dios había tenido parte en la coincidencia y decidió bautizarla con el piadoso nombre de María, la madre de Cristo nuestro Señor. Tal vez Él haya querido que algo de mi padre permanezca en ella, se había confesado un día a Frederick. Y aquello le había costado una indigestión y un par de noches en vela al temeroso conde.


mariahohen6iw.jpg


Pero si la niña era la reencarnación del viejo bastardo, al menos durante sus primeros meses de vida no mostró ningún síntoma, lo que ayudó a tranquilizar el ánimo de Frederick. Incluso cesaron de atormentarle los sueños donde su hija, apenas un bebé pero con la voz y la cara del Duque, le repetía una y otra vez siempre en tono burlón "montañés, ¿dónde está tu hijo?; montañés, ¿dónde está tu hijo?; montañés, ¿dónde está tu hijo? "...

Su hijo... ¿seguía siendo aquel niño que partiese meses atrás todavía su hijo?, pensaba a menudo. No había duda de que de apellido lo era, pero Ludolf siempre había sido un niño cándido y confiado (intriga 1), muy fácil de manejar, de moldear. A diferencia de su hermano Frederick, que era un auténtico diablillo (intriga 8)que tenía día sí y día también a todo el servicio del castillo Staufen en jaque. La última voluntad del viejo era que Ludolf se educase en Suabia, sí, pero no había dispuesto nada respecto a Frederick, se decía, aunque prefería apartar rápidamente esos pensamientos de la cabeza.

Otro embarazo siguió al nacimiento de María, y los meses llegaban y se iban apacibles unos tras los otros. Frederick prefirió centrarse por entonces en el gobierno de su propio feudo, ayudando a potenciar la economía local de Sankt Gallen (silvicultura) en todo lo que estuviese en su mano. Por lo menos hasta el nacimiento el vigésimo segundo día del mes de septiembre del año del Señor de 1078, de su segunda hija, Elisabeth, que pronto se convirtió en la alegría del castillo Staufen.


elisabethhohen6qe.jpg


Pero cada vez llegaban menos noticias desde la corte del Ducado de Suabia, por lo que el distanciamiento ideado por el viejo Duque estaba surtiendo efecto. Incluso, contraviniendo los deseos de su padre, Ludolf se había decidido, o tal vez habían decidido por él, por la formación militar en lugar de mantenerse en la corte aprendiendo los entresijos de la traicionera política aristocrática como habría deseado el conde. Lo están conviertiendo en un pelele, en una marioneta, se repetía asqueado Frederick.

Sin embargo, lo que había de acaecer obligó al conde a mantener la mente alejada de su hijo y señor, para centrarse en sus propios asuntos. A finales del año del Señor de 1079, Adelaide se había vualto a quedar preñada. Lo que debía ser una gozosa noticia pronto se tornó en honda preocupación. Este embarazo había cogido a Adelaide peor de salud que nunca. Su persistente tos había empeorado a pasos agigantados y ya no había duda de que la neumonía se había apoderado de ella... y en pleno embarazo.


adepneumo8uy.jpg


El año del Señor de 1080 fue una uténtica pesadilla para Frederick. Con su leal esposa embarazada y al borde de la muerte, el conde se vio obligado a reconocer como suyo al bebé que le había hecho a la hija de un caballero menor tras un banquete celebrado para conmemorar el quinto embarazo de Adelaide, quien había permanecido esa noche en su lecho por problemas de salud. Apenas recordaba aquella festiva velada cargada de vino y canciones, uno de los pocos momentos en los que había podido olvidar al viejo Duque, a su hijo el Duque Ludolf, las intrigas sucesorias... y, por el resultado final, a su esposa Adelaide. Los bastardos suelen ser carne de Obispo, le había dicho el Extranjero para tranquilizarle, pero la lujuría se había llevado ya parte de su honor (lujurioso) tras el alumbramiento de Wilhelm.


willembastard0jr.jpg


La pulmonía, el embarazo y la vergüenza fueron demasiado para Adelaide, quien no pudo resistir el esfuerzo del parto y el dolor de la pena para morir el quinto día del mes de agosto del año de nuestro Señor de 1080. El bebé tampoco superó el trance, apenas sin emitir sonido alguno, y juntos acudieron prestos a reunirse con el Señor en toda su Gloria.


adedeath5yh.jpg


La muerte de la condesa Adelaide Rheinfelden sumió al condado de Sankt Gallen en un profundo luto y a su señor en la más amarga de las tristezas. Muchos susurraban que la muerte de la condesa era un castigo divino por los pecados de su señor, por entregarse a una pasión prohibida a los ojos de Dios. Lujurioso y embustero, ese es su señor, pensaba amargamente...

-Mi señor conde, ¿os habéis dado cuenta de que sois un hombre soltero?-, le había preguntado una noche el Extranjero.

-¿Soltero? Maldita sea, Extranjero. Mi esposa acaba de ser enterrada y ¿vos me habláis ya de casarme de nuevo?-, exclamó enfurecido el conde. -No tenéis límites.

-Cuando estábais montando a aquella moza a la que dejásteis preñada no parecíais tan melindroso-, le recordó el Extranjero, lo que provocó que el conde agachara la cabeza. -Por cierto, ¿os dísteis cuenta de cuán parecida era la moza a aquella pechugona de Borgoña que os cautivó hace ya tantos años?-, sonrió burlón el Extranjero.

Aquello era cierto. Ambas cosas. -Muy bien. ¿Qué tenéis preparado esta vez para mí?

-La gloria, mi señor. Como siempre.


(Fin del capítulo)
 
Last edited:
alvaro said:
ahora es que estoy sequerón pero en cuanto vea el CK baratito por algun lado me lo pillo.
Ni lo dudes. Y ahora que están curránsdose la 1.05 pues será mejor.

(Vale, ahora quiero mi comisión, señores de Paradox :p )


DBM said:
Bueno, ya tienes Suabia en manos de tu dinastía, ¿cual será el siguiente paso?
Jejeje, no te lo voy a decir. Así sigues leyendo el AAR ;)


Trencavel said:
Ayer fue Suabia, hoy será Alemania, mañana... ¡Europa! ¿No os recuerda a otro compatriota de los Hohenstaufen mas reciente en el tiempo?
No, ¿por qué? :rolleyes:

Y gracias por los ánimos!
 
Last edited:
Ahora miro el foro más de lo que acostumbraba para ver si has escrito, Obelixeke...está interesantísimo! :)
Y me has hecho aparcar el Victoria otra vez para darle al CK.

Un saludo.
 
Obelixeke said:
DBM said:
Ayer fue Suabia, hoy será Alemania, mañana... ¡Europa! ¿No os recuerda a otro compatriota de los Hohenstaufen mas reciente en el tiempo?

No, ¿por qué? :rolleyes:

Y gracias por los ánimos!


Ejem, no es que tenga nada contra DBM ni mucho menos pero... Eso lo dije yo :p
 
ReKoR said:
Ahora miro el foro más de lo que acostumbraba para ver si has escrito, Obelixeke...está interesantísimo! :)
Muchas gracias! Así da gusto hacer el AAR ;)


Trencavel said:
Ejem, no es que tenga nada contra DBM ni mucho menos pero... Eso lo dije yo :p
Ups! Lo siento, error de copy/pasting :(
Pero al César lo que es del César, y a Trencavel lo que es de Trencavel. Editado está el post, mi señor de La Mancha ;)
 
Animado por la lectura de este AAR, he instalado el CK. Lo encuentro bastante entretenido, aunque le veo ciertos fallos: el sistema de ciencia es de todo menos intuitivo, las cortes crecen a una velocidad desmadrada (jugando con un condado alemán, se me ocurrió casar a una cortesana con un castellano, pensando que se irían a España... ja, se vinieron los dos para acá y empezó el castellano en plan "macho ibérico" a llenarme la corte de españolitos) y te encuentras con un condado de mie*** y con docenas de cortesanos, y me choca que por sistema nazcan el doble de hijas que de hijos.