Con ocasión del cuarto centenario de la publicación del Quijote se oye mucho hablar de Cervantes y del Quijote, y muy poco de los sucesos que marcaron su vida y determinaron la escritura de dicha obra, y entre los cuales destacan los 5 años que pasó al servicio del rey en los Tercios Italianos y los 5 años posteriores como cautivo de los piratas berberiscos de Argel. He aquí mi pequeño homenaje al mejor escritor que ha dado nuestra lengua y nuestra cultura. La serie consta de 13 partes. Espero que os guste.
La batalla de Lepanto es una de las más famosas y discutidas batallas de todos los tiempos. Su importancia y significado real son ampliamente debatidos. Claramente constituye la última gran batalla de galeras. Para comprenderla necesitamos información básica sobre la "guerra de galeras". Este artículo bebe de muchas fuentes: cerca de un 25% es originalmente mío y el resto está copiado (a menudo literalmente) de varios artículos, algunos de ellos sin firmar. Entre los firmados se encuentran dos artículos de John F. Guilmartin, JR. (LT COL, USAF ret. Professor of History at Ohio State University), uno de José R. Cumplido Muñoz (Profesor de Historia de la Universidad del Pais Vasco), uno de Paul Fregosi, y otro de José Miguel Buján.
Vamos a discutir lo que significó la batalla y como se ganó y se perdió. Aunque espero que ésta sea la información más completa que podais encontrar sobre la batalla sin recurrir a libros especializados, es indudable que contendrá pequeños errores que espero me perdoneis.
Es difícil para nosotros imaginarnos como se luchaba una batalla entre galeras, puesto que hace tanto tiempo que desaparecieron. Pero durante más de tres mil años las galeras se usaron para hacer la guerra en el Mediterraneo. Las galeras estaban diseñadas para operar bajo condiciones de vientos flojos y aguas relativamente calmadas durante la estación de Abril a Noviembre. Aunque las galeras eran barcos mixtos a vela y remo, casi nunca luchaban a vela, desaparejando incluso los mástiles durante el combate. El uso de velas hubiera hecho imposible el mantenimiento de las estrechas formaciones que requerían las luchas de galeras, y las hubiera hecho muy vulnerables al fuego enemigo. En general su armamento era frontal y eran extremadamente vulnerables a ataques por la popa y especialmente por los flancos. Para proteger sus lados vulnerables las galeras luchaban en una formación lineal muy apretada. El mando de la flota resultaba crítico para enfrentarse al enemigo con la formación adecuada y para reaccionar rápidamente a las cambiantes condiciones de la batalla. Una vez que la formación se rompía, la lucha desorganizada era rápidamente ganada por el bando que tenía galeras más maniobrables o más galeras. Dos aspectos son muy importantes: Las formaciones requerían una boga muy lenta, por lo que la batalla sólo tenía lugar si ambos bandos estaban dispuestos a ello. De hecho era común que uno de los bandos señalizara al otro su disposición a presentar combate, y el otro le contestara de la misma forma, antes de que la batalla tuviera comienzo. El segundo es que durante la primera fase de combate las pérdidas de barcos eran muy limitadas puesto que las galeras luchaban enfrentando sus protegidos frontales, pero una vez que uno de los dos lados adquiría una ventaja táctica, las pérdidas se amontonaban exponencialmente en el lado perdedor puesto que más y más galeras atacaban a los menos y menos defensores. En general el bando ganador de una batalla de galeras tenía pérdidas muy moderadas, mientras que el bando perdedor sufría pérdidas catastróficas. Muchos precedentes a lo largo de los siglos habían demostrado estos hechos. Por ejemplo, una flota Veneciana de 96 galeras fué completamente barrida por una flota Genovesa de 94 galeras en Korcula (Curzola) en el 1298, donde Marco Polo fué capturado, mientras Genova sufrió pérdidas muy livianas. Bajo estas condiciones era muy común que uno de los bandos rehusara presentar batalla si percibía una desventaja. No había mucho que el otro bando pudiera hacer para forzar la batalla.
Las galeras entran en combate en una apretada formación en línea, que no permite a las galeras enemigas pasar a través de los estrechos huecos entre galeras.
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Otro factor muy importante que debemos tener en cuenta, es las peculiaridades de las galeras fuera de la batalla. El casco del barco era comparativamente barato comparado con la tripulación de la galera. Y la tripulación era mucho más que los remeros o chusma (del Italiano ciurma). Las galeras eran barcos extremadamente atestados que podían transportar una cantidad muy limitada de personal militar, comida y agua. Tenían un radio de acción muy limitado antes de necesitar repostar, incluso con barcos de apoyo, y cuando estaban en territorio hostil dependían usualmente del pillage y estaban sujetas a la costa por él. Una galera podía tener entre 150 y 250 remeros, que podían ser convictos, reclutados o esclavizados, y un numero variable de "gente de tierra" para pelear, soldados que se embarcaban cuando era preciso. Pero la dotación más importante de la galera eran los oficiales o expertos: pilotos, maestros de remada, maestros de armas, artilleros, contramaestres, toneleros, calafateadores, carpinteros, cirujanos y gentes de mar experimentada necesaria para el mantenimiento y funcionamiento de la galera. Dada la escasez de pesquerías de altura en el Mediterraneo, los expertos de galeras eran un recurso limitado. Volveremos a ellos cuando discutamos las consecuencias de la batalla. Básicamente las galeras eran fáciles de reemplazar, pero los hombres no. Más aún, las potencias Mediterraneas erán capaces de comisionar un número limitado de galeras. El principal factor limitante no era la madera, el dinero o el potencial humano, aunque todos tenían su importancia, sino los oficiales expertos.
Fernand Braudel estima que en los tiempos de Lepanto un total de 500-600 galeras estaban operativas en el Mediterraneo. Esto indica que el nivel de recursos empleados en Lepanto fué prodigioso. Lepanto vió cerca de 206 galeras ordinarias Cristianas enfrentadas a 230 galeras ordinarias Musulmanas. Esto indica que aproximadamente entre un 70% y un 90% de todas las galeras de guerra Mediterraneas en existencia se enfrentaron en Lepanto... Y los totales no incluyen las grandes galeotas Norte-Africanas que eran casi tan grandes como una galera.
[size=+1]La batalla de Lepanto[/size]
"La más grande ocasión que vieron los siglos". Miguel de Cervantes.
La batalla de Lepanto es una de las más famosas y discutidas batallas de todos los tiempos. Su importancia y significado real son ampliamente debatidos. Claramente constituye la última gran batalla de galeras. Para comprenderla necesitamos información básica sobre la "guerra de galeras". Este artículo bebe de muchas fuentes: cerca de un 25% es originalmente mío y el resto está copiado (a menudo literalmente) de varios artículos, algunos de ellos sin firmar. Entre los firmados se encuentran dos artículos de John F. Guilmartin, JR. (LT COL, USAF ret. Professor of History at Ohio State University), uno de José R. Cumplido Muñoz (Profesor de Historia de la Universidad del Pais Vasco), uno de Paul Fregosi, y otro de José Miguel Buján.
Vamos a discutir lo que significó la batalla y como se ganó y se perdió. Aunque espero que ésta sea la información más completa que podais encontrar sobre la batalla sin recurrir a libros especializados, es indudable que contendrá pequeños errores que espero me perdoneis.
1. Batallas entre galeras
Es difícil para nosotros imaginarnos como se luchaba una batalla entre galeras, puesto que hace tanto tiempo que desaparecieron. Pero durante más de tres mil años las galeras se usaron para hacer la guerra en el Mediterraneo. Las galeras estaban diseñadas para operar bajo condiciones de vientos flojos y aguas relativamente calmadas durante la estación de Abril a Noviembre. Aunque las galeras eran barcos mixtos a vela y remo, casi nunca luchaban a vela, desaparejando incluso los mástiles durante el combate. El uso de velas hubiera hecho imposible el mantenimiento de las estrechas formaciones que requerían las luchas de galeras, y las hubiera hecho muy vulnerables al fuego enemigo. En general su armamento era frontal y eran extremadamente vulnerables a ataques por la popa y especialmente por los flancos. Para proteger sus lados vulnerables las galeras luchaban en una formación lineal muy apretada. El mando de la flota resultaba crítico para enfrentarse al enemigo con la formación adecuada y para reaccionar rápidamente a las cambiantes condiciones de la batalla. Una vez que la formación se rompía, la lucha desorganizada era rápidamente ganada por el bando que tenía galeras más maniobrables o más galeras. Dos aspectos son muy importantes: Las formaciones requerían una boga muy lenta, por lo que la batalla sólo tenía lugar si ambos bandos estaban dispuestos a ello. De hecho era común que uno de los bandos señalizara al otro su disposición a presentar combate, y el otro le contestara de la misma forma, antes de que la batalla tuviera comienzo. El segundo es que durante la primera fase de combate las pérdidas de barcos eran muy limitadas puesto que las galeras luchaban enfrentando sus protegidos frontales, pero una vez que uno de los dos lados adquiría una ventaja táctica, las pérdidas se amontonaban exponencialmente en el lado perdedor puesto que más y más galeras atacaban a los menos y menos defensores. En general el bando ganador de una batalla de galeras tenía pérdidas muy moderadas, mientras que el bando perdedor sufría pérdidas catastróficas. Muchos precedentes a lo largo de los siglos habían demostrado estos hechos. Por ejemplo, una flota Veneciana de 96 galeras fué completamente barrida por una flota Genovesa de 94 galeras en Korcula (Curzola) en el 1298, donde Marco Polo fué capturado, mientras Genova sufrió pérdidas muy livianas. Bajo estas condiciones era muy común que uno de los bandos rehusara presentar batalla si percibía una desventaja. No había mucho que el otro bando pudiera hacer para forzar la batalla.
Las galeras entran en combate en una apretada formación en línea, que no permite a las galeras enemigas pasar a través de los estrechos huecos entre galeras.
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Otro factor muy importante que debemos tener en cuenta, es las peculiaridades de las galeras fuera de la batalla. El casco del barco era comparativamente barato comparado con la tripulación de la galera. Y la tripulación era mucho más que los remeros o chusma (del Italiano ciurma). Las galeras eran barcos extremadamente atestados que podían transportar una cantidad muy limitada de personal militar, comida y agua. Tenían un radio de acción muy limitado antes de necesitar repostar, incluso con barcos de apoyo, y cuando estaban en territorio hostil dependían usualmente del pillage y estaban sujetas a la costa por él. Una galera podía tener entre 150 y 250 remeros, que podían ser convictos, reclutados o esclavizados, y un numero variable de "gente de tierra" para pelear, soldados que se embarcaban cuando era preciso. Pero la dotación más importante de la galera eran los oficiales o expertos: pilotos, maestros de remada, maestros de armas, artilleros, contramaestres, toneleros, calafateadores, carpinteros, cirujanos y gentes de mar experimentada necesaria para el mantenimiento y funcionamiento de la galera. Dada la escasez de pesquerías de altura en el Mediterraneo, los expertos de galeras eran un recurso limitado. Volveremos a ellos cuando discutamos las consecuencias de la batalla. Básicamente las galeras eran fáciles de reemplazar, pero los hombres no. Más aún, las potencias Mediterraneas erán capaces de comisionar un número limitado de galeras. El principal factor limitante no era la madera, el dinero o el potencial humano, aunque todos tenían su importancia, sino los oficiales expertos.
Fernand Braudel estima que en los tiempos de Lepanto un total de 500-600 galeras estaban operativas en el Mediterraneo. Esto indica que el nivel de recursos empleados en Lepanto fué prodigioso. Lepanto vió cerca de 206 galeras ordinarias Cristianas enfrentadas a 230 galeras ordinarias Musulmanas. Esto indica que aproximadamente entre un 70% y un 90% de todas las galeras de guerra Mediterraneas en existencia se enfrentaron en Lepanto... Y los totales no incluyen las grandes galeotas Norte-Africanas que eran casi tan grandes como una galera.
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