• We have updated our Community Code of Conduct. Please read through the new rules for the forum that are an integral part of Paradox Interactive’s User Agreement.

Amadís de Gaula

General
56 Badges
Apr 4, 2002
2.096
102
Visit site
  • Stellaris: Humanoids Species Pack
  • Hearts of Iron IV: Cadet
  • Hearts of Iron IV: Colonel
  • Hearts of Iron IV: Field Marshal
  • Europa Universalis IV: Rights of Man
  • Stellaris: Digital Anniversary Edition
  • Stellaris: Leviathans Story Pack
  • Stellaris - Path to Destruction bundle
  • Europa Universalis IV: Mandate of Heaven
  • Hearts of Iron IV: Death or Dishonor
  • Stellaris: Synthetic Dawn
  • Europa Universalis IV: Cradle of Civilization
  • Hearts of Iron IV: Expansion Pass
  • Stellaris: Galaxy Edition
  • Stellaris: Apocalypse
  • Europa Universalis IV: Rule Britannia
  • Stellaris: Distant Stars
  • Europa Universalis IV: Dharma
  • Stellaris: Megacorp
  • Europa Universalis IV: Golden Century
  • Hearts of Iron IV: Expansion Pass
  • Stellaris: Ancient Relics
  • Stellaris: Lithoids
  • Hearts of Iron IV: La Resistance
  • Stellaris: Federations
  • Hearts of Iron 4: Arms Against Tyranny
  • Europa Universalis IV: Res Publica
  • Divine Wind
  • Europa Universalis IV
  • Europa Universalis IV: Art of War
  • Europa Universalis IV: Conquest of Paradise
  • Europa Universalis IV: Wealth of Nations
  • Europa Universalis IV: Call to arms event
  • For the Motherland
  • Hearts of Iron III
  • Hearts of Iron III: Their Finest Hour
  • Hearts of Iron III Collection
  • Europa Universalis III Complete
  • Europa Universalis III Complete
  • Europa Universalis III
  • Europa Universalis: Rome
  • Rome Gold
  • Semper Fi
  • Rome: Vae Victis
  • 500k Club
  • Europa Universalis IV: El Dorado
  • Europa Universalis IV: Pre-order
  • Europa Universalis IV: Common Sense
  • Europa Universalis IV: Cossacks
  • Europa Universalis IV: Mare Nostrum
Cumpliendo lo prometido, este fin de semana, en vez de refunfuñar por el tema de las culturas del Victoria, me he dedicado a escribir acerca de la batalla de Cannas.

Ahí va el resultado:

Cannas, la batalla perfecta.

Introducción

La batalla de Cannas se libró el 2 de Agosto del 216 A.C., hace mucho mucho tiempo... Desde entonces Cannas ha sido la batalla más citada en la literatura militar ¿A qué se debe que todavía se siga enseñando en las academias militares de todo el mundo? ¿Cuál es el motivo que hace a muchos nos fascine tanto una batalla transcurrida hace 2200 años?

Norman Schwarzkopf afirmó que al dirigir las tropas aliadas en la primera guerra del Golfo lo había hecho siguiendo los “principios” de Aníbal, y de Cannas en particular. Von Schlieffen, el famoso Von Schlieffen del famoso Plan Schlieffen de la famosa invasión de Francia en la primera guerra mundial, era un auténtico obseso de la batalla de Cannas, que estudió con increíble detalle a lo largo de su vida. Dicho Plan, obviamente, está inspirado directamente en Cannas. De hecho, para los militares prusianos, la palabra Cannas equivalía a victoria completa. En Diciembre de 1941 Erwinn Rommel, a las puertas de Tobruk, escribió que “una nueva Cannas se prepara”. ¿Y qué decir de Napoleón? Además de su afanoso interés por los planos topogáficos de los escenarios de las batallas de Aníbal, y de situarle entre los capitanes antiguos que podían enseñar a los modernos, le imitaba descaradamente... y no se recataba en reconocerlo. Así, el paseíto mañanero por las colinas del Pratzen fue un homenaje al reconocimiento del terreno que hizo Aníbal en Trebia...y que a ambos condujo a la victoria.

La admiración y el asombro que despierta esta batalla no ha cesado desde Polibio hasta Fuller o Liddle Hart. Y todavía hoy se sigue escribiendo acerca de Cannas. Todavía hoy los militares modernos siguen extrayendo lecciones tácticas y estratégicas de Cannas. Ello, porque como señala el historiador militar Adrian Goldsworthy, Cannas es “la batalla perfecta”.

Porque jamás una estrategia tan genialmente concebida ha sido tan brillantemente ejecutada.


Los antecedentes: Tesina, Trebia y Trasimeno

Tras pasar los Alpes (sí, con sus elefantes), el ejército cartaginés, en Tesino muy cerca de Pavía (sí, jodía Pavía) se enfrenta por primera vez a los romanos en Italia, ya entrado Noviembre del 218. Publio Escipión (no, no es el famoso Escipción sino su papaíto), se decide por el ataque frontal, ya que apenas considera a los cartagineses otra cosa que un grupo de bárbaros mandados por un aventurero imprudente. Piensa que su infantería debería poder machacarlos y ponerlos en fuga tras las primeras escaramuzas. Carga entonces frontalmente contra los 50.000 cansados cartagineses, descuidando los flancos. Y Aníbal utiliza el ABC de la cartilla militar de los antiguos: los flancos deben ser atacados por la caballería. Los romanos son derrotados y una sabia retirada impide una masacre.

En Diciembre del 218, convencidos ya los romanos de que el cartaginés es un señor ejército y Aníbal un señor general, el Cónsul Sempronio Longo se enfrenta a Aníbal en Trebia. Antes de la batalla, una escaramuza motivada por la disputa de un botín está a punto de degenerar en una batalla campal, pero Aníbal retira sus tropas. Sempronio cree que ha obtenido una gran victoria y que es hora de machacar a los cartagineses. Aníbal, que también quiere que la batalla no se retrase, recorre junto a sus comandantes durante 2 días el terreno. La llanura de Trebia era tan llana como cualquier otra llanura: es decir, era una llanura llana, por si no me he explicado bien...pero Aníbal descubrió un curso de agua que duscurría entre dos riberas escarpadas. Y allí escondió a 2.000 hombres. Los romanos atacaron, otra vez frontalmente, pero esta vez con los flancos protegidos por su caballería. Aníbal mandó a sus elefantes a espantar a los caballos, cosa que hicieron con facilidad y la caballería atacó a los flancos romanos. Estos se protegieron bien, dado que como preveían que su caballería no sería rival para la de Aníbal y no querían que ocurriera lo mismo que en Tesina, se habían preparado, por lo que evitaron el envolvimiento...hasta que los 2.000 hombres emboscados los rodearon. A pesar de que en ese instante los romanos habían roto el centro de los cartagineses, la derrota era irreversible, porque las alas romanas, al verse desbordadas, se habían convertido en un tropel de fugitivos y los 10.000 romanos que habían abierto brecha por el centro renunciaron a continuar peleando y huyeron.

En Junio del 217 los cónsules Flaminio y Gémino (Flaminio el de la vía Flaminia, precisamente, un buen político pero que militarmente no era rival de Aníbal) se disponen a atacar de nuevo a los cartagineses. Estos han pasado un invierno atroz. Todos los elefantes han muerto ya, salvo uno, y las enfermedades se ceban en el ejército. A causa de una oftalmia, Aníbal queda tuerto. Pero se recupera, concede a su ejército muchos días de descanso tras cruzar los Apeninos e, informado de que los romanos de Flaminio se encuentran ya cerca, decide jugar al gato y al ratón. Evita la pelea, huye siempre en dirección Sur, devasta campos y localidades, despertando la indignación, los deseos de lucha y de venganza de los romanos...Estos tienen su ejército dividido (la mitad para cada cónsul), pero Flaminio, impaciente ante la destrucción que están llevando a cabo los cartagineses, no aguanta más, no espera a Gémino, y decide acabar de una vez por todas con la persecución.

Para Aníbal es fácil: tras cruzar Cortona, la ruta principal al Sur pasa por el desfiladero del Lago Trasimeno, lago que queda a la derecha del sendero, de N a S. Sitúa entonces a su centro en la salida del desfiladero y a sus alas, caballería incluida, detrás de las colinas, paralelas al camino, a su izquierda; estas tropas estarán fuera de la vista de los romanos, emboscadas. El plan era sencillo: una vez que los romanos hubieran entrado en el desfiladero, la caballería daría un rodeo y les atacaría por la espalda, las alas embestirían desde las alturas, aprovechando el desconcierto del ataque de la caballería, y el centro (reconvertido por tanto en ala izquierda tras la maniobra de la emboscada) debía limitarse a aguantar lo que pudiera.

Y así sucedió. Tras asegurarse Flaminio de que las alturas están desocupadas, y viendo a los cartagineses al final del desfiladero, ataca frontalmente. Y cuando quiere darse cuenta tiene a los enemigos de frente, a su espalda y a su izquierda. Y a la derecha un lago, curiosamente lleno de agua. Nuevamente el centro romano abre brecha, ahora en la izquierda cartaginesa, pero eso no puede evitar un desastre mayúsculo y 15.000 romanos muertos, entre ellos Flaminio.

Pocos generales han conseguido destrozar todo un ejército enemigo en una emboscada. Y casi ninguno repetirlo (y mejorarlo) dos veces seguidas. Sin embargo, todo esto no era más que tortas y pan pintado en comparación con lo que esperaba a los romanos en Cannas...

(Continuará...).
 
Last edited:
Roma echa el resto.

Tras los desastres de Tesino, Trebia y Trasimeno, los romanos, SPQR a la cabeza, deciden que es hora de dejarse de medias tintas y de echar el resto para expulsar a los enemigos de la península itálica. Para ello, lo primero que hace es doblar el tamaño del ejército consular, con lo que cada uno de los cónsules pasa a mandar 4 legiones y 4 alae (legiones de tropas aliadas, más nutridas que una romana). Y además recluta 2 legiones adicionales para atacar a los galos, manteniendo las activas en Sicilia y en España. Y por si fuera poco, el tamaño de las legiones se aumenta considerablemente. Eso significaba que si eras romano y querías echar una partidita de mus en la tabernae en vez de una buena siesta, no ibas a encontrar contrarios, ni pareja, ni siquiera a un borrachín para charlar un poco. Porque todo pichichi estaba en el ejército. El ejército más numeroso jamás puesto en pie por Roma hasta entonces, que iba a ser mandado por los cónsules Cayo Terencio Varrón, que sobrevivió a la batalla, y por Lucio Emilio Paulo, quien sí cayó en Cannas.

Y estos romanos, ¿cómo luchaban? ¿qué es eso que suena tan mal de la Triplex Acies? ¿Realmente no es una jugada de mus?

Bueno, a estas alturas del bachillerato más o menos todos sabemos que los romanos luchaban agrupados en Legiones, unidad militar dividida en 5 cuerpos, 3 de infantería pesada, 1 de infantería ligera y otro de caballería.

El primero de los tres cuerpos de infantería pesada era el de los hastatii, donde se encuadraba a los más jóvenes e inexpertos. El segundo, los princeps, lo formaban los ciudadanos entre 20 y 30 años (la mejor etapa de la vida, según los romanos, y de ahí lo de princeps) y el tercero, el de los triarii,, era el cuerpo de retaguardia, compuesto por los veteranos. No os voy a aburrir con el tema de las cohortes, los signifer, los optio y las tesseras, etc., pero sí que es muy importante conocer que la unidad táctica fundamental de la legión era el manípulo, formado por 120 soldados y mandado por 2 centuriones (mandaba realmente el de la derecha, pero si palmaba le sustituía el otro). La infantería pesada usaba un escudo semicilíndrico de 1,2 metros y 76 cm de ancho, que pesaba unos 10 kilos. Además usaban casco y grebas de bronce y peto circular o cotas de malla de anillos de hierro, según los posibles del legionario o lo generosa que fuera su novia. Como armamento ofensivo, la infantería pesada usaba la espada española, de hasta 61 cm de longitud, doble filo y punta triangular, alias el “gladius”, y el famoso pilum, jabalina de 1,2 metros, que era a la vez de choque y arrojadiza y además muy difícil de desclavar de un escudo. Cada legionario priceps o hastatii llevaba 2 pilum; los triarii usaban, no obstante, la lanza hoplítica griega de 2 m. La infantería pesada era el alma de la legión y la base de su superioridad táctica durante 600 años.

Los más pobres se encuadraban en el cuarto cuerpo, el de los velites. Usaban escudo de pieles circular de 40 cm de diámetro, gladius y un haz de jabalinas ligeras. Formaban en orden abierto, para la escaramuza.

El último, el de la caballería, era para los más pijos, chic y fashion, hijos de senadores, o burgueses con posibles. Siempre eran 300 por legión y competían todos por ser el más guapo y más valiente, lo que ocasionaba frecuentes problemas, por falta de disciplina táctica y exposición innecesaria a los contraataques del enemigo. Llevaban un escudo redondo, casco de bronce, coraza de escamas y llevaban una lanza de caballería y una espada más larga que el gladius. Contrariamente a lo que todo el mundo piensa, la caballería cargaba a caballo, pero cuando tenía que atacar de verdad, debía desmontar.

El número de soldados por legión era muy variable. La legión republicana típica constaba de 3.000 soldados de infantería pesada, 1.200 velites y 300 jinetes. Las de Cannas, sin embargo, rebasaban con creces ese tamaño.

Ciertamente, lo que otorgaba a los romanos una victoria tras otra era la formación habitual de combate, el Triplex Acies. Que consiste en lo siguiente: los manípulos (recordad, 120 soldados de infantería pesada) de hastatii (los novatillos, que eran los más numerosos) se desplegaban formando 6 filas en fondo – a veces 8 si el frente era muy corto- dejando entre cada manipulo el espacio equivalente al frente de la unidad. Los princeps formaban igual, pero detrás de los hastatii y en los espacios que estaban “huecos”. De la misma manera los triarii, que eran los menos, se situaban detrás de los princeps. Para no liaros más, pensad en un tablero de damas.

Cada legionario formaba un frente de 90 cm y un fondo de 2 m, por lo que cada manípulo ocupaba un frente de alrededor de 18 m y una profundidad de 11-13 m. Y una legión típica entera, 365 metros de frente.

¿Cual era la ventaja táctica? Pues la flexibilidad. Los manípulos de primera fila podían oscilar a derecha o izquierda para juntarse y formar el frente, según fuera necesario, o, lo que era más común, formar un frente menos profundo juntando a los princeps y los hastatii. Mientras no se juntaran, permitían un espacio precioso por el que se podían infiltrar los velites tras las primeras escaramuzas de batalla. Y una vez formado el frente de combate, los triarii, que eran la élite, los veteranos, no lo olvidemos, actuaban como elementos de reserva, para taponar aberturas en la línea o para acumular más unidades en los puntos donde se estaba a punto de abrir brecha en la línea del enemigo.

Los velites se usaban para las primeras escaramuzas al principio de las batallas, y una vez comenzadas, para proteger los flancos, junto a la caballería. Esta maravilla de sistema táctico permitió a la república de Roma vence una y otra vez sin necesidad de tener ni buenos generales (los romanos eran por lo general aficionados y de carácter muy temerario, fiados en la superioridad de las legiones; de ahí las numerosas “debacles”) ni tropas veteranas y profesionales. Para vencer a Aníbal, por el contrario, necesitaron de otro de los mejores generales de la historia, Escipión, y un ejército entrenado a lo largo de 10 años seguidos de combate. Y no perdieron en Zama por un pelo.

Continuará...
 
Last edited:
Llanura de Cannas, Agosto del 216

Varrón y Emilio Paulo disponen de 80.000 soldados de a pié y 6.000 de caballería, en total 8 mega-legiones y 8 alae. 4 de estas legiones son veteranas y tienen una preparación aceptable, aun cuando ya hayan sido derrotadas por Aníbal. Las otras 4 están recién formadas, su experiencia es mínima. Sin embargo el entusiasmo, la moral y las ganas de pelea y revancha son inmensas. Nadie piensa en la derrota, sino en que van a participar en uno de los hechos más gloriosos de la historia de la república. Los problemas de suministro son asimismo, enormes.

Frente a ellos, una de las mejores máquinas de combate jamás reunidas: 40.000 infantes y 10.000 jinetes, a los manos de un táctico genial, Aníbal. El único elefante que había sobrevivido al primer invierno, Sirio, ya había muerto.

Una semana antes de la batalla, en plena campaña de forrajeo, Aníbal había tomado la fortaleza en ruinas de Cannas, que era usada por los romanos como un depósito de víveres, lo que alivia su angustiosa necesidad de suministros. Los cónsules ven entonces que su oportunidad se acerca.

Si bien la topografía es muy discutida en la actualidad, sobre todo en lo que respecta a la ribera del río Aufidio en que se libró el combate (parece que la opinión mayoritaria es que fue en la ribera sur, aunque a los turistas les/nos enseñan lo que fue la ribera norte y les/nos cobran lo mismo; así que ya sabéis, que no os tomen el pelo), sí que hay consenso en que Cannas era una llanura. Una inmensa llanura, plana, lisa , monda y lironda. Sin colinas tras las que esconder las alas. Sin riberas escarpadas, donde emboscar a nadie. Ello hace que Varrón y Paulo se froten las manos; no obstante, escarmentados, ordenan la exploración sistemática y continua del terreno, no vaya a ser que les sorprendan una tercera vez.

Los cónsules dirigen su ejército contra el de Aníbal, y empiezan a cruzar la llanura, en dirección al Sur. En este momento son hostigados por la caballería e infantería ligeras de Aníbal, con lo que los velites y los primeros manípulos se agrupan en formación cerrada para defenderse. Estas escaramuzas duran todo un día. Al cabo de dos los romanos ya están a solo 2,5 km de los cartagineses, acampados al sur (ya sabéis) del Aufidio, frente a ellos. Estamos a 30 de Julio.

Los días 31 y 1 son de “mosqueo”. El 31 los cartagineses forman en orden de batalla, pero los romanos no aceptan el envite, quizás para aliviar el cansancio de las tropas, tras la marcha. El 1 son los romanos los que retan a los cartagineses. Pero estos dicen que nones, que mus. Recordad que los romanos están al N y los cartagineses al S.

Y el 2 de Agosto, día que el mando correspondía a Terencio Varrón, los romanos atacan. El flanco derecho, el que descansa en el río (acordaos de que los romanos están al N) es ocupado por la caballería romana, 2.600 jinetes. En el flanco izquierdo, que descansa en la pequeña colina de Cannas, se sitúa la caballería latina y aliada, 3.600 hombres. En el centro, 55.000 hombres de infantería pesada, apoyados por 15.000 velites. 10.000 se quedan guardando el campamento. Los romanos forman en Triplex Acies, pero Varrón se aparta de la configuración tradicional, dado lo estrecho del terreno y el tamaño tan grande de su ejército. El caso es que cada manípulo solo forma un frente de 5 hombres, con un fondo, obviamente, mucho mayor, probablemente el doble. Hoy en día se piensa que esta elección fue muy razonable, dado que permitiría una mayor movilidad de los manípulos en un terreno estrecho para tanta tropa, era visualmente muy amenazante y posibilitaba ejercer una presión mucho mayor hacia delante...sin embargo el inconveniente radicaba en que al ser más densa en sentido vertical el apelotonamiento de las tropas podría producirse con facilidad, con lo que se perdería la ventaja maniobrera del Triplex.

El plan romano de batalla

Pues no era muy original, no. Se basaba en lo que a muchos nos gustaría hacer con la vecina del 4º. Empujar, empujar y empujar. Bromas aparte, los romanos habían estudiado a fondo Trebia y Trasimeno. En esas batallas la caballería romana había sido superada en número y en la lucha en orden abierto. Pero en ambas batallas los romanos habían abierto brecha por el centro, lo que les confirmaba en la superioridad de su infantería. Ahora, con un número de tropas mucho mayor, la infantería debía repetir la ruptura, mientras que la caballería debía aguantar y proteger los flancos hasta que se hubiera abierto la brecha. El terreno ayudaba. La caballería se apoyaba en un lado, por un río, y en otro, por una colina. No había posibilidad de desbordarla. El plan, por tanto, estaba basado en la fuerza bruta, en aplastar por superioridad numérica y de medios, muy de la escuela yanqui. De una sutileza comparable a la de una elefanta bailando “El lago de los cisnes”.

El plan cartaginés de batalla: la formación en “walkman”

Era de una genialidad apabullante.

Lo primero que piensa Aníbal es que en una cosa sí es superior a los romanos, en caballería. Pero no va a distribuirla igualitariamente por los flancos, no. A la caballería ligera númida, mandada por Mahárbal, unos 3.500 hombres, la coloca en el flanco derecho, frente a la latina. Y la da una única misión: fijar al enemigo. Si es posible ponerlo en fuga, dada la superioridad cualitativa de las tropas, pero, como el número es parejo, su tarea consiste en fijar el ala izquierda romana.

A la caballería pesada gala y española, con Asdrúbal a la cabeza, la va a situar en orden cerrado en el flanco izquierdo. El objetivo era poner en fuga a la caballería romana y, lo que era mucho más difícil, girar para situarse a la retaguardia de la infantería romana. Más difícil por que había que superar 2 tendencias: la de perseguir al enemigo en retirada, muy cómodo y poco arriesgado, y la de lanzarse a por el campamento enemigo, movido por la codicia. Esto, unida a la dificultad que ya de por sí suponía efectuar la maniobra de giro por unas tropas desordenadas tras el combate, suponía una disciplina táctica en la caballería desconocida en el mundo antiguo y superior a la de Alejandro Magno.

La infantería de Aníbal estaba compuesta por 32.000 soldados de infantería pesada y 8.000 de infantería ligera. De los 32.000 unos 20.000 eran celtas-galos, 8.000 libios y 4.000 españoles. La despliega en forma de “walkman”.

Es decir forma un centro algo fino, en forma convexa, apuntando hacia el enemigo. En este centro forman las tropas galas, que eran las menos fiables de Aníbal, con un fantástico primer ímpetu, pero con muy poca constancia en el esfuerzo. Por ello intercala entre ellos a la infantería española, ya veterana en muchas campañas y absolutamente fiable. Una circunstancia importante es que los galos se sienten honrados al ocupar el centro, el lugar del honor en el combate. Otra, que los manda, cercano a ellos, directamente el propio Aníbal. Estas 3 circunstancias son las que se aducen para explicar por qué no cedieron enseguida los galos.

A los extremos de la línea convexa, en columna cerrada, de muchísimo fondo, y ocultos a la vista de los romanos, la infantería pesada númida, 4.000 a cada lado. Eran unos guerreros experimentados y disciplinados.

¿Qué había que hacer? Muy sencillo, y difícil a la vez. El centro debía aguantar al máximo el empuje romano. Su forma convexa pasaría a ser paulatinamente cóncava. Cuando los romanos estuvieran a punto de abrir brecha la infantería númida atacaría oblicuamente. Como la tropa atacante se desordena más cuanto más adelantada está, por un lado, las filas más adelantadas de la formación númida contribuirían a fijar los flancos del ataque romano. Las filas númidas más retrasadas, por otro lado, encontrarían menos resistencia, debido a la sorpresa de una ataque por los flancos y en dos direcciones, y acabarían uniéndose entre sí (las que estaban en el lado derecho con las que estaban en el lado izquierdo). Como se supone que la caballería númida ya está de vuelta de poner en fuga a la caballería romana, atacando por la retaguardia, después de desmontar, voilá, tenemos a más de 50.000 hombres embolsados.

Un plan sencillo y genial, basado en que hacer que la fuerza bruta de los romanos acabase volviéndose contra ellos.

Continuará...
 
La madre de todos los corderos

En menos de 7 km cuadrados se agrupan más de 125.000 hombres y 16.000 caballos. Señores, la fiesta ha comenzado. Fiesta que tiene además espectadores, los miles de sirvientes, eslavos, etc. de ambos campamentos.

Las infanterías ligeras comienzan la escaramuza previa la combate. Ninguna consigue nada positivo; la romana se retira a través de los espacios del Triplex Acies. La cartaginesa se queda en las alas, para apoyar a las tropas de caballería. Un hondero balear logra alcanzar en el rostro a Emilio Paulo, que mandaba a los jinetes romanos, en el ala derecha.

Asdrúbal ataca frontalmente entonces. Se forma una meleé espantosa; no hay cargas, medias vueltas, persecuciones...es un combate a caballo, pero cerrado, sin tregua. La ferocidad de los españoles y galos impresiona a los romanos, que no pueden aguantar el ímpetu del ataque. Sin confianza por saberse inferiores numérica y operativamente, los romanos huyen. Encajonados por el río, muchos fueron abatidos. Otros muchos, entre ellos el propio Paulo, se dirigen al centro, para desmontar y unirse a la infantería pesada. Esta fase de la batalla ha sido corta, en realidad más corta de lo que los cartagineses habían esperado. Cuando acaba, los romanos ya están presionando ferozmente el centro cartaginés.

La inantería pesada romana había sido la primera en avanzar. Tiene ganas de entrar en combate y acabar de una vez con el enemigo. Cuando llegó a las proximidades de la línea cartaginesa, se detuvo y comenzó a arrojar sus “pila”. Son respondidos por otra lluvia de jabalinas. A un grito feroz, se lanzan todos adelante, con decisión.

Los romanos buscan el cuerpo a cuerpo, y de después de una lucha breve pero salvaje, se retiran unos metros, para que el relevo lance sus jabalinas, y vuelva a presionar a la línea cartaginesa. Esto se repite una y otra vez.

Muy lentamente, paso a paso, galos y españoles retroceden. La línea convexa es ahora recta. Los romanos se animan, redoblan el esfuerzo. Tantas ganas tienen que los manípulos van perdiendo espacios de separación. Los sobrevivientes de la caballería romana se han unido ahora a los hastatii y los princeps. Los oficiales animan a los legionarios avanzar, les dirigen en las sucesivas cargas y envían cada vez más manípulos procedentes de la línea de reserva. Los romanos van perdiendo gradualmente el orden necesario de combate; los espacios entre los manípulos desaparecen y las unidades acaban fundiéndose y formando un gran tumulto. Ya no hay 3 líneas, sino un jaleo de padre y muy señor mío.

A pesar de ello, el avance es implacable. Los romanos se animan cada vez más al ver que la brecha está cercana. Finalmente la línea de galos y españoles se rompe y la masa romana se abre paso por el centro enemigo. Ahora comienza a perseguir a los galos, lo que aumenta el desorden de la vanguardia. Y es entonces cuando un mensajero lleva la orden de ataque a los númidas (recordad que formaban 2 columnas laterales de mucho fondo, compuestas por 4.000 infantes cada una).

Los pelotones númidas relevan a la línea celta, avanzan disciplinados e implacables y alcanzan a la masa de la infantería romana desde ambos lados. La sorpresa romana es enorme, la espantosa desorganización se agudiza, algunos no saben si perseguir a los galos o volverse atrás. Los númidas están frescos, no han tenido que pelear angustiosamente cada centímetro como los romanos. Algún cronista ha dicho que “ los dos cuerpos africanos presionaron la masa de soldados romanos como tornillo de un carpintero”. Para colmo de desgracias, los galos y romanos huidos dan media vuelta, sabedores de la maniobra, se reorganizan y vuelven al combate. Y la brecha que se abrió se vuelve a cerrar.

Asdrúbal, en el flanco izquierdo cartaginés, había permitido a sus tropas, la caballería hispana y gala, una corta persecución de los romanos hasta el río. El campamento romano, que ven a algo más de un kilómetro, es una fuerte tentación. Pero los españoles son disciplinados, no pasan el límite que se les ha marcado y giran en redondo. Como la batalla ha sido muy corta, flanquean a la caballería latina, en el ala opuesta, fijada por la númida, en donde está Varrón; la caballería romana tiene que huir a escape, absolutamente desbordada y en grave inferioridad numérica.

La caballería cartaginesa tiene a los latinos a su merced. Pero de nuevo impera la disciplina y la persecución se detiene. Otra vez la caballería gira en redondo. Y carga contra la retaguardia romana, contra los triarii.

¿Qué sucedía allí?. Probablemente no hubiera muchos oficiales en retaguardia. La tensión creada por el ataque númida les había llevado hacia delante. Y la masa romana era densa, desordenada, poco compacta. Cuando alguna unidad conseguía formar un frente de lanzas la caballería no cargaba y se limitaba a lanzar una lluvia de venablos. En la mayoría de los sitios la caballería se infiltró y provocó el pánico, empujando a un más a los romanos hacia su vanguardia.

Los romanos están rodeados y apelotonados. Eran “una masa triturada” según Adrian Gladsworthy. Ya no hay ninguna reserva organizada y fresca para reiniciar el combate. Pero como la huida es imposible, no queda más que luchar y morir.

Cuando te desbordan, ante la amenaza de “copo”, la reacción normal de las tropas es buscar rápidamente una vía de escape y retirarse. Eso sucedió muy a menudo en la guerra civil. Para evitar masacres, generalmente no se cerraban las vías de escape. Eso permitía a los atacantes seguir avanzando y no perder tiempo y sangre cerrando “bolsas”. Aquí no había vía de escape. Durante horas y horas las espadas cartaginesas se tiñeron de sangre y se mellaron las puntas de sus espadas de tanto matar.

Aníbal perdió 4.000 galos, 1500 entre españoles y libios y apenas 200 jinetes. Un 11,5 % de bajas, que sería una cifra menor si se hablara de muertos. Para los romanos la batalla fue el acabose. Murieron 45.000 infantes y 2.700 jinetes. Murió Paulo, murieron los cuetores Gémino y Minicio Rufo, 80 senadores y 29 de los 48 tribunos militares.

Para que os hagáis idea, en la 1ª guerra mundial, el 1 de Julio de 1916 los ingleses comienzan la ofensiva del Somme. En ese desastroso día los ingleses sufrieron 60.000 bajas. Y unos 20.000 muertos. Ello supone un número de muertos mucho menor que en Cannas, donde no había ametralladoras, ni alambradas, ni obuses, ni gases.. Las descripciones de Polibio y especialmente de Tito Livio del campo de batalla, una vez terminada ésta, son verdaderamente aterradoras...”muchos miles de hombres tintos en sangre, algunos se levantan, para ser acuchillados por los púnicos, otros muchos incapaces de caminar, implorando que les libraran de su desgracia...”

Se acabó.

Espero que os haya gustado.
 
Last edited:
A mi no es que me haya gustado, es que me impresiono de veras.
Sabia de la tactica empleada por Anibal, pero nunca me la habian explicado asi de bien, si es que me he imaginado y todo la cara que se les debio quedar a los mando romanos cuando comprendieron lo que pasaba. Fue en la Segunda guerra Punica, no?.
Podrias tambien, si es que lo sabes, narrar lo acontecido en Zama?
 
Efectivamente, aunque la forma de ejecucion haya cambiado, la idea tactica vencedora siempre ha pasado por aplicar mayor potencia de fuego/choque en relacion al adversario.
Contar con menos tropas no es sinonimo de derrota (como comprobaron los alemanes en los Lagos de Masuria).

En Cannas ademas, una gran parte de las tropas romanas quedaron sin intervenir hasta que la batalla estuvo decidida, encajonados sin poder moverse, mientras su moral bajaba al ver la escabechina. En cierto modo, la tactica de Anibal fue hacer luchar un numero comparable de efectivos en cada momento de la batalla para no sucumbir a la superioridad numerica romana.

ps: Anibal, uno de los mejores tacticos de la antigüedad, nacido en las Baleares y curiosamente muy cerca de donde nacio otro de los grandes tacticos de todas las epocas: Napoleon.
¿que tendran las islas mediterraneas? :D
 
Impresionante Amadís.;)

Sobre la táctica romana, yo también he leído que no era malo el plan pero yo pienso que fue un completo error, en mi opinión deberían haber planteado una batalla de desgaste.

Si te fijas, en la batalla de Zama donde la tortilla estaba dada la vuelta, Aníbal (genial táctico donde los haya) actuó de forma muy diferente teniendo bastante superioridad numérica en infantería.
 
Amadis, una pregunta que siempre me he hecho yo acerca de lo de presentar batalla. Eso como era? que quedaban por la manana como para ir a hacer futin? a mi siempre me ha parecido curioso eso porque cuando se trata de jugar batallas con amigos aqui no hay tu tia, aqui el primero que llega con un cuerpo a cualquier sitio se empieza a pegar con lo que vea y luego se van anadiendo los efectivos en riguroso orden de llegada. y nunca le he visto la ventaja a hacerlo de otra manera.

por cierto que el relato, apasionante.
 
Originally posted by PENDARAN
Amadís, ¿me das permiso para poner esto en el Off-Topic de Meristation?

Obviamente mencionaría la procedencia y el autor del hilo.

¡Venga, porfa, jolines..! :D

¿Y por qué no en el de estrategia?, no creo que FConde cierre un post que habla de la batalla de Cannas.;)
 
Originally posted by Espartaco
¿Y por qué no en el de estrategia?, no creo que FConde cierre un post que habla de la batalla de Cannas.;)


Podría ponerlo en los dos foros. Lo que pasa es que:

1- Unukalhai solía poner los hilos de batallas de Blas de Lezo en el Off-Topic.

2- Viendo el follón que se montó el fin de semana con el tema de los hilos OT, no me animo a ponerlo en el de estrategia.

Saludos.
 
Buf, que bueno el relato, sobre todo la traca final.

Aunque mis conocimientos tacticos no me alcancen para ver la magnitud de la genialidad de la batalla, gracias a vuestros relatos me voy poniendo al día.

P.D. Supongo que a Bernard Montgomery no se la hubieran colado tan facilmente. :p

¿me dejas copiarlo a mi también?
 
Originally posted by Pelirobe
??? No nos mal acostumbremos, que no todo es de Blas

¡Anda c*ñ*!, perdón Amadís, pero Blas y tú tenéis un avatar muy parecido. Corríjome:

Genial el relato de la batalla de Cannas, felicidades Amadís.
 
Originally posted by Curreta el Conq
P.D. Supongo que a Bernard Montgomery no se la hubieran colado tan facilmente. :p

¿Bernard Law Montgomery sin una cantidad enorme de artillería pesada, sin superioridad aérea, sin superioridad numérica?. La principal virtud de Monty era la meticulosidad, si tenía tiempo suficiente (mucho) para preparar la batalla y para llevar al enemigo a su terreno era muy bueno, pero su defecto era la lentitud en realizar maniobras brillantes, móviles, osadas. En eso eran brillantes Patton y los alemanes. No sé que hubiera sucedido en una batalla entre Monty y Aníbal, las épocas y las armas son brutalmente dispares, aunque hubiera sido interesante ver a Monty dirigiendo las Legiones de Roma o a Aníbal dirigir a los panzer frente a Monty (o viceversa).
 
Para mi lo mejor que tiene Cannae es el whatif que dicen los guiris. La manida discusion de que habria pasado si Anibal se hubiera decidido por darse una vueltecita por el Tratevere en vez de dar vueltas por Italia. Y el por qué no lo hizo.
 
Originally posted by alvaro
Para mi lo mejor que tiene Cannae es el whatif que dicen los guiris. La manida discusion de que habria pasado si Anibal se hubiera decidido por darse una vueltecita por el Tratevere en vez de dar vueltas por Italia. Y el por qué no lo hizo.

Pues a mi eso del Whatif no me gusta, como estudiante de historia, vamos, el otro dia por ejemplo, un alumno le pregunto a un profesor que hubiera pasado si en vez de invadir los germanos a Occidente hubieran invadido a Oriente, a lo que el profesor le replico, pero es que eso no paso, usted, como historiador no debe preocuparse por lo que hubiera pasado, sino por lo que ha pasado y por que ha pasado, lo demas es meramente especulativo. ;)