Historia de Portugal. El Estado Novo y la Revolución de los Claveles

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unmerged(50080)

Captain
Nov 3, 2005
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Saludos. En estas tardes de verano en las que el calor poco deja al quehacer normal obligando al recluimiento en casa, se me ha ocurrido postear una serie de trabajillos con los que me tocó cumplir en la carrera, para gusto de aquellos que, como yo, se aburren y así, gustando un poco la Historia y teniendo tiempo para gastar delante de la pantalla, nos entretenemos un poco. He decidido empezar por unas páginas sobre el Portugal del s. XX, dado que siempre he sentido que ambos, portugueses y españoles, vivimos a espaldas unos de los otros sin saber que somos, a parte de vecinos, primos hermanos.

Por tanto voy a suministrar en cómodos fascículos lo que parí hace ya un tiempo. En plazos porque me gustaría ir cargando en el foro unas imágenes que utilizé para exponerlo en powerpoint y porque, al volver a leerlo, me he dado cuenta de que la forma de expresión que utilicé no me gusta (¡Qué rápido pasa el tiempo!).

El Estado Novo salazarista y la Revolución de los Claveles

I - La crisis del Sistema liberal portugués

II - El Movimiento del 28 de Mayo de 1926

III - El ascenso de Salazar al poder y la construcción institucional del Estado Novo

IV - Principios Ideológicos y políticos del Estado Novo

V - El Sistema político salazarista y la evolución del Gobierno y la Oposición
Va - El aplastamiento de los rebeldes y el sometimiento de los críticos
Vb - La Segunda Guerra Mundial
Vc - Los primeros años de la Guerra Fría (1945 - 1958)
Vd - Las elecciones presidenciales de 1958 y el avance de la Oposición
Ve - Los últimos años de Salazar (1961 - 1968)
Vf - El fracaso de la Primavera Marcellista (1968 - 1974)

VI - La Revolución de los Claveles
VIa - Descontento militar y conspiraciones
VIb - El 25 de Abril
VIc - El proyecto spinolista (25 de Abril a 30 de Septiembre de 1974)
VId - El control del MFA. La etapa de las ambigüedades (30 de Septiembre de 1974 a 26 de Marzo de 1975)
VIe - El giro comunista
VIf - El sometimiento del MFA

VII - Conclusiones
 
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La crisis del Sistema liberal portugués. El camino preparado para el Estado Novo.

Previamente al establecimiento del Estado Novo salazarista en Portugal, el sistema liberal del país se hallaba sumido en una profunda crisis, arrastrada desde fines del s. XIX. Un proceso de agotamiento por la incapacidad del sistema de absorver las presiones sociales sobre él (1). El problema en el que varios autores (2) coinciden al considerar como principal causante de la crisis de la Monarquía es el sentimiento de descontento en cuanto a las expectativas del Imperio portugués en África. Desde la pérdida de Brasil en 1822 las élites políticas portuguesas empezaron a considerar que Portugal no podría sobrevivir sin un Imperio, principalmente ante las apetencias anexionistas de la vecina España (3), de donde, por tanto, surge la imperiosa necesidad de construir un "Nuevo Brasil" en África, desde los pequeños enclaves de soberanía portuguesa existentes en el s. XIX, para crear un espacio de control portugués desde Angola, en la costa occidental Africana, hasta Mozambique en su costa oriental. Sin embargo, las pretensiones portuguesas fueron insatisfechas reiteradamente: En la conferencia de Berlín de 1885 y con el Ultimátum británico de 1890 las potencias europeas imposibilitaban a Portugal materializar su deseado "mapa color rosa"4 en África, así como en 1898 un acuerdo secreto anglogermano pretendía la repartición de las colonias portuguesas entre las dos potencias, frustrado antes de su ejecución por la creciente inestabilidad internacional de las primeras décadas del s. XX.

Portugalimperio.jpg


Las crecientes frustraciones respecto al Nuevo Imperio derivan en la pérdida de confianza en la Corona que sustentaba el sistema liberal, la cual trató de reforzarse intentando tanto la vía autoritaria como la democrática. El autoritarismo fracasó en su intento con la incapacidad del gobierno de João Franco en 1907, y la vía aperturista ya se mostraba incompatible con la Monarquía dado que las esperanzas democráticas la habían dado ya la espalda y enarbolaban la bandera del republicanismo regenerador (5). Desde 1890 el republicanismo había ido ganando las simpatías de los que sentían necesidad de esa regeneración, apoyos que crecían en tanto la Monarquía se mostraba incapaz de resolver tal asunto, sobre todo entre la pequeña burguesía y la baja oficialidad del Ejército, siendo reseñable la presencia de los "carbonarios", sociedades de oficiales subalternos y obreros fabriles opuestos a los masones de clase alta. Éstos carbonarios militares organizaron el golpe de fuerza que supuso la caída de la Monarquía y la proclamación de la República en la noche del 3 al 4 de octubre de 1910, la cual fue recibida por parte de la sociedad como la esperanza para la solución de los problemas del país, así como aceptada sin reparos, pero sin entusiasmo, por el Ejército (6).

La recién instaurada República portuguesa fue una sorpresa para los políticos republicanos, aunque rápidamente el directorio del Partido Republicano formó un gobierno provisional. La Asamblea Constituyente de 1911 estableció un sistema con gran peso del Congreso de la República (bicameral dividido en Senado y Cámara de Diputados, elegidos ambos por sufragio universal) el cual elegía y destituía al Presidente de la República.

Una vez conformado el Estado Republicano, el republicanismo se dividió entre reformistas anticlericales radicales y moderados conservadores garantes del orden. La tendencia anticlerical se estructurará en torno al Partido Democrático de Alfonso Costa mientras que en cuanto a los conservadores vieron nacer el Partido Evolucionista de Antonio José de Almeida y el Partido Unionista de Brito Camacho.

Republica1910.jpg


Del nuevo juego de poder entre los partidos se impondrá Alfonso Costa con el Partido Democrático en 1913. Paulatinamente el Partido Democrático va ganando la hegemonía política, logrando Costa dominar la administración y mantener un equilibrio presupuestario (7). Sin embargo no supo estabilizar el panorama político y social nacional: Las medidas laicistas del gobierno atacaron las raíces tradicionalistas portuguesas y su facciosismo político llevó al Partido Democrático a enemistarse con católicos y militares, mientras que la conflictividad social era reprimida con dureza. Uno de los elementos más inestabilizadores para el gobierno del Partido Democrático fue la política a seguir en cuanto a la Primera Guerra Mundial. Mientras que el intervencionismo era sentido como necesario para el mantenimiento del Imperio africano, éste creó rechazo social y posteriormente descontento militar, así como truncó las finanzas estabilizadas previamente por Alfonso Costa, derivando la situación en desabastecimiento e inflación (8).

La inestabilidad creciente permitió al general Pimenta de Castro gobernar al márgen de la Constitución en 1915 con el apoyo de los republicanos conservadores, y posteriormente, tras su caída, todas las fuerzas opuestas al Partido Democrático se aglutinaron en torno al republicano derechista Sidonio Pais y su Partido Nacional Republicano en 1917, quien tras un golpe de Estado supo armonizar a la jerarquía eclesiástica, monárquicos, terratenientes e industriales, que buscaban el retorno de sus provilegios y un gobierno de autoridad (9). Sidonio Pais eliminó la responsabilidad de la Presidencia ante el Congreso, elegido ahora el Presidente por sufragio universal directo. Gobernó autoritariamente, demoninándose ahora al Régimen la "República Nova" (República Nueva), frente a la ya superada "República Velha" (República Vieja). El Régimen de Pais se truncó con su asesinato en 1918, tras lo que sidonistas y monárquicos se unieron para tomar el poder, proclamándose la Restauración de la Monarquía en núcleos del norte del país, alguno tan importante como la ciudad de Oporto. Frente a la posibilidad de la Restauración, los republicanos se revitalizaron permitiendo el retorno al poder el Partido Democrático (10).

La nueva hegemonía del Partido Democrático le hizo dividirse en facciones rivales, causando así el abandono del liderazgo del aglutinador Alfonso Costa, quien tomó el camino del exilio. En un contexto de posguerra, crisis económica e inestabilidad social, en la que el movimiento obrero se radicalizaba y aumentaba la sindicación a la anarquista Unión Operaria Nacional y al Partido Comunista Portugués, el abandono de Costa, carismático y buen gestor financiero, sumió en el desgobierno a los democráticos, cada vez más dividos en facciones (Partido Reconstituyente, Izquierda Democrática, Partido Liberal, Partido Nacional) y proclives al clientelismo y a un "parlamentarismo bullanguero e irresponsable" (11) que además utilizaban a la Guardia Nacional Republicana para acceder y mantenerse en el poder. Con esta inestabilidad político-social los democráticos se ganaron la oposición activa de las clases medias (a favor de una solución autoritaria para mantener sus ahorros), la alta oficialidad militar (ofendida por el recorte del gasto militar y resentida por la denigración del golpe de baja oficialidad de 1910), los católicos que se debatían entre entrar en las instituciones o dar por superado el sistema liberal...(12). Las continuas pugnas entre las facciones de los democráticos agravan la situación financiera del Estado mientras que promueven que la solución autoritaria gane apoyos entre la población: El sidonismo como ejemplo, el crecimiento del movimiento fascistizante denominado “Integralismo Lusitano”... La imagen de una democracia corrupta y desordenda hace que se clame al Ejército para establecer una dictadura militar apolítica (13) que reinstaure el orden. Dentro del Ejército aumentan las tendencias intervencionistas, y dada la reducción de las fuerzas de la Guardia Nacional Republicana (debido a su insistente tutoría sobre los breves gobiernos), el Ejército se siente con fuerza para pasar a la acción, animado también por el ejemplo español de Primo de Rivera. Y así se concretará en el movimiento de Mayo de 1926.

Este periodo de fin de la Monarquía y la I República en Portugal supuso el fracaso evidente del sistema liberal-democrático, caracterizado por la omnipresente inestabilidad política -en 16 años de República se vieron ocho presidentes y cincuenta gobiernos (14)- y socioeconómica -huelgas, alzamientos, desórdenes, escándalos financieros...(15)-. Ni los partidos monárquicos ni los republicanos que les sustituyeron en el poder supieron o pudieron sosegar al país, empujando a la población a apoyar cada vez con más fuerza las opciones autoritarias, en el contexto internacional de la crisis de las democracias y el auge de los fascismos. Ésta crisis política servirá, además, para apuntalar y defender el sistema antiparlamentario que construirá Oliveira Salazar desde su acceso al gobierno, arguiendo la necesidad de estabilidad política y financiera y el peligro del retorno al caos precedente, como también la historiografía afín al nuevo Régimen se encargará de resaltarlo (16).

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(1), (4), (5) y (8) Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(2) Birmingham, D. (1995 [1993]) Historia de Portugal. Cambridge University Press, Cambridge. Alexandre, V. (2005) "O Império colonial" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp. 67 a 86. Publicações Dom Quixote, Lisboa. Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(3) Alexandre, V. (2005) "O Império colonial" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp. 67 a 86. Publicações Dom Quixote, Lisboa.
(6), (9) y (12) Birmingham, D. (1995 [1993]) Historia de Portugal. Cambridge University Press, Cambridge.
(7), (10) y (14) Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid.
(11) Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, p. 74.
(13) Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto.
(15) Chantal, S. (1960) Historia de Portugal. Surco, Barcelona.
(16) Chantal, S. (1960) Historia de Portugal. Surco, Barcelona. Sevilla Andrés, S. de (1957) El Portugal de Salazar. Ediciones del Movimiento, Madrid. Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto.
 
Como bien ha dicho Michel: muy interesante y poco conocido

Por cierto en el mapa debería figurar también Macao y Timor Oriental, ¿no?
(y no recuerdo si algun otro enclave en la India)
 
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El Movimiento de Mayo de 1926

Desde comienzos de 1926 se había constituído en Braga una Junta Revolucionaria por parte de oficiales del Ejército cuyo propósito era superar las instituciones republicanas y reestablecer el orden:
Os capitães Jõao Nunes Sequeira e Alberto Carlos de Almeida Frazão, representando 29 oficiais do regimento da infantaria nº. 29 que ficeram por escrito o compromisso d'honra, capitão Cipriano de Castro Martins e tenente João Pereira de Carvalho, representando 16 oficiais do regimento da cavalaria nº. 11, o tenente da infantaria nº. 8, o capitão de Administração militar Manuel Carmona Gonçalves, representando 7 oficiais não arregimentados, todos com idêntico compromisso, encarregam o tenente da infanteria nº. 8 Daniel Rodolfo de Carvalho Braga, de se entender con V. Exª. para expôr-lhe a disposição em que estão os oficiais desta Guarnição para a formação de um moviment
o caracterisadamente militar a dentro das seguintes bases:
Propõe-se o movimento, formar um Ministério Nacional, fora de todos os partidos e dentro das instituções republicanas, afim de fazer voltar a nossa administração á pureza de costumes e sobretudo moralisar o exército e a administração pública.

Braga, 10 de Janeiro de 1926.

Seguem as assinaturas: Jõao Nunes Sequeira, capitão de Infantaria 29; Alberto Carlos de Almeida Frazão, capitão de Infanteria 29; Cipriano de Castro Martins, capitão de Cavalaria 11; João Pereira de Carvalho, tenente de Cavalaria 11; Daniel Rodolfo Carvalho Braga, tenente de Infantaria 8; e Manuel Carmona Gonçalves.
(17)

A este movimiento le mostraron su adhesión progresivamente altos oficiales militares y apoyos civiles a lo largo de los meses siguientes hasta mayo, cuando el general Gomes da Costa asume su dirección y proclama "Portugueses! Para homems de dignidade e de honra, a situação do País é inadmissível. Vergada sob a acção de uma minoria devassa e tirânica, a Nação envergonhada sente-se morrer. Eu, por mim, revolto-me abertamente! E os homens de coragem e de dignidade que venham ter comigo com as armas na mão, se quiserem conmigo vencer ou morrer" (18) El movimiento es amplio y con gran apoyo popular, cohesionados por su rechazo al "status quo" pero divididos en cuanto a la actuación a proceder tras el golpe.

Mientras los republicanos conservadores dirigidos por el político Cunha Leal (líder de Unión Liberal Republicana) y el almirante Mendes Cabeçadas únicamente pretendían eliminar la hegemonía de los democráticos, reforzar el sistema en una dictadura temporal y, tras un periodo de estabilización, retornar a un turnismo efectivo, el elemento fuerte del movimiento conformado por oficiales fascistoides y dirigido por el general Sinel de Cordes, cuya finalidad era eliminar el parlamentarismo liberal, e instaurar una dictadura militar que diera por superado el parlamentarismo. Fueron los autoritarios quienes buscaron que Gomes da Costa liderara el movimiento, un veterano de África y Flandes prestigioso y convenientemente senil para poder ser manejado (19).

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El avance de los militares hacia Lisboa se desarrolló sin resistencia alguna, y para cuando alcanzaron la capital los democráticos Antonio Maria da Silva, Presidente del Gobierno, y Bernardino Machado, Presidente de la República, entregan el poder al general Mendes Cabeçadas. Sin embargo, las propias diferencias internas de los golpistas alfloran rápidamente, presionando la facción autoritaria, fortalecida por las tropas asentadas en Sacavém, a menos de diez kilómetros de la capital lisboeta, para que dimita Cabeçadas, encumbrando a Gomes da Costa como Presidente del Gobierno y de la República, quien es rápidamente sustituído dada su inestabilidad mental por el general Carmona.

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El general Carmona asumió el poder en una tesitura en la que peligraba el movimiento, acosado por insurrecciones demoliberales cívicas y militares en Oporto, Lisboa, Madeira (proclamación de la "República da Atlântida"(20))... duramente reprimidas, incluso con bombardeos (21), mientras que por otro lado el extremo más radical del movimiento, los denominados "tenientes de Mayo", buscaban, entre conspiraciones e intentos de golpes de Estado, imponer al gobierno su ideología fascista bebida del Integralismo Lusitano, conformando la "Milicia Lusitana" rebautizada posteriomente como "Liga del 28 de Mayo".

Junto a la presión por la pinza política al gobierno se sumaba la cada vez más agravante situación financiera de la República, que negociaba infructuosamente con la Sociedad de Naciones el empréstito necesario para equilibrar el déficit. El gobierno autoritario militar se veía incapaz de solucionar tanto la inestabilidad política como la crisis financiera y parecía que cada vez se agravaba más la pérdida de autoridad, como muestra el testimonio de un periodista francés en mayo de 1927: "Esta dictadura tiene un carácter sui géneris, el mando se ejerce de abajo a arriba. Los "soviets de tenientes" son los que se imponen a los generales y dictan la política. En los regimientos, cada barracón de oficiales es un parlamento donde quien tiene más autoridad no es quien lleva más galones. De cuando en cuando se ve a un grupo de oficiales y subalternos subir escaleras de un ministerio. Parecen muy satisfechos de sí mismos. Se trata de una comisión de tenientes que va a dar sus órdenes"(22).

Pese a todos los incovenientes, Carmona fue elegido Presidente de la República por plebiscito el 25 de Marzo de 1928, sintiendo legitimada así su actuación como Presidente sin Parlamento. Tras deshacerse de la influencia desde la sombra del fascista Sinel de Cordes, buscó, para resolver la crisis, confiar el ministerio de Finanzas a un civil tecnócrata procedente de la Universidad de Coimbra, António de Oliveira Salazar.

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(17), (18) y (20) Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto.
(19) Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.
(21) Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(22) Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid, p. 426.
 
Muy interesante y sobre un tema poco conocido aunque cercano :).

De la casa del vecino, nada menos... ya veréis como son sorprendentes los paralelos que puedes encontrar con España.

Por cierto en el mapa debería figurar también Macao y Timor Oriental, ¿no?
(y no recuerdo si algun otro enclave en la India)

Puede ser... :eek:o jeje. El mapa es solo indicativo para explicar la situación del Imperio portugués, pero se me pasó por alto.
 
El ascenso al poder de Salazar y la edificación del Estado Novo

AntonioOliveiraSalazar.jpg


Desde el primer momento Salazar creó en torno a sí un aura de omniscencia financiera. Ya antes de ser llamado al ministerio se mofaba, desde su puesto de Asistente de Cátedra de Ciencias Económicas de la Universidad de Coimbra, de las reformas gubernamentales de los republicanos y posteriormente de los militares en cuanto a temas financieros. Los militares le pidieron consejo y ofrecieron un ministerio, a lo cual él se negó manteniendo las distancias mientras seguía en su empeño del convencimiento de ser el único capaz de manejar las cuentas portuguesas (23).

Así, el 27 de Abril de 1928 logró ser nombrado ministro de finanzas, imponiendo la condición de controlar absolutamente el gasto de todos los demás ministerios y, por tanto, iniciando su carrera gubernamental con gran poder. Procedió entonces a una reforma fiscal que se desarrollará en 1928 y 1929 con una actitud firme y segura - "Sei muito bem o que quero e para onde vou" (24) y pidiendo sacrificio - "La ascensión dolorosa de un calvario" (25) - así como una confianza plena en la autoridad que él encarna - "confiança absoluta mas serena, calma, sem entusiasmos exagerados nem desânimos depressivos", "Que o País estude, reprensente, reclame, discuta, mas que obedeça quando se chegar à altura de mandar". Así Salazar inicia la reforma financiera que consiste, a grandes rasgos, en un sistema nacionalista-autárquico de protección de la agricultura y reducción de competencia y favorecimiento de la cartelización de la industria. Logró el equilibrio presupuestario largos años añorado que permitirá invertir en infraestructuras para integrar el mercado nacional y reducir el paro, logrando estabilizar la moneda y reequilibrar la balanza exportación-importación (26).

Una vez reconocidos sus logros financieros, Salazar aprovecha su recién ganado prestigio y se impone a dos sucesivos presidentes de Gobierno, el coronel Vicente Freitas (abril de 1928 a julio de 1929) y el general Ivens Ferraz (julio de 1929 a enero de 1930), los que optaban por el retorno al sistema constitucional. Salazar se hace ver insustituíble, lo cual hace creer al Presidente de la República Carmona, imponiendo al Presidente del Gobierno Domingos de Oliveira, y logrando, finalmente, en julio de 1932, erigirse como Presidente del Consejo de Ministros (27), librándose así de los posibles arbitrios militares dado que el Presidente Carmona estaba convencido de su imprescindibilidad (28). Como presidente formó un gobierno de mayoría civil con base en la Universidad para empezar a gobernar el Estado Novo (29).

Y es desde 1930 hasta 1933, paralelamente a su ascenso al poder, cuando Salazar diseña y ejecuta las tres principales estructuras institucionales del Estado Novo: El Acta Colonial que estipula las relaciones de Portugal con su Imperio, La Unión Nacional, partido hegemónico, y, como colofón institucional, la Constitución de 1933.

El Acta Colonial del 8 de Julio de 1930, elaborada tras ocupar Salazar de manera interina el Ministerio de Colonias para controlar personalmente su redacción, institucionaliza las relaciones con las colonias, consideradas ahora como parte indisociable de la nación portuguesa, quedando así los territorios africanos totalmente supeditados financiera y administrativamente a Lisboa. El Acta será incorporada posteriormente a la Constitución de 1933 (30).

La creación de la Unión Nacional en 1930, partido constituído por la aglutinación de diferentes fuerzas cuyo elemento común es el espíritu del movimiento de mayo de 1926 de exclusión a los democráticos. Agrupa a monárquicos, republicanos conservadores, católicos... aunque se diluyen en un partido no ideologizado para controlar la burocracia del Estado y ganar legitimación política de cara al exterior. Sin embargo, el Partido nunca determinó la acción del gobierno, sino que estuvo a servicio de éste, utilizado en los procesos electorales a la Presidencia de la República para presentar al candidato del Gobierno, y sirviendo como herramienta de encuadramiento de todos aquellos que deseaban ejercer actividades políticas, aunque sin embargo, generalmente los ministros eran escogidos por sus capacidades y no por su pertenencia al partido. Partido no único, en el que el Gobierno pivotaba su apoyo junto con Iglesia y Ejército, con presencia, desde 1945, de una oposición legalmente aceptada, aunque imposibilitada de facto si ésta era vista como una amenaza (31).

Por último, la Constitución de 1933. Una constitución emanada de la ideología antiparlamentarita extendida con fuerza en los años treinta (32), que aunque mantiene las formas liberales en realidad un sistema autoritario (33). Proclama una serie de derechos y libertades que serán neutralizados con la actuación de la censura desde el Secretariado de Propaganda Nacional y de la policía política. Define una estructura de poder en la que se refuerza un Ejecutivo diárquico entre el Presidente de la República elegido septenalmente por sufragio universal y un Presidente del Consejo de Ministros que asume poderes ejecutivos y legislativos, nombrado por y sólo responsable ante el Presidente de la República. Se recoge la existencia de una Asamblea Nacional elegida por sufragio directo no universal con escasas competencias de control al gobierno que de facto nunca se cumplieron en toda la vigencia de la Constitución. Por último, debido a la influencia de la lucha contra el individualismo y el socialismo que trata de encarnar el Nuevo Estado se hace una concesión formal al corporativismo creando la Cámara Corporativa, cuyas funciones, meramente técnicas y consultivas, corresponden a corporaciones morales (Iglesia y católicos), culturales (universidades) y económicas (sindicatos, gremios, patronales, casas del pueblo, casas de pescadores...) (34). La Constitución "salazarista" fue sometida a un plebiscito censitario, según el cual fue aceptada por 580.379 votos afirmativos frente a 5.505 negativos, a lo que el gobierno sumó lo que consideraba apoyo tácito de las abstenciones, 427.686 papeletas (35).

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(23) y (28) Birmingham, D. (1995 [1993]) Historia de Portugal. Cambridge University Press, Cambridge.
(24) Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto.
(25), (33) y (34) Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.
(26) Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto. Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid. Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(27) Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(29), (32) y (35) Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid.
(30) Alexandre, V. (2005) "O Império colonial" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp. 67 a 86. Publicações Dom Quixote, Lisboa. Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.
(31) Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid. Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.
 
Principios ideológicos y políticos del Estado Novo

Salazar, la personificación del Estado Novo, es mostrado por la propaganda del Régimen como un padre sabio y monacal, recluído y que rehuye las apariciones públicas. Políticamente mantuvo un eficaz equilibrio entre los diferentes soportes del Régimen: El Ejército, la Iglesia, los políticos del movimiento de mayo del 26 y las clases medias urbanas. Consideraba el demoliberalismo como un sistema caduco - "Soy, de hecho, profundamente antiparlamentario, porque detesto los discursos hueros, la verborrea, las interpelaciones vistosas y vacías, el halagar de las pasiones, no en torno a una gran idea, sino de futilidades, de vanidades, de naderías [...] para pequeño parlamento me basta con el Consejo de Ministros" (36) - pero nunca se decantó definitivamente por el totalitarismo fascista (37), creando un sistema híbrido de Estado cuyo único límite lo establecía "la moral". El parternalismo salazarista implica un respeto absoluto a su autoridad y a la autoridad del Estado, no como imposición de una corriente política u otra sino como necesidad nacional - "La autoridad es servidora, no dueña de absoluta de sus destinos [del pueblo]" (38)- cuyo objetivo sería "Un Estado que sea tan fuerte que no necesite ser violento" (39), sobre lo que huelga decir que Salazar no logró esa fortaleza requerida, dado el desarrollo del aparato represivo a lo largo de su gobierno. Una policía política desarrollada en los años treinta cuyos informadores penetraban en todas las instituciones y poblaciones, responsable únicamente ante Salazar, entre cuyos métodos se hallaban torturas, detenciones y asesinatos siendo su máximo exponente el campo de concentración de Tarrafal en Cabo Verde (40).

Paralelamente a la policía política, la aceptación de las clases desfavorecidas de su mala situación económica y de su sumisión al poder es predicada por la Iglesia, que si bién nunca logró imponerse al Estado (El Concordato de 1940 preservó la separación Iglesia-Estado vigente desde la revolución de 1910) siempre existió una connivencia entre ambos (41). En el plano social, junto al principio de sometimiento a la autoridad se busca imponer la Tradición portuguesa como modelo de sociedad armónica, corrupta por el sistema liberal que hendió hasta el elemento, básico para Salazar, del ser portugués -"El mal llegó tan lejos que acabó por deshacer esa célula primaria de la sociedad que se llama familia. Se utilizó a la mujer y al niño como valores económicos, por ser su trabajo de menos precio para las tareas de producción. Se destrozó la vida familiar, sin dar a los trabajadores la compensación suficiente en dinero, pues la sustitución de ese valor, que se llama madre de familia, es imposible para el Estado" (42)-.

Como complemento a la llamada al tradicionalismo está el nacionalismo autoritario, reivindicando la trascendencia de la nación portuguesa, cuyos intereses están interpretados por éste nacionalismo, una nación moldeada y basada en el catolicismo y el Imperio cuya mejor organización se halla bajo un poder político fuerte. Así se reivindican en los años treinta las figuras heroicas del medievo portugués como Juan II de Portugal, "o Príncipe Perfeito", de la época de los descubrimientos como el Enrique el Navegante o de fuertes personalidades políticas como el Marqués de Pombal, junto con exposiciones, congresos y publicaciones oficiales sobre el Imperio Portugués, antiguo, estable y benigno (43). El Acta Colonial de 1930, aún modificada posteriormente en el intento de apertura caetanista, recoge uno de los principios básicos y, como se mostrará próximamente, innegociables del Estado Novo: La férrea voluntad de indisociabilidad de la nación, que degenerará posteriormente en un Imperio anacrónico y rebelde incapaz de adaptarse a la nueva realidad, pero ahora en los años de erección del Estado Novo era dogmático el principio expresado por Salazar sobre la "potencialidade colonial dos portugueses, não improvisada em tempos recentes, mas radicada pelos séculos na alma da Nação" (44), materializado ello en el artículo 2º del Acta Colonial: "É da essência orgânica da Nação Portuguesa desempenhar a função histórica de possuir e colonizar domínios ultramarinos e de civilizar as populações indígenas que nelas se compreendam".

Por tanto el Estado toma suyas las ideas políticas de Salazar: Un rechazo vivo al demoliberalismo, causa de los "anteriores males" -"divições intestinas, solidaridades equívocas na política e na administração, erros acumulados, falta de correcção de vícios da nossa organização social, desordem constitucional permanente e sucessivas revoluções que nada remediavam e agravavam todos os males" (45) - cuya solución sería "tomar resolutamente nas mãos as tradições aproveitáveis do passado, as realidades do presente, os frutos da experiência própria e alheia, a antevisão do futuro, as justas aspirações dos povos, a ânsia de autoridade e disciplina [...] e construir a nova ordem de coisas que [...] melhor se ajuste a nosso temperamento e às nossas necessidades" (46), por tanto la idea se centra en crear un sistema propio portugués, imbuido de su propia supuesta ideosincrasia.

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(36) Sevilla Andrés, S. de (1957) El Portugal de Salazar. Ediciones del Movimiento, Madrid., p. 119.
(37) Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(38) y (39) Sevilla Andrés, S. de (1957) El Portugal de Salazar. Ediciones del Movimiento, Madrid, p. 107.
(40) y (41) Birmingham, D. (1995 [1993]) Historia de Portugal. Cambridge University Press, Cambridge.
(42) Sevilla Andrés, S. de (1957) El Portugal de Salazar. Ediciones del Movimiento, Madrid, p. 104.
(43) Monteiro, N. G.; y Costa Pinto, A. (2005) "A idenditade nacional portuguesa" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp 51 a 65. Publicações Dom Quixote, Lisboa.
(44) Alexandre, V. (2005) "O Império colonial" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp. 67 a 86. Publicações Dom Quixote, Lisboa.
(45) y (46) Ameal, J. (1942) História de Portugal. Livraria Tavares Martins, Porto.
 
El sistema político salazarista y la evolución del gobierno y la oposición


El aplastamiento de los rebeldes y el sometimiento de los críticos (47)

Una vez construido el aparato estatal, Salazar reafirmó su asentamiento en el poder mediante la neutralización de la oposición armada y el sometimiento de las diversas corrientes originariamente autoras del movimiento de Mayo de 1926. La oposición excluída del Sistema, por su parte, tornaba sus esperanzas en éstos años en un golpe militar con apoyo civil para reinstaurar la "República Velha" previa a 1926. Revueltas preparadas por los exiliados en Francia y España (en éste caso con el apoyo del gobierno azañista) fueron constantes desde Mayo de 1926, pero supusieron una serie de sucesivos fracasos, los cuales, junto la progresiva fragmentación interna y al paulatino fortalecimiento del Gobierno, redujeron su frecuencia hasta que en 1932 se puede considerar que la oposición política golpista había sido derrotada.

Por su parte, el movimiento sindical dirigido por la Comisión Intersindical del Partido Comunista (CSPC) y la anarquista Confederación General del Trabajo (CGT) mantuvieron su lucha contra el Régimen, culminando con la huelga general revolucionaria de 1934, duramente reprimida por la, creada en 1933, Policía de Vigilancia y Defensa del Estado (PVDE) dirigida por el capitán Agostinho Lourenço (48). Ello supuso la temporal desarticulación de la cúpula de las asociaciones obreras. Con posterioridad, el Partido Comunista Portugués (PCP) trató de, infructuosamente, crear el Frente Popular Portugués y desarrollar el "Plan Lusitania" dentro de la Guerra Civil Española, como operación conjunta del bando republicano y los exiliados portugueses para desembarcar en la costa portuguesa y combatir conjuntamente, plan que quedaría anulado con la ofensiva del bando nacional contra Cataluña de 1938.

Mientras la oposición contra el Régimen era reducida, Salazar fue eliminando por su parte la oposición interna de aquellos que eran críticos con su política. Primero, mediante la negociación con todas las fuerzas que apoyaron inicialmente el Movimiento de Mayo de 1926, invitándolas a todas a fomar parte de la Unión Nacional, tratando así de convencer a todos a olvidar sus principios discordantes y a aceptar el Sistema. Entre las diversas acciones Salazar actuó solicitando a los católicos a transformar el Centro Católico en un organismo de acción social y a los monárquicos, sobre todo tras la muerte del aspirante don Manuel II, a que aceptaran el principio del accidentalismo en las formas de gobierno.

Más dificil le resultó con la derecha radical, agrupada desde 1932 en el Movimiento Nacional-Sindicalista, la cual pivotaba entre la conspiración con la oposición de izquierdas y la presión a Salazar para desarrollar el modelo fascista. Salazar, en un golpe de efecto, encarceló a su dirigente, Rolão Prieto, tras lo que las bases, descabezadas, aceptaron integrarse en el Sistema. Por último, la cúpula militar republicano-conservadora, instalada en la continua presión al Presidente de la República, el general Carmona, para que cesase a Salazar, cesó en su empeño por la inestabilidad europea generada por la Guerra Italo-etíope y la Guerra Civil Española. Salazar entonces procedió a "domesticar" al Ejército, creando y asumiendo la dirección de los Organismos Superiores de Defensa Nacional en 1935, y haciéndose cargo de la cartera de Defensa en 1936. Asumidos estos poderes, acometió un proceso de reforma en el Ejército, consistente en la reducción de oficiales y el establecimiento de filtros ideológicos en la Academia. Una vez comprobada la eficacia de sus medidas, abandonó el cargo de Ministro de Defensa (49).

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(47) y (49) Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(48) Torre Gómez, H. de la; y Sánchez Cervelló, J. (2000) Portugal en la Edad Contemporánea (1807-2000) Historia y documentos. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.
 
Gracias ChopoVillalobos, me está resultando de lo más interesante.
 
El sistema político salazarista y la evolución del gobierno y la oposición.

La Segunda Guerra Mudial.

Ante el escenario de la Segunda Guerra Mundial, Salazar buscó desde un comienzo la neutralidad Ibérica, cuyo fin era evitar la absorción de Portugal a los intereses españoles, lográndose para su causa la firma del Tratado de Amistad y No Agresión de 1939 ante la duda de Franco de intervenir o mantenerse en la neutralidad. Tras el fin del "peligro español" y con el cambio de rumbo de la Guerra en 1942, Salazar cedió a las continuas presiones angloamericanas de entrar en "neutralidad colaborante", colaboración consumada en la cesión de Azores para uso militar y con el corte del suministro de Wolframio a Alemania.

La oposición se moviliza ante el contexto de victoria de la democracia en la contienda mundial, creando el PCP, socialistas, republicanos, anarquistas, intelectuales y masones el Movimiento de la Unidad Nacional Anti-Fascista (MUNAF) en 1943 para que, mediante un golpe militar, Carmona cesara a Salazar y con la ayuda de las potencias aliadas se estableciera la democracia (50).

Sin embargo, la paz aliada antifascista de 1945 hizo una excepción con el Estado Novo. En el nuevo contexto, Salazar pretendió legitimarse anunciando medidas liberales, procediendo a la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones "tão livres como á livre Inglaterra"(51) para Octubre de 1945, para las que tomó una serie de medidas como la concesión de una amnistía limitada, reducción de la censura, transformación de la PVDE en la Policía Internacional de Defensa del Estado (PIDE)... y permitiendo, por primera vez, la presencia de unas listas alternativas a las de la Unión Nacional.

Los miembros del ilegal MUNAF potenciaron la creación del Movimiento de Unidad Democrática (MUD) como candidatura que reivindicaba reformas democráticas, lo cual, ante el apoyo entusiasta de la población, asustó al Gobierno, desbaratando el libre desarrollo de la campaña electoral y desencadenando una represión política contra las adhesiones al MUD. La oposición retornó entonces a la estrategia de conspiración golpista (republicanos) y agitación social (PCP) (52).

Desde 1945 se desarrollarán continuos procesos pseudoelectorales para la elección tanto del Presidente de la República como para la Asamblea Nacional, en los que inevitablemente los candidatos de la Unión Nacional resultaban elegidos, ayudados por las acciones gubernamentales contra las candidaturas de la oposición. Las libertades individuales, recogidas por la Constitución, eran neutralizadas por regulaciones restrictivas y medidas preventivas que ejecutaban la PIDE y el Secretariado de Propaganda Nacional, encargado de la censura.

La oposición, por su parte, a lo largo del periodo entre 1945 y 1974 trató, en bloque o dividida, a las elecciones del Régimen de diferentes maneras, desde la solicitud a los portugueses de la abstención hasta el desarrollo de campaña electoral y aceptación del proceso, aún criticando continuamente la falta de condiciones democráticas.

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(50) - Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(51) y (52) - Tengarrinha, J. (1994) "Os caminhos da unidade democrática contra o Estado Novo" Revista da História das Ideias, vol. 16, pp 387 a 431.
 
El sistema político salazarista y la evolución del gobierno y la oposición

Los primeros años de Guerra Fría (1945 - 1958)

La situación internacional, en la que progresivamente se va definiendo la Guerra Fría, sirvió a Salazar para acusar a la oposición (unida en el MUNAF y el MUD) de ser proclive al "terror rojo" de la URSS, mostrándose así hacia el exterior como bastión anticomunista moderado, en contraposición al radicalismo franquista español. Los buenos ojos del bloque capitalista hacia la presentación de Salazar, que concluirían con la inclusión de Portugal en la OTAN, permitieron al Gobierno ilegalizar el MUD en 1948 y encarcelar a la cúpula dirigende del PCP en 1949 (53). Ante tal situación represiva, la oposición retiró la candidatura unificada a las elecciones presidenciales de ese año del prestigioso general Norton de Matos. Definitivamente, el Estado Novo se había negado a adaptarse al nuevo mundo de la posguerra (54)

Durante los años cincuenta Portugal va a contar con una ventajosa posición a nivel internacional, recién admitido en la fundación de la OTAN, con buenas relaciones con EEUU y, tras superar la negativa soviética, miembro de la ONU desde 1955 (55). La Guerra Fría va a hacer mella en la oposición, que va a olvidar los proyectos unitarios concebidos durante la Guerra Mundial y la inmediata posguerra, para generar dos campos de oposición diferenciados que llegaron a veces a hostilizarse violentamente (56):La oposición demoliberal y la comunista.

Entre los demoliberales se agrupaban republicanos, socialistas y disidentes del PCP, los cuales buscaban un marco de acción legal y mantenían relaciones con el Bloque Occidental para presionar a Salazar a democratizarse, en una transición ni revolucionaria ni golpista, a la democracia. Gracias a ello se ganaron la simpatía de políticos monárquicos y católicos. Se fundarán partidos como el Frente Nacional y Democrático (FND) y la Unión Democrática Portuguesa (UDP), coordinada desde 1949 con el Directorio Democrático y Social (DDS) dirigido por Antonio Sergio, Mario de Acevedo Gomes y Jaime Cortesão, ganando apoyos entre las clases medias urbanas y los intelectuales.

Los comunistas, dirigidos por el PCP, aún marginados por el resto de la oposición, siempre sostuvieron la intención de mantener el frente común antigobierno, desarrollando el Movimiento Nacional Democrático (MND) como continuador del ilegalizado MUD. La marginación del resto de la oposición llevó a los comunistas a mantener la vía revolucionaria, con protestas, manifestaciones y conmemoraciones de fechas señaladas, introduciéndose en los ambientes universitarios con la creación del MUD Juvenil y en las clases más bajas en zonas rurales, pesqueras e industriales.

A la muerte del Presidente Carmona, en 1951, la oposición vio una vía para, desembarazados de su prestigio, poder dar una alternativa posible al nuevo candidato gubernamental. Los demoliberales presentaron al almirante Quintão de Meireles, antiguo ministro de la dictadura, mientras el MDN (comunistas) presentó al profesor Ruy Luis Gomes. Pero las elecciones las venció, sin duda, el candidato gubernamental, el general Craveiro Lopes.

También dentro del Régimen divergían ahora dos corrientes diferenciadas: Manteniendose fieles al status quo, los ortodoxos, mientras que los reformistas, liderados por Marcello Caetano, eran firmes defensores de la bondad del Estado Novo y de la necesidad de despersonalizarlo para desarrollar libremente sus instituciones políticas y corporativistas. Caetano y el reformismo tenían apoyos en el nuevo Presidente Craveiro Lopes y en el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas desde 1956, el general Botelho Moniz.

Una medida controvertida es, con el objetivo final de mantener el Imperio, modificar su estructura con una ligera descentralización, logrando la corriente reformista la elaboración de la Ley Orgánica del Ultramar Portugués de 1953, la cual finalmente apenas modificará la administración colonial. Junto con ello se publica el Estatuto de los Indígenas de 1954, que pretendía otorgar la ciudadanía portuguesa a los "asimilados" que "sean reconocidos como integrados en los valores y las formas de vida de la civilización europea", en la práctica no recogía ni a un 0,8 % de la población indígena (57). Sin embargo, la consideración de las colonias no había cambiado, pues seguían siendo parte integrante de la Nación, ahora denominadas "Provincias Ultramarinas" desde la reforma constitucional de 1951. Mientras, el proceso descolonizador amenazaba al Imperio, reclamando la Unión India desde su conformación los territorios de Goa, Damão y Diu y formándose en África movimientos independentistas en Guinea y Angola desde 1954 y Mozambique desde 1959.

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(53) - Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(54) - Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid.
(55) - Birmingham, D. (1995 [1993]) Historia de Portugal. Cambridge University Press, Cambridge.
(56) - Tengarrinha, J. (1994) "Os caminhos da unidade democrática contra o Estado Novo" Revista da História das Ideias, vol. 16, pp 387 a 431.
(57) - Alexandre, V. (2005) "O Império colonial" en Costa Pinto, A. (coord) Portugal contemporâneo, pp. 67 a 86. Publicações Dom Quixote, Lisboa.
 
Gracias por la actualización Chopo.
Es curioso lo poco que conocemos la historia de nuestro vecino del W

Gracias a ti por detenerte a leerlo. Como ya dije en otra respuesta, en cuanto se lee un poco de Historia de Portugal (no sólo en el s. XX) se muestran los incontables paralelismos que hay entre unos y otros. No es por ser nacionalista ibérico (no creo en ningún nacionalismo) pero se podría decir que el que España y Portugal sean dos estados separados ha sido resultado de las carambolas de la política, pero que siempre han estado entrecruzados en muchos aspectos (económico, social, ideológico...).
 
El sistema político salazarista y la evolución del gobierno y la oposición

Las elecciones presidenciales de 1958 y el avance de la oposición

Desde el XX Congreso del PCUS de 1956, la nueva política de "coexistencia pacífica" deja a Salazar sin argumentos sobre la necesidad de su autoritarismo para contener al comunismo, ayudando por otra parte al PCP a admitir un posible tránsito pacífico a la democracia permitiendo así una colaboración más abierta con la oposición demoliberal, la cual, por su parte, se había desencantado en sus relaciones con las potencias occidentales (58).

Este nuevo entendimiento sirve para formar las "Comisiones Electorales de la Oposición" y la "Comisión Promotora del Voto" para las legislativas de 1956. Pero es para las presidenciales de 1958 cuando la oposición logra unirse en su apoyo al general Humberto Delgado. Delgado era un antiguo incondicional del Régimen el cual, tras su estancia en los EE.UU. por necesidades de la Alianza Atlántica, se había alejado ideológicamente del mismo. Presentado incialmente por el sector liberal de Antonio Sergio, su arranque de campaña arremetiendo contra el Régimen y Salazar sin misericordia movilizó el apoyo de toda la oposición, demoliberal y comunista (59), logrando los primeros apoyos de sectores colaboradores con el Régimen como los monárquicos demócratas y los católicos (60), a lo que hay que sumar un gran apoyo popular.

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Frente a él, Salazar y la Unión Nacional presentan a un ortodoxo (muestra del disgusto con el prorreformista Craveiro Lopes), el almirante Américo Thomaz, el que evidentemente gana las elecciones. El peligro para el Estado Novo que supuso la candidatura de Delgado hizo reaccionar a Salazar, sustituyendo la elección directa del Presidente de la República por un restringido colegio electoral (61) y hostigando personalmente al general Delgado hasta forzarle al exilio “voluntario”.

Para mantener los equilibrios internos Salazar, en un intento de fortalecer la unidad gubernamental, eliminó a los dos dirigentes de las dos facciones gubernamentales, los ortodoxos de Santos Costa y los reformistas de Caetano. Sin embargo el "delgadismo" impulsó el ánimo de los oposicionistas que, de nuevo desencantados con el "legalismo", retoman, los demoliberales un intento por ganarse el apoyo popular que les permita dirigir un golpe militar, y los comunistas una táctica de grandes movilizaciones sociales (huelgas, manifestaciones, protestas estudiantiles... un "clima insurreccional) y penetrar organizativamente en las clases más desfavorecidas. Delgado, desde el exilio, organizó el Movimiento Nacional Independiente, renombrado como Movimiento Militar Independiente (MMI) vinculado con las Juntas Patrióticas locales nacidas dentro del país y dirigidas por la Junta Central lisboeta, cuya labor fue el desarrollo de continuas conspiraciones. Agitación política en Lisboa, Oporto, Almada, Coimbra, Covilhã, Couço, Alpiarca, Grândola... que hizo que el gobierno reprimiera duramente a la oposición semilegalizada.

El progresivo apoyo a la descolonización de los presidentes estadounidenses Eisenhower y Kennedy, rechazada de plano por Salazar, hizo que los EE.UU. promovieran una conspiración de los reformistas dirigida por Botelho Moniz en 1961, el cual incorporara a la oposición demoliberal, consistiendo su plan en un golpe que sustituyera a Américo Thomaz por Craveiro Lopes en la Presidencia de la República y a Salazar por Caetano en la Presidencia del Consejo. Finalmente, el plan fue desarticulado por la indiscrección de Moniz, quien informó personalmente a Salazar de su tentativa.

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(58) y (60) - Tengarrinha, J. (1994) "Os caminhos da unidade democrática contra o Estado Novo" Revista da História das Ideias, vol. 16, pp 387 a 431.
(59) - Torre Gómez, H. de la (1996) El Portugal de Salazar. Arco Libros, Madrid.
(61) - Hermano Saraiva, J. (1989) Historia de Portugal. Alianza Editorial, Madrid.
 
Salazar en esa foto tiene una pinta de vampiro del clan Ventrue que no se aclara. Solo le falta el colmillo....
 
Salazar en esa foto tiene una pinta de vampiro del clan Ventrue que no se aclara. Solo le falta el colmillo....

Pues en Portugal todavía hay sitios que siguen con la foto en un lugar de honor... yo la he visto en algún bar, y me han contado que también ¡En una peluquería de barrio!